Partida Rol por web

Me puse todo lo que me había dejado, Enrico estaba más que loco pero sabía que siempre terminaba complaciéndolo. Para cuando llegué a su casa, las puertas me esperaban abiertas y pregunté dónde estaba para ir hasta allí.

Las bragas "divertidas" esta vez son más pequeñas...por lo que te aprietan bastante más que anoche. Apestas a esa colonia..."apestas" por que huele muy bien, pero huele mucho. EL mayordomo no parece notarlo en cambio.

El mayordomo te guía hasta la habitación de color azulado, la cual está cargada de humo y risas, tu padre juega al poker con 4 hombres. Todos, incluido él, te miran apreciativos. Pero su mirada es también divertida, y solo él y tú sabeis por qué.

Cuando aún estabas en el pasillo, el sonido de tus tacones le avisó de tu llegada...y le dió a cierto botón. Te sobresaltas levemente al sentir que aquello cobra vida. Una turbadora vida.

La intensidad era baja, pero el juguetito es ahora mucho más apretado y lo notas MUCHO más que ayer a media potencia...

-¡Bienvenida hija! Ven, sientate ahi, entre Jerome y Maximo. !Ayudame a desplumar a estos cabrones!¡Se están quedanto con tu herencia!- más risas.

Apenas entré, me preguntaba quién diablos tenía el mando esta vez. No sabía si mi padre había ido demasiado lejos entregándole el mando a alguno de sus amigos, pero finalmente, si sabía que no me enteraría en ese momento así que me senté donde me indicó y sonreí tras saludar a sus amigos.

-Ah no, eso es imposible, mi herencia es mía...

Le guiñé un ojo a mi padre.

Te presenta a sus amigos, todos de más de 40 años, más cercanos a los cincuenta.

Jerome, una presencia enorme, casi dos metros de hombre negro, al que sin embargo los años le pasan factura, se nota algo pasado de peso en sus carnes ya algo flojas por la edad. Se rapa la cabeza, pero tiene una perilla y bigote, más plateados que negros ya.

Maximo, un hombre de talla normal, pero con un aire algo siniestro tras sus gafas. "cruel" parecen gritar sus ojos. Sin embargo es guapo como poca gente a sus años. De un rubio pálido, las canas aún no le afectan.

Y al otro lo llaman "carnicero" en clara broma, por lo que no te enteras de su nombre. Es el más joven, apenas pasará los cuarenta, de origen irlandes. Pelirrojo, es muy guapo, algo disminuida su belleza por una nariz rota hace muchos años. La camisa parece que le va a explotar por lo abultado de sus músculos.

Te sirven una copa de wishky con hielo. Echais unas manos, en las cuales tu aparatito se enciende y apaga de vez en cuando, no te puedes anticipar a ello, y cada vez das un pequeño saltito. Sin embargo no pasa de esa intensidad tan baja.

El ambiente se va recargando en la habitación, con el juguete ahora apagado, notas que tienes mucho calor...cosa que ellos no parecen tener. Tampoco notan el olor de esa colonia que se te mete en la nariz de tan intensa. Huele realmente bien...Te rellenan la copa y te ofrecen un puro.

Te toca apostar. Hay un buen dinero en la mesa, y tú tienes una pareja de ases.

Cuando lega tu turno, alguien le da al botón...esta vez a una intensidad mayor.....

Bebía más de la cuenta porque realmente estaba acalorada, los amigos de mi padre asustarían a cualquiera pero no a mí, así que di una calada al puro y aposté por todo mientras me quitaba el pequeño saco blanco que iba sobre el vestido.

-¿Realmente no sienten el calor que hace aquí, muchachos?

Sonreí y lo dejé sobre el respaldo de la silla. Sintiendo nuevamente aquella vibración, notaba cómo me iba excitando y la verdad es que me asustaba un poco que fuera así pero muy poco, de pronto me encontraba gozándolo de verdad. Quería que aquello terminara e irme a la fiesta con mis amigos. Toqué la pierna de mi padre por debajo de la mesa con la punta de mis tacones como apurándolo.

