Partida Rol por web

Había un peliverde poco original que me estaba copiando a la hora de mirar en silencio a los alumnos mientras nos íbamos quedando solo los de primero... Pero era un amateur, no pudo sostenerme la mirada y la apartó rápido de mi... Nadie me gana a mirar fijamente.

Entonces, vi como la demonio de los corazoncitos me señalaba de forma que a ella le parecía discreta... Pero causó que yo me quedase de nuevo mirándola fijamente desde mi asiento haciéndole saber que lo había notado. Y entonces miré al que pedía bocados saludarme con una sonrisa rara... Si, definitivamente me habían cargado con el bocaditos... ¿Como debería sentirme ante eso? ¿Asustada, molesta, nerviosa...? Meh...

Y después de seguramente tomarse su tiempo con tonterías de su cabeza, el chico termino por acercarse a mi... Haciendo todo un alarde de presentación que... Pufff... Me daba mucha pereza, pero aún con eso me quedé mirándole fijamente de arriba a abajo mientras -Abyssus- le respondí simplemente de forma desapegada mirándole fijamente a los ojos, ya que no tenía ganas de decirme sus apellidos -Como para no ver el carro del que te bajaste- le continúe diciendo, antes de entonces apartar la mirada y... Empezar a señalar gente -Adriel- dije señalando al hiperactivo -Loirath- señale a la chica de los corazoncitos -Phinx Elizabeth Rooting Lacus- le dije señalando a la enana gritona -Tio que pierde contra mi al mantenerme la mirada- señale a Loki. Todo eso lo dije a volumen normal... Seguramente se hubieran enterado de que me sabía sus nombres... Me daba igual -¿Para que quiero conocerlas si ya les conozco yo? Además, seguro solo me quieres morder y no me apetece- le terminé diciendo con desgana y apatía.

- Está bien, fin del descanso. - dice la voz autoritaria de un demonio que se acerca caminando con elegancia hacia el grupo de alumnos de primer año. Parece un demonio algo mayor que vosotros; su cabello es verde, tiene orejas felinas y también un par de cuernos que crecen de la parte posterior de su cabeza, retorciéndose hacia el frente. Cuando llega a donde os encontráis, se detiene y os observa con sus ojos rojos, ajustándose las gafas con un dedo. - Mi nombre es Moloch Arnon; soy profesor en Babyls y os voy a guiar en el proceso de invocación de vuestro primer familiar. - anuncia.

Es cierto, este demonio era uno de los que se encontraban junto al director durante la ceremonia de apertura.

- Así que dejaos de tonterías, de mordiscos y de... - hasta el profesor llegan flotando, de alguna manera, unos pocos corazones flotantes que vagan erráticamente por la sala. Moloch los espanta moviendo la mano, molesto. - ... lo que sea eso. Y seguidme. - dice, y se da la vuelta esperando que los alumnos de primero lo sigáis. Mientras se dirige hacia el exterior de la Escuela, su mirada se fija en Loki, que observa la situación desde la distancia desde el principio. - Y tú... puedes dejar de mirar a todo el mundo desde lejos y unirte al grupo con tus... compañeros demonios.

El profesor os conduce al exterior de Babyls, concretamente recorréis un pequeño sendero flotante que os lleva a una plataforma de tierra más o menos circular que tiene una especie de altar de mármol blanco con un pedestal en el centro. Sobre el pedestal brilla una llama de fuego azulado que no parece verse afectada por el viento.

- Esta es una Llama de Invocación. - dice el profesor, deteniéndose junto al pedestal. - Cuando la sangre de un demonio entra en contacto con una Llama de Invocación, un familiar acude a la llamada del demonio. Vuestra tarea es, pues, sencilla. - Moloch no os quita la mirada de encima mientras sigue hablando y alza su mano lentamente, llevándola a su boca. - Sólo tenéis que derramar unas gotas de vuestra sangre sobre la llama y visualizar vuestro futuro. Si lo hacéis correctamente, vuestro familiar aparecerá.

Moloch muerde su dedo pulgar sin dudar un momento, y varias gotas de sangre comienzan a brotar de éste. Tras relamerse la sangre que ha quedado en sus labios, y sin apartar la vista de vosotros, el profesor alza su mano y deja caer su sangre sobre la llama azul que danza a su lado. Al hacerlo, la llama aumenta repentinamente de intensidad y de su interior surge un rugido. Segundos después, de la llama surge una luz que comienza a tomar forma junto al profesor, convirtiéndose en una enorme bestia.

- Vuestro turno. - dice Moloch, alzando su brazo para acariciar uno del os dos hocicos de su bestia invocada de dos cabezas.

