Una atardecer cualquiera de Theramore.
Pocas horas quedaban para la noche en la isla de Theramore, Arthur había terminado su día de entrenamiento bajo la supervisión de uno de los paladines de Theramore, ahora tocaba descansar para el duro trabajo del día siguiente.
- Hasta mañana, jovén aprendiz.
Dijo Alek, el paladín a su cargo, mientras se encaminaba a su casa por las calles de Theramore, aún iluminada por el tono anaranjado del atardecer. Los mercaderes comenzaban a cerrar sus tiendas, la guardía se doblaba por las noches, en esas horas la amenaza de los piratas crecían.
El joven aprendiz de paladín, exhausto después d elas largas horas de entrenamiento físico. Se predispone para partir. Después d ehaber guardado todas las herramientas usadas durante los ejercicios.
- Muchas gacias maestro Alek, que vuestros sueños os reconforten.
El joven se dirige hacia los baños para tomarse uno, para prepararse para ir a cenar junto a sus compañeros de entrenamiento.
Arthur se pudo bañar tranquilamente a esas horas habitualmente era uno de los últimos aprendices en llegar al baño para tomar una ducha relajante. Poco después se encaminaba por los pasillos pedregosos del castillo en donde se entrenaban hasta llegar al gran comedor donde se encontraban la mayoría de los aprendices a algún oficio noble, guerrero, magos, paladines, sacerdotes todos tenían su cabida allí para cenar.
Normalmente se unían todos entorno a una mesa para cada gremio, la mesa de los paladines estaba al fondo a la derecha, era allí donde estaban hablando los compañeros de Arthur mientras comían y reían.
El estomago le rugía sin piedad después del largo día ejercitándose, después de las clases de teología. S eencaminó alegremente a sentarse a su lugar habitual, observando a sus compañero allá a lo lejos y a los demás aprendices.
El grupo charlaba alegremente, Alice se percató de la llegada de Arthur, era una de las discípulas de Alek que destacaban tanto como Arthur en el camino del Paladín.
- Vamos Arthur que estos glotones te van a quitar la cena como tardes más.
Sonrió alegremente, la silla de Arthur estaba justamente a su lado.
Una radiante sonrisa invade el rostro de Arthur.
- No puedo permitir que eso suceda.- Poniendo cara de "en apuros".
Acelera los últimos pasos hacia su lugar saludando a compañeros, en especial a su infatigable compañera Alice. Sentándose a su sitio, después de haberse aprovisionado un buen plato con la comida que servían.
- Que tal todo gente, hemos tenido buen día hoy? - Pregunta justo antes de incarle el diente a la apetitosa cena.
Arthur comenzó a comer, la rica comida que servían, o al menos a eso servía después de un trabajoso día.
- Muy bueno la verdad.
Los aprendices seguían a sus charlas, las bromas varías y los comentarios sobre quién era el mejor.
Alice se quedó mirando a Arthur.
- ¿Y tu que tal el día?
Alice era de aquellas mujeres, encantadoras y sutiles cuando no había un pelea de por medio, pero cuando había una parecía una persona totalmente diferente, dedicada, ágil y muy agresiva.
Entre los grande bocados que ofrece al generoso plato, Arthur responde, una vez la comida tragada.
- La verdad es que no tengo queja alguna, los mismos rigores de siempre. Los mismos y tranquilizadores rigores de siempre. Sin novedad alguna. Y vosotros, algo que destacar?
Alice sonrió, parecía que estaba contenta.
- Mañana tengo mi prueba, para la iniciación, Alek ya me dió mi cometido aunque creo que tardaré un par de días.
Dijo con alegria y satisfacción, mientras ambos seguían en aquella enorme sala, en la cual habían empezado a tocar música para el ambiente.
Ains que se te me has perdido 4 días xD
Abandona unos instantes la comida para tomar un posado más digno.
- No tengo duda alguna de que estarás a la altura, lo has ido demostrando a lo largo de todo este tiempo. Eres de las mejores, sin lugar a dudas.
Alice se sonrojó un poco.
- Gracias, Arthur, pronto te dará Alek tu misión lo presiento.
Miro a la mesa de instructores allí estaba Alek, con los instructores de los demás oficios y otros paladines. Alice volvió su mirada a Arthur, quedándose mirándolo a los ojos.
- Arthur quiero contarte algo pero no puede ser aquí.
Dijo con un poco de timidez.
Notando los leves apuros de Alice.
- Como no Alice, quieres que lo tratemos despues de cenar, o prefieres que salgamos un momento ahora?
Arthur se comportava de forma tranquila, serena, y sus palabras tenían un cariz complaciente y servicial, amable.
Alice terminó de comer su cena y esperó hasta que Arthur terminara el suyo.
- Preferiría que antes terminara de comer.
Dijo mirando a Alek que estaba hablando con un enano de barba blanquecina el cual tenía en su hombro un halcón el cual masticaba un trozo de carne que le había dado el enano.
[Postea solo para ti]
Alek entró en la gran sala donde se daba concentración tantos a aspirantes como a maestros del oficio, magos, paladines, sacerdotes y demás profesiones nobles. Grinmir y Krueg como no con Riddick en su hombre al cual le daba de comer.
- Saludos viejos amigos.
Dijo sentandose en su sitio habitual justamente delante de ellos.
- Hola Alek. ¿Tienes algo interesante que contar? Últimamente Krueg, Riddick y yo, sólo tenemos turnos de guardia, es un aburrimiento, nunca pasa nada interesante, ningún sólo bichejo se acercaría a está poderosa fortaleza que los enanos ayudamos a construir y me apetece un poco de acción. Si sólo tuvieramos un poco de buena cerveza para pasar el rato después de los turnos, no está cosa aguada que no sabe a nada, no tiene sustancia, algún día probarás la cerveza de mi hogar cuando volvamos allí los dos como prometimos.
Krueg apoyó ambas manos en la mesa.
- Grimnir tiene razón, ni a Riddick le gusta esta cerveza. Yo al menos tengo ganas de acción, agh... necesito salir de estas murallas más allá del agua...
Volvió a darle un trozo de carne a Riddick.
- Mi viejo rifle quiere disparar de nuevo, ¡ja!
- Tranquilo señores, especialmente tengo algo para vosotros. Pero quizás no os interese.
Dijo con cierto aire bromista.
- Le encargaré una misión a unos de mis pupilos y quiero que vayais con él como acompañantes, volveríais a vivir aventuras.
Señaló una mesa en donde estaba el pupilo (Es Arthur).
- Aquél de allí, pero todavía no sabe nada de que mañana tendrá algo importante que hacer en vez de entrenar.
Ese chiquillo, pero si casi no tiene barba...
- Ese chiquillo, pero ¿al menos sabe pelear? Si casi no se afeita como vosotros. ¿Tan importante es para tí? - mientras toma un trago de cerveza.
- Bugh, esto no puede llamarse cerveza, hasta el meado de gato sabe mejor.