Partida Rol por web

Al recibir la respuesta de Septimus, me preparo para salir:

"Alfera , voy a entrevistarme con el Tremere para presentarnos y comunicarle la razón de nuestra presencia aquí.

Mientras, dirígete a donde se encuentre el Capitán de la Guardia de la Domus, e intenta enterarte de las defensas, guardias y sistemas de seguridad que hay.

Asegúrate antes de salir de dejar todo nuestro equipaje "bien colocado" y la puerta cerrada, quiero saber cuando regresemos si ha habido intrusos.

En cuanto termines, buscame y me cuentas lo que has averiguado"

Dejo la espada en la habitación, pero me cercioro de llevar uno de mis cuchillos y de mis dagas no muy a la vista.

No quiero ofender a los Flambeau portando armas ostentosamente en su Hogar, para así mostrar que "confío" en ellos.

A continuación, me dirijo tranquilamente y con aire despreocupado hacia las habitaciones de Septimus, observando el entorno y tomando nota de los guardias, ventanas, y demás que vea por el camino.

Con cualquiera que me cruce en mi camino, le saludo con deferencia pero sin detenerme hasta que llego a mi destino.

Al llegar a la puerta, me arreglo las ropas, esbozo mi mejor sonrisa y pienso "vamos allá "

Alguien llama suavemente a la puerta de tu habitación.

Al abrirla no sabes si estás frente a un Mago o un Custos por su apariencia y porte.

Con una sonrisa te dice:

"Me presento: soy Felismarte de Montpellier, de la Casa Tremere. Podemos hablar?"

Digiriendo las palabras que el anciano mago me había brindado, seguí sus pasos. Si tan importante era el Tribunal, debería de tener la mente fría y estar bien atento a todo lo que ocurriera alrededor. Tratar con muchas personas era algo que no se me daba demasiado bien, no me gustan los espacios cerrados, pero muchos menos si está abarrotado de gente y cada uno tiene un interés propio y diferente. Sería algo difícil, pero ya había girado la cabeza a mis obligaciones durante mucho tiempo, tendría que hacerle frente a lo que se me venía encima.

-Una vez más, os agradezco vuestras palabras -asentí brevemente con la cabeza- trataré de no olvidarme de ellas. Sigo albergando algunas preguntas sin respuesta en mi cabeza, pero supongo que sabré encontrar la respuesta cuando me vea en el Tribunal.

Algo sobresaltado abrió la puerta -Creí haberos citado junto a la entrada del banquete, o al menos eso le dije al grog que enviasteis- dijo con cierta malhumor - y bien, ¿en qué puedo serviros Felismarte de Montpellier, filius de Almach, filius de Cadmus?- dijo algo más recuperado.

-Pasad y cerrad la puerta, sed breve os lo ruego, el tiempo apremia y hay mucho que hacer- añadió con un gesto de la mano antes de dar un par de zancadas, tomar un grueso volumen para introducirlo en un baúl cerrándolo con llave.

Papagena observa los tapices, un buen dominio de Herbam sin duda, le gustaban y Claudio le gustaba aun mas, era Flambeau, pero que apreciara las sutilezas del arte de las plantas le daba bastantes puntos.

Una sonrisa picara se dibujo en su rostro.

- Dulces casualidades, yo tambien manejo Herbam, me encantan las plantas y tengo mucha afinidad con ellas.

Lentamente se acerca al lecho y arrastra tras de si al mago.

- Dime... ¿Conoces las propiedades de la rosa como afrodisiaco?

Se coloca de rodillas con las piernas abiertas sugerente, sin dejar entrever nada pero dejando a la imaginacion de claudio volar,sobre la cama mordiendose el labio inferior y con los ojos de una ninfa rie suavemente invitando a Claudio a unos juegos feericos que ella conocia bien.

Muy, bien, tienes toda la razón. ¿Me podrías guiar? Le guiño un ojo. Creo que sería una comida muy aburrida sin mi. Bueno, Michel, comienza el espectáculo. Le abro la puerta caballerosamente y la sigo por los pasillos, haciendo preguntas sobre las diferentes dependencias y el funcionamiento de la Domus. Presto toda la atención posible hasta llegar a mi destino. La verdad, Giselle, es que estoy más que intrigado sobre la clase de magos que me encontraré en la comida. Estas reuniones suelen ser tan aburridas que a veces me entra el sueño a la mitad. Por cierto, ¿alguna taberna a dónde alguien pueda ir a tomarse un buen vino?

Pues muchas gracias por todo, espero verte estos días y que puedas mostrarme el pueblo. Disfruta del día. Digo una vez me contesta antes de entrar al salón para el banquete.

Después de cerrar la puerta cuidadosamente, me situo en  el centro de la estancia, echo un vistazo rápido al entorno y mirando a los ojos de Septimus le digo con tono afable:

"Sé que me habíais citado junto a la puerta de acceso del banquete, y espero que no os moleste en grado sumo mi atrevimiento al venir aquí directamente,pero el haber seguido vuestros deseos simplemente habríamos llamado la atención de todos los ojos y oidos de la Domus."

