Partida Rol por web

Interrumpiendo vuestra conversación se escuchan unos gritos afuera, pero estos parecen ser mas de sorpresa que de algún otro suceso funesto. La puerta de la sala se abre bruscamente y un joven, que podéis reconocer como uno de los grogs que os atendieron en vuestra llegada, realiza una rápida inclinación antes de decir-¡Mis disculpas mis señores por interrumpir, pero tenemos problemas! Mi señora Papagena-traga aire y continúa-su lobo gigante se ha escapado de los establos y se ha vuelto loco, ahora mismo está subiendo las escaleras, no podimos detenerlo.

Papagena hace caso omiso a la gente ¿Jax? ¿Descontrolado? Eso seria cosa digna de ver.

- Mi Huargo no se vuelve loco, mi Huargo esta entrenado, mi Huargo hace lo que yo le digo... -dice hunidendo una mirada pentrante al grog- Llevame ante el

-Un momento, ¿disponemos de un huargo? ¿sabéis el olfato que tienen esos animales? ¡Podría llevarnos derecho hasta el asesino! -exclamó genial Excelsius, siempre encontrando ideas estupendas, pero en este caso obviando el hecho de que el huargo que les podría servir de perro de presa al parecer estaba "desbocado", si es que eso se le podía llamar a un cánido, por grande que fuera.

Contratiempos y más contratiempos. No confiaba demasiado en que el lobo huargo aguantara el encierro sin causar destrozos, y eso que era el primer día. Pero podía entenderlo, nadie querría estar encerrado en un lugar así, mucho menos un animal. Ninguno de los presentes podía entender eso y se esconden tras una máscara de lujos innecesarios y ostentación.-

-Me gustaría acabar con esta reunión lo antes posible, pero es cierto que no se ve todos los días a un huargo arrasando a su paso.

La noticia de un huargo desbocado corto la afilada respuesta que Remiel tenía preparada para Septimus, sin embargo esta tontería y esos humos debían ser cortados inmediatamente antes de que estorbaran la investigación.

"Contactos dice" pensó Remiel "De eso es de lo que vive tu Casa, de extorsión y chantaje"

-No creo que vayamos a ser de gran utilidad para frenar a su compañero, si acaso estorbaremos- dijo Remiel sin dirigirse a nadie en concreto- Pero puesto que vamos a ser un grupo deberíamos esperar por ella antes de continuar la reunión.

A Remiel no se le había pasado por alto la genialidad del joven Excelsius, tirar de ese hilo podía ser muy prometedor.

Michel escuchó atentamente a sus compañeros. Sin duda la cosa pintaba más divertida a cada segundo que pasaba. Lucha de poderes, lucha de egos y yo en el medio. Me encanta! A punto de presentarse llegó la noticia bomba. El Huargo se había escapado. Ante las palabras de Papagena sólo cabía una respuesta. Sería mejor que bajásemos con ella. El Huargo estará bajo el efecto de algún hechizo e igual la señorita necesita ayuda. Sin esperar respuesta me lanzo tras ella.

Armand sonríe ante las palabras de Septimus. 

- Estoy convencido que seáis o no líder esos contactos serán de ayuda. Como el resto de poderes, dones y capacidades de cada uno de nosotros. Sin embargo tal vez no seáis la persona más adecuada para convencer con la palabra de que nos apoyen, sodal Septimus. En todo caso... lo que decida el grupo de quien deba ser el líder, por votación de cada uno de sus miembros, será lo apropiado - dicho esto Armand asiente a las palabras de Michel- Estoy de acuerdo con vos. Acompañaré a Papagena. Si somos un grupo, debemos empezar a actuar como tal, y seguir la reunión sin ella sería inadecuado. - nuevamente Armand mira a la mercere- Llévanos junto a tu huargo, sodal

Excelsius, agitado por la noticia del huargo, siguió a Papagena sin más, sin esperar a que los excelsos compañeros que le habían tocado retrasasen la acción con toda su palabrería sin sentido o para darse humos. Había un animal salvaje suelto, un animal que no debería comportarse como lo estaba haciendo y era la mascota, o compañero, o algo así, de una mujer de lo más interesante, así que él ya estaba decidido: ayudaría si estaba en su mano y, cuanto menos, observaría lo que allí acontecía, qué menos. Además, ya tenía en mente una escultura de un lobo monstruoso para colocar en alguna fachada interesante, o tal vez en un medio-relieve. Sí, así quedaría genial...

