Partida Rol por web

Kipp sale del Hotel Washington en dirección a su casa. Por el camino va escribiendo un mensaje de texto en el móvil. Aunque él creía firmemente que todos sus conocidos Ravnos debían saberlo, en realidad lo que hacía no era más que el procedimiento estándar que aprendió después de tantos años y tantos viajes con Ethan: avisar a todos los que pudiera sobre la situación, tenerles preparados. Y más ahora, por si Ethan contactaba con ellos para localizar a Kipp, o tenían pensado pasar por Washington D.C. próximamente.

"Al fin me pillaron. No espero problemas si hago lo que me piden. El Hotel Washington es un lugar inquietante. El Príncipe se llama Vitel."

- Es sencillo, piensa en mi... en mi imagen, y yo oire tu llamada, luego el resto viene solo. - el amable rostro del Pontifice te sonrie...

Haces como te ha dicho, colocas el cristal en la palma de tu mano y te concentras en su perfecto rostro... a los pocos segundos tienes una agradable y calida sensacion en la mano... y escuchas en tu mente las palabras de Peter:

- No te preocupes, todo saldra bien -

Su voz real te saca de tu ensimismamiento... - Ahora debo irme, he pasado demasiado tiempo aqui abajo. Hablaremos pronto, y si te enteras de algo importante intenta avisarme. Pero sobretodo ten cuidado y que no te pillen pequeña -

Se te queda mirando un instante a la espera de alguna ultima pregunta y luego se gira y se marcha majestuosamente...

Hecho, ficha editada. Tienes el maximo, pero te he puesto ya uno menos (13) porque esta acabando la noche y al dia siguiente despertaras con un puntito menos. Ya veremos luego si tienes tiempo de alimentarte antes de la reunion :)

Respecto a las reformas en casa sin problemas, el casero no te pone pegas mientras tu lo pagues y no haya destrozos.

Encuentras varias tiendas de camino, te quedas con varios numeros de tfno sin problemas :)

Veo como se aleja y suspiro. Me apoyo en la pared más cercana mientras sonrío para mí. Que pena, no me ha dicho su nombre... Pero al menos estoy segura de que lo volveré a ver. 

Por primera vez miro a mi alrededor, ¿dónde me ha llevado?

Estas muy cerca de una salida de alcantarilla. No tienes ni idea de a donde dara... quiza fuera buena idea que le eches un ojo a ver...

...........

Una voz familiar a tu espalda te sobresalta: - Que haces por aqui, chica? Te estaba buscando, ven, tengo que presentarte a alguien. - George Lawrence se encuentra junto a ti, acaba de llegar y no reconoces muy bien en que zona del alcantarillado estas... todos los pasadizos te parecen iguales y aunque creias saber moverte no tienes ni idea de como has llegado hasta alli. Le prestaras mas atencion ahora cuando George te guie...

Vaya... es un laberinto. Comento acercándome mucho a George, mientras me abrazo, sorprendida. ¿Vamos a ver a Cohen? Busco algún símbolo para guiarme desde allí, no quiero volver a perderme.

Reviso la información un par de veces, no porque me parezca incorrecta. Más bien porque me parece que acabo de tener un buen golpe de suerte, algo que realmente necesitaba.

Cojo el móvil y le mando un mensaje de texto:

"Muchas gracias Enma. Voy a mandarle un email para concertar una cita si te parece bien. Ya te aviso cuando vaya a verle."

Mandado el mensaje, abro uno de mis múltiples cuentas de correo y le mando un email para concertar una cita:

"Estimado Doctor Walker,

Me llamo Nathan Scott y me gustaría concertar una cita con usted para una opinión médica referente a su campo de estudio. Debido a cierto síntoma debería concertar la reunión en horario nocturno siempre y cuando sea posible, preferentemente a partir de las seis de la tarde.

Espero ansioso su respuesta, 

Afectuosamente, Nathan Scott"

Tras mandarle el email me siento relajado. Realmente tengo una posibilidad de saber qué es lo que me pasa y sobre todo saber porqué tengo esta enfermedad. Si es tan bueno como lo pintan las noticias no debo preocuparme más. Esperemos que salga bien. 

Reviso la nevera mirando las reservas de sangre que tengo para evitar otro ataque psicótico. Tengo suficiente de momento aunque debería empezar a buscar una fuente más fiable como plasma. Seguramente se pueda solicitar por internet o algo así, debería mirar eso una noche de estas.

Me desentiendo un poco de todo y enciendo mi vieja supernintendo para echar una partida al Donkey Kong mientras espero que el doctor responda a mi correo.

Medito un segundo y me dirijo hacia casa... No tengo prisa, a fin de cuentas, y aún tengo que adaptarme a mi casa. 

Cuando llegue a mi nuevo hogar, me centraré en protegerlo, pues ahora la mayor parte de mis posesiones están ahí. Comenzaré por protegerlo de las miradas indiscretas, y de aquellos que quieran dañarme en mi propia casa... Creo que aún tengo tiempo. 

Durante el viaje de vuelta, los chicos se animaban contando historias de batallas pasadas, nunca se hablaba de los caídos, sólo de las victorias. John fijaba su mirada con interés a la calle, le gustaba observarla de cerca, ver cómo era, qué le podían decir los detalles de las paredes, las marcas del suelo, los ruidos, las luces… le gustaba su nuevo hogar, pero sabía que añoraría sus calles, estas aún tenía que ganárselas. Bueno tíos, os veo mañana, suerte… se despidió finalmente de sus colegas que hacían las veces de escoltas.

