Partida Rol por web

La noche había caído, llevabais tiempo sin un refugio concreto y teníais frío. A primera hora del crepúsculo habíais cogido unas ranas y ahora intentábais con grandes dificultades encender un fuego en el lecho mojado y usando leña húmeda. La impaciencia se adueñaba y aunque no estaba tan suculenta a alguna de las ranas ya le faltaban las ancas.

Os habíais vistos relegados a ser lo peor. Peor que carroñeros. La última escoria del pantano. Ni siquiera los mosquitos se detenían en vosotros por lástima. Los últimos trasgos del pantano y quizá del mundo entero. 

Todos los aventureros les gustaba iniciar sus aventuras con algunas cabezas de trasgos, cada semana se habían adentrado en los pantanos en busca de pieles verdes sin pensar, que vosotros también erais parte de aquel mundo. Y ahora allí estábais frotando dos ramitas mojadas.... puta vida.

  ... un día... solo un día que no estoy en la aldea...

    Frustrada, molesta y cansada, se encontraba Ta'juki viendo aquel intento de fogata que hacía uno de los suyos, desde que la misma habia asumido parte de las viejas obligaciones que había dejado el fallecido antiguo Druida de la tribu Loas, apenas a tenido tiempo para ella misma y Ahora... que por fin se había alejado un poco de la tribu con la escusa de comprobar la fase actual de la luna, para volver y encontrarse con...con... ésto...

  ¡¡¿  En'zerrio... c'mo llegamos a ésto ?!! - molesta miraba a cada uno de los presentes ... Almenos Fror sigue viva... algo es algo...

Frortia seguía sentada, pegando su espalda a una roca con el suficiente tamaño para reposar esta (cosa que no era muy complicada debido a su estatura). Había probado a encender un fuego varias veces pero con aquella lluvia resultaba imposible, viéndose ahora con su diestra apretando su tabique nasal junto a una expresión de rabia y molestia. -Zus lo dije. Mira que zus lo dije. -Replicó desde su posición. -Zus dije que no había que ir al pueblo de lo' orejas largas ezos, que zon unos delicaos y luego llaman a los caras pálidas pa' que hagan la faena. Pero nunca m'escucháis y ahora tan to's muertos. -Como de costumbre culpaba de todos los males a los elfos, incluyendo el hecho de que los medianos hubiesen sido los culpables de todo aquello.

Se llevó su rana a la boca, si no iban a conseguir fuego ya daba igual esperar más con el hambre que tenía. -Po' que zepáis que esto no va a quedar azín, pienzo ir al pueblo pa' enseñarles una lección. Y si hace falta ir al pueblo de al lao' pa que aprendan, pues al pueblo de al lao' se va. -Definitivamente Frortia pensaba vengarse por lo sucedido. -No puedo dejar que esos caras pálidas se vayan de rositas, me llevaré la cabeza de su líder como trofeo... Además de recuperar aquello que le robaron al jefe. -Squeek, tú zeguro que pienzas igual como guerrero. ¡Hay que golpear sus cráneos!

Torhuk miraba a sus compañeros,  al parecer los últimos trasgos del pantano,  con una paciencia pasmosa.

La lluvia arreciaba, tal y como cuando,  algún tiempo atrás se habían encontrado. 

En esa oportunidad,  el llevaba muchos días sin ver a nadie,  y al parecer ellos también. Se había formado una especie de pacto de no agresión entre ellos,  mal que mal,  debían sobrevivir y eso en cierta forma los cohesionaba.

Chasqueo la lengua mientras hacía,  nuevamente el intento de prender las malditas ramas de la forma normal.  

Deberia estar haciendo esto de otra forma,  más rapida, el frío cala los huesos - pensó. 

Ahhhhhh - dijo de repente,  lanzando las 2 estúpidas ramas -muy mojadas para prender-  no ze puede.... - se levantó y volvió a un rincón,  a arroparse con su manta - estaba casi desnudo,  sólo con unos pantalones, y sus grandes orejas verdes lo hacían ver aun más débil en esa lluvia. Su manta era lo único que tenía, aparte de la mochila tipo saco en su espalda. 

Miró a todos con recelo.  Aún no era su tiempo.

Estaban calados hasta los huesos, el frío y la humedad eran terribles amantes que hacían temblar sus cuerpos y encogían sus corazones. Tratando de frotar dos pedazos de madera medio podridos Squeek gruñó ante los comentarios de Frortia. Conseguiría hace fuego, lo conseguiría. Tenía que hacer fuego con esos malditos palos mojados. Los orejas largas lo hacían, hasta los sacos de sebo lo hacían por que.. no.. podía.. hacer.. fuego.

- D'AAAAARRRGGHH- Squeek empezó a dar vueltas a su enorme Bola con cadena y acabó descargando toda su frustración en el suelo, levantando una oleada de cieno y agua estancada y haciendo un agujero de medio metro frente a el y su rana aplastada.