La cara del grog se torna del color de la leche ante la idea de acercarse al animal, pero la costumbre de obedecer ordenes es mas fuerte que su miedo-Co... co... como ordenéis señora.

Al salir de la habitación, podéis ver que sus afirmaciones son ciertas, en estos momentos el huargo se halla en la segunda planta detenido momentáneamente por un grupo de grogs que bloquea las escaleras, pero no parece que vaya a durar mucho. Por algún motivo, el animal quiere seguir ascendiendo y su ferocidad intimida a los soldados, que se limitan a defenderse, pues no están seguros de que sea buena idea atacar a la mascota de un mago.

Aquello era raro, muy raro, pero tampoco podia permitir que Jax anduviera destrozando toda la domus, sobretodo cuando no era ni de su casa.

Haciendo acopo de toda la fuerza que le otorga su condicion, pone los brazos en jaras, hincha los pulmones y da un grito seco.

- ¡Eh! -grita haciendo gala de una ruralidad que haria palidecer a un avejado carretero.

Acto seguido y para reafirmar el llamamiento sin llevarse tan siquiera la mano a la boca provoca un silbido dental colocando sus incisivos sobre el labio inferior.

Le picaba la curiosidad, al igual que a los demás, de ver qué estaba pasando con el huargo. Lo supe en cuanto lo ví, ese bicharraco iba a dar problemas. Y seguro que la putilla de su dueña también. Una sonrisa irónica se posó en sus labios ya no solo por sus pensamientos, sino por las palabras de los otros compañeros. Tal vez el tal Armand era el único, aparte de él, claro, que podría hacerse con la situación. Pero como bien dijo antes, el Quaesitor no poseía los dotes políticos necesarios para hablar con toda esta gente, presente en la domus.

-La dote de la palabra- dice con una mirada profunda e inteligente.- es uno de los fuertes de la casa Tremere. Pero como sea, ya decidiremos esto más tarde.-Siguió al resto hacia fuera para ver cómo lo llevaba la mujerzuela con su bestia. Y como no, no tardó en demostrar su ordinariez al empezar a silvar como una burda campesina.

Me uní al resto del grupo para observar el comportamiento del huargo. No quise creerlo, pero ahora ya estaba confirmado: una criatura como esa es imposible que sea domada al 100%, sus instintos siempre estarán por encima de cualquier orden dada, incluso diría que la magia no podría doblegar la voluntad salvaje del mismo.. curioso.

Viendo que el Tremere seguía con lo suyo, centrado en el tema del liderazgo del grupo, doy un par de pasos para alejarme de donde están. El tema ya había dejado que interesarme, si se hiciera una votación ya tenía a mi candidato.

-Menuda fiera -no estaba del todo claro por quien lo había dicho, si por el animal o por su dueña-

El gigantesco animal, al oír la llamada de su dueña, acude raudo dejando atrás a unos asustados y sudorosos grogs que se recomponen como pueden de la impresión. Cuando ya lo tenéis cerca os dais cuenta realmente de cuan grande y poderoso es; tan grande como un caballo de guerra y mucho mas musculoso, muestra unos afilados colmillos de 12 centímetros de longitud capaces de partir a un hombre en dos con suma facilidad.

