No sé a quienes se querían enfrentar los hombres pez, estaban entusiasmados y su estrategia era buena si las criaturas a las que se enfrentasen no pudieran combatir a enemigos en el agua. Quizás venían buscando a los hombres pájaro; pero ya no quedaba nada de ellos y los ánimos de estos seres fueron decayendo conforme pasaba la batalla ante la furia controlada de los thraesjing. Fríos y calculadores, entrenados para la batalla poco a poco fueron comiéndole terreno al enemigo atrincherado en el agua hasta que los thraesjing lanzaron un ataque total, que no se esperaban, y dejaron un reguero de muertos flotando en el agua.

Muevo UPC Tinen de Bambali a Mordmorr

-2 Mente para Anegar de Mw a DU

La guerra por Gurruk Gharr (amargo asedio)

Dos derrotas. Una victoria.

Allí donde la ciudad arbórea se alzaba con desesperante resistencia, grande y constante era el eco de fieros encontronazos, de la violencia suma e inevitable entre los que luchaban por conservar su nuevo hogar y los que de allí querían arrancarlos. Así una batalla "casual" se convirtió en dos, en tres, y pronto la guerra declarada más allá del choque imprudencial o de la retribución fue totalmente explícita.

Viniendo de fuera, desde la ciudad viviente regida por el titánico Monarhs, la Raudonoji'Armija impuso obstinado sitio en los alrededores de la metrópoli boscosa, lanzando ataque tras ataque con tal de debilitar a los G'Narrl y recuperar el orgullo de los Milzis tras la primera derrota; representada por Baisus, Raudona masacró sin piedad durante la Noche Alba, sin embargo ni con el favor de la Bree'Gaisma logró evitar el pagar luego con la sangre de sus soldados cada herida que estos le causaron a los hombres bestia; el orgullo de la beligerante, pues, dolía incluso más que cualquier herida recibida por Baisus, y entre los anexados bajo el nombre de Sunaudojamas comenzaban a circular dudas sobre si al final tanta carnicería y sacrificios valdrían o no la pena. Más importante aún, en la capital los invasores los dos consejeros restantes no estaban para nada complacidos con el desempeño de los Kareivis, ni tampoco lo estaba su regente.

Un imperio solo puede ser tal si su nombre es capaz de mantener unida a la gente dentro de sus fronteras, después de todo.

Llegado el nuevo crepúsculo Baisus se plantó frente a los muros de Gurruk Gharr, tan llenos de cicatrices recientes como su propia armadura, e incluso así tan resistentes, tan imponentes. Poco antes un mensajero humano, un prescindible, fue enviado hacia el interior del territorio contrario llevando consigo las palabras de Raudona: 

Creo que es más que obvio lo que esta serie de luchas nos ha causado a ambos bandos, pero no somos salvajes, aunque ustedes lo puedan creer así. Tanto como los venidos de Kalnas entendemos la desesperación que supone perder el hogar propio ante fuerzas invasoras, en nombre de Kalnas'Monarhs esperamos que entiendan (no así que acepten) el hecho de continuaremos atacando hasta tomar su asentamiento... o hasta que ustedes acaben con el último de nosotros.

Aquellos que fundamos la ciudad conocida como Kalnas somos extranjeros, al fin y al cabo, despojados de nuestra tierra original, por ende debemos formar una propia así sea con cadáveres como cimientos, superar cada adversidad  de este mundo caótico y finalmente levantar un monumento digno de retar a las estrellas mismas, o perecer en el intento.

Este mensaje, pues, es para asentar sin duda alguna nuestras firmes intenciones de guerra total contra su gente, ofrendar nuestro orgullo ante la Bree'Gaisma (luz) que al parecer compartimos y declarar mis personales respetos por el que comanda sus legiones. Es la primera vez en mucho tiempo que me encuentro con un contendiente tan poderoso. Ojalá nos hubiéramos encontrado bajo distintas condiciones.

Que gane el que más apto para sobrevivir.

Atte. Raudona "la beligerante"

Baisus estaba allí no para garantizar la vuelta del mensajero, ni para servir a ese propósito por sí mismo; su intención era, tal como siempre había sido desde su nacimiento, servir como estandarte de guerra. Hubiera respuesta o no de parte los G'Narrl, el nuevo ataque era inminente, y por si hacía falta confirmación pronto los cielos del norte se iluminaron para imbuir con el resplandor mágico a los Milzis que esperaban a pocos metros de su comandante. 

Las inmediaciones de Gurruk Gharr volverían a rugir...

Y eso que significa? Tiramos de nuevo o pasa al próximo turno??