Cuando Magoa pronunció su nombre, Adriel saludó con la mano y enseñó los dientecillos, desde lejos. Tenía toda la intención de acercarse para decir algo, pero antes de que diera un solo paso apareció Moloch, y se quedó quieto y tieso como una estaca. ¡Por fin iba a tener un familiar! Ese tenía que ser un momento por lo menos tan importante como la mayoría de edad lo era para los humanos. Más o menos.

Así que más que excitado, siguió a Moloch con zancadas rápidas, aunque no perdió la oportunidad de decir a Phinx.

—¿Ves? ¡Al final estamos juntos en clase! Somos todos compañeros demonios —dijo con una sonrisa, aparentemente más que contento por esa última parte.

Pero luego su atención se fue desviando. Primero al profesor, luego al paisaje, y finalmente al lugar de invocación. Por una vez, consiguió centrarse lo suficiente como para no perderse detalle del proceso que había que seguir... Y alucinó con el resultado.

—¡Hala! ¡Qué pasada! ¡Yo primero!

_{Lup-dup, lup-dup, lup-dup}. El corazón le latía muy rápido. No podía esperar para ver su invocación, que seguro que también sería enorme... ¡Quizá un dragón! ¡O un golem tan grande como una montaña! ¡Y que en ningún caso sería un corazón con patas! Se colocó frente a las llamas. Azules. Como las suyas.

De hecho, estaba tan excitado que ardía de las ganas... Literalmente. De su cuerpo surgían llamas azules que se pegaban a sus brazos y espalda, pero que no parecían quemar nada de lo que tocaban. Se extinguían al poco tiempo y volvían a aparecer intermitentemente, en un espectáculo rocambolesco. Y lo gracioso es que no tenía pinta de que Adriel se estuviera dando cuenta de que eso estaba ocurriendo.

—Vale, allá voy...

Es fácil. Solo tienes que morderte el pulgar... Así. Vale. Ahora aprieta. Hasta que sangre. Aprieta un poco más... ¡Ahí! ¡Vale! Ahora... ¡Estira el brazo y piensa en tu futuro! ¡En lo que vas a cenar hoy! ¡En lo que vas a comer mañana! ¡En todas las cosas que vas a hacer este año!

Y eso hizo. Estiró el brazo y pensó en su futuro, dejando que unas guantas gotas de su pulgar sangrante terminaran en el fuego. La llamarada, la luz... ¿¡Qué va a ser!? ¡Una serpiente gigante! ¡Un hipogrifo! ¡Un ave fenix! ¡Un león gigante, como el del profesor!

Empezó a tomar forma... Pero lo que se dibujó no era nada de eso. En su lugar, apareció una criaturilla que lo único que tenía de enorme era lo adorable que era. Flotaba sin necesidad de agitar unas alitas que de todas maneras eran demasiado pequeñas, pero aún así lo hacía de vez en cuando, y una vez terminó de materializarse zarandeó una de sus manitas en dirección a un Adriel que se había quedado mudo y con los ojos muy abiertos.

¡Kupo!

- No está mal, supongo. - dice Moloch después de que Adriel se adelante y sea el primero de todo el grupo de alumnos de primer año en invocar a su familiar. El profesor hace aparecer una libreta de apuntes en su mano, y en la otra un bolígrafo. Apunta algo que sólo él puede ver, mirando de reojo a Adriel y a su familiar. Cuando termina, alza la mirada hacia el grupo. - ¡Siguiente!

Wow ¡Sabe mi nombre! ¡La gárgola viviente me ha nombrado! 

Contenta por ello me incorporo y doy unos pequeños saltitos en el lugar de pura felicidad mientras aparece Moloch en medio de aquel lugar con todas las indicaciones, que claramente me he perdido por así decirlo... Unas cuantas. Pero bueno como estoy emocionada más corazones fluyen en un rojo intenso al punto de duplicarse en dosis obscenas, además para qué negar lo obvio: ¡Está buenísimo el demonio! 

Igual intento contener un poco el impulso, no vaya a ser que le fastidie y sea un plus en contra. Así que dejo de saltar como loquita perdida y enamorada para intentar comportarme porque mis compañeros demonios me están mirando y Adriel también. Hm... Adriel. 

Y ya me despisto de nuevo entre un chico y el otro, burbujeando corazones a mi alrededor mientras estoy pasando bastante de largo la explicación hasta que se escucha en la lejanía la palabra: Familiar. Y ahí se activa la única neurona que tengo operativa para comprender lo que está diciendo y así hacer las cosas bien, lo cual abro los ojos de par en par mientras intento que la boca no se abra también. 

No da soltar babita... Oh. ¡La babita! 

Me fijo un tanto preocupada, pero por suerte nada se ha escapado y cuando es Adriel el demonio que avanza a paso firme para hacer su invocación, me mantengo muy atenta casi como un animalito al acecho. Quizás un conejo, no soy muy ofensiva que digamos y por suerte los corazones se van explotando suavemente al estar pendiente de lo que sucederá con el fuego y no sé qué cosa de morderse. 

