El negro os va dirigiendo entre la jungla, le manteneis sujeto para que no se adelante demasiado. Al poco rato comienza a clarear el dia y os ayuda a ver por donde vais, en breve llegais hasta un poblado. Cientos de negros entre mujeres, hombres y niños os miran, algunos os señalan y otros pocos se echan al suelo en señal de adoración.
Poco a poco os van rodeando, el negro que os acompañaba les dice unas palabras y un grupo se mueve en dirección a una gran choza. Algo os llama profundamente la atención, atados a unos postes hay tres hombres blancos, con la ropa desgarrada y que gritan en francés pidiendo ayuda. Por su aspecto parecen piratas, y reconoceis a uno de ellos de la noche en la que rescatasteis a Fanny, era uno de los que habian irrumpido en la casa y salio huyendo.
Mientras observais vuestro entorno una mujer mayor ataviada con todo tipo de telas, objetos extraños y un gran baston sale de la choza y se acerca hacia vosotros. Es capaz de decir palabras sueltas en el idioma de los comerciantes y bucaneros, que podeis entender, pero se explica sobre todo con gestos. Apenas escuchais lo que os dice, vuestra mirada está pendiente de su cuello, adornado con un collar que lleva incrustadas unos diamantes enormes.
La mujer señala a la estatua que lleva El Rojo y dice -mama oriye, nuestra,- luego se señala a si misma -dar-
El resto de la tribu al ver la estatua se echa al suelo o inca la rodilla y comienzan a recitar una especie de oración al unísono. Mientras los piratas franceses continuan gritando que les ayudeis, ¡que les quieren comer!
Señalo a mama Yambo y a su collar, y luego a los franceses.
- Antes decir ¿donde encontrar collar y piedras?
Lo que faltaba. Me imagino que no nos van a comer o algo así. Miro a la mujer con cierto recelo, no creo que sea consiente de lo que trae colgando allí y al ver el brillo y el tamaño de esas piedras, me pregunto si de verdad vale la pena que nos arriesguemos así. No es sólo nuestra ambición, sino la ambición de alguien más que al final ni siquiera ha hecho el menor esfuerzo por estar allí. Me acerco a Adam disimuladamente, estos personajes me dan escalofríos. Rojo no debería preocuparse por los malditos franceses, estoy segura que ellos no se ocuparían de nosotros de ser necesario.
-Gran casa de hombres santos- dice mientras señala en dirección por donde habeis venido. Luego mira a los prisioneros con gesto extrañado, -tu llevartelos si querer y dar mama oriye- añade señalando a los prisioneros y luego a la figura.
Podeis tirar percepción y si alguno tiene alguna habilidad para tratar con los nativos es un buen momento para decirlo. Si quereis negociar podeis usar alguna habilidad apropiada, pero tener en cuenta que sus costumbres son muy distintas.
Tirada: 2d10
Motivo: Tirada de percepción
Dificultad: 14-
Resultado: 2 (Exito)
Tras quedarse un buen rato sin decir nada, Carmen observa a los franceses que atacaron a Fanny y frunce el ceño. Seguro que ellos quitaron las joyas, o las tendrán ellas o las habrán robado esta gente... Lo mejor sería canjear la estatua, seguro que no nos sirve, capitán -le susurra la española a el rojo, mientras mira a negra que sigue insistiendo. Por un momento, se queda mirando a la tribu y se pregunta que representará por ellos esa estatua. Que se merece tanta adoración?
En un momento de lucidez eres consciente de la situación que te rodea.
La estatua es un objeto de adoración por parte de la tribu, la mujer es más agresiva, pero no se atreve a quitarosla por la fuerza para mantener la voluntad del resto de la tribu. Los prisioneros son recientes, es mucha casualidad que estén aquí al mismo tiempo que vosotros, pedir su liberación puede suponer un malestar para los miembros de la tribu, aunque puede que a la mujer le importe menos.
En cuanto al collar casi seguro que es parte del tesoro, seguramente la mujer se quedó con las mejores piedras y debe ser su posesión más preciosa. Sin embargo para los otros miembros de la tribu es solo un símbolo más de su poder.
Ves una cosa más, en la choza de la que habia salido la mujer hay una persona que se oculta en las sombres, pero le reconoces es Sorel. Sin duda vuestra posición es ventajosa, os adoran por haber recuperado la estatua, y posiblemente podreis obtener algo a cambio, la cuestión es saber cuanto pedir sin pasarse y molestar a los salvajes.