No recuerdo si lo dije por acá. Pero estoy lejos de mi compu. Nos fuimos de vacaciones con la familia. Así que no estoy para colgar nada de más de dos líneas. Es un sufrimiento escribir del celu !!!

Vuelvo el 18. Espero que todavía quedé algo de Gurruck Gharr para entonces.

Y eso que significa? Tiramos de nuevo o pasa al próximo turno??

Creo que lo segundo, y lo que narraríamos en conjunto es cómo empatamos (por aquello de que el vencedor cuenta la historia y tal, pero realmente nadie ganó esta vez).

En ese caso, mejor. Así tal vez cuando vuelva a casa todavía estoy a tiempo de contar la parte Gnarrl de la historia. Termine como termine.

No sé si todavía sea válido pero...

Ataco Cl desde Kalnas con 2 UPM (1 Humana, 1 Vanara)

La guerra por Gurruk Gharr (amargo asedio)

Dos derrotas. Una victoria.

Allí donde la ciudad arbórea se alzaba con desesperante resistencia, grande y constante era el eco de fieros encontronazos, de la violencia suma e inevitable entre los que luchaban por conservar su nuevo hogar y los que de allí querían arrancarlos. Así una batalla "casual" se convirtió en dos, en tres, y pronto la guerra declarada más allá del choque imprudencial o de la retribución fue totalmente explícita.

Viniendo de fuera, desde la ciudad viviente regida por el titánico Monarhs, la Raudonoji'Armija impuso obstinado sitio en los alrededores de la metrópoli boscosa, lanzando ataque tras ataque con tal de debilitar a los G'Narrl y recuperar el orgullo de los Milzis tras la primera derrota; representada por Baisus, Raudona masacró sin piedad durante la Noche Alba, sin embargo ni con el favor de la Bree'Gaisma logró evitar el pagar luego con la sangre de sus soldados cada herida que estos le causaron a los hombres bestia; el orgullo de la beligerante, pues, dolía incluso más que cualquier herida recibida por Baisus, y entre los anexados bajo el nombre de Sunaudojamas comenzaban a circular dudas sobre si al final tanta carnicería y sacrificios valdrían o no la pena. Más importante aún, en la capital de los invasores los dos consejeros restantes no estaban para nada complacidos con el desempeño de los Kareivis, ni tampoco lo estaba su regente.

Un imperio solo puede ser tal si su nombre es capaz de mantener unida a la gente dentro de sus fronteras, después de todo.

Llegado el nuevo crepúsculo Baisus se plantó frente a los muros de Gurruk Gharr, tan llenos de cicatrices recientes como su propia armadura, e incluso así tan resistentes, tan imponentes. Poco antes un mensajero humano, un prescindible, fue enviado hacia el interior del territorio contrario llevando consigo las palabras de Raudona: 

Creo que es más que obvio lo que esta serie de luchas nos ha causado a ambos bandos, pero no somos salvajes, aunque ustedes lo puedan creer así. Tanto como los venidos de Kalnas entendemos la desesperación que supone perder el hogar propio ante fuerzas invasoras, en nombre de Kalnas'Monarhs esperamos que entiendan (no así que acepten) el hecho de continuaremos atacando hasta tomar su asentamiento... o hasta que ustedes acaben con el último de nosotros.

Aquellos que fundamos la ciudad conocida como Kalnas somos extranjeros, al fin y al cabo, despojados de nuestra tierra original, por ende debemos formar una propia así sea con cadáveres como cimientos, superar cada adversidad  de este mundo caótico y finalmente levantar un monumento digno de retar a las estrellas mismas, o perecer en el intento.

Este mensaje, pues, es para asentar sin duda alguna nuestras firmes intenciones de guerra total contra su gente, ofrendar nuestro orgullo ante la Bree'Gaisma (luz) que al parecer compartimos y declarar mis personales respetos por el que comanda sus legiones. Es la primera vez en mucho tiempo que me encuentro con un contendiente tan poderoso... ojalá nos hubiéramos encontrado bajo distintas condiciones.

Que gane el que más apto para sobrevivir.

Atte. Raudona "la beligerante"

Baisus estaba allí, pues, no para garantizar la vuelta del mensajero, ni para servir a ese propósito por sí mismo; su intención era, tal como siempre había sido desde su nacimiento, servir como estandarte de guerra. Hubiera respuesta o no de parte los G'Narrl, el nuevo ataque era inminente, y por si hacía falta confirmación pronto los cielos del norte se iluminaron para imbuir con el ya conocido resplandor mágico a los soldados que esperaban la señal de inicio.

