Partida Rol por web

 El joven Arthur se sorprende ante la noticia. Pero mantiene la compostura.

 - Caray, y como lo has sabido? Sabes más detalles al respecto? Cómo es que no me han informado?

 Tras unos instantes de cabilaciones.

 - Compartiremos misión?

Alice se sorpendió ante tal avalancha de preguntas.

- Les oí hablar a Lord Alek y Lord Viktus, sobre los aprendices, y quienes de ellos iban a conseguir sus misiones, entre ellos estabas tú. Solo sé que Lord Alek mencionó a dos personas pero no especificó sobre ellos.

Se llevó el dedo a la boca.

- Mmmmm... como eran .... como eran.... Grin..gre... Grimnir y el otro... creo que era Krieg, son nombres raros ¿no crees?

- Borracho con está agua, ningún enano se emborracharía ni con un barril de esto. En cuanto a que no bebes tu, no te preocupes como siempre yo me bebere tus cervezas, y siempre podemos echar un pulso mientras.

- Y Krueg, ese no es e arte de presentación enana, sólo es el arte de presentación en combate, es que no te acuerdas. Esa es la manera que me presente a tí cuando te rodeaban en la batalla.

- No se lo tomes en cuenta, Alek. Ha recibido muchos golpes en la cabeza desde entonces y su memoria no es lo que era. - Mientras mira la cara enfurruñada de Krueg al oír su comentario, empieza a reirse.

Krueg quedó pensativo intentaba recordar algo del pasado.

- Ah si, aquella presentación, pero me parece que me tenía más distraido la abominación a la que intentaba volar la cabeza con mi rifle en Felwood, pero bah dejalo bebamos.

Krueg comenzó a beber cerveza.

- La verdad no se que haría sin vosotros, muchos golpes nos hemos llevado todos, pero la verdad creo que a Krueg le afectaron demasiado, ya esta chocheando, jajaja.

 Más recompuesto.

 - Imagino que ellos sabrán que es lo mejor en todo caso. Si creen que es mejor que vaya de esta forma repentina sus motivos tendrán. En cuanto a los nombres... no los había oido jamás. Espero estar a la altura de las exigencias del camino que he tomado.- Su mirada arden con pasión y determinación.

Tras 5 cervezas que se parecían más a agua que a nada, Grimnir Manohierro seguía echando pulsos a sus compañeros Krueg y Alek. El grupo siempre animado se divertía más que el resto de las ocasiones, puesto que durante un tiempo no volverían a encontrarse.

Al fin una misión, mientras terminaba su cerveza. Bugh, esto no sabe a nada, con esto no cae muerto ni un bebe enano al que se le alimenta con leche y cerveza. Hacía tiempo que no le encomendaban una misión importante, no sólo me han encomendado una misión, sino que debo hacerme cargo de ese muchacho. Bueno, es hora de ponerse algo más serio.

Tras terminar su 5 cerveza, Grimnir no pidió ninguna más, el tabernero se sorprendio porque siempre pedía entre 8 o 10 jarras. Eso sólo podía significar una cosa, una misión.

- Bueno, amigos. Me retiraré por está noche. Tengo asuntos que atender, nos veremos mañana temprano. Krueg no faltes, nos veremos pronto. Hasta mañana.

Grimnir se dirigió a su dormitorio y abrió su baúl. Cogio unos cuantos trapos y empezo a limpiar y revisar todo su equipo, algo que cualquier Escudo Plateado hace siempre. Equipado con todos sus pertrechos, Grimnir recordó su juramento de Escudo Plateado.

Con el Escudo defiende, con tu arma ataca. No lo hagas por placer, sino porque debes hacerlo. Protege lo que quieres, no abandones a tus amigos y no mueras sin luchar. Lucha por un mundo en paz y se lo suficientemente tozudo para no ceder en tu empeño de conseguirlo. Por esto eres y serás hasta la muerte un Escudo Plateado.

Tras éste momento solemne dejo todo su equipo preparado para la mañana siguiente, se fue a dormir y con la convicción de que honraría a sus ancestros. A la mañana se preparó adecuadamente, cogió sus cosas y se fue a la reunión.

- Por fin tendré algo de acción, un Escudo Plateado no puede quedarse quieto cuando hay enemigos con los que luchar.

Alice sonrió.

- Me alegro de que te guste la idea de tener una misión, y espero que la cumplas exitosamente.

Se mordió el labio y desvió su mirada al suelo.

- También espero que nos volvamos a ver pronto.