Sin embargo cuando llega hasta Papagena se muestra contrito, agachando la cabeza y bajando las orejas, como cualquier perro común y sin embargo no deja de gruñir y mirar las escaleras, como si hubiera algo que lo molestase.

Papagena baja las manos al cuello de Jax tratando de calmarlo

- ¿Que pasa chico? ¿Que ocurre? ¿No te dije que te quedaras en los establos? -mira hacia donde gruñe el Huargo, extrañamente parecia que se dirijia hacia la biblioteca- ¿Pasa algo alli arriba?

No le gustaba que hubiera habido un muerto y ahora Jax se pusiera de los nervios, no podia ser casualidad, de un salto que mas pareceria propio de un elfo se sube a los lomos del Huargo y le insta a moverse hacia donde señalaba, baja su mano a un bolsillo y saca un fresa que mantiene en su mano.

Miro intrigado a Papagena y su forma de tratar al huargo. A pesar de estar muy nervioso la respeta. Ella le habla como esperando que el animal le conteste. A mi alrededor mis nuevos comparñeros tambien observan interesados la escena. Habrá percibido algo, quizás bajo está bajo el efecto de un hechizo? Sería esta una acción urdida para desviar la atención... Todo esto da muy mala espina y empiezo a pensar que igual el diario ha sido sólo el primer paso de algún maquiavélico plan.

Los argumentos de Armand convencieron al Criamon, empezar a actuar como grupo nos daría coherencia y nos permitiría conocernos mejor. 

"Otro punto mas para que sea nuestro líder" pensó el mago.

Cuando llegaron ante la enorme bestia, lo primero en que pensó Remiel es que como haría la Mecere para controlar a semejante animal. Magia, encantos naturales... quizás fuera su familiar. En cualquier caso le sorprendía ver a una criatura salvaje de ese tamaño dándole la patita como un perrito normal a su dueña

Esta escena merece un relieve, como mínimo -pensó para sí Excelsius. La situación, potencialmente catastrófica, había dado un vuelco inesperado. El enorme lobo parecía haber detectado algo -su olfato, ya lo sabía yo- y ahora se aprestaba a seguir el rastro. El Jerbiton escultor no se perdería lo que siguiera por nada del mundo. Y lucía una sonrisa de felicidad un tanto fuera de lugar.

Armand observa como la mercere controla con rapidez a su huargo. 

- No soy en absoluto un experto en tales temas, pero parece que tu huargo está inquieto por algo. ¿Puedes comunicarte de alguna manera con él para saber lo que ha percibido? ¿crees que te está llevando hacia ese lugar? - había curiosidad en las palabras de Armand que parecía tremendamente interesado en la escena, y andaba con calma junto a la jinete y su montura... aunque a cierta distancia. Un huargo era un huargo, después de todo

Se gira hacia Armand, el resto parecian guardar un respetuoso silencio frente a Jax, le responde.

- No, no tengo idea de que le inquieta, pero los años me dejan deducir que algo lo suficientemente peligroso o interesante como para que contravenga una orden directa mia, no creo que sea peligroso sino mas bien interesante, sin embargo y por cuestiones de prevencion si tienen que preparar un hechizo defensivo recomendaria que cogieran sus focos, por si las moscas...

No creia que hubiera entrado nada peligroso a la domus, sobretodo despues del rastreo, pero hombre precavido vale por dos.

Siguiendo la ordenes de su dueña, el huargo empieza a ascender ágilmente por las escaleras, donde los grogs esta vez si que se apartan, obviamente se les ha debido informar de que vosotros sois el grupo que investiga el asesinato. 

El paso de Jax es bastante rápido, lo cual os obliga a mantener cierto ritmo para no quedaros atrás, a pesar de que se detiene de vez en cuando, husmeando el aire y gruñendo. Como habíais supuesto, se dirige hacia la biblioteca pero una vez llegado a la planta no entra en ella. En lugar de eso señala con la cabeza hacia el agujero del techo y lanza un largo aullido.