- Nezezitar aplaztar orejaz largaz. Tienen mejó carne que malditaz ranaz crudaz. QUIERO COMEH CARNE ELFA, o humana, o chicharronez de mediano.

Dijo murmurando frente a la pequeña piscina que se había llenado de agua con la rana espachurrada flotando en el cieno. Tomó los restos y empezó a masticarlos con el ceño fruncido.

- Squeek tiene hambre.

Estabais hartos, eso era unánime. La lluvia se convirtió en llovizna nocturna y un banco de niebla apareció sobre vosotros y tan pronto vino se marchó. Allí os encontrábais, como todas las noches de los últimos años planeando vuestra venganza. Planeando hasta donde un trasgo es capaz de alcanzar claro está.

Conocíais el pantano, y era hora de actuar, ¿qué haríais?

¿Ireis a hacer una visita a vuestro antiguo poblado, ahora infestado de parásitos hobbits medianos?

¿Viajareis por el pantano en busca de ayuda o algo que llevaros a la boca?

¿Volvereis al sendero del pantano a esperar que con suerte pase un viajero sin escolta orejas-largas?

Se hacía difícil, y daba pereza, ¿Casi mejor quedarse en el lugar lloriqueando? Tal vez os hiciera falta alguien que pudiera dirigir al resto, pero no bastaba con querer ser un líder, hacia falta merecerlo.

iNo había duda que todos estaban en la mierda y aquello no tenía ponta de ir a mejor de ninguna de las formas. La pequeña mujer de tez verde gruñió antes de levantarse, escupiendo entonces algunos huesos de la rana. -¡Eztoy hazta el coño! ¡To’lo’ dias igual de arriba pa’ abajo de abajo pa’ arriba y si na’ bueno pa’ comer o una cueva pa’ vivir! -Se quejó alzando su martillo para reposarlo en su hombro. -Pero no zus preocupeis que se ma’ ocurrio una idea.

Dio algunos pasos, intentando acercarse a los demás. -Como la intele... Intele... La lizta del grupo zoy yo. -Hizo una breve pausa para mirar al resto esperando que no hubiese comentarios al respecto a ello, aunque realmente era más tonta que las piedras. -Vamo’ a hacer lo ziguiente. Buscaremos un viajero pa’ matarlo y robarle el oro, y lo uzaremos pa’ comprar la ayuda de alguna criatura del pantano... Con el viajero muerto quiero decir, la carne pa’ ellos el oro pa’ nozotros. Y con su ayuda ¡APLAZTAREMOS A LO CARAS PÁLIDAS. Terminó por decir dando un martillazo en el suelo. -Luego nos podemos comer a quien nos ayude pa’ celebrar.

El hambre ya le había calado en el cerebro a una del grupo. 

Miró a todos y se fijó que nadie le miraba, sacó un par de piedras mojadas y empezó a frotar en silencio. 

Les dio la espalda y murmurando algo casi ininteligible, una pequeña saeta de fuego saltó pronto de sus manos,  lamiendo la humedad de las piedras y permitiendo que el calor abrasara la rama que el pequeño trasgo tenía en medio de las piedras. 

Juntó algo de paja húmeda alrededor y una incipiente fogata lentamente empezó a forjarse alrededor. 

El trasgo dio un salto y apuntó al fuego. 

"ziiiii, al fin!!!!!" - la cara de alegría del pequeño trasgo era tal, que por supuesto todos pensarían que fue por el fuego... y en realidad lo fue,  pero pote otras razones. El pequeño trasgo rió como endemoniado.

"Hajajajajaja... kontemplaaa al mazzrtro di fugooooooo!!"- debía mantener el lenguaje lo mas básico posible. 

Al ver las caras de los demás dijo "Veniii, veniddd, calentaar aquii!"- para mostrar que quería ser una parte útil del grupo. 

Squeek escuchó el discurso enrevesado e intrigante de la goblin. Encontrar un aventurero, robarle para convencer a una criatura que luchase para darles de comer la carne de sus enemigos pero luego pidiéndole el oro y dejándole la carne.. ¿Masticada?¿Las sobras? Squeek quería matar y comer. Y esperar a que lloviera un aventurero del cielo no le parecía buena idea. Además quería chicharrones de medianos.

- Aquí no habeh aventureroz, zolo ranas. Squeek hambre, squeek furiozo con zebozoz medianoz ladronez.

Entonces observó al pequeño Toruk invocando fuego del aire. Un momento.. fuego. Se acercó cogiendo la enorme bola de metal oxidado y acercándola al fuego acostándose junto a su lado, desatando otra oleada de lodo. Luego pensó, o algo así.

- Fuego, muete, medianoz azados. Mejoh plan. Tu mandar fuego, y cazar a horrorizadoz medianoz que zalgan, no me guztan muy toztadoz.

