Partida Rol por web

- ¿Tenemos prisa?- preguntó la clérigo - Si no es el caso, hagamos un descanso. Llevamos andando durante horas desde el otro lado de esta montaña. Recuperemos conjuros gastados y entre ellos habrá algunos para intentar sobrepasar esta adversidad - afirma Zhay.

- Espera, Zhay, aun me queda un "as en la manga". Veremos si podemos arrojar un poco de luz a todo esto..., digo, esbozando una media sonrisa. Si puedo evitarlo, no pasaré una sola noche mas con el peso de esta montaña sobre mi cabeza, sobre todo, teniendo en cuenta lo "gracioso" que este Archimago. Quien sabe que otras sorpresas podría depararnos. Tratemos de encontrar el martillo, y salgamos de aquí cuanto antes!! Quiero sentir el viento en la cara de nuevo!!, acabo, ya sin atisbo de sorna en el maliciento rostro.

Concentrándome en la oscuridad, empiezo a concentrar las energías mágicas que me permitirán, si todo sale bien, disipar esa magia, para poder ver, así, que tipo de secretos esconde (muy probablemente trampas que pueden echar por tierra todos nuestros esfuerzos.

Cuando siento el hormigueo en los dedos, mis manos, atendiendo a años de aprendizaje, tratan los símbolos apropiados en el aire, mientras susurro el detonante mágico que liberará el poder. Justo al finalizar el conjuro, extiendo ambos brazos hacia delante, con las palmas extendidas, sintiendo como ese poder pulsatil me abandona, y se dirige contra la oscuridad mágica...

La oscuridad de aquella habitacion era densa como una nube densa negra , no era muy natural incuso a veces parecia que estaba viva, pero una palabra arcana potente del Magus como si fuera de los mismos antepasados magicos de este que habian venido a guiarle o puede que una palabra de magia de alguna antigua civilizacion pudo tras unos intentos liberar de la eterna negrura a ese habitaculo

Lo curioso es que era pequeño  y el pasillo seguia , pero (una tirada de doce de kara con un altisisisisisismo bono) hacern ver una cosa curiosa . Lo mas normal seria seguir de largo pues en esa habitacion solo habia muebles rotos y basura pero el picaro esta muy picaro y se da cuenta que hay un trozo de madera nueva entre tanto mueble viejo y es enrealidad un ataud

Tras quitar todos los trapos de encima dentro hay un vampiro durmiendo, al ser de dia , todavia en su letargo

Me quedo mirando a Zhai

Como si todos estuvieramos esperando este momento...

Sin dudarlo Zhay sabe lo que hay que hacer. Un vampiro. No duda.Enarbola su símbolo sagrado y pide ayuda a su diosa Milani. Un aura protectora envuelve al grupo y lo prepara ante cualquier posible adversidad.

- Atizadle - susurra inmisericorde.

Satisfecho con su éxito para disipar la oscuridad, reafirmo la decisión tomada hace ya mucho tiempo de entrar en la Academia de Magus, sintiendo las cosquillas en las yemas de los dedos tras usar una magia poderosa con éxito.

El hallazgo de Karasu me pilla por sorpresa, no porque aquí hubiese una "sorpresa", que me la esperaba, si no por que sea un condenado vampiro!! Como Aldern, miro a Zhay, pues de todos es sabido que los seguidores de los Dioses son los que mas saben sobre este tipo de Muerto Viviente. Cuando lanza su magia, protegiendonos, y dice que le demos, digo, susurrando, e instando al resto a hacer lo mismo, poniendo un dedo sobre mis labios:

- Si le cortamos la cabeza, morirá??, pregunto, pensando en cercenarsela, para no darle tiempo a levantarse^*

Zhay escucha los susurros de Valanthir y arrugó la nariz, no teniendo muy claro si eso bastaría. Sin embargo, en silencio, echó mano de una de las antorchas de un bolsillo lateral de su mochila y se la entregó al elfo, haciendo gestos de que lo afilara y lo dirigiera, posteriormente, a su pecho izquierdo.

- Eso si que le dolería - admite con una sonrisa aviesa.

"¿Y un "Curar Heridas Mortales"?

Desde luego, tengo bien claro que lo mejor es estacarlo uno, y el resto golpear con todo lo que tenemos para asegurar bien el golpe

Karasu sorprendido por el hallazgo da un paso hacía atrás pues sobre esto no sabe realmente nada. Incrédulo observa a sus compañeros para tratar de entender que hacer.
Ante cualquier cosa, coloca su mano semi emplumada en el mango de su katana para poder desenvainarla lo mas rapidamente y así poder atacar antes de ser atacado.

Haciendo el gesto para que lo vigilen, me alejo con cuidado hasta la entrada de la sala de las cadenas, y haciendo uso del Gladius que tanto me ayuda en situaciones en las que no hay espacio para maniobrar con el tridente, me dedico a sacarle punta a la base de la atorcha, hasta que, critico como soy, veo que he conseguido una punta perfecta. Entonces, y solo entonces, me acerco de nuevo sin hacer ruido, y colocando la improvisada estaca sobre su corazón, susurro a Karasu: - Maestro, vuestra katana es mágica?? Cuando clave la estaca, debeis cercenar su cuello, y para eso, convendría que el arma fuese mágica. Si no lo es, puedo ayudaros..., acabo, con una sonrisa peligrosa, guiñandole el ojo.

Karasu escucha atentamente lo que le dice Valanthîr, a lo que responde Es mágica y del mejor material que se pueda encontrar, adamantita.
Cuando estes listo realizo el corte. El ninja se coloca en posición para poder propiciar el golpe que acabe con la bestia.

Calculo bien donde debería tener ese muerto viviente el corazón. Aunque dicho organo debería estar ya podrido y deshecho a esas alturas de su existencia, la mágia de la "no muerte" lo mantenía bombeando sangre a plena voluntad del vampiro, pues este usaba la sangre de aquellos con los que se alimentaba para demostrar poderes extraordinarios.

Haciendo una señal a Karasu, parafraseo una cuenta atras partiendo de "tres". Cuando llego a cero, imprimo toda la fuerza de la que soy capaz, hundiendo la improvisada estaca en el pecho del vampiro que, sin duda alguna estaba en esta sala dispuesto a ponernos las cosas dificiles en cuanto llegara la noche.

Cuando observo a Valanthîr clavar la estaca en el pecho del vampiro, el ninja intenta cercenar la cabeza del mismo con un golpe limpio y rápido de su katana. Karasu esperaba que eso sea suficiente para poder acabar con el vampiro y así poder seguir su aventura.