De repente se muerde la mano y me pregunto porqué lo hace, pero tomo nota mental hasta que comienza el fuego. Emocionada como estoy, hago un gesto de sorpresa absoluto mientras la cola se mueve de aquí para allá. Es un despliegue súper fabuloso de fuego azul y es sumamente perfecto. 

—Wuuuuuaaaaa. ¡Es es... perfecto! 

Y el suspenso llega, cuando todo convertido un fuego logra invocar a un animal muy tierno. Lo cual me llena de amor porque ya asocio que Adriel es la persona más blanquita, con alitas y tierna que puede haber en el mundo demoníaco y eso no tiene precio, es el chico perfecto para mi. Así que en cuanto termina con su pequeño show, no lo dudo y voy a la carrera para abrazarlo con fuerza y le doy un sonoro beso en la mejilla, más unos corazones a su alrededor. 

Me toca a mí, ajá. 

Ya llena de su energía y la mía, que es hiper perfecta voy caminando a paso firme mientras los corazones se van desapareciendo ya que todos me observan y no hay amorcito que pueda sentir así. No obstante ya de delante de aquel majestuoso fuego, de repente toma un color rojo ante mi presencia y me sorprendo en demasía. 

—Yo... Invoco. 

Es lo único que digo ya que un tanto hipnotizada por el juego me distraigo y escucho un carraspeo a lo lejos, lo cual vuelvo a centrarme y como no había escuchado lo de morder el dedo, hinco los dientes en la palma tras sacarlos a relucir. Rápidamente comienza a brotar la sangre de a gotas que caen en el fuego, muy potente y alocado mientras un corazón gigante comienza a forjarse a mi alrededor, como si fuera una burbuja pero con esa forma y ese color. 

No tengo idea de lo que puedo invocar, aunque imagino un corazón con patitas bonito o un animal fuerte, algo enorme que me lleve a recorrer el mundo o no sé... ¿Algo bonito? 

—Acachufff— pronuncio sin saber lo que digo. 

Y de repente esa burbuja que envuelve el fuego y por defecto a mi también, explota al segundo en pequeños corazones que flotan en el ambiente mientras surge en uno de ellos algo diferente que al principio no se sabe que es. Tan sólo unos segundos más transcurren para que un pequeño zorro de fuego se forje lentamente en el aire hasta alcanzar el suelo y quedar barriga hacia arriba. 

— Awwwwwwwwwwwwww—comento embelesada. 

El profesor observa al zorro de fuego acurrucado en el suelo, haciendo monerías, mientras la demonio que lo ha invocado parece derretirse por lo bonito que es. Alza una ceja, incrédulo.

- Un zorro ígneo. - dice Moloch, apuntando en su libreta. - Bien. Aunque dudo que su nombre sea "Acachuff". - comenta también, mientras escribe algún comentario sobre lo que acaba de suceder. Y, al terminar... - ¡Siguiente!

Una vez hubo observado a todos y cada uno de los presentes, tomó en cuenta que había varios que le descolocaban bastante por lo que tendría cuidado con ellos, en especial Loirath de quien no se fiaba un pelo, tanto amor en el ambiente le hacía sentir enfermo y asqueado. Sacó de su bolsillo una pequeña navaja de madera ornamentada con filigranas plateadas y comenzó a darle vueltas sin abrirla entre sus manos, esperando. 

Alzó la vista cuando escuchó los pasos de aquel autoritario hombre  quien dedujo que sería su profesor por las palabras que decía. Chasqueó la lengua con cierto desagrado cuando remarcó lo de sus compañeros pero sonrió y con un asentimiento silencioso siguió al grupo hacia el exterior. 

Parecía interesado en lo que había a su alrededor pues no dejó un solo segundo de observar el paisaje, el sendero flotante le otorgaba unas vistas espectaculares... Aunque pronto sus ojos se centraron en el altar que se encontraba justo delante de los alumnos. -Una magia curiosa... Susurró sin darse cuenta por lo bajo, posiblemente quiennle escuchara creería que solo era referida al altar, pero su comentario para el, abarcaba todo lo pisado junto a ese lugar. 

Escuchó atentamente todo lo que explicaba el profesor, observando cada movimiento y aunque no hizo un solo gesto de sorpresa, sonrió de lado al ver tremenda bestia aparecer a su lado. No abrió más la boca, observando en silencio como los compañeros, uno a uno dejaban salir sus invocaciones... Faltaban ya solo unos pocos para completar dicho ritual y solo los más avispados verían un muy ligero deje de nerviosismo en su mirada. Respiró profundamente de forma recatada para que nadie diera cuenta de ello y avanzó hacia el altar, quedándose unos segundos pensativo, chasqueando para si la lengua y sacando de nuevo la navajita con la que se hizo un corte lo suficientemente profundo como para que la sangre brotara. 

