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Vidas pasadas

Interludio: Gritos en Metrópolis

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14/11/2010, 11:33
Robinette Dell

Callada, absorta en sus propios pensamientos, intentando dilucidar lo que estaba ocurriendo en este lugar Robinette permanecía silenciosa al lado de Garfield Hudle. La mascara de mujer asustadiza permanecía perfectamente en su lugar, sus labios temblorosos, los ojos llorosos y una pequeña exalación de vez en cuando. Aunque por dentro su maquiavelica perspicacia analizaba todo cuanto se le había mostrado en los pasados minutos.

Avanzaron fuera de aquel lugar con cierto alivio, mientras ella con suavidad apartaba a Huddle de los hombres que llevaban al herido y le hacia parecer que el mismo comandaba la marcha. El mendigo le producía la misma desconfianza que el templo al que habían emergido y el bazar de caras grises que tenían delante. Aquel hombre fue el primero en notar todo lo que estaba pasando, y Robinette aún sospechaba que quizá el fuese en verdad el detonante de todo esto.

Acercandose un poco mas a Huddle dejo que su cabeza descansara tiernamente sobre el hombro de aquel hombre, mientras sus pensamientos la llevaban a cavilar las implicaciones de lo sucedido. Ahora su extraña vida parecñia cobrar poco a poco sentido, su privilegiada inteligencia, la carencia de empatía para con otras personas, su casi total falta de remordimientos, la simplicidad con la que aprendió a seducir a los hombres, como si fuese algo que hubiese hecho toda su vida. En todas sus vidas.

Si había algo que le había quedado perfectamente claro de aquellas vidas pasadas era su alto sentido de la supervivencia. Y esta no sería diferente. Quizá todo esto fuese un juego o algo mucho mas importante que eso, pero fuese lo que fuese ella sabía que intentaría la uníca cosa que le era innata. Llegar al final del dñia con vida.

 

La presencia de aquel hombre que les invitaba a seguir por un callejon le saco de sus meditaciones, escuchando por finla conversación que sostenían aquellas personas. Entonces rompio su silencio.

- No creo que sea prudente seguir a un desconocido dada nuestra situación. No por lo menos sin estar seguros de que podremos defendernos.

Diciendo esto miro al policia y al militar. Talbot y Crown, los unicos que parecñia podrñian llevar un arma encima. Pero pronto agacho la mirada y retomo su posición nerviosa, a pesar de la seguridad y la contundencia de sus palabras. Temrino con un pequeño hilo de voz su intervención presentandose como los toros lo había hecho.

- Mi nombre es Robinette.

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14/11/2010, 19:09
Keith Hunter

Durante unos segundos, la señora Hunter se dedicó a escuchar las presentaciones de quienes la acompañaban, cosa que no le pareció mala idea para de alguna manera quitar cierta tensión al momento y conocer al grupo.

Desde cualquier punto de vista, aquel lugar era cuando menos... peculiar. Era una inverosímil mezcla de culturas pertenecientes a distintos períodos históricos que a Keith, le hacía sentir la necesidad de cierta empatía y contacto humano. Así, llegado su turno, procedió:

-Mi nombre es Keith Hunter, pero podéis llamarme Keith... nada de señora Hunter por favor! -dijo agitando graciosa su mano derecha mientras cerraba los ojos -me hace sentir como si tuviera doscientos años... -apostilló sonriendo tímidamente.

Al mismo tiempo, un joven de aspecto fuerte que al parecer estaba siguiendo al grupo, cuando fue visto, les invitó a que lo siguieran metiéndose en un callejón sin siquiera mediar palabra. Éste destacaba de entre los demás por sus ropas y su aspecto bien cuidado, cosa que inducía a pensar que podría estar relacionado a otro nivel con algo o alguien responsables de aquel lugar, ya que no era una figura más en aquella "representación" o lo que fuera.

Viendo que ya prácticamente nada de lo que pudiera pasar iba a sorprenderla, a Keith, al igual que a otros de los allí presentes, no le pareció descabellado el seguirlo. -Tal vez siguiéndolo encontremos algo que empiece a dar sentido a todo esto, o no... pero creo sinceramente que de haber querido perjudicarnos de alguna manera lo habría hecho antes, que no se habría limitado a seguirnos sin molestarse demasiado en ocultarse. Es un desconocido, y como tal no debemos fiarnos de el en exceso... ¿pero acaso no lo somos nosotros también?

