Partida Rol por web

Cuando dijo que "iba a querer mas de esos", acerque mis labios a los suyos, rozandolos levemente, pero sin llegar a besarla... Despues de esa accion tan picara, la mire directamente a los ojos, y despues la bese en la frente...

Y Cuantos querras??

Una de mis manos regreso a su cintura, mientras la otra alcanzaba su cara, tersa, inmaculada, tan solo manchada por un suave tono rojizo en sus mejillas...

La ventana tras de si parecia otorgarle luz propia, como una estrella en el vacio, ora fria y distante, ora calida y proxima... Ensimismado en tal imagen dije...

Que estrella eres tu??

-No lo sé, ¿hay límite?-pregunté sonriendo.-Tendrás que averiguarlo.

Su mano recorrió mi rostro, era todo tan intenso y tan distinto. Nunca había visto a Roy como lo estaba viendo aquella noche, realmente me estaba sintiendo una adolescente.

-¡Qué cosas dices! ¡No soy una estrella...! Puedo ser bastante molesta... Y muchas cosas más que las estrellas no son.

Mis manos permanecían sujetas tras su cuello y de pronto me acordé que si quería mantener a Roy con vida, debía evitar que mi padre nos viera en esa situación. Me aparté suavemente pero antes lo besé sólo rozando sus labios.

-Dime tú cuál crees que soy...

Me paré a su lado y miré ese mismo cielo que segundos antes él había estado mirando, rozaba su brazo con mi brazo y me atreví a entrelazar mis dedos con los suyos durante unos instantes.

En ese momento aparece Enrcoen la habitación. ¿O llevaba más tiempo ahi?

El caso es que lleva una escopeta en las manos, está limpiando sus cañones.

-Chicos...quiero cenar...me ha dado tiempo ya a limpiar esto por completo...-

SUs ojos van a vuestras manos entrelazadadas, y cierra los cañones de pronto, con un chasquido ominoso.

-Os espero abajo, no tardéis.-

Aun cogiendo la mano de Jackie, la mire...

Esa escopeta funciona?? Espero que no haga tiro al Roy...

Despues de recuperar el color normal de mi piel, pues estaba un poco palido, le dije...

Vamos a cenar?? Seguro que despues tu padre esta de mejor humor...

Viendo el color de Roy me parece divertido lo de mi padre.

-Tranquilo-no lo solté de la mano.-Esa cosa sirve pero Enrico no va a hacer tiro al blanco contigo, te lo prometo.

Teníamos que hablar de lo sucedido pero luego, ahora teníamos que pasar la prueba con el viejo. Lo llevé a abajo, luego al comedor y mi padre ya esperaba.

-Lo siento, padre-lo besé en la frente y le indiqué su lugar a Roy frente a mí.-Me entretuve mirando el cielo, me olvidaba lo bien que se ve desde tu casa... Bueno, nuestra casa.

Me senté frente a Roy, mi padre estaba a la cabecera de la mesa.

-Cenemos, muero de hambre...-sonreí.

-No se te ocurra meterle..."mano" a mi hija por debajo de la falda, chico. Mira allí.- te señala una pared, toda llena de cornamentas y cabezas de presas. Pero hay un hueco.

Empiezan a traer la cena, platos de una calidad y variedad muy elevadas. Solo son los entrantes. Fua de pato con cebolla caramelizada, multitud de quesos para untar, caviar en una base de mantequilla levemente derretida....

-De primero hay un caldo suave, para abrir boca, y de segundo pierna de buey cocinadaen su sangre, con un toque de pimientas varias.-

-Bueno contadme, ¿cuándo nace el niño?-

Tu padre te conoce bien, sabía dónde te ibas a sentar. Por ello te encuentras un pequeño papel con su letra, lo lees mientras Roy está distraido mirando la decoración de la pared.

"Divirtámonos, usa tus pies para ponerlo..."nervioso" "

Respiré profundo al ver aquello, Enrico no era fácil y yo tenía que haberlo sabido pero ya estábamos en el baile y teníamos que bailar, evitando que el viejo matara al "novio".