No puedes dejar de notar como todos fijan la mirada unos instantes en tu pecho, y no es para menos. Estás algo transpirada, por lo que se te pega aún más, y al no llevar sujetador tus pezones están notablemente marcados.

-¿Calor? No sé...yo estoy bien...- dice alguno.

Tu padre enarca una ceja cuando le tocas la pierna, la vibración para.

¿Te habrá malinterpretado?¿Estará siendo cruel? o...¿querrá que te lo ganes?

Tercera copa que te ponen.

Cada vez hueles más a tabaco, lo que oculta el olor de la colonia pero...en un instante que cierras los ojos, captas un leve rastro del olor...y no puedes evtar aspirar profundamente, como deseandolo sin tu permiso. al instante, notas como te humedeces algo más. ¿Colonia? Está claro que te has hechado una buena cantidad de algun tipo de afrodisiaco para mujeres o algo así....

No podía obviar ya mi excitación, bebí un poco de licor pero no sabía cuánto más podría soportarlo. Y cuando las vibraciones pararon, miré a todo el mundo a mi alrededor, volviéndome a preguntar quién demonios tiene el mando. Aparté la pierna de Enrico y le sonreí, quería irme o quedarme, realmente no sabía muy bien lo que quería.

-Si no les molesta y creen que no hace calor, tendré que salir a tomar un poco de aire...

Pero cuando intenté levantarme me fue imposible, así que sonreí tontamente y me quedé donde estaba.

Las vibraciones regresan...al nivel justo para ponerte muy mal...pero no tanto como para acabar la faena...es frustrante.

-Te toca apostar hija.-

Jerome se quita la chaqueta, así como Flavio. ¿Has visto miradas complices?

Aposté todo lo que tenía viendo que no podía más y que cuando estaba a punto de gemir de placer, aquella cosa se detenía. Miré a los dos hombres pero poco me importó, realmente necesitaba salir de ahí o por lo menos ir al servicio y darme gusto yo sola.

-Todo mi dinero, más les vale que no gane porque si lo hago, pueden decirme adiós que tengo una fiesta con mis amigos...

No veía que hubiera un contrato que cerrar en ese lugar, ¿a qué estaba apostando Enrico?

El aparato da una sacudida intensisima que casi te hace gritar de placer...a duras penas lo evitas, lo que no puedes evitar es retorcerte levemente ante la inmensidad del placer que provoca....pero nuevamente se detiene justo en el peor momento.

Te das cuenta de que enrico no ha podido ser, tiene ambas manos sobre la mesa, y no hay mando en ellas.

Necesitas correrte. ¡Necesitas correrte! ¡¡¡Necesitas correrte!!! ¡¡¡¡YA!!!

Pero quién sea...no te deja.

Te sirven una nueva copa, estás bastante borracha ya, además de todo lo demás.

Tras el nuevo e intenso ataque, me bebí lo que quedaba en la copa y me levanté, me acerqué a mi padre por detrás, abrazándolo, pegándole los pechos en la espalda.

-Has ido... Mmmm, demasiado lejos... Veamos si vas a dejarle a tu chiquita a estos tontos o qué vas a hacer...

Metí la mano en su pecho y luego me encaminé hacia el servicio conteneándome de manera sensual, aunque un poco desiquilibrada.

No estás preparada para el nuevo ataque vibratorio. ¡Una potencia aún mayor! la máxima sin duda. ello sumado a tu inestabilidad hace que caigas de rodillas al borde del orgasmo...y la vibración no para...si sigue así te vas a correr sin remedio, de forma brutal e imposible de ocultar.

¡¡Y no era la máxima!!

La potencia aumenta aún más, parece que tus bragas tienen vida propia.

Las piernas no te reaccionan, si no paran...

Así en el piso de rodillas como estaab, sin soportarlo más y sin importarme nada, comencé a tocarme por encima de las braguitas, apretándola contra mi sexo y moviéndola hacia arriba y hacia abajo sin dejar de gemir. Ya no tenía mucho sentido ocultar que estaba loca por correrme y estaba segura de que los amiguitos de papi, lo habían notado mucho antes que yo.