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14/11/2010, 22:10
Director

Cuando John se acercó a uno de los vendedores su enorme guardián negro se adelantó y detuvo su avance con una mirada furiosa. La mano del guardaespaldas del vendedor se fue directa a la empuñadura de su cimitarra, como instándole a que no se acercase ni un paso más. En medio del barullo del gentío Talbot lanzó su pregunta. El mercader, que hablaba en una lengua desconocida, lo miró un segundo antes de regresar a sus asuntos discutiendo con los extraños hapientos que señalaban distintas cosas de su puesto. Aquello era demencial: todos parecían discutir de forma simultánea y, por su aspecto, resultaba extraño que pudieran permitirse el comprar algo. Sin embargo los mercaderes los atendían mezclando gestos diversos que variaban desde obsequiosas sonrisas hasta miradas amenazantes. De alguna forma parecía que lo importante no era realizar el materializar la venta sino el propio regateo o la discusión. John se retiró algo aturdido por el grito del gentío sin conseguir la atención del mercader y temiendo que la del guardián se volviese más violenta.

Mientras tanto Brandon, Prescot, Harlan y Keith se asomaron al callejón. Ninguno tenía claro las intenciones de aquel individuo pero al menos era el único que parecía prestarles algo de atención. ¿Era bueno aquello o malo? Al asomarse se encontraron que el individuo seguía en el callejón, esperándolos. En su cinturón se vislumbraba la cartuchera de una pistola, aunque el tipo tenía las manos alzadas, como invitando a los viajeros a que se aproximaran en son de paz. Era imposible al ver su aspecto no pensar en algún tipo de aventurero de película de acción, aunque a estas alturas ya pocas cosas podrían soprenderlos.

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14/11/2010, 22:24
Brandon Carvey

Al ver que los otros dudaban en la entrada del callejón el hombre les dijo en un inglés con acento sureño:

- Será mejor que salgan cuanto antes del Bazar si no quieren que los encuentren los Cazadores... Tranquilos... Estoy aquí para ayudarles. Mi nombre es Brandon Carvey...

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14/11/2010, 23:43
Keith Hunter

Al llegar al callejón, siguiendo la estela del extraño sujeto, éste se presentó y dió cierta información a cuentagotas. La fiabilidad de la misma era al menos cuestionable en boca de un desconocido pero el hombre había dado un primer paso.

-Tanto gusto señor Carvey. Mi nombre es Keith, y conocer mi apellido será algo que va a tener usted que ganarse -dijo la anciana con cierta suficiencia -disculpe pero... me gustaría que pudiese ser usted un poco menos críptico, quiero decir, "conocemos" su nombre -afirmó con cierto sarcasmo, -pero ¿quien es usted en realidad?, ¿a que se decica?, ¿quienes son esos Cazadores de los que habla? y... suponiendo que podamos salir del bazar sin ningún peligro, ¿a dónde deberíamos dirigirnos? ¿al templo que está a nuestras espaldas o existe otra salida?, si es así ¿cómo lo sabe?, ¿Va a proporcionarnos alguna información corroborable o simplemente deberíamos confiar en usted y seguir sus consejos?, ¿cómo puede ayudarnos? y... ¿por qué lo haría?. -Aquel entusiasmo de la vieja licenciada en periodismo, al parecer continuaba intacto. Hacía un sinfín de preguntas a sabiendas de que al menos en parte no habrían de ser respondidas, pero aunque así fuera, una negativa a responder alguna de ellas y la expresión de aquel hombre, podrían también decirle algo, aunque fuera sólo una vaga suposición. -Entenderá que queramos saber ciertas cosas. Desde que todo este... -haciendo una pausa para buscar las palabras -circo, ha comenzado a desplegarse ante nosotros, no nos hemos encontrado más que con enigmas y hechos inexplicables. Queremos saber, señor Carvey, ¿sería tan amable de darnos al menos alguna respuesta si la conoce por favor? suponiendo que la tenga... claro.

-Tras la batería de preguntas, Keith abandonó un poquito esa pose de mujer valiente y dió un paso atrás mientras involuntariamente miraba de reojo aquel arma que el extraño portaba en su cinto. Los nervios, no le permitían dejar de parpadear mientras aguardaba una respuesta.

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15/11/2010, 08:12
Tom Prescot

Las palabras del hombre, a pesar de breves y un tanto crípticas,
parecieron ser más que suficientes para convencer a Prescot de la necesidad de
avanzar en el callejón dejando atrás el bazar. Significaran lo que
significaran, parecían suficientes para que lo considerara un posible mal menor
frente a esos Cazadores.

