Partida Rol por web

Aprovechando el viaje de regreso y la escasa velocidad "El Rojo" comprueba las condiciones del barco. Tal como se imaginaba era un buque rápido, pero no aguantaria el impacto de varios cañones, enfrentarse a barcos con gran potencia de fuego seria muy arriesgado. Tal vez un arreglo en los caladeros de Tortuga del casco le haria ganar un poco más de velocidad, pero en principio se podia esperar uno o dos meses para ello. Tortuga estaba tal cual la habias dejado, a no ser por la gran actividad que se daba en le puerto, con barcos saliendo y entrando continuamente, más tarde os enterariais del motivo.

Mientras que la carga del mercante era fácilmente vendible, para obtener dinero por el barco habria que encontrar un comprador. Además habia que pagar las "tasas" correspondientes a la captura, la cofradia de los hermanos de la costa se encargaba de recibir su parte compartida con el governador, aunque de forma extraoficial todos sabian que era asi. Era el precio que habia que pagar por tener un puerto seguro donde descansar.

En cuanto a la situación general, habia un par de novedades, habian llegado noticias sobre la captura de la colonia francesa de "Florida Keys" por parte de la armada española. Al parecer los españoles quieren obtener el control de la zona. Algunos decian que el poder francés quedaba muy debilitado en esos momentos, pero otros pensaban que pronto se formaria una expedición para recuperar la colonia o tomar represalias en general.

Por otro lado la guerra entre Inglaterra y Holanda en el viejo continente habia vuelto a comenzar, pero de momento parecia que no se habia trasladado al Cáribe de forma notable.

Posteamos en conversaciones ¿no?

Acciones en Tortuga

Pregunto al capitan si desea ir a ver al gobernador, a fin de informarle de la captura del mercante. O si desea que me encargue yo de eso, y en tal caso, cuales son sus órdenes.

Sea como sea el resto del tiempo me dedico a confraternizar con mis hombres, si es preciso sacándoles de problemas en los que se metan, con la espada en la mano si no hay mas remedio.

E intento ir acrecentando mi fama de persona seria, peligrosa, y que sabe navegar.

Es buena hora para conseguir hombres en las tabernas del lugar, me hago acompañar de Mony y mientras caminamos, conversamos un poco sobre nuestras vidas. Mientras diviso la primer taberna a la que entraremos, procuro no pensar en nada, sólo ir a lo que vamos y conseguir el mayor numero de voluntarios posibles. Entramos sin pasar desaparcibidas, es obvio que personas como nosotras llaman la atención más que nada por ser mujeres. Me paro en el centro de dicho lugar, llevando conmigo a Mony y hablo fuerte por encima de las voces de los demás.

-¡Señores, mi amiga y yo necesitamos tripulantes! ¡Interesados, estamos aquí!-señalo una mesa cercana que está vacía y espero por si Mony tiene algo que decir.

Los dias pasan rápidamente, celebrando la primera captura y pensando en la siguiente. Casi todos prefieren dedicarse a descansar y divertirse en las tabernas, excepto "El Rojo" que parece tener asuntos importantes que tratar. Kat es la más decidida y en una de las tabernas comienza a buscar nuevos tripulantes con poca discreción, se oyen risas y bastantes obscenidades hasta que "El Escocés" hace acto de presencia. Al ver que la oferta es seria los hombres parecen interesados, casi más por las mujeres que van a bordo que por el buque en si. Tras una selección trabajosa os quedais con cinco hombres que demuestran suficiente capacidad y parece que serán fieles. El resto es una incognita y pensais que no es bueno introducir a muchos desconocidos de golpe junto a la tripulación actual para mantener el control.

"El Rojo" se hace notar en la colonia, pero a su pesar la captura que habeis obtenido no es suficiente para que sea reconocida su valia. Ni siquiera el gobernador se digna a verle, e incluso le comenta que los actos aislados incluso contra naciones enemigas no tienen valor en estos momentos. Más os valia defender las colonias francesas que ir atacando pobres buques mercantes, eran más o menos las palabras del oficial del puerto. Aun asi aceptaban su parte en los beneficios de la captura y os ofrecian algo de dinero por el barco. Era poca cantidad, pero de momento era la única oferta que teniais, iba a ser díficil deshacerse de ese cascarón viejo y pesado.

Tras cuatro dias de descanso los hombres se habian hartado de fiesta, poco a poco se iban desmadrando cada vez más. Tal vez era el momento de partir, antes de que hubiese problemas mayores con la tripulación. Además os esperaban grandes aventuras, pero no en tierra, sino en alta mar.

Era ya noche cerrada, todavia no sabes como te despistaste, en ese momento tres hombres te acechaban. Sabias perfectamente sus intenciones a ver sus miradas, no era la primera vez que te pasaba y rápidamente trataste de huir, pero no fuiste capaz de escapar. Una vez atrapada, comenzaste a gritar y resistirte, mientras te arrancaban la ropa, notaste el olor del ron y el sudor intenso. Hasta que al poco rato te soltaron, salieron corriendo al ver que algunos de los hombres de tu tripulación les habian ahuyentado. Desorientada y confundida no sabias como reaccionar, maldiciendo tu mala suerte y el ser tan confiada. Necesitabas un protector, o al menos no ir sola nunca, algún hombre fuerte del barco podria servirte...

Vaya casualidad, por suerte le reconociste a tiempo, casi en el mismo momento en que el te vio. Recordabas como hace meses le robaste un colgante, saliste corriendo tan rápido como pudiste y gracias a tu habilidad no dio contigo. Pero el resto de dias preferiste pasarlos escondido en el barco para no tener problemas ya que sabias que te andaba buscando, solo pensabas en partir y dejar Tortuga atrás.