    Aghhh...- miraba con cierta pena la rana que tenia en mi mano, pero al final de todo... por el hambre que me estaba empezando a perturbar, simplemente le termine dando el mordisco sintiendo algo de remordimiento en el proceso ... Verde... no me gusta dañar verde... menos comer verde...

   Mientras peleaba con mis problemas internos, el resto estaba con lo suyo.

  Munch~c-cuali'er cosha~Munch- mascando sin reparo - Camarriadas...cuali'er cosha eh xirva pa vengar Verdes... - mirando a cada uno ... mientras no quemes nada mas que tus manos... no tendremos problemas... - Gentusha  no-verde daño verdes... noshotros devolver geshhhto.... ¿ Ve'dad ? - y tomando mi cuchilla y usándola como si fuera una batuta - Orejas puntiagudas... pulgoshos chaparrios... laguiartos sarnosos... ¡¡nadie...!! le pondrá sus manos a Nuestro Pantano... ¿ Ve'dad ? ¿ ve'dad?

El trasgo miró a los demás como con hipo. 

A cazarrr allfo para comer... panza doler...hambre!!!

La última frase salió como un áspero gruñido que se hizo más fuerte cada vez. 

Su estómago resonó ahi cuado se acordó de el.

Sacó su daga,  se la puso entre la dientes, y miró el horizonte. 

Finalmente el fuego apareció por manos de Torhuk, si bien a la tez verde no le agradaba ver que su idea no gustó ahora solo podía centrarse en aquella pequeña hoguera que finalmente tenían. -Ya iba ziendo hora... -No se podía creer que hacer un simple fuego costase tanto, aunque ella era la primera que había fallado en aquello.

Podía ver que sus compañeros también estaban molestos con los medianos y hambrientos, además de que las palabras de Squeek y Ta'Juki daban otra idea. -¡Prendamos fuego a lo' caras pálidas! ¡La noche's nuestra aliada! -Aprovechar la noche e incendiar el poblado de los medianos no sonaba nada mal en su cabeza. -¡Hagamo' feztin con caras pálidas!

En vuestra mayoría, echais a caminar hacia vuestro antiguo poblado. Tal vez algun viajero decida abandonarlo en mitad de la noche. Es muy difícil avanzar por los pantanos, esa fue siempre vuestra ventaja en este lugar para que los humanos y sus derivados con aditivos jamás quisieran este lugar, pero vaya uno a saber porqué, elos aquí, infestando vuestra ciénaga.

Caminais toda la noche, y la luz del sol ya está tiñendo el cielo de un anaranjado claro. Deberíais haber llegado hace legua o legua y media. Creeis haberos perdido cuando, en un alarde de desorganización en el que cruzais un pequeño cenagal para acortar camino, encontrais los restos de un campamento. El carbón ya está frío y húmedo pero tal vez desde aquí podais seguir el rastro a quien quiera que se haya aventurado a abandonar la villa tan temprano*

      TOho esho hacer a carash pali~lida... toho menosh quemar... - les sentenciaba la Goblin al grupo - lesh conoshco y she no medirrios con fuego... antesh tener mas camarriadas verdes para apagar fuegosh grandes... a hora sholo sher noshotrosh... ¡¿claro?! - Ta'juki inflaba sus mofletes intentando resoplar, pero como nunca se le dio bien aquello, siempre se olvidaba de expulsar el aire de manera rápida.

   De todas maneras siguió al grupo, mientras les intentaba convencer de evitar lo que mas que se pudiera el prender fuego mas allá de una hoguera o una antorcha ... confiaba en la humedad del pantano, pero tampoco quería abusar de ella... , hasta que ve como el resto se detiene por algo.

    ¿ pasha ? ¿ ocurrie ? - preguntaba en susurros mientras se quedaba observando la hoguera ya inútil por la humedad - ¿ Podrria sheguir por akish...? Temprriano aún, emboshcar facil~facil... poder tener ¡¡joyas!! - decía estas ultimas palabras con los ojos iluminados ... me conformo hasta con un par de aretes...

Seguís las huellas por el pantano, son varios y cada vez se hace patente que son más recientes. Estais bastante cerca de vuestro poblado así que llegais a la conclusión que deben ser esos medianos deambulando, tal vez era un rastro de unos cazadores o quizá de unos recolectores, pero cuando os preparais para daros por vencidos y sentaros entorno a otra asamblea acerca de lo peligroso que puede suponer acercarse al pueblo mediano Ta'juki y Froztia os señalan entre la claridad del nuevo amanecer cuatro figuras avanzando por la cienaga.

Son cuatro medianos, van armados y parecen estar buscando algo. A pesar que os habeis mantenido a una distancia prudencial os han visto. Visten armaduras de cuero y todos van con escudos.