Aún sin compartir el ímpetu de Keith,  y no considerar lo mejor agobiar con una batería
de preguntas a aquel tipo, no al interrumpió en ningún momento y dejó terminar
con una ligera sonrisa asomando en sus labios. Al terminar esta, se adelantó un
par de pasos más para presentarse al extraño personaje que parecía ofrecer su
ayuda.

- Mi nombre es Tom Prescot, señor Carvey. Le agradezco su
advertencia y su posible ayuda, de antemano. Siento agobiarle al remarcar una
de las preguntas de nuestra buena Keith… - hizo una breve pausa - ¿Por qué
desea ayudarnos? No malinterprete nuestra… cautela, pero entenderá que no es
habitual encontrarse con buenos samaritanos todos los días…

 

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15/11/2010, 12:03
John Talbot

Cuando el guardián del gran mercader llevo su mano a la cimitarra, a John le vino a la mente aquella famosa escena donde Indiana Jones le asesta un tiro al exótico espadachín a pesar de todas sus florituras y recordó que todavía llevaba su arma enfundada.

- eh... tranquilo hermano, no era mi intención molestar

Dijo al retirarse para reencontrar a sus compañeros, allí un tal Brandon Carvey salido de la nada y que por su tono parecía familiarizado con el lugar, estaba dispuesto a echarnos una mano. La mujer mayor, Keith, se encargó de todas las preguntas así que Talbot simplemente se avanzó hasta su lado para escuchar la contestación de aquel tipo.

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16/11/2010, 13:06
Daniel Callahan

Callahan reaccionó de inmediato a las palabras del nuevo invitado. Todo lo rápido que le permitía su estado se liberó del apoyo de los que hasta ahora habían sido sus apoyos y avanzó hacia el tal Carvey.

—¿Y por qué nos buscan los Cazadores? ¿Qué quieren de nosotros? —preguntó olvidando por un momento su tullido estado.

Los ojos de Daniel se habían iluminado con un inusual brillo. Parecía haber resucitado de entre los muertos o quizá haberse visto revitalizado por algún extraño influjo sobrenatural. Pero sólo era sensación. A ojos vista Callahan seguía en el lamentable estado en el que estaba antes de encontrarse con el sureño.

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16/11/2010, 21:06
Brandon Carvey

El hombre escuchaba en silencio a los otros, esperando su oportunidad de contestar. Finalmente habló con una sonrisa medio dibujada en su rostro:

- Señora: si quiere certezas o... ¿cómo ha dicho? ¿corroboración? creo que entonces no ha comprendido demasiado bien en que está... están metidos.

Miró a su alrededor como si quisiera mostrarles con ese gesto algo que ocultaban los edificios:

- Me dijeron que no sabrían dónde se encontraban, que son viajeros forzosos. ¿A qué me dedico? Soy guía... un guía muy especial... ¿Y por qué querría ayudarles? Porque me han pagado por ello. Quienes me contrataron tendrán sus motivos pero los desconozco. Por el momento creo que no les desean ningún mal ya que me han pedido que les ponga a salvo. Cosa que será complicada si permanecemos demasiado tiempo aquí. Comprenderán que aunque he cobrado por garantizar su seguridad no ha sido tanto como para perder mi vida. Me precio de ser uno de los supervivientes más viejos de Metrópolis.- el hombre sonrió con cierta autosuficiencia - Y quisiera mantener ese estatus unos cuantos años más, hasta que decida retirarme.

Avanzó por el callejón como si esperase que los demás lo siguiesen:

- Los Cazadores son sirvientes de Geburah... Podríamos decir que Geburah es una deidad muy vengativa. Si tuviera que apostar algo sería que alguno de sus avatares fue el que fundó la simplista ley del Talión: ojo por ojo y todo eso... De todos modos podría continuar mi explicación en un lugar más seguro. No teman: si quisiera causarles algún mal bastaría con dejarles donde estaban...

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16/11/2010, 21:32
Daniel Callahan

Respuestas. Esa era la palabra que daba vueltas en la cabeza de Daniel. Y es que ese hombre parecía saber mucho de ese lugar o, al menos conocer a quien lo sabía y eso podía conducirle a sus ansiadas respuestas. El simple anhelo de éstas movió el cuerpo de Callahan y le motivó a dar un par de pasos hacia el hombre.