Mientras comprobabas las capacidades en la lucha con armas de los posibles candidatos habia uno que no dejaba de insistir. No era mucho peor que el resto, pero habia algo en el que no te gustaba, al final tuviste que echarle de malos modos. No le diste mayor importancia, fue luego cuando te advirtieron que te podria causar problemas, ya que tenia varios amigos filibusteros en los alrededores. Pensabas que seria mejor dejar Tortuga antes de tener más dificultades.

Vendemos el mercante y los cañones al mejor postor, asi como las mercancias. Intentamos comprar provisiones, y apunto en una hoja los precios de los bienes en este puerto.

Ante lo laxa que se vuelve la disciplina, y la necesidad de buscar nuevas presas, prescindo finalmente de hacer escala en Port de Paix, aunque es probable que la próxima vez, dada la aptitud de las autoridades, sea en ese puerto en donde hagamos escala, y no en Tortuga.

Sea como sea finalmente me decido por la misma ruta que intentamos realizar en nuestro primer viaje, y partimos en dirección a Montserrat. Primero iriamos en dirección este, para luego virar al sureste, evitando la excesiva cercanía de las colonias españolas de San Juan y Santo Domingo, pero cortando por mitad la línea que seguían los barcos que navegaban entre ambas colonias españolas.

despues del reclutamiento,invito a Kat a una habitación en una posada donde damos rienda suelta a nuestra lujuria y creciente amor...tomo precauciones para con mi seguridad y la de Kat,despues del incidente,siempre llevo el trabuco cargado
y los sentidos alerta.

Aquello ya es insostenible, pero no nos queda más que guardar las apariencias y en cuanto tenemos una oportunidad, nos escabullimos para amarnos. Sin embargo hay algo que no entiendo muy bien, ese recelo de Jack en tener siempre el trabuco cargado me da que pensar; así que entre besos y caricias le pregunto qué es lo que sucede.

La comento entre caricias que -me he granjeado unos enemigos aqui,y no quiero que nos molesten en nuestros pocos momentos juntos.-

Bueno, de nuevo en tierra la gente más o menos se ha ido marchando así que yo haré lo mismo, Gente, cuando vayamos a zarpar, si queréis buscarme, estaré en alguna taberna del puerto y después echo a andar por el puerto en busca de alguna taberna abierta.

Camino por el puerto despreocupado, mirando aquí y allá, y tras pasar un par de puertas finalmente me decido y entro en una taberna. Me acerco al camarero, pido ron y después me apalanco contra una pared y voy bebiendo lentamente de mi jarra, mientras observo a mi alrededor a la gente que viene y va, y escucho las conversaciones de los más próximos. las horas van pasando y voy reemplazando mi jarra de ron por otras nuevas, pero a un ritmo lento, que no me deje K O. En cierto momento entra en la taberna una joven más o menos de mi edad aunque con más pinta marinera que yo, y me acerco a ella, entablando una conversación intrascendente pero agradable durante un largo rato.

Una vez que llegamos a Tortuga, me acerqué a El rojo y le comenté mis intenciones de vender el barco y los cañones por separado. De acuerdo a la compra que hicimos nosotros el primer día en Tortuga, sería buena idea venderlo por separado, posiblemente sacaríamos más dinero de esa manera, ya que nosotros pagamos nuestros cañones bastante caros. Si todo salía bien, y conseguíamos a ambos compradores haríamos eso, sino venderíamos las dos cosas juntas. Pero no nos costaba nada intentarlo.

EL rojo aceptó inmediatamente, la idea le había parecido buena. La última petición fue que me dejara ir con Bocaseca y con La española. A la cual también accedió, tanto él como los otros dos.

Sin más tiempo que perder fuimos a una taberna a buscar un comprador para el barco y los cañones. Una vez lo encontrásemos, me sentaría en una mesa, y le empezaría a comentar el trato. Mientras tanto, pediría jarras de ron para amonizar la conversación (De las cuales la mayoría se las tomarían Bocaseca y el cliente) y soltarnos un poco, y La española constantemente haría comentarios para convencer al cliente de que la compra le conviene.

Si todo salía bien, venderiamos ambas cosas con un excedente importante de dinero, del cual nos quedaríamos una parte insignificante como comisión, sin que nadie se diese cuenta. (Igualmente sería muy poco lo que nos quedaríamos, además de que igualmente seguiría siendo fructuosa la transacción).

Ya que el gobernador no puede ayudarnos, pues no quiere siquiera recibirnos, me sumerjo en las multitudes del puerto y las tabernas, tratando de encontrar algún grupo de marineros que puedan aportar algo de información acerca de las posibles rutas mercantes de naves Españolas y las flotas de guerra que patrullan la zona de Montserrat, para sí poder trazar más detalladamente nuestros pasos

Carmen ayudará con lo que pueda a Despiadado y Bocaseca. Si debe quitarse la chaqueta y desbotonarse uno o dos botones lo hará. Pero tres ya no, a tanto no llega.

Por lo demás, mientras anden por el mercado se interesará por Despiadado ya que es español y hablará para conocerse más con sus compañeros. De paso, si por el mercado oye algún chismorreo o algo por el estilo se acercará para echar un vistazo. también tiene curiosidad por la guerra entre España y Francia. Quizás puedan sacar algo bueno de este conflicto.

Bocaseca ayudará al Despiadado y a la Española en lo que pueda. Si tiene que emborracharse por el bien común, ¡que así sea!. Cuando acabe, se quedará en la taberna en la que esté.