La tirada te da un éxito excepcional.
Tirada: 2d10(+1)
Motivo: Percepción
Resultados: 4(+1)=5, 1(+1)=2
Mmm, puedo usar conocimiento o encanto?
Te hago la tirada de percepción y ya me dices.
- Nosotros dar Mama Oriye si tu darnos esas piedras que tienes al cuello, y todas las otras que hubiera en la gran casa de hombres santos. Y a esos - digo finalmente señalando a los franceses
La mujer se muestra ofendida por tu petición, da una orden a sus hombres y casi todos ellos se levantan y os apuntan con sus lanzas. Echa la mano al cuello y saca una de las piedras, la sostiene en alto, diciendo algo en su idioma, luego te dice -una piedra, una mama oriye- mientra extiende la otra mano con la palma hacia arriba.
Los prisioneros franceses continuan gritando y suplicando para que les salveis... -Haremos lo que querais, confesaremos...- dice alguno.
La piedra, un diamante enorme, puede valer 2000 pesos o más.
La estatua es un objeto de adoración por parte de la tribu, la mujer es más agresiva, pero no se atreve a quitarosla por la fuerza para mantener la voluntad del resto de la tribu. Los prisioneros son recientes, es mucha casualidad que estén aquí al mismo tiempo que vosotros, pedir su liberación puede suponer un malestar para los miembros de la tribu, aunque puede que a la mujer le importe menos.
La mujer solo se dirige hacia Adam, al ser el quien tiene la estatua.
¿Cuanto de fragil es la estatua?
Me acerco a Adam con paso tranquilo, sin hacer ningún movimiento demasiado brusco, no quiero molestar a la vieja aborigen y me acerco al oído de Adam como si fuera natural aquella cercanía entre nosotros y le estuviera diciendo algo sin importancia, finjo una sonrisa coqueta, una seducción que aunque no sea el momento, es lo único que se me ocurre.
-Rojo, ten cuidado. Olvídate de los franceses o pronto nos veremos igual que ellos. Hazme caso, te prometo que lo explicaré... Ella es peligrosa, aunque creo que los prisioneros no le importan mucho...-pongo mi mano en su hombro, prácticamente estoy recargada de él.-Tienes un objeto de adoración en tus manos, cariño.
Tras un momento de reflexión, me lanzo de rodillas a los pies de la que parece la jefa.
No! Gran madre!, digo echando mano de mi experiencia en las representaciones de mis tiempos de acróbata, y de los pocos recuerdos que guardo sobre las leyendas británicas, Él no se explica bien. No sotros venimos a devolver a Mama Oriye a su pueblo, a todos vosotros digo abarcando a todos con un gesto de mi brazo. Si, Mama oriye es para este pueblo, y para tí, su gran madre. Nosotros no somos ladrones como aquellos y señalo a los franceses no, Mama Oriye es de su pueblo. Pero nosotros, ay, nosotros tenemos problemas. Tenemos problemas en nuestra tierra, nuestro pueblo. Hemos venido aquí con mucho peligro, si, él te explica Y en ese momento señalo a Sorell que se esconde en la choza de donde salió la mujer. Si, él te explica, y queremos pedirte algo para llevar a nuestra tierra, nuestro pueblo, oh gran madre, tu entiendes, tu sabes... y sigo dándole coba y haciendo muchos gestos.
Tirada: 2d10
Motivo: Tirada de charlatanería
Dificultad: 12-
Resultado: 9 (Exito)
Hago una tirada de charlatanería por si ayuda.
La mujer no parece entender nada de lo que dice Mike hasta que señala en dirección a la choza. Los guerreros os siguen apuntando con las lanzas ahora más cerca tras el rápido moviento de Mike. La mujer dice dudando -¿querer viejo loco por estatua?- mientras da unas ordenes a los hombres. Unos de ellos van hacia la cabaña y traen a Sorel quien se muestra medio asustado y medio loco, hablando deprisa en un dialecto similar al de los salvajes con la mujer.
Por los gestos y algunas palabras que entendeis parece querer decir que ha sido el quien ha traido a mama oriye hasta la tribu.
Sorel de vez en cuando intercala trozos de una frase dirigiéndose a vosotros mientras habla en el dialecto.-Darle la estatua, si no os comeran, os lo aseguro
Vuelvo a preguntar cuan fragil es la estatua. Hasta que no lo sepa no puedo decir mi próximo movimiento