—Cuanto antes mejor —dijo mostrando confianza en el hombre.

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17/11/2010, 00:32
Keith Hunter

-Está usted en lo cierto señor Carvey, no es que me guste, pero puedo y debo decirle que no sé en que estoy metida, de ahí mi recelo y sobre todo mi curiosidad. Le pido disculpas si lo he incomodado con tantas preguntas, ya que ha dejado muy claro que se trata de su trabajo y en qué consiste. En este instante no dudo de sus intenciones y siento no haber tenido una mejor predisposición, pero entenderá que cada uno manifiesta sus inseguridades a su manera. Gracias señor, será un placer acompañarlo y poder seguir escuchándolo si gusta en continuar en otro lugar -dijo Keith un poco más aliviada habiendo escuchado sus explicaciones. Seguía ansiosa por conseguir respuestas, pero había quedado muy claro que el momento y el lugar para poder empezar a obtenerlas no era ese ni de lejos. Aquello parecía algo grande... y mucho.

Sin más rodeos, al ver que el hombre se ponía en marcha, Keith empezó a seguir sus pasos sin conocer su destino, pero deseosa de encontrarse con él, como casi siempre...

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17/11/2010, 01:55
Brandon Crown

Viendo que la opinión general era seguir al desconocido, Crown, aún no muy convencido, se acercó a Callahan, y cambiando su expresión de una desconfiada a otra amistosa le dijo al malherido:

- Veo que aún necesita ayuda y si me permite se la seguiré brindando. Aunque la emoción del momento le haga moverse por sí mismo no está en condiciones de matenerse mucho tiempo en pie.

Dicho esto, Crown se acercó a Callahan para ayudarlo, y cuando estuvo lo suficientemente cerca de éste le dijo con un tono bastante serio en su voz:

- ¿Confía en ese hombre? Sé que no tenemos ninguna otra posibilidad en nuestra situación actual, pero yo por mi parte no me confió.

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17/11/2010, 08:12
Tom Prescot

Ayuda por
dinero, ayuda interesada; eso ya era algo más de fiar, mientras nadie le pagara
más por hacer el trabajo contrario. A pesar de todas las dudas e inquietudes,
no tenían otra más opciones. Carvey llevaba razón, si se quedaban allí sería
cuestión de tiempo que los Cazadores, o cualquier otra cosa peor, los
encontrara y ellos no estaban en posición de ofrecer ninguna resistencia, no
sin armas y sin saber que estaba pasando. Tan sólo estaba claro que eran los
peones de alguien… y los recuerdos volvieron a la memoria, resonando con el
nombre de Andros…

- Le
seguimos señor Carvey – adelantándose junto a Daniel para sujetarlo al igual
que Brandon – Vamos, Daniel, un mal paso y agravará su herida. Deje que le
ayudemos, por favor… - para continuar tras los pasos de su nuevo guía en cuanto
Daniel les dejara ocuparse de él de nuevo.

 

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17/11/2010, 14:54
Daniel Callahan

Agradeció aliviado la ayuda que le volvían a prestar los dos hombres y se apoyó sobre ellos para continuar el camino.

—No más de lo que confío en usted, señor Crown pero como bien dice, es lo único que tenemos en este lugar... y tengo la ligera sospecha de que no habrá mucho más —dijo cordialmente en respuesta a la pregunta de Brandon Crown.

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17/11/2010, 15:39
Director

Desconfiaban de aquel extraño guía pero ¿quién podría culparles? El hombre avanzó por el callejón unos metros antes de detenerse delante de una puerta de madera. Sacando una gran llave abrió el portón y permitió que todos pasasen al interior de una casa medio derruida. En frente había unas escaleras de piedra que ascendían. Su anfitrión, después de indicarles que subieran las escaleras, echó una última mirada al callejón y luego cerró la puerta. Finalmente siguió a la comitiva hasta una sala diáfana en la planta superior.

El lugar en el que se encontraban ahora parecía ocupar toda la primera planta de la casa. El suelo de madera estaba apolillado y en el techo había diversos agujeros como los que podría provocar un ataque con morteros. Una escalera de madera medio destrozada conducía a la terraza pero Brandom se detuvo en esta planta y se sentó en el suelo, junto a una de las ventanas medio destrozadas. Invitó con un gesto a los demás para que se aproximasen, pero manteniéndose agachados. Sin entender muy bien lo que pasaba sus invitados se asomaron con cuidado.

