Partida Rol por web

Saludos, mi nombre es Strether, soy el diplomático de Fucanglongentre, líder de los Thraesjing. Hemos recibido un mensaje en el que se nos propone una posible alianza. Ante todo agradecer el interés, pero no me voy a andar con mentiras, las palabras de ese traidor eran ciertas, hemos acabado con alguna que otra raza en nuestro camino hacia la conquista de Wyrd, por si te quieres replantear aún la alianza. Si firmamos finalmente ¿qué nos ofreces y qué pides a cambio?

Leonette hizo una reverencia.

-Bienvenido, Strether -saludó-. Lo cierto es que no podría importarnos menos lo que ocurra en este continente condenado. Nos es indiferente que tengáis escamas, alas o antenas. Lo único cierto es que se nos ha agraviado. Los Astados de Damakos incumplieron su palabra y deben ser castigados. ¿Qué ofrecemos? Poco, no somos el reino más grande en Wyrd, pero somos fieros y luchamos hasta la muerte... y después de muertos. Podemos convocar tormentas para anegar los caminos; podemos reclutar no-muertos y podemos interceder por vos ante los lagartos del norte, amigos nuestros. ¿A cambio? La Dama nos otorgó como nuestro destino manifiesto la costa occidental y las islas de Wyrd. No tenemos interés en el interior. Sin embargo, entendemos que nuestra posición es débil, y, por encima de todo, queremos venganza.

Entiendo, antes de tomar una decisión, me gustaría saber qué os ha hecho Damakos para que queráis vengaros de él. 

-Nos traicionó. Nos pidió ayuda contra vos después de masacrar a nuestros vasallos y nos, queriendo asegurar una tierra sagrada de nuestro pueblo -Leonette señala Kt en el mapa-, prometimos auxilio. No sé si habéis intentado atacar las tierras de los pielesverdes -señala Okk-, pero nos debíamos conteneros allí, así que desatamos una tormenta mágica con la intención de frenar vuestro avance el tiempo suficiente para derrotar a los orcos y situar defensas. A cambio, él prometió devolvernos nuestra tierra sin derramar sangre. Por desgracia para él, cuando nuestros colonos fueron a repoblar Scalemark, que es como llamamos Kt, fueron emboscados por los hombres de Damakos. En este momento ese cornudo traidor estará intentando atacar vuestras posiciones orientales en el interior. Os ofrecemos las tormentas, como se las ofrecimos a él, y también liberaros el flanco. No alzaremos la mano contra vos. Nada tenemos en vuestra contra. Nuestras ambiciones van de Okk hasta Mk. Ni siquiera deseamos entrar en guerra con los lagartos del norte, pues la Dama no nos los ha señalado como enemigos. La Bahía de Edar y sus puertos son vuestros por derecho de conquista, y todo este continente, si elegís bien, pues nos os garantizamos el flanco izquierdo.

Leonette sonrió.

-Y decid al Rey Alado que Leonette de la Casa Machiavi no rompe su palabra. Hace mucho que podíamos haber atacado a los saurios de la Serpiente Emplumada y siempre hemos respetado nuestro acuerdo. Preguntadles si queréis garantías. A cambio de una costa y de la cabeza de alguien que ya está en guerra con vos os ofrecemos el impulso que necesitáis para derrotar a todos vuestros enemigos.

Acepto, necesitaría pues vuestra estimable ayuda. Anegar con tormentas hasta que el camino quede inundado, el tramo que va desde Finsternis hasta LP. Nuestro ejército se encargará de atacar la principal ciudad de Damakos y los Tieflings.

-Las tormentas rugirán con la próxima luna allá donde señale el Rey Alado.

Cierto día, cerca del atardecer, llegó desde el aire a una de las fronteras de Finsternis cierta entidad, moviéndose en calculadas líneas rectas. El ser en cuestión era de composición obviamente mineral pero con forma lejana a la humana o a sus similares, pues más bien se asemejaba a un asteroide o estrella con un interior hueco de no ser por una esfera de color acuoso en su centro.

— En nombre de Kalnas'Monarhs, de la ciudad viviente, solicito hablar con el líder Tiefling: vengo en son de paz — diría ante el primer contacto que tuviese con un lugareño...

Cierto día, cerca del atardecer, llegó desde el aire a una de las fronteras de Eresand cierta entidad, moviéndose en calculadas líneas rectas. El ser en cuestión era de composición obviamente mineral pero con forma lejana a la humana o a sus similares, pues más bien se asemejaba a un asteroide o estrella con un interior hueco de no ser por una esfera de color acuoso en su centro.

— En nombre de Kalnas'Monarhs, de la ciudad viviente, solicito hablar con tu líder: vengo en son de paz — diría ante el primer contacto que tuviese con un lugareño...

Cierto día, cerca del atardecer, llegó desde el aire a una de las fronteras de Ichtlalal cierta entidad, moviéndose en calculadas líneas rectas. El ser en cuestión era de composición obviamente mineral pero con forma lejana a la humana o a sus similares, pues más bien se asemejaba a un asteroide o estrella con un interior hueco de no ser por una esfera de color acuoso en su centro.