Entonces... Imaginó su futuro, y por primera vez todos lo vieron sonreír de manera ciertamente desquiciada mientras las llamas crecían y dejaban escuchar un profundo aullido antes de hacer aparecer a su lado un lobo del tamaño de un caballo, tan hermoso y a la vez aterrador.... 

 Desapareció su sonrisa, volviendo a la calma y posó una mano sobre la cabeza de aquella enorme bestia.

-Así que tú serás mi compañero...

A juzgar por las palabras del profesor en relación a su compañera de clase, el nombre no lo escogían ellos o al menos no tan al azar como podría ser, por lo que no le dio ninguno y simplemente se hizo a un lado para dejar que otros hicieran sus invocaciones.

- Mejor de lo que esperaba. Un lobo de las sombras. - comenta Moloch cuando le llega el turno a Loki. A continuación, comienza a apuntar en su libreta y dirige su mirada a los ojos del demonio que acaba de invocar a su familiar, como si estuviera juzgándolo. Termina de anotar algo, y mira al grupo. - Siguiente.

Hasta entonces se había mantenido sereno, intentando no pensar en nada pero allí, frente al altar las dudas comenzaron a asaltar y corroer su calma. ¿Alguien que no era demonio sería capaz de invocar alguna criatura? A¿Y si le descubrían tan pronto? No podía permitir aquello, y estaba seguro de que si creaba una ilusión en la que se mostrara un familiar el profesor se daría cuenta, no era tan ingenuo como para pensar que funcionaría contra un adulto experimentado. Tragó saliva de modo que no se viera extraño y se hizo el corte con su navaja,  debía distraer su mente de aquellas fastidiosas ideas, sí, se centraría en su pensamiento futuro...

Y cuando se vio a si mismo, en un trono rodeado de cadáveres demoníacos y unos pocos supervivientes como esclavos a su alrededor, sabiendo que en su historia mental había exterminado casi por completo a la raza que tanto odiaba... Sonrió, sonrió como si realmente viviera aquel momento de gloria y satisfacción. Venganza era lo que quería, venganza era lo que obtendría. 

     Realmente estaba en lo mio, luego del canto fingía que socializaba con los que estuvieran cerca, ya saben.. un "ohhhh curioso..." quizás "uhmmmmm... ya veo.." o un " y eso... ¿ como te hace sentir ?", en definitiva recursos formales para que el resto siguiera con su palabrería sin dañar su imagen social por no decir un directo " no me interesa tu historia" ... seguimos siendo demonios sociales al fin y al cabo... , aunque si... a unos metros mas allá, una figura que en mi vida había visto decía de la nada mi nombre...

... normal tener admiradores en esta época de la vida...

     Fuese como fuese uno de los tantos docentes al fin se acercaba hacia nuestra zona ... si tengo que oír otro " y espero que podamos ser buenos compañeros juro que voy a gritar ".... con actitud digna de alguien a cargo.

     Shiiiiiiii por favor compañero académico El desalineado... ya estamos en horas escolares... cualquier tipo de comentario social ah de quedar hasta tiempos de descanso - respondía intentando desligarme lo mas rápido que podía de la presencia de mi alborotado compañero ... somos demasiados como para cantar victoria muchacho... mientras comenzaba a ver a lo lejos lo que parecía ser una fuente de luz.

   Luego de una explicación y varios ejemplos de un buen puñado de mis compañeros, es que estaba obligada a mancillar mi tersa piel para proceder con tan tradicional ritual, por lo que una vez dicen mi nombre, mirando por unos segundos al profesor y obligada ingreso en la zona de actuar me quedo un rato en lo mio.

  Ighhhh.... bbbbfff...- jugueteando con poco con las manos, mientras miraba repetidamente hacia atras - ¿ E...esta seguro q...que s..solo se puede d..de esta manera ? - decía de manera atropellada, aunque al notar que igual estaba haciendo retrasando demasiado el asunto es que termino dando el paso mas por orgullo.

   Tomando con mi mano derecha a la izquierda la acerco lo mas que podía a mi prominente colmillo central, con ojos cerrados y temblando cierro la mandíbula, dejando escapar un apagado grito interno mientras el hilo de sangre corría hacia abajo.

    L...l..listo snifff... e...es s..sufi..ciente... ¿ c..co...correcto ?.

Aguantando con todas mis fuerzas el hacer una escena, aunque los ojos lagrimosos y señales de no estar alegre eran obvias, por lo que las emociones que estaban corriendo en mi cabeza eran mas.

   ... D...duele...

... P...pica...

... S..solo quiero salir de aquí... 

     Para que la llama se iluminara un segundo mas... hasta dejar una fuerte estela de humo de la cual sale flotando.