Desde la ventana se veía la calle en la que se encontraban antes. Vista desde arriba la sensación de caos y muchedumbre era todavía mayor. De pronto se oyeron gritos y golpes que fueron en aumento. Casi de forma instintiva todos se agacharon aún más en las ventanas. De pronto vieron el origen del caos: por el medio de la calle avanzaban cuatro figuras imposiblemente altas. Debían medir por lo menos dos metros y medio. Su cuerpo, descontando su altura, estaba excelentemente formado y podía verse su espléndida forma física porque iban totalmente desnudos. De su carne pendían cadenas enlazadas entre sí por garfios que se clavaban cruelmente en su piel y músculo. Y lo peor eran los rostros: deformados por heridas, cortes y marcas, sus ojos azules exploraban el gentío como si pretendieran atravesarlo. Las bocas las tenían cosidas por cadenas de metal dorado. Cada uno de aquellos demoníacos exploradores portaba en sus manos dos cimitarras que usaban sin piedad alguna sobre aquellos pobres desgraciados que no habían tenido la fortuna de verlos a tiempo para apartarse. A su paso dejaban un reguero de cadáveres desmembrados.

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17/11/2010, 15:50
Brandon Carvey

- ¿Queríais saber quienes eran los Cazadores? - susurró Carvey mientras observaba la escena sin perder detalle - Pues ahí los tenéis. Por fortuna para nosotros son peligrosamente eficaces matando pero no tienen demasiado cerebro.

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17/11/2010, 15:52
Director

Efectivamente: aquella doble pareja de horrores avanzaba en dirección al templo del que habían salido los personajes hacía escasamente cinco minutos. Ninguno de los presentes pudo evitar pensar en que hubiera pasado si no llegase Carvey a sacarlos del camino de aquellos monstruos.

Pero lo peor de todo era ver como reaccionaba la gente. A medida que los Cazadores se alejaban los individuos de la calle volvían a sus labores pisoteando a sus congéneres, como si nada de aquello hubiera pasado y lo que quedase en el suelo fueran papeles en vez de cuerpo y huesos...

La mayoría de los presentes presenciaron aquello horrorizados. Algunos habían quedado tan impactados que la mera presencia de los Cazadores los había paralizado. El que peor lo había llevado fue Calhagan, que lanzó un grito al ver la masacre. Afortunadamente para todos los monstruos estaban demasiado lejos, en medio de la muchedumbre, para que pudieran oírlo.

- Tiradas (9)

Notas de juego

Ya me encargo yo de las tiradas de EGO correspondientes.

Los que la habéis fallado tenéis un problema con los Cazadores. Cada vez que veáis a uno quedaréis aterrados durante el primer asalto (no podréis actuar) y cualquier acción que realicéis mientras seáis perseguido por uno tendrá un -2 a la tirada.

En caso de Calhagan es peor (pifia) ya que cada vez que vea a un Cazador deberá hacer una tirada de EGO adicional. Si la pasa le sucederá lo de arriba (parálisis inicial y -2 posterior) pero si la vuelve a fallar quedará totalmente quieto, incapaz de reaccionar por su cuenta.

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17/11/2010, 17:15
Gardfield Huddle

Desde que salió de la sala de supuestas subastas, el hombre de negocios había quedado taciturno y pensativo. En su cabeza había demasiados horrores como para meterle uno más. Cierto, pero se lo había metido.

Las remembranzas de otra vida no habían templado su mal carácter emprendiéndola con más de uno, a empujones, por salir de la sala; mas cuando vió que fuera no les aguardaba el mismo mundo que habían dejado, su expresión paso de lo atónito a la furia.

Si no llega a ser por Robinette, habría armado un buen escándalo llamando a sus sirvientes que ahora no le contestarían. Esa mujer jóven tenía la virtud de apaciguarle. No sabía porqué, pero la Rebecca que conoció le hizo cambiar de opinión sobre las de su sexo. Una persona valerosa y audaz. Ahora se encontraba asustada, no era propio de ella, lo que le decía que algo gordo pasaba.

Le tomó de la cintura y, algo impropio para Garfield, le susurró alguna que otra palabra de aliento a la mujer. Al salir de la sala, bastante reticente, echó un vistazo atrás, a la muñeca. Suponía que no se iba a mover del sitio pero dadas las circunstancias no estaba en posición de firmar en fuego eso mismo.