— En nombre de Kalnas'Monarhs, de la ciudad viviente, solicito hablar con tu líder: vengo en son de paz — diría ante el primer contacto que tuviese con un lugareño...

Cierto día, cerca del atardecer, llegó desde el aire a una de las fronteras de Edar cierta entidad, moviéndose en calculadas líneas rectas. El ser en cuestión era de composición obviamente mineral pero con forma lejana a la humana o a sus similares, pues más bien se asemejaba a un asteroide o estrella con un interior hueco de no ser por una esfera de color acuoso en su centro.

— En nombre de Kalnas'Monarhs, de la ciudad viviente, solicito hablar con tu líder: vengo en son de paz — diría ante el primer contacto que tuviese con un lugareño...

-Rapidamente Cethra se ubica en la puerta de Finsternis, dispuesto a guiar a el mensajero hacia la Mansion de Damakos, me notificaron que solicita una audiencia con nuestro señor Damakos, por favor acompañeme, el tiefling guiando a ese mensajero tan peculiar a la par que interesante, finalmente llegando a la Mansion de Damakos, este es llevado a la sala de reuniones.-

-Entrando en la sala de reuniones Damakos rapidamente habla, Bienvenido viajero, se me ha dicho que viene de en son de paz de parte de nuestros vecinos de Kalnas'Monarhs, se podria saber que desea, porque para un viaje largo no creo que venga nada mas a saludar, ofreciendole asiento en una de las sillas de la mesa redonda de madera.

— Ciertamente no se trata de un viaje de placer — haría la debida reverencia pero le resultaba físicamente imposible, por lo que solo se mantuvo a la distancia y habló con tono calmo, respetuoso pero no sumiso — Junto a sus consejeros reales, Monarhs ha analizado la oferta que los Tiefling extendieron tiempo atrás hacia los Milzis, proponiendo una alianza — comenzó a exponer — y ahora que los tiempos parecen más caóticos para la guerra pero más propicios para la diplomacia, me han enviado para afianzar esos lazos que se formaron antes... — reveló.

— Así pues, traigo un regalo que para estar completo precisa de su respuesta a la siguiente pregunta, señor Damakos: ¿Actualmente se encuentra en guerra contra algún gobernante vecino? — la entidad dijo y luego guardó silencio, mirando fijamente desde el orbe que tenía por ojo al gobernante, en espera de la réplica.

-Por desgracia, aun no sabemos si es una guerra, pero estamos teniendo conflictos con los ciudadanos de Edar, sabemos que Kalnas no le agrada involucrarse con gente que esta en un conflicto y prefiere al contrario mantenerse neutral con ambas partes.-

El lugareño reconoció de inmediato al gran titán, por lo que con la mayor premura posible salió volando en busca de su líder, al poco llegó un humanoide de aspecto draconiano (un thraesjing) sin armas ni armadura

Saludos gran Titán habló el thraesjing mientras hacía una reverencia mi nombre es Strether, siempre trato los temas de paz de Fucanglongentre, mi líder, soy su brazo izquierdo, por denominarme de alguna manera. Disculpo en su nombre su ausencia, ojalá pudiera tratar en persona a Kalnas'Monarhs. Es todo un honor que tengamos una visita del que podríamos denominar el rey del norte. Por favor, acompáñame por nuestras tierras y hablemos donde se sienta más a gusto. Todo lo que hables conmigo es como si lo hicieras con Fucanglongentre y tengo total libertad de tomar decisiones por él y que se acaten. Soy la autoridad para tratar con todo aquel que no es Thraesjing y busca la paz. ¿Qué desea el gran Titán de nosotros?

— Desde Kalnas el titán saluda al implacable Dragón que rige Edar — oportuno el enviado contestó, guardándose cualquier posible reverencia hacia el llamado Strether porque debido a la forma simple de su cuerpo tal ceremonia le era físicamente imposible, para empezar; — De la misma forma que el señor Fucanglongentre asigna a alguien de confianza para manejar asuntos diplomáticos, Monarhs me ha dispuesto a mi, Rauha'Atstovas, para llevar a cabo los suyos, espero no haya problema — agregó luego.

Al igual que el thraesjing ante su presencia, pues, Atstovas no llevaba arma o séquito alguno, y si bien su cuerpo podría asemejarse a un tipo de armadura por su constitución mineral, en utilidad no era muy distinto a las escamas del propio draconiano; agradecido por la propuesta del llamado Strether, el Milzis le acompañó por las frondosas tierras, en su caso flotando pues no poseía piernas para andar.