"Con la fama que nos ha atribuído las otras Casas, no creéis que resultaría tremendamente sospechoso y tentador para la curiosidad de los demás Magi el ver a los únicos Tremere del Tribunal hablando en un pasillo?"

"Sin ofenderos, pensé que estaríais acostumbrado a la desconfianza que nos tienen el resto de las Casas,  y que sabríais manejaros con más discrección"

Saco de mis ropajes una carta sellada con el símbolo Tremere y se la entrego, mientras observo detenidamente la estancia:

"Por la presente, me pongo a vuestro servicio para acompañaros, ayudar en lo posible y protegeros en vuestras labores" (Pongo énfasis en "protegeros")

"No sé cual es la razón de vuestra presencia en este Tribunal, la intriga y la política no me interesan en absoluto, sólo obedezco órdenes de nuestra Casa. Y esas órdenes para mí son claras: suceda lo que suceda, os he de mantener sano y salvo"

"Sólo espero que cooperéis conmigo mientras estéis bajo mi protección, y que me hagáis partícipe de vuestros movimientos. No voy a interferir en sus asuntos, ni os preguntaré nada salvo sobre lo que creáis que deba de saber sobre Vos."

"Y os vuelvo a rogar otra vez el que me perdonéis el haber desobedecido vuestra anterior sugerencia"

"Deseáis saber algo más?" Supongo que habrá que irse preparando para acudir al banquete"

Me relajo y observo detenidamente a Septimus, esperando a que termine de leer la carta y me responda.

Salve, oh Master:

No creas que voy tan despistado.

Si estuvieses en un Tribunal y vieses a 2 Tremere en un pasillo hablando en voz baja e intercambiándose documentos no agudizarías el oído para enterarte de qué se cuece?

Con la tírria que nos tienen ( a los Tremere) siempre hay que andar con pies de plomo.

Bueno, ya he hecho mi presentación y toca el momento de las tiradas ( las realizo ocultas y ya me dices el resultado)

PD:Buena suerte con ese examen!!!

Atentamente:

Nyarlathofer, aka Felismarte de Montpellier ex Tremere.

Con cierta aprensión toma la carta entre sus manos -el sello es real y está intacto- como el sacristán con el cuerpo de cristo rompe el lacre para leer el contenido de la carta.

Rápidamente comienza a leer, parando de vez en cuando para observar a Felismarte con cierta atención -entiendo ...- dice al finalizar de leer -un guardaespaldas o un espía, ¿que será?, tal vez ambas cosas ... - pensó a sabiendas como actuaban los suyos.

-En principio mi papel aquí iba a ser el de representante de mi Alianza, pero por azar del destino un dignatario enviado por nuestros superiores tiene necesidad de mis servicios,y he aquí a mi protector para salvaguardar mi tarea-  dice señalando a Felismarte con una sonrisa de hastío.

-Estoy más que acostumbrado a la fama que nos atribuyen las demás casas, pero si os he citado a la vista de todos, es precisamente para que no den importancia a lo que hablemos, ahora ese grog que os ha conducido hasta aquí se lo hará saber a sus amos Flambeau- suspira resignado -ahora sentirán curiosidad, en cambio antes podrían pensar que somos dos simples magos de una misma casa ofreciéndose sus respetos e intercambiando "impresiones" o una simple carta de un viejo conocido- amonesta con la carta aún en la mano -espero que sepas manejar este asunto con más discreción- dice dejando la carta sobre el escritorio.

-Decidme, siento curiosidad ... ¿perteneceis a ese raro grupo de Tremeres guerreros?, se dice que tienen incluso sangre faerica- dice algo más calmado -¿de que talentos disponéis?- continua pensativo.

Yo estoy seguro de que lo conseguiréis, ya lo veréis. Mirad, ya estamos aquí-señala la única puerta del pasillo-Preparad vuestros ojos joven, pues hay pocas bibliotecas que puedan igualarse con esta.

Abre la puerta y puedes comprobar que no exagera; a diestra y siniestra se extienden estanterías repletas de códices, pergaminos y papiros, mas de los que hayas podido ver en toda tu vida. La estancia parece separarse en dos zonas, una correspondiente a los temas mundanos y otra para todo tipo de temas mágicos. Esta ultima es especialmente llamativa, pues algunos libros portan encuadernaciones de pieles extrañas, otros relucen misteriosamente y algunos incluso dan la sensación de vigilar tus movimientos. Una visión que arrancaría una exclamación a muchos...de no ser porque por algún motivo ambos estáis completamente inmovilizados y ni siquiera podéis mover los labios.

Yo solo conozco a los magos de este lugar, pero puede decirte que son...-titubea buscando la palabra adecuada-"entusiastas". Siempre están de un lado para otro, lanzando sus sortilegios, peleando entre ellos, son como el fuego, no siguen un patrón...la excepción la representa Tortious, él es diferente-se estremece de manera inconsciente. Después de darte las indicaciones para llegar a la taberna, se despide con una inclinación.

La magia se le había escurrido entre los dedos en el último hechizo, y sabía que era peligroso jugar con ella para banalidades. Sin embargo debía de estar seguro de las intenciones de sus anfitriones. Se tomo unos minutos para recuperarse de su malogrado hechizo y volvió a intentarlo.