El bazar se le antojó chabacano y vulgar en contraste con la salida de la sala. Su carácter de líder no había salido todavía, pues estaba asimilando quizás, todo lo que sucedía. El calor de la mano de la mujer le indicaba que al menos no era un sueño.

 

La mirada hacia el señor Carvey no fue halagüeña, baste decir que no era el momento de enemistarse con todo el grupo y menos sin saber dónde diantres estaban. ¿Cazadores? Nada podría ser peor que sus pensamientos.

Se equivocaba, si que lo era y a duras penas mantuvo la compostura cuando esas moles pasaron delante de él.

- Tranquila - dijo a Robinette, con una voz profunda y algo cubierta de amabilidad. Extraño. Tal vez se lo decía a sí mismo.

La ojeada fría que le dedicó a Carvey no tenía más palabras y al margen de rehusar presentarse, él sabía una sola cosa: no debieron salir de la sala. Quizás la siguiente vez, la puerta no se abriese y terminasen en esta dimensión paralela o lo que quiera que sea (el señor Huddle no era muy dado a creer en supersticiones)... o incluso peor, la sala podría desaparecer bajo sus ojos y con ella la muñeca. No debía permitirlo. Bajo ningún concepto.

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17/11/2010, 22:23
Keith Hunter

Tras una breve caminata, el grupo llegó a una casa medio derruída cuyas vistas daban a la calle donde se encontraban hacía sólo un rato. Sin que nadie pronunciase una palabra, siguieron al guía hasta la primera planta, lugar donde se "acomodaron" para presenciar algo realmente horrible: desde las ventanas, agazapados, observaron cuatro grotescas figuras de gran tamaño que sembraban muerte allá por donde iban, dando rienda suelta a su capacidad para hacerlo de una forma descaradamente fácil. En lo que duró su ininterrumpido paso por la calle, dejaron tras de sí montones de cadáveres pertenecientes a quienes no habían tenido tiempo de escapar y sus miembros seccionados. Era una visión espeluznante e inquietante donde las haya... visión que a ninguno de los presentes (excepto a Brandon tal vez, dado que estaba habituado a verlo) dejó indiferente.

Desde donde se encontraba y paradójicamente, viendo "los toros desde la barrera", Keith había pasado de tener una injustificada sensación de tranquilidad a tener un miedo atroz por lo que había visto. Aquello era lo más horroroso que había visto jamás, incluyendo cualquiera de sus pesadillas o el reciente recuerdo de lo que ya consideraba alguna de sus vidas pasadas. Durante un tiempo, permaneció en estado de shock, y sin todavía salir completamente de él empezó a emitir unos cuantos sonidos que pretendían asemejarse a palabras:

-S....ssss....ss...¿señor Carvey? -balbuceó la anciana con expresión de estar ausente y con sus ojos extremadamente abiertos -no recuerdo si se lo había dicho ya pero... gr... gracias. -Después de esto, permaneció callada, sin reaccionar un minuto más o dos, tiempo en que las imágenes de muerte y desesperación no dejaban de repetirse en su mente. De pronto, la anciana agitó violentamente la cabeza y frunció el ceño mientras miraba al exterior, como si en su mente estuviera manteniendo una lucha con su subsconsciente para dejar de revivirlo y poder controlarse. Una vez parecía que lo había conseguido, se dirigió al señor Carvey todo lo humildemente que pudo. En un tono en el que casi se podía distinguir su vergüenza por no haberle brindado toda su confianza desde el principio. Además, estaba su temor, fácilmente apreciable por su temblor en sus manos y en su voz. La tenían casi incapacitada, pero le dieron una pequeña tregua para decirle al misterioso guía lo que sin ninguna duda más se moría por decirle: -¿Qué podemos hacer ahora señor Carvey?, parece conocer bastante bien nuestra situación y este extraño lugar. Le aseguro que a partir de este momento no volveré a dudar de usted... tiene toda mi atención.

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17/11/2010, 23:47
Brandon Carvey

Carvey asintió sin mirar a la señora Hunter. Sus ojos seguían a los Cazadores que avanzaban implacables hacia el templo:

- Debemos aprovechar la oportunidad que nos dan al ir al templo.

Se levantó y miró a la gente que custodiaba: 

- Conozco un camino que nos llevará hasta un santuario de Malkut. Allí me han dicho que nos darán protección y a ustedes explicaciones. Pero llegar allí será arriesgado... Tendremos que ir bajo tierra para esquivar a los Cazadores...