Las inmediaciones de Gurruk Gharr volverían a rugir...

La guerra por Gurruk Gharr (entran las ratas)

La luz, sin embargo, se filtró por arte de magia hasta más allá de la superficie, penetrando la tierra en la periferia del gran árbol, y es que mientras la anexada legión de humanos luchaba junto a Baisus contra los defensores G'Narrl, nuevos actores se unieron a la sangrienta batalla desde la entrañas mismas de Wyrd: ratas enormes, antropomorfas pero monstruosas a su manera, que siendo casi una ácida parodia de los atacados rugían y lanzaban tanto mordidas como arañazos desde sus cuerpos protegidos por oscuro pelaje. Los Morrgul, como se identificaban dichos rátidos a través de agudos ruidos guturales, habían llegado desde otro lado para sumarse a la causa de la Raudonoji'Armija.

Teniendo que superar los inamovibles muros de la mole que era Gurruk Gharr, además de la guardia que suponían los efectivos vivos, el nuevo choque de fuerzas supuso para los enviados de Kalnas un esfuerzo cuesta arriba por más que contaran con nuevos miembros entre sus filas, lo que, como era de esperarse, terminó alargando la batalla durante otra noche donde la intensidad de ambos bandos ardió a su plenitud. Tan grande era la determinación tanto de invadidos como de invasores que, a pesar del cansancio generalizado culpa de una guerra que cada vez se extendía más, cuando el sol comenzó a salir en el horizonte la mayoría de los soldados seguían relativamente enteros y listos para seguir presionando a los contrarios, huelga decir que en el caso de los generales enfrentados era lo mismo.

Sin duda los bardos cantarían, alevosos, la historia de aquel enjambre de batallas donde la ambición chocó contra la necesidad, donde ardió la superficie tanto como el cielo gracias a la ingente cantidad de luz sobrenatural vertida sobre el lienzo de guerra; que los duros monstruos de roca y metal habían sido heridos hasta el punto de sangrar y morir como los seres naturales, pero que incluso la fiera capital de la gente bestia podía ser retada y presionada. 

Al final, solo quien quedara de pie enunciaría el epílogo de esta historia, la definición de justicia que prevalecería para las generaciones futuras, fuera el lado que fuera, pero ese momento todavía no llegaba...

Los hombres lagarto estaban prevenidos, sabían que con la luna llena los licántropos atacarían y éstos no defraudaron sus expectativas. Los hombres lagarto habían preparado zanjas, zonas de emboscada en varios puntos de la ciudad de Jotunheim. Kukul era un gran Capitán, y su fervor era único. Los hombres lobo cayeron por cientos en las primeras oleadas, cuya poca estrategia hacía sospechar a Kukul que sus jefes debían estar preparando un ataque sorpresa.

Pero no era así, al igual que los Jottun, los hombres lobo avanzaban de forma desmedida y sin reparos hacia adelante. Pero al contrario que los primeros, tras recibir varias heridas mortales de las armas de los sangre fría, volvían a levantarse como si nada hubiera ocurrido. Era una horrible brujería la que empujaba a esos monstruos contra ellos, y un hambre voraz.

Durante toda la noche la sangre convirtió en fosos pringosos las zanjas que con tanto esmero los soldados de Kukul habían preparado. Varios hombres lobo habían sido capturados en la batalla, pero parecían inmunes a cualquier intento de coacción.

Semanas más tarde, uno de estos individuos llegaría a Ichtalal para ser estudiado por los mismísimos sacerdotes, sin ninguna duda, eran criaturas imposibles de tratar, toscas, más parecida a los animales que a un ser racional.

Damakos estaba confundido por los rumores, pero si por lo menos una parte eran cierto entonces debian prepararse, mandando a llamar a Cethra, Mi buen amigo, al parecer estamos ante un poderoso enemigo, segun los rumores existe una posibilidad que los satiros vecinos esten actualmente muertos, por lo que debemos prepararnos, necesito que mandes a crear un ejercito de tieflings aqui en la ciudad, manda una carta a Sumeal, diciendo que avance con el ejercito a KT y se enfrentaran a cualquier raza que estuviera alli, sin exterminar por supuesto, en cuanto a La esposa de Ororrojo dile que se movilize hacia esas ruinas abandonadas y que trabajen para convertirlo en un pueblo, 2000 tieflings que viajaran hacia Karakdhum para reparar los daños causados, y los medianos viajaran hacia aqui, para mejorar la relacion con las demas razas bajo nuestro mando, tenemos que tener mucho cuidado, pronto es posible que entremos en guerra a gran escala.

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