      M...me... ¡¡ me vale...!! - respondía mientras lo tomaba  y comenzaba a usarlo para cubrir mi rostro a medida que salia del centro y le daba espacio a los siguientes.

.. Me quiero morirrrrrrrrrrrrrrr...

Una sonrisa leve y complaciente fue todo lo que se formuló en los labios de Azryel como respuesta a sus palabras, sin expresar ni agregar nada al asunto en cuestión. Afortunadamente la aparición de Moloch llegó justo a tiempo y, antes de que alguna situación incomoda pudiese llegar a surgir, la atención de todo el mundo se dirigió hacia el tópico en cuestión: la invocación de los dichosos familiares, cosa que pese a su sonrisa constante no pudo evitar recibir con cierto rechazo. Una parte de él se esperaba lo que venía a continuación, y fuese lo que fuese no le agradaba en lo más mínimo. Siguió al resto de cerca, manteniéndose pendiente tanto de sus compañeros como de sus interacciones y parando el oído ante todo lo que era capaz de captar.

Uno a uno fue dejando pasar al resto por delante de él, Adrien el primero, y parecía contentarse simplemente con las reacciones más o menos alegres de los alumnos que invocaban por primera vez a su familiar. Allí había de todo, y aunque las criaturas tiernas no tardaron en aparecer con Adrien el primero... Aquella criatura que no pudo dejar de mirar fue la creada por Loki, aquel lobo de las sombras como Moloch le había llamado... Fue lo que terminó de quitarle la sonrisa, adoptando en cambio una expresión un tanto más seria. Observó al resto pasar, aunque no quedaban muchos, y trató de alargar aquello hasta que su turno fue totalmente inevitable. Dedicó una breve mirada a Magoa, le sonrió, y acabó por dar el paso hacia el frente. 

Se acercó lentamente hacia el altar, dejando que sus pasos resonasen, y colocó una mano sobre el hombro de la chica que acababa de invocar: Phinx, quien pasó a su lado mientras se cubría el rostro con aquella especie de calamar inflado. -Áaanimo.- Le comentó con tono amistoso y sereno mientras continuaba con su camino hacia el dichoso altar. Lo miró, miró al resto de sus compañeros y sus invocaciones... Ah, podía sentir los ojos puestos sobre él, observándole expectantes... En otras circunstancias aquella atención le habría encantado, pero ahora... No pudo evitar sentirse incómodo, pese a que hacia el resto del mundo tan solo esbozaba una sonrisilla alegre y confiada. Así se mantuvo unos segundos parado frente al altar, hasta que por fin decidió levantar su mano y retirarse lentamente el guante blanquecino que la cubría, cerrando uno de sus ojos con cierta molestia al hacerlo. Acto seguido se llevó uno de sus dedos a la boca, pasándolo suavemente por uno de sus colmillos para dejar que la sangre brotase con libertad, luego la dejó caer sobre la llama... Y cerró los ojos durante un rato largo.

Y en ese instante la sonrisa de Azryel se esfumó por completo, al igual que la llama frente a él durante un breve instante, aunque no tardó en volver a encenderse casi de inmediato, y su familiar pronto comenzó a tomar forma. Sin embargo a medida que la forma de la criatura se iba materializando y creciendo, la expresión de Azryel parecía volverse cada vez más y más sombría... Hasta que se transformó en una que derechamente representaba dolor, como si aquella actividad le resultase un esfuerzo físico monumental. Por suerte duró unos escasos segundos más que nada, hasta que por fin volvió a abrir los ojos, bajó la mano... Y observó a la criatura recién invocada con gesto cansado, sólo para encontrarse con un ser un poco menor a él en tamaño devolviéndole la mirada con gesto curioso pero a la vez indiferente, como si aquello frente a ella no terminase de complacerle.

¿Porque todos sonríen después de que hubiera dicho sus nombres y parece que quieran acercarse a mi? Todo el mundo tiene un nombre, no se que motivo hay para sonreír simplemente por conocerlos de haberles estado espiando a todos los presentes... de hecho normalmente el espiar hace que hagan lo puesto a sonreír... para que después me llamen a mi rara.

Entonces, uno de los profesores se nos acercó poniendo fin a los mordiscos y corazones flotantes. Simplemente asentí y me dispuse a seguirlo... mientras lo observaba... fijamente... como a todos. Me daba igual que fuera profe, nadie se libraba de mi mirada penetrante. Iríamos a aprender a invocar familiares... supongo que era algo interesante, convocar al posible súbdito que me ayude mirando fijamente a otras personas.