-¡Padre, basta! Estás asustando al padre de tu futuro nieto... ¿Te parece correcto? ¿Quién va a cuidarnos a mí y al bebé si lo matas?

Le guiñé un ojo a Roy, levanté un pie descalzo ya y comencé a acariciar sus pantorrillas, subiendo poco a poco pero hablando como si nada y cogiendo un poco de caviar.

-Dos meses, así que en siete tendrás al próximo Carusso de la familia, bueno, en realidad será primero Winhill pero sé que lo entenderás...

Por encima de la mesa tomé la mano de Roy y le sonreí, intentaba tranquilizarlo por encima de la mesa pero por debajo mi pie iba subiendo.

-Roger es un buen hombre pero no lo será si le cortas la cabeza y la cuelgas en tu pared...-tomé la mano de mi padre también y le miré con ojos de niña buena.-A ver, mis dos hombres, sean amistosos el uno con el otro... ¿Por mí?

Y que digo yo ahora?? Pensaba todo lo rapido que podia -Y que la pierna furtiva de Jackie me permitia- pero ese hueco en la pared parecia que tenia mi nombre...

Ehhh... Si... Jackie es una mujer encantadora, lo que no tendria perdon es no quererla...

Su pie no ayudaba a que me tranquilizara, pero a duras penas aguante, con mi mano cogida por la suya...

Un buen hombre??

Gracias Jackie... Le dije, mientras acariciaba su mano...

Miré a Roy a los ojos, mi pie había subido mucho más y acariciaba sus muslos, podía notarse lo tenso del momento pero mi padre no se iba a quedar tranquilo, aquello daba para mucho más. Especialmente que le dijera, aunque fuera en broma que iba a tener un Winhill y no un Carusso.

-No, querido, es la verdad... Estas cosas pasan todo el tiempo. Y Enrico no es un ser cerrado, no dejes que te intimide.

Miré a Enrico con tranquilidad, parpadeando un par de veces y puse mi pie entre ambas piernas de Roy, creo que en algún momento comencé a sentirme yo misma excitada y nerviosa, era una sensación un tanto rara. Bebí un poco de mi copa y pedí que me sirvieran más. Si dejaba que mi padre llevara toda la conversación, Roy iba a estar más que asustado, tenía que hacer que confiara en mí.

Espero que por "estas cosas" no se refiera a colgar a los amigos de su hija como trofeos...

Yo no he dicho que lo sea... Pero en ningun momento te he tratado mal... O si lo he hecho?

Luego espere un momento...

Objetivamente hablando, viendo la gente que hay por ahi, soy un buen chico...

La que no era tan buena chica era Jackie... Su pierna y yo estabamos empezando a entendernos...

Me olvidé de mi padre unos instante y me recargué sobre la mesa, como hacía cuando había algo muy rico que yo ansiaba comer y tenía que esperar a que los invitados de mi padre dieran el primer bocado. Orden o no, aquello estaba bien, se sentía bien y clavé mis ojos grises en los de Roy, mordiéndome sutilmente el labio inferior, mis dedos subieron por su entrepierna hasta rozar lo que ya era imposible ocultar. La caricia empezó de arriba a abajo por encima de la cremallera con total tranquilidad como si no estuviera haciendo nada, mi padre adoraba aquella mesa y yo también. Más de una vez lo vi hacer el mismo juego con alguna de las esposas de sus "amigos" pero era porque él me había enseñado el truco.

-De pronto no sé si estoy tan hambrienta...-dije sin dejar de mirar a Roy pero hablando con mi padre.

Mi mirada intermitente iba y venia de Jackie a Enrico...

Jackie, tienes que comer algo... Te encuentras bien??

Despues mire a su padre, esperando un gesto de aprobacion que no parecia que fuera a llegar...

Su pie me acariciaba... Y yo tampoco tenia demasiada hambre...

-Estoy mejor que nunca, rodeada de mis dos hombres favoritos...