 Arthur mira con atención a Alice, como si la viera por priemra vez. Reconociendo su femenineidad.

- Te hecharé de menos Alice durante la misión, has sido la compañera más grande que jamás hubiera podido imaginar, tu honor, lealtad, constancia, determinación, afabilidad... amistad. Eres grande Alice, tenlo siempre presente.

Alice se sonrojó completamente ante el comentario de Arthur, movía su pie derecho, solamente el tobillo hacia un lado y hacia el otro.

- Yo .... Arthur...

Alice se lanzó sobre los brazos de Arthur, abrazándolo fuertemente.

- Te echaré de menos..

 Sorprendido ante la espontaneidad del gesto y la poca práctica en dichos temas de entre hombres y mujeres, se siente sorprendido y desorientado.

 Sus manos torpes, abrazan el torso de la muchacha con ternura y cuidado. Acercando sus labios al oido de ella.

 - Siendo sincero del todo... no tan solo te extrañaré como compañera Alice... hace tanto tiempo que estamos compartiendo nuestros días que me resulta casi imposible concevir mis próximos días lejos de ti... creo que lo que siento por ti va más alla de la amistad...- Susurra en tono cálido y afable.

 Sus manos se deslizan por la espalda de la muchacha hasta situarse en la cintura, acercándola más para sí. Sintiendo la tiviez de su cuerpo, su calor, a través de los ropajes, sintiendo sus formas.

 Tras unos momentos se aparta repentínamente para contemplar sus ojos, para ver su alma. Al ver los inmensos sentimientos que afloran a través de sus ojos a Arthur le da un vuelco el corazón. Para acto seguido fusionar sus labios inexpertos en un tierno y conmovedor beso, en toda su esencia, con todo su ser... con toda su alma.

Un leve escalofrío recorrío la espalda de Alice, al escuchar lo que Arthur le estaba diciendo, se separaron para unirse en un tierno beso, para separarse unos segundos más tardes.

- Arthur, tengo que irme, mañana nos espera un día duro a ambos.

Le besó de nuevo y le acarició la cara, esperando a que Arthur dijera algo antes de irse.

 - Mi recompensa para terminar la misión es la oportunidad de continuar a tu lado. Buenas noches Alice. Seguro que nos vemos pronto.

 Pues tomar el merecido descanso para estar listo para lo que sea. Por la mañana se levanta temprano para hacer sus rezos y ejercitarse un poco.

Grimnir Manohierro se despierta siempre temprano como de costumbre con ganas de trabajar, pero está vez parece más feliz, porque tiene una misión. Se dirige a despertar a su compañero Krueg Hawkeye.

En la tienda de Krueg, le grito:

- Vamos Krueg, despierta. Ningún enano que se precie está dormido a estás horas. Vamos, ya es hora de trabajar, no me harás entrar ahí para echarte encima tus propios meados.

Una vez que Krueg está totalmente preparado y listo para partir.

- Debemos dar ejemplo, e ir a buscar al joven Arthur Manosanta. Que seguramente le cueste abandonar el calor de su cama, ya sabes la chiquilla. - le guiño un ojo mientras me rio entre dientes. - Vamos cuéntame ¿a dónde tenemos que dirigirnos después de buscar al muchacho?

Quiza el muchacho aprenda su primera lección antes de tiempo, jeje.

Krueg dió un salto del petato.

- ¡Por las barbas de Muradin! ¿Acaso no puedes llamar más tranquilo?

En poco tiempo Krueg estaba listo, y Riddick bajo después de estar un rato surcando los aires de Theramore, sin duda Riddick era más espabilado que su compañero enano.

- Si, Alek me explicó la misión después de tu marcharte se donde vive el chico, luego os la cuenta a los dos, ja.

Se colgó su rifle en la espalda junto al petate y hecho a andar por las calles de Theramore, aún era temprano y solo los soldados y los aprendices que llegaban temprano a la escuela andaban por la calle, hasta llegar a una pequeña puerta dentro del castillo, a la cual Krueg fuertemente.

La puerta resuena fuertemente, rompiendo tu rezo completamente.

 Arthur dirige la mirada hacia el origen del estruendo. Buscando una respuesta a tal interrupción.

La puerta se abrió dejando a ver a dos eneanos a un lado y al otro a un humano, sin duda era el chico indicado por Alek para la misión.

Arthur ve como el enano que había llamado a la puerta era con el que estaba anoche hablando con Alek, con su halcón en el hombre.