Me quedé rezagada escuchando la explicación del profesor y viendo lo que parecía la quimera que había convocado y era su familiar. Después de eso... estudié a todos los que iban delante de mi... lo cual procuré que fueran todos. En algunos podía notar la confusión viendo su familiar por no entender como había salido lo que salió, en otros notaba el nerviosismo antes de convocar a su familiar seguido de la decepción o de la satisfacción de que su familiar fuera peor o mejor de lo que imaginaron llegando a perder las sonrisitas tontas que llevaban... y una incluso usó su familiar para esconder la vergüenza de que le doliera la herida en la mano.

Quise esperar hasta ser de las últimas, si era la última mejor incluso, porque entonces habría fisgado y visto todos los familiares y reacciones de todos los demás "compañeros demonios" que tenía ahora, además de escuchar las opiniones que nuestro profesor tenía sobre ellas... quisiera fisgar en su cuaderno para saber que ha escrito de todos. Me tocó a mi convocar a mi familiar ahora... Así que en silencio me acerqué a la Llama de Invocación...

En ese momento, abriéndome la boca con los dedos... todos los que estaban interesados podía ver mi intimidante dentadura que parecía compuesta casi por dientes de tiburón o de una sierra, triangulares y afilados, cada uno siendo capaz de hundirse donde quisiera... Solo fue necesario apretar la yema de mi dedo índice levemente en una de las puntas para que empezara a salir sangre de él. Y me dispuse a echar la sangre en la llama pensando en mi futuro... lo cual sin duda me parecía una estupidez enorme... ¿en que influía pensar en el futuro para que un familiar saliera? A saber que futuro habrá visualizado la gente para que salga un narigón blanco peludo volador, un zorro de fuego hambriento de mimos, un lobo de las sombras, un calamar blanco o una cosa rara que parece un soldado bicho, entre muchos otros ejemplos... El único futuro en el que pensaba yo... era que tenía hambre y quería que llegara la hora de comer...

Y lo que salió fue una especie de... Dinosaurio un poco más alto que yo, alrededor de metro ochenta y algo... hecho de... arroz, salsa, trozos de carne amarillenta y alas volantes de carne roja. Me quedé mirándolo fijamente de arriba a abajo -No eres una hamburguesa...- dije mirando a mi familiar... antes de deslizar mi dedo sobre su parte marrón, y luego lamerlo para saborear como estaba -Estas rico. Te acepto. Serás mi familiar y acabarás con mis enemigos...- le terminé diciendo con seriedad absoluta, asintiéndole.

- Un Inkantation... - murmura Moloch, tomando nota de la invocación de Beth en su libreta. Cuando alza la vista y la ve cubriendo su rostro con su familiar recién invocado, alza una ceja. - No te recomiendo que te lo acerques mucho, y menos a la cara. Esas criaturas se pegan a los cuerpos de sus presas y les chupan la energía vital hasta dejarlos secos. En fin... siguiente.

Algunos alumnos más pasan por delante, y Moloch toma apuntes de todo lo que ve. Entre ellos, Azryel.

- Eso es un guerrero insectoide. Me sorprende que haya acudido a la llamada de un demonio, son muy orgullosos. - comenta, apuntando sus impresiones.

Más alumnos pasan por la Llama de Invocación, hasta que llega el turno de Magoa e invoca a su... criatura. Sobre la que pasa el dedo y lo chupa. La bestia invocada emite un gritito agudo y dócil, parece feliz de ser aceptada por Magoa.

- E-Es... - a Moloch casi se le cae la libreta al suelo, y tiene que recolocarse las gafas de la impresión. Lo veis tragar saliva, intentando procesar lo que ve. - un alimelemental de curry... Los expertos creían que habían desaparecido hace mucho tiempo... - dice, mientras observa a la bestia con los ojos muy abiertos durante un rato. Al final se calma y toma nota de todo.

Los rituales de invocación continúan un rato más, después de todo sois bastantes los alumnos que vais a comenzar el primer año en Babyls. Empezáis a relacionaros poco a poco con vuestros familiares invocados y os dais cuenta de la actitud que tienen hacia vosotros, si son capaces de razonar o no... algunos tenéis más suerte que otros en algunos aspectos, pero vais a tener que pasar un buen tiempo juntos, así que es mejor que os conozcáis.

Estáis distraídos conociendo a vuestros familiares cuando, de repente, una potente luz rojiza hace que os giréis hacia el pedestal donde se encuentra la Llama de Invocación. La llama parece totalmente fuera de control por culpa de algún hecho mágico, de hecho ha cambiado de color de azul a rojo intenso, y su tamaño empieza a aumentar hasta tal punto que es casi tan alta como la escuela.

- Maldición... - gruñe el profesor viendo la llama crecer. Deja caer la libreta al suelo, provocando que ésta desaparezca rápidamente, y corre hacia el grupo de alumnos. - ¡Fuera de aquí! ¡Fuera! ¡Esto es peligroso, volved al interior de la escuela antes de que se materialice!