Respondí con una media sonrisa y descalzando mi otro pie, bajé el que ya tenía arriba y puse este en el lugar del anterior sonriendo y mirando a Roy, casi pidiéndole que nos fuéramos de allí pero eso no podía pasar porque ahí realmente estaríamos muertos los dos. Subí un poco más mi pie y lo metí bajo su camisa, era demasiado tentador hacerle sentir cosas y nada tenía que ver con Enrico. Volví a bajar el pie hasta el lugar inicial, acariciando suavemente, tentando a su virilidad sin prisa pero sin pausa.

-Comeré, prometo que comeré. Con mi padre uno no se puede negar...

A este paso no soy el unico al que Enrico matara...

Realmente, la situacion se estaba poniendo, para el contexto donde estabamos, un poco tensa...

En otro momento hubiera sido idoneo... Pero en la mesa, con Enrico, y Jackie jugueteando sin que yo pudiera jugar tambien... No era justo...

Comere... Si era tan persuasiva como su padre, ni yo podria llevarle la contraria...

Prometo que comere... Roy, concentrate...

Notaba como el rostro de Roy cambiaba, intentaba ser el mismo de siempre pero su cuerpo decía que no era el mismo de siempre. Me vi gratamente sorprendida y pensé que envidiaba que viviera con Amy. Miré a mi padre un instante, era un viejo diablo que sabía bien lo que hacía y por eso lo adoraba tanto. Continué mi masaje en aquel cuerpo que se tensaba cada vez más aunque conseguía seguir entero a la mirada de cualquiera, sonreí y lo miré.

-¿Quieres un poco más de..., vino, Roy?

Me pasé la lengua por los labios y realmente me olvidé de mi padre por un instante. Los movimientos de mi pie eran ligeramente más enérgicos, odiaba las cremalleras, le regalaría un pantalón con velcro a Roy y pensar eso me hizo reír. Solté su mano, la había tenido sostenida y apretada, una delicia pero ahora tenía que dejarla ir.

Vino... Lo que me faltaba!! Y eso que no hemos hecho mas que empezar la cena...

Vale, pero poquito, que aun no hemos empezado a cenar y ya quieres verme borracho?

Tenia la cabeza un poco inclinada hacia delante, estaba mirando a Jackie levantando la mirada...

Como diciendole que no estaba del todo bien, pero que parar tampoco era la mejor solucion...

Al soltarme la mano, me la lleve a la cara, pasandome el indice y el pulgar por las comisuras de la boca...

-Claro que no, no queremos darle una mala imagen a Enrico.

Mis palabras eran claramente un desafío pero en ese momento sólo me importaba lo que estaba sucediendo entre él y yo, su mirada no me decía que me detuviera y al pasar sus dedos por su boca, sólo me invitó a seguir tocándolo de aquella manera. Además, si hubiera querido que me detuviera, sencillamente habría tenido que bajar la mano y sujetar mi pie. Le serví el vino yo misma, la mitad de la copa y le serví a mi padre, le guiñé un ojo como diciendo que fuera bueno mientras me deleitaba con las caricias sobre la entrepierna de mi querido amigo.

Y así transcurre la velada, un verdadero dolor de pelotas para Roy.

Finalmente traen los postres.

-Bueno, hablemos de...negocios, Roy. De hombre a hombre. Así que acompañame a la terraza, hija por favor, ve a mi despacho a traer mis gafas, mi vista ya no es lo que era.-

Enrico se levanta indicando el camino a un Roy que...no debería levantarse, le va a ser imposible disimular su "pantalón-tienda de campaña".

Jackie por su parte, capta la sutil indicacion de obedeceme, en la mirada de Enrico.

Me puse los zapatos y miré a Roy con una poca de angustia, muy poca, mi padre no era de los que se asustaban por una erección pero obviamente que Roy no lo sabía, así que le hice una seña, intentando tranquilizarlo pero como supuse que eso no serviría de nada, me puse detrás de él, me agaché y le hablé al oído.

-Tranquilo, ha estado jugando toda la noche. Venga, estarás bien.

Me alejé en busca de los anteojos de mi padre, lo más pronto que podía para volver también, lo más pronto que pudiera que me temía que se le pasara la mano con él.