Pero la falta de concentración lo turba de nuevo. Sin embargo Remiel no es un hombre de voluntad débil y está decidido a conseguir lo que quiere. Tras un breve descanso, consigue domeñar a la magia y articular el hechizo.

"Comprendo lo que queríais hacer, os presento mis excusas por mi manera de actuar", digo haciendo una leve reverencia.

Respondo extrañado a la par que sorprendido:"Sangre faérica, yo? En absoluto."

"Y sí, pertenezco a esa clase de Tremere que prefieren usar costumbres y maneras mundanas antes que ir anunciando que poseemos el Don"

"Digamos que mis talentos están orientados hacia el manejo de la armas y el discernimiento de la mente humana." digo sonriente mientras jugueteo con la daga que he sacado rápida y diestramente de entre mis ropajes.

"Me acompaña en esta misión un mundano que fué criado conmigo en la Alianza de mi Maestro Almach y que me ayudó a desarrollar mis habilidades de combate"

"Es de total confianza, le conozco de toda la vida, y es devoto de nuestra Casa. Su nombre es Alferio"

"Me gustaría que me indicáseis quien os acompaña y quien es de total confianza para vos"

Vuelvo a esconder la daga entre mis ropas.

Crucé la puerta justo tras él y no se equivocó cuando me dijo que pocas bibliotecas podrían igualarse a aquella. No era muy dado a los libros y a pasar tiempo encerrado con la única compañía de una vela y libros antiguos. Pero de haberlo sido aquel lugar me habría arrancado algunas emociones más. Nadie podía negar la grandeza de aquella sala.

Estaba a punto de comentarlo con Arcturus, cuando noté que la garganta no respondía. Al intentar llevarme las manos a la garganta, por si pasaba algo, tampoco reaccionaban a mis deseos. Algo no iba bien. Mi primer instinto fue forcejear contra aquello, no debería de ser muy diferente a luchar contra el agarre de aquellas gigantescas serpientes de la selva. 

Por el rabillo del ojo miraba a mi acompañante, que había sido mi guía durante todo el trayecto, por si él sabía que demonios estaba pasando y si sabía como arreglarlo.

Con un gesto de su mano resta importancia a lo sucedido aceptando así a su particular manera las excusas de Felismarte -dejad de excusaros y procurad no hacerlo en publico, es mejor que vuestras instrucciones solo sean conocidas por nosotros dos, aunque sospecho que el dignatario Tremere enviado desde Ceoris estará también al corriente ... - dijo acariciando su mentón pensativo

-Ya veo ... - dijo con cierta decepción haciendo alusión a su pregunta sobre su pertenencia a los hijos de Muj -tal vez solo sean un cuento que va de boca en boca en la Domus Magna- dice restandole importancia.

Incrédulo ve como el Felismarte juega con un cuchillo tal como viera a sus hombres en más de una ocasión algo impropio de un mago al menos de todos cuanto ha conocido -espero por el bien de ambos que disponga de más talentos, cinco de los seis grogs que me acompañan son diestros en el uso de armas -dice poco convencido -¿de confianza dice?, necesitaremos mucho más que eso ... en caso de involucrar a su acompañante, usted y solo usted será último responsable de sus actos- advierte con tono seco.

-¿Quiere hacerme un favor?, ponga toda su atención en localizar posibles rivales ajenos a nuestros intereses y no haga nada sin consultar antes, a menos que sea  algo "inmediato" ya me entiende  ... - dice  pasándose el dedo indice por la garganta -no queremos un incidente diplomático, no aquí y no con los Flambeau- junta las manos como si suplicara o rezara.

-Como os he dicho me acompañan seis grogs de mi alianza, cinco de ellos son custodes y entre ellos está el líder de la turba, un soldado leal a la Alianza y experimentado- contesta a su pregunta sobre sus acompañantes.

 -De confianza, ja- sonríe con una carcajada -nadie es de confianza Felismarte, nadie ... eso lo aprende todo aprendiz Tremere desde su más temprana instrucción-añade negando con la cabeza.

-Bien, será mejor que nos preparemos para el banquete, estad atento sin duda habrá situaciones en las que podremos sacar provecho, localize a los posibles rivales y si además puede averiguar sus intenciones tanto mejor ... yo haré lo propio- dice con una sonrisa lobuna.

Al contrario que tu, no parece que Arcturus este forcejeando y su mirada parece tranquila. Al cabo de unos segundos sale de entre la sombras un extraño personaje, que se mueve en zigzag y que cubre su rostro con una capucha oscura, de la cual solo sale una larga barba picuda de aproximadamente medio metro.

-No no no podéis entrar aquí por por ahora. El primus primus primus me lo pidió. Volved volved mañana.De de de todas maneras el banquete empezara empezará pronto.-supones que es un hombre por su tono de voz.

El hombre regresa por donde vino y tras salir de vuestra vista notáis como desaparece la opresión que os retenía y enmudecía. Arcturus muestra una extraña expresión en el rostro, que no estás seguro de lo que significa.