Justo cuando el profesor termina de pronunciar la última palabra de esta frase, un terrible rugido procedente del interior de la llama hace que se os hiele la sangre, y una enorme criatura comienza a tomar forma de la luz de la llama. Los alumnos comienzan a correr, y el profesor tiene que ayudarlos porque la criatura surgida de la llama de invocación parece tener la intención de retener, o puede que atacar, a cuantos más mejor. La bestia les obstaculiza el paso mientras toma forma y apariencia físicas, hasta que al final es visible para todo el mundo y lanza un rugido estremecedor.

El enorme dragón rojo es casi tan grande como el edificio de la Escuela, y lo peor de todo es que su cuerpo es tan largo que os obstaculiza la huida. El sendero por el que se puede salir de la plataforma de tierra donde os encontrabais invocando familiares está inaccesible, y el dragón mira fijamente y enseñando sus dientes al pequeño grupo de alumnos que no tienen escapatoria... entre los que os encontráis vosotros.

Como fue el primero, también fue el que más tiempo tuvo para conocer a su familiar. O habría sido así, si no se hubiera quedado pasmado un buen rato. La criaturilla que lo acompañaba no era ninguna de las cosas que se había imaginado. De hecho, no tenía muy claro qué era en general. ¿Estaba decepcionado? ¡No...! Bueno. Quizá un poco. Por suerte, las decepciones duraban muy poco para Adriel.

Pero, incluso si hubiera querido hacer pucheros, su familiar no lo habría permitido. Era curioso ver como una criaturilla tan adorable podía llegar a tener un carácter tan vivo. De hecho, de algún modo conseguía que a la vez pareciera apropiado y extraño que Adriel hubiera conjurado algo así. Al menos, tardó bien poco en averiguar exactamente qué era y qué nombre tenía, aunque recordarlo le costaría bastante más.

El camino para que Kuplo Kopp confiara en él sería largo y arduo... ¡Pero eso jamás había desmotivado al demonio!

Mientras seguía conociendo a su propia invocación, de vez en cuando giraba la cabeza para fijarse en cómo le iba al resto. Específicamente, a Loirath, Azryel, Magoa y Phinx les alzó un pulgar con una sonrisa enorme. Pero aquella agradable reunión tenía los minutos contados...

—¡Oi!—exclamó con sus ojos abriéndose como platos—. ¿¡Q-qué es es-eso!?

En el momento en el que mejor le habría venido aprovechar su hiperactividad y salir por patas, se quedó plantado en el sitio, y quedó atrapado en la prisión de aquel dragón que debería haber sido su invocación. ¡Es... Es enormoso! ¡Gigantico! ¡Temiblérrimo! ¡Y... Y absolutamente genialífico!

... Y parecía que tenía tanta hambre de ellos como ellos lo tenían de humanos. ¡Adriel, o reaccionas o vas a tener una trayectoria escolar muy corta! ¡Muevete! ¡Demuestra qué sabes hacer!

Al estar muy pero muy fascinada con mi pequeño familiar, los demás fueron pasando delante mío y mi atención no ha cambiado de objetivo. Es que no puedo creerlo, esa cosita tan bonita ha salido de mi sangre y lo siento muy afín a mi como si fuera alguien cercano. Por esa razón todos los animalitos que iban surgiendo a mi alrededor, estaban en ese segundo plano sin querer y estoy segura que han realizado grandes invocaciones, pero yo sigo sorprendida/feliz de haber logrado tal proeza sin ayuda de nadie, sólo por ese poder que no creía tener. 

El asunto es que entre corazones, suspiros y algún que otro acercamiento con quien es bautizado Flame, algo sucede y esa normalidad con la que habitualmente estoy acostumbrada se ve disipada por una enorme llama de color rojo que me emociona y a posteriori la creación de un enorme dragón que me deja completamente vislumbrada. 

—¡Oh! ¡Oh! ¡Qué bonito! ¿No ha salido de mi, no?—pregunto un tanto confundida, algo avergonzada—. Si fue así, no es mi intención. 

Claro me disculpo porque al estar tan abstraída, ni me enteré de lo que está pasando a mi alrededor. 

—¿Y ahora qué hacemos? ¿Le hablamos?—es la primer duda que expreso y sin esperar, continúo—. ¡Hey hola! ¡Eres enorme! ¿Has venido de China?—digo un tanto dubitativa. 

   No te recomiendo que te lo acerques mucho, y menos a la cara. Esas criaturas se pegan a los cuerpos de sus presas y les chupan la energía vital hasta dejarlos secos. En fin... siguiente.