Se introdujo en la capilla portando sus cosas, para depositarlas en la cámara que le habían mencionando. Tan sólo asentía como saludo a quien pudiera cruzarse pero sin prestar demasiada atención. Cuando llegó, abrió la cremallera de uno de los macutos y la serpiente salió curiosa mirando a su alrededor. Nueva casa Kenneth. Le susurró mientras le acariciaba para que entendiera qué era aquel lugar. Para afianzar su obediencia consideró apropiado alimentarla.

Tras colocar lo principal salió de la cámara para reflexionar de su primera noche en Washington, de esa forma se empapaba de todo lo disfrutado. Bendita noche, como si de un rezo a Set se tratara. Se mostró más predispuesto en esa ocasión para entablar alguna conversación con los fieles de la capilla y de paso saber cómo funcionaban allí las cosas.

El ordenador pita después de que te dejes caer en el sofá... casi ni te ha dado tiempo a encender la supernintendo. Extrañado te levantas y te acercas a echarle un ojo y ves que tienes un correo del Dr. Walker: ¡no ha tardado ni 3 minutos en responderte!

"Estimado señor Scott,

todas las consultas médicas referentes a mi campo que puedan ayudarme con mi investigación son bienvenidas. Pero si se trata de una broma, es un periodista o sencillamente un paranoico le rogaría se abstenga de visitarme. Si viene al George Washington University Hospital, estaré en el primer sótano (planta -1, es mejor bajar en ascensor). En el laboratorio 104. Mi ayudante Esther estará fuera para asegurarse de que no es ningún bromista. Y ya veremos qué se puede hacer...

Atentamente,

Dr. Edward Walker"

Aún no tienes noticias de Enma, pero la verdad es que el Dr. Walker ha sido muy rápido contestando.

Sip, listo, ya sólo te queda esperar la escena de reunión con el Príncipe... dependo de algunos jugadores pero en cuanto pueda os la pongo a todos.

Ok, te da tiempo a realizar el ritual en tu casa sin problemas lo que queda de noche. Luego descansas hasta la noche siguiente, en la que despiertas refrescado y renovado (con 1 menos de tu reserva máxima de sangre, actualiza tu ficha).

Son las 17:30, afortunadamente no hay sol, y tienes tiempo hasta las 21:00h que comience la reunión...

George te guía por los túneles procurando no hablar mucho. Enseguida reconoces la zona en la que te mueves y crees que serías capaz de llegar a donde estabas antes. George te deja de nuevo en tus dependencias a tiempo de que pases un feliz día.

Al despertar al siguiente anochecer George está junto a ti. Te sonríe y saluda como siempre: - Toca visitar a Cohen - dice.

Sin más te agarra de la mano y empieza a guiarte por los callejones llenos de aguas residuales y desperdicios...

- Llevaba un rato buscándola y me costó dar con ella. Aquí tienes a mi nueva pupila Cohen, ésta es Lori. Me gustaría que la acompañaras a la reunión de Vitel de mañana. Si quieres explicarla algo esta noche...- empieza el feo nosferatu.

- Tenéis un día, mañana no lleguéis tarde a la reunión. - la voz de George resuena en vuestras cabezas. El poderoso nosferatu parece temeroso...

Tambien me gustaria saber donde se suele reunir la sociedad cainita, Ashley es una mujer muy sociable, le encanta organizar y acudir a fiestas donde conocer gente nueva y conseguir mas contactos. Asi que me interesa saber por donde se mueven los hijos de Cain en la noche de Washington, o por lo menos q clase de Vampiros hay en cada zona de la ciudad. (Anarquistas, Caitiff... cosas de ese estilo)

Quiza te pregunte demasiadas cosas, dime las que consideres que debe saber Ashley, me gustaria conocer un poco mas la ciudad antes de dar mi proximo paso.

Bueno parece que el doctor podrá verme...puede que tenga tratamiento antes de lo previsto. 

Cojo de nuevo el móvil y le mando otro mensaje de texto a Enma.

"El doctor ha contestado ya, ¿te va bien hoy para ir a verlo? ¿o mejor mañana?"

Tras enviárselo, me siento en el sofá y espero a que Enma conteste para confirmar el día que iré a visitarlo. Medito lo que ha escrito en su email e intento analizarlo. Saco en conclusión que debe recibir muchos falsos casos y realmente le cabreo eso. Por suerte no es mi caso así que no tengo de qué preocuparme; lo único que me debe importar es que haya una cura para lo que me está pasando. Si es así tendré que hacer lo que pueda.

Enciendo la Super Nintendo y pongo un juego mientras espero a que mi patóloga favorita me conteste.

Aún parezco joven. A pesar de la piel cetrina, despellejada y mi curvada espalda. Tengo un pelo tupido, seco, grisáceo y que comienza a crecerme cerca de la mitad del cráneo. Intento ocultarlo echándomelo hacia delante. He perdido las cejas, y mis ojos están hundidos. Muestro mis colmillos, aunque no de una manera agresiva, más bien parece lastimosa. Tengo las orejas alargadas y puntiagudas. 

Parezco frágil, midiendo alrededor de 1,60 y pesando no más de 40 kg. Mi columna está ligeramente torcida y se me marcan entre los pliegues de la ropa sus vértebras. Es más, todos mis músculos se marcan, como si llevara meses sin probar bocado. Mis extremidades, al contrario, están ligeramente alargadas, sobretodo mis huesudos dedos.

En cuanto al atuendo, visto unos pantalones vaqueros que me quedan muy anchos, una camiseta que deja ver la estirada piel de mi abdomen, una camisa negra y zapatillas.

Espero pacientemente a que el señor Cohen diga algo.