Entonces, la intensidad baja, y  Flavio, te sujeta para que no te puedas tocar. ¡No vas a poder correrte!

Pero lo necesitas tanto...tantisimo...te vas a volver loca si no lo logras...

Solo cuando ve la desesperación en tus ojos, el hombre de mirada cruel, Maximo, se levanta y se pone ante ti.

-¿Quieres tener ese orgasmo rubita?-

Saca una hoja de papel y un boligrafo.

-Firma esto. Ya.-

Pulsa un botón y la intensidad pasa al maximo unos segundos, lo suficiente para provocar que tus ojos se pongan en blanco, antes de volver a la intensidad anterior.

Estaba muy desesperada, si. Estaba muy ansiosa de tener ese orgasmo, si. Pero no era idiota y ni siquiera podía leer lo que decía en esa hoja, así que me negué rotundamente a firmar. Por un momento sentí miedo y busqué con la mirada a mi padre, él tenía que sacarme de allí, ayudarme o lo que fuera; echar a esos hombres. Me negué aún cuando volví a sentir la vibración en mi sexo, no, no iba a caer.

Ves a tu padre con los puños apretados y la mirada fija en un punto de la pared. Le caen sendas lágrimas de rabia.

Algo ocurre que se te escapa.

Maximo sigue con la tortura sexual por más de una hora, es un cabrón experto, no repite lo mismo dos veces seguidas, cambia la intensidad, la duracion, todo. Y encima el efecto de alcohol no ayuda. Si hace una hora podías volverte loca, como te sientes ahora es indescriptible...

-Vamos, firma.-

Sabía que me tenía a su merced pero por más que hiciera no iba a permitir que jugara conmigo, no de esa manera. Aparté de nuevo la hoja mientras hacía lo posible por acabar con aquella última vibración, la verdad es que no entendía a mi padre.

-¿Enrico?-pregunté entre gemidos y sollozos.

Lo creía capaz de todo, menos de dejar que me usaran de aquella manera.

Maximo te hace mirarle de nuevo.

-Tsk tsk tsk, vas por mal camino...en fin. Básicamente lo que pone aquí es que ciertas pruebas fiscales desaparecerán a cambio de que pases a ser de mi propiedad, durante este fin de semana. Serás mía para hacer lo que me de la gana, absolutamente cualquier cosa, excepto dejarte embarazada.-

Sigues viendo como tu padre está muy tenso, con los puños apretados, llorando en silencio.

-Te lo diré más claro. El idiota de tu padre hizo algunas cosas de las que me he enterado...y si salen a la luz...adios herencia para la nena. El no quiere eso y yo lo sabia, así que le propuse que en lugar de la herencia de la nena, me diese a la nena...al final acordamos esto. ¡Y pensar que el viejo chocho de enrico creia que iba a convencerme de tenerte solo un día! Y llegar a eso lo mataba por dentro- rie -Pero claro, o eso, o él a la cárcel y tu a la calle, es un hombre inteligente al fin y al cabo por lo que ha optado por lo más sensato.-

Te acerca de nuevo el papel, desconectando el aparato.

Apenas podía creer lo que me estaba diciendo pero era verdad por la reacción de Enrico, sólo que no tenía que haber sido así. Me sentí totalmente frustrada, engañada y nunca se lo iba a perdonar. Nunca.

-Está bien, pero dejarás a mi padre en paz, ¿cierto?

Mi cabeza daba vueltas, me sentía demasiado excitada y demasiado mareada, no sabía cuánto iba a poder resistir a ese hombre pero ya estaba decidido y finalmente firmé aquel maldito papel.

-¡Genial preciosa! Aceptaló, será más fácil.-

Lleva el documento a Enrico para que firme él también. Deja el mando justo delante de ti y ordena que te suelten. Eso hacen, pero Flavio, el fuerte, se coloca ante la puerta de salida.

-Tan solo es para que expreses tu conformidad, nada más, no es realmente necesaria tu firma.-

Enrico, cabreado y frustrado, sospecha de la sonrisa de Maximo, y se pone a leer el documento.