      ¡¿ Q..que e..ellos que ?! - respondía sorprendida, aunque con el bochorno anterior aun en el aire, la idea de usarle como un escondite social me seguía resultando rentable como para arriesgarme a las probabilidades de un fatídico incidente ... a..a demas... s...se ve mullidito... d..de seguro que n..nada malo ocurre... , tal que aunque sentí sobre mi una palma y cierta voz, mi cuerpo decidió ignorarle para evitar mas estress ... quizás lo mejor... en mi estado igual le llenaba totalmente de tinta...

      Mi atención igual no fue la mejor de todas de lo que duro esta parte de la clase, hubieron unos cuantos "Bwaaaaa.." y otros "ohhhhh", pero hasta que no nos dejaron estar mas a nuestras anchas es que mi vista no salio del rango de vista del esponjoso calamar, aunque lo cierto... no entendía bien de que iba lo que esperaba que sacáramos de todo esto.

    Hmmmmmmmmmm...

Hmmmmmmmmmmmmmm....

Hmmmmmmmmmmm...

¿ Entonces...? ¿ tu...?

 Pero antes de poder siquiera narrar para mis adentro como yo y mis habilidades sociales eran capaces de socializar con tan elocuente criatura... algo sucedió.. tal que ambos terminamos desviando la vista para observar el origen de lo que sucedía.

       E...ehhh...ehhhhhhhh...- mientras salia del trance y comenzaba a seguir al resto antes de que la zona se volviera un caos, solo para terminarnos encontrando con... con...

   Kyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy....- sin tiempo a nada dejaba escapar un estridente alarido mientras observaba aquel enorme reptil - ¡¡e...!! ¡¡e... !! ¡¡eso....!! - apuntaba, o lo intentaba muy fuerte, pues mi pulso hacia que mi mano se agitara en cualquier dirección.

Estaba estudiando a su familiar con curiosidad cuando las llamas del pilar se volvieron como locas y el profesor mandó evacuar el lugar. Chasqueó la lengua molesto, tal y como habían sido posicionados la salida y el camino de vuelta a la academia estaban justo en el otro extremo. Muchos consiguieron huir pero el no sería uno de ellos, lo tuvo claro desde el primer instante, cuando vio como se formaba un cuello de botella en la salida así como muchos huían volando. -Bueno, no queda de otra entonces... Miró por un momento a su Lobo de Sombras para dilucidar si le podría ser de ayuda en esos momentos o solo lo desobedecería y su cabeza comenzó a trabajar en un plan para poder huir de ahí lo más rápido posible, pero para eso necesitaría antes ver qué habilidades tenían sus... compañeros, de clase. Ese último pensamiento se atragantó un poco en Loki quien profirió un gruñido de asco. 

Miré con apatía al profesor mientras que él se veía impresionado por mi mascota -Así que es un alimelemental de curry... si tengo uno no se habrán extinguido- dije simplemente sin estar impresionada yo por el hecho... lo unico que me importaba a mi es que tenía un animal que le gustaba que le catase de vez en cuando, algo tonto como si fuera un cachorro de animal, pero bastante obediente y cuyo olor me entraba el apetito... No podía haber deseado un familiar mejor. Le llamé Pica... porque aún me pica un poco la boca de cuando lo probé, y me gusta el picante... y seguro que su sabor especiado y picante escuece en las heridas de los enemigos que derrotemos a lo largo de mi vida.

Estaba observando junto a él, rascándole la tripa de arroz que tenía y si el me dejaba cogiendo algún puñado pequeño que otro para comer... cuando se desató la hecatombe... viendo un dragón gigante el cual pinta de buena gente no tenía. Realmente mi interés se centró en ver como la libreta del profesor se caía, queriendo ser rápida para cogerla... pero por desgracia desapareció, ya tendría otra oportunidad para fisgar en sus notas.

Tenemos salidas bloqueadas, ayudantes al lado, un dragón que quiere comernos como yo quiero comerme a mi ayudante o a una hamburguesa... -Supongo debo de estar... ¿asustada o excitada?- me dije para mi misma viendo con apatía al dragón rascándome la nuca y meditando que hacer... aunque supongo que mis acciones y reacciones dependerán de las suyas.

Luchar, intentar despistar al dragón, tratar de huir... las opciones son muchas, ¡pero la batalla ha comenzado!

Lo primero estaba claro que sería su integridad física, debía crear una distracción lo suficientemente fuerte como para que ese dragón decidiera apartar la cola de la entrada. Despistarlo sería su mejor opción así que simplemente imaginó una dragona, lo más resaltante posible con su feminidad y la intentó plasmar correctamente en el cielo, no muy lejos de donde estaban ni muy alto. -Corre Fenrir. Le salió el nombre sin más, del alma, como si supiera de toda la vida cual debía ser. Se sorprendió a si mismo pero no tenía tiempo de analizarlo en ese momento así que simplemente corrió en dirección a la salida mientras la ilusión de la dragona le hacía caritas y gestos al enorme dragón.