Partida Rol por web

Coño tío y ¿a mi qué me cuentas? Este es vuestro problema. No veo un carajo.

Jim mira alrededor. Es de noche y no queda ni una sola mujer con la que tratar de flirtear.

Buffff. Mira, yo me piro a mi casa.

Jim escucha el ruido.

¡Joder, qué susto.-Se da cuenta del comportamiento estúpido que ha hecho para ser alguien que ha pasado la treintena. Mira el reloj y por su cabeza le pasa la idea de que si va a casa ahora se tendrá que hacer la cena; si espera un poco la tendrá hecha.-Bueno, os acompañaré para echaros una mano. Conozco este lugar mejor que vosotros.

Y Corniack decidido y estúpido avanza por delante del grupo.

El apagón me hace dar un pequeño salto, el sonido del viento me ha asustado y sin luz este lugar es...
Me controlo rápidamente, aunque no sea muy probable que los demás hayan visto mi reacción prefiero no arriesgarme.
Tras oir a los demás me recompngo totalmente, pensando en la situación. No digo una palabra pero veo caminar a los tres hacia las escaleras, y cuando me llevan unos metros de ventaja decido seguirles. Sea por ir con ellos o porque me he decidido a ir a algún lugar en la misma dirección.

Los cuatro salen medio a tientas guiado por la luz de la linterna de Conrad hacia los ascensores. Cerca de ellos están los baños de la planta baja... de donde venía el ruido que acabais de oir... Acercandoos más a la zona escuchais un murmullo procedente de uno de los baños, el de la izquierda, el de mujeres... Una especie de gorgogeo. Inquietante.

No pudo reprimir el repullo que sintió al escuchar aquel golpe repentino. Se encontraba escuchando, con su oreja pegada a la puerta, agudizando su oído para poder enterarse de que estaba ocurriendo fuera, cuando ese sonido le sorprendió...

Chasqueó su lengua en señal de fastidio. La luz se había ido y ahora estaba sumido en una profunda oscuridad...

Dichoso edificio...

Eso pasaba por tener una facultad tan viejísima como ésta, ya podían haberla cambiado...sin embargo, y posiblemente al estar a oscuras y tener que poner más atención al resto de sus sentidos pudo escuchar el viento que soplaba fuera, azotando sobre las viejas paredes...

En un principio, había pensado que habrían podido saltar los plomos pero, al escuchar el mal tiempo que parecía hacer fuera supuso que la luz se habría ido en toda la facultad, es más, no habría corriente seguramente en toda la manzana...abrió la puerta para comprobarlo y, efectivamente, todo estaba tan oscuro como el interior de la biblioteca...

Guiñó un poco sus ojos intentando que éstos pudieran ver mejor a través de la oscuridad...no tenía miedo pero se sentía incomodo...después de todo, nunca le había gustado la frialdad que sentía en aquel edificio, la cual se hacía más patente de noche...

- No pasa nada...- se tranquilizó él mismo- solo tienes que esperar a que vuelva la luz...será sólo un momento...

Cogió su movil y tocó una de sus teclas para que la pantalla se iluminara. No alumbraba mucho pero al menos era suficiente como para poder ver algo a unos 15 centímetros del movil...de esta manera comenzó a alumbrar a su alrededor, sobre la mesa donde había dejado el maletin que usaba para reparar los ordenadores. Recogió todo con cuidado y guardo éste en el interior de su mochila, la cual colgó en su hombro...

Era extraño...ya no se escuchaba a nadie discutir...el silencio había llegado justo a la misma vez que la oscuridad...

- Hola?- dijo timidamente Franky algo mosqueado- Hay alguien?

Wilmor escucha el extraño ruido que viene del baño. Hace un gesto al grupo con la mano para que se detenga.
Esperar un segundo
Wilmor se acerca hasta la puerta del baño de mujeres, y sacando su porra, da un par de golpes en la puerta.
Toc, toc…
¿Hay alguien ahí? Ha habido un apagón, pero ahora mismo vamos a solucionarlo. ¿Me oyes?- le pregunta a quien quiera que esté en el baño.
Conrad, déjame un segundo la linterna...- comenta alargando el brazo hacia el encargado de mantenimiento.

Conrad cede la linterna la vigilante haciendo una mueca de disgusto al perder la única fuente de luz en el apagón, pero su expresión queda enmascarada por la penumbra.

No me explico como es que esta jodida facultad está llena de gente a estas horas. Vaya nochecita, rediós, vaya nochecita.

Sigo caminado hasta, en el momento en el que el encargado de mantenimiento le pasa la linterna al guardia, llegar a ellos. Miro las escaleras que suben, como si pensara en algo y finalmente observo al grupo distraidamente.

Me apoyo contra una pared de hormigón, con la pierna derecha flexionada y la bota pisando el muro.

El gorgogeo se torna en sollozo y este paulatinamente en un sorber de mocos... Una de las puertas se abre, chirriando... Wilmor ilumina hacia el interior. Una figura humanoide sale del interior, deslumbrada y asustada. Se protege de la luz y gimiendo dice?:

Wilmor, eres tu? Estoy aterrada Wilmor. Tengo miedo a la oscuridad y este edificio es... es... escalofriante. El apagón me ha pillado cambiándome. Acabo de terminar mi turno de limpieza... a medianoche, y estaba en el baño justo para irme cuando, cuando... Oh! Por dios! Que angustia! Gracias a dios que estás aquí.

Rose avanza hacia vosotros... sollozando.

La conversación es interrumpida por una nueva voz.

Hola? Hay alguien?

Es una voz tímida y poco segura. Procede de donde habeis venido, de la zona de la biblioteca...

Se supone que la facultad ya ha cerrado y aquí hay gente hasta debajo de las piedras. Un día tenemos que quedar para montar una fiesta nocturna tíos. Ja ja ja-Corniack no sabe la poquita gracia que está haciendo.-A ver quién más se queda en la facultad a estas horas.

Corniack se acerca hacia la voz.

No. No hay nadie.

Alguien a lo lejos te grita: No. No hay nadie... Muy gracioso, debes pensar.

Wilmor observa a la figura de Rose salir del baño. Parece bastante asustada. Wilmor le devuelve la linterna a Conrad, y le hace un gesto a Rose para que se acerque.
Tranquila, mujer, que no es más que un apagón. Ahora mismo lo vamos a solucionar Conrad y yo.

Cuando escucha la otra voz, Wilmor se gira instintivamente. Ignora las gracias de Jim, y mirando hacia donde viene la voz, Wilmor contesta.
¿Quién anda ahí? Vamos, Conrad, enfoca para allí

El haz de luz que emergía de la linterna iba haciendo visibles aquellos rincones escondidos en la oscuridad sobre los que se posaba, recorriendo la zona de donde provenía aquella voz...

Esquinas, papeleras, paredes...unas piernas...unas piernas justo en la puerta de la biblioteca, embutidas en un pantalón vaquero, de tela más fina de lo que era en el momento de la compra por el paso del tiempo...el haz de luz de la linterna subió poco a poco, encontrándose ahora con un jersey de lana, verde con unas franjas horizontales rojas, lleno de pelotitas aquí y allá y, un poco más arriba, una cara, una cara con una mano sobre la frente en forma de visera, intentando disminuir el deslumbramiento que producía la luz de la linterna en sus ojos, casi cerrados por éste motivo...

- Buenas noches- dijo la cara que el encargado de mantenimiento apuntaba con su linterna- Señor Westorm? Es usted? - había escuchado la voz del agente de seguridad y también como éste hablaba con Conrad...al menos, no estaba sólo...

La madre que me parió, Wilmor, ¿no se supone que tu te encargas de vigilar que no quede nadie en el edificio por las noches? yo creo que hay más gente dentro que fuera.

Girando la linterna apunta directamente a la cara de Jim Corniack.

Y las fisetas en casa de tus papis, ¿entendido?, sólo faltaba que vinierais a desparramar aquí para joderlo todo, que luego el que tiene que arreglar lo que rompéis soy yo.

Después de la reprimenda, vuelve a iluminar al recién llegado.

A ver si es posible que me acompañeis hasta la puerta... Estoy muerta de miedo. Ya se que es una estupidez, pero es que este edifio es... no se. Perdonadme por favor...

Rose se siente un poco más aliviada entre tanta compañía.

Franky Moore se gana un dinerito reparando los ordenadores de la facultad. A veces viene de noche y bueno, entra y sale un poco a su voluntad. Wilmor le conoce y confía en él. Es un tipo raro, pero me fío... suele pensar. Franky anda desde la biblioteca hasta la zona de ascensores donde se encuentra el grupo, guiado por la luz de la linterna. Los pitidos de los aparatos electrónicos y los congeladores siguen sonando, y el viento fuera no para... no para... no para... de ulular. Una vez cerca del grupo, podeis ver su aspecto con más detenimiento. De repente, cuando hasta hace sólo 10 minutos estábais cada uno a lo vuestro, estais, y debido al apagón y lo inquietante del tiempo, reunidos, Wilmor, Conrad, Franky, Jim, Oliver y Rose.

El poder de las tinieblas...

Permanezco separado del grupo unos metros, sin decir palabra. Observando al extraño informático con interés.

Parezco aburrido y miro desinteresadamente unos carteles pegados en el hormigón anunciando fiestas universitarias.

Quiero ir separándome poco a poco del grupo hasta desaparecer.
¿conozco algun lugar de donde sacar algo de valor? ¿quizá un laboratorio o un despacho?

Wilmor observa a Franky, cuando la linterna de Conrad lo enfoca. Solo es el informático raro ese…

Ah, eres tu, Franky. Bueno, hasta que arreglemos lo del apagón, será mejor que nos mantengamos juntos. No quiero a nadie pululando por aquí a oscuras.- comenta lanzando una mirada de recelo a Jim y a Oliver.

Se gira hacia Rose, a la cual agarra del brazo intentando calmarla.
Claro que te acompañaremos a la puerta. Además, la he dejado cerrada para que el viento no la rompa. Pero antes me gustaría pasar por mi puesto de guardia, que nos viene de paso. Nos hacen falta más linternas, así que echaré un vistazo a ver si guardo alguna. Vamos.

Wilmor hace un gesto a Conrad para que vaya delante con la linterna, hacia la caseta de guardia.