— El honor es mutuo, pues ya antes nuestros respectivos señores se encontraron y aunque el contacto fue breve, el gran Dragón dejó buena impresión de nuestro gobernante — explicó — he venido hasta aquí, pues, para consultar la posibilidad de una alianza, ahora que los tiempos son propicios, ya que como bien me dijo al presentarse Kalnas'Monarhs es el rey del norte...pero Fucanglongentre es quien ha logrado prosperar en el sur; traigo además una suerte de regalo, pero antes de pasar a eso me gustaría que contestara a una pregunta, solo si es posible y lo considera adecuado... — expuso — ¿actualmente los Thraesjing están en guerra con algún reino vecino? —

En parte estaba aliviado porque fuera un enviado y no el mismísimo Gran Titán, ya que así la conversación sería más equilibrada seguramente. La pregunta pilló un poco de sorpresa al embajador Thraesjing; había venido en son de paz y había mencionado una alianza, incluso un regalo, pero porqué solicitaba ese tipo de información antes, era algo que no podía saber y le descuadró, quizás era para ayudarle si realmente estaba en guerra, o quizás no y simplemente para dejar el trato para la ocasión en que estuviera en paz. Sin ser descortés contestó en estos tiempos es difícil no estar en guerra en algún momento, pero creo que quieres saber con exactitud si estoy en guerra con otro Reino, y no batallando con poblados menores o aldeas. Antes de responder me gustaría saber el motivo de la pregunta; quiero decir ¿por qué quieres que respondamos a la pregunta antes de nada? Al fin y al cabo aún no eran aliados y esa información privilegiada, sobre el estado actual de los conflictos de Fucanglongentre y su pueblo, no tenía por qué dársela sin un buen motivo a un líder de otro reino.

El pedazo de piedra flotante es recibido con reticencia. Sacerdotes emplumados murmuran entre ellos antes de mandar un mensajero a Tenoxonotl. El mensajero vuelve casi una hora después, informando que el extranjero será recibido en la cima del Hogar de los Vientos, la embajada de Itchlalal.

El edificio es, como casi todos los lugares destacados en la ciudad, un zigurat. Éste tiene un tamaño modesto pero eso solo en comparación con los monstruos de 40 o 50 metros que se alzan sobre la ciudad. En su cima, entre un par de corpulentos hombres lagarto que recuerdan a cocodrilos, aguarda Tenoxonotl, sobrecargadamente adornado con placas de oro y ropas de plumas multicolores.

—Yo soy Tenoxonotl, Sumo Sacerdote de la Sagrada Serpiente Emplumada y Excelsa Coraza de Divina la Tortuga Enterrada. Habla, nacido de la piedra.

— Es porque el regalo y muestra de la buena voluntad de Kalnas sería precisamente ofrecer nuestra ayuda, si ese el caso y su gente acepta, claro — contestó de buena gana el Milzis, al fin y al cabo sabía que su pregunta podía ser polémica como poco.

— No nos crean incautos, es obvio que estos tiempos son difíciles por no decir caóticos, por lo mismo ahora que los Milzis hemos comenzado la expansión hacia afuera de nuestras fronteras, Monarhs consideró como un paso necesario el extender también los vínculos con los otros regentes, y si dichos vínculos conllevan utilidad para ambas partes...mejor — explicó — claro que no es una demanda de parte de Monarhs ni mucho menos, el hecho de que compartan tal información, así como tampoco es obligación de su Rey el aceptar ciegamente aun si deciden compartirla, o incluso el solo hecho de aceptar, pues como con todo regalo puede que resulte atractivo para el lado que lo ofrece y no tanto para quien lo recibe... —

— Desde la ciudad viviente Kalnas'Monarhs le manda saludos, Sumo Sacerdote — dijo primeramente tras al fin ser conducido ante el gran reptil — yo soy Rauha'Atstovas, emisario, y como dije antes he venido aquí en son de paz — hubiera hecho una debida reverencia pero la forma de su cuerpo no lo permitía, así pues, su manera de resolver ello era manteniendo un tono respetuoso (aunque no sumiso).

— Si bien hace un tiempo nuestro reino tuvo un problema geográfico con el suyo, al chocar en las cercanías de nuestras fronteras, previamente se había levantado un pacto de no agresión que Monarhs no ha olvidado, pero que ahora ante el clima de guerra cada vez más caótico quiere confirmar — explicó.

— Me ha enviado, pues, para forjar una alianza con quienes adoran a la Serpiente Emplumada, ofreciéndoles su ayuda como muestra de su buena disposición; obviamente no pretendemos reclamar territorios en el lejano oeste, sin embargo nuestros planes para la anexión de territorios al este son inminentes, y desde ahí podríamos proporcionar el apoyo que les mencionamos: les hablo de una expansión conjunta — sugirió.

— Claro que, esto no es una orden para ustedes del Monarhs, y como representante de su gente usted es libre de aceptar, rechazar o negociar esta propuesta...solo pido que la considere — dicho eso el Milzis quedó en silenció, esperando por si Tenoxotol quería contestar...

—Aceptamos gustosos la oferta, dado no solo que suyo es uno de los imperios más impresionantes, sino que la carencia de sangre de su gente los hace indeseables como rivales. Una guerra que no provea de alimento a los dioses es inútil y estéril— explica Tenoxonotl, hablando con lentitud, y sacudiendose de forma tal que sus plumas y sus adornos dorados se luzcan brillantes aún en el sol de la tarde.

—Sin embargo, tenemos una condición. Que se nos permita la captura del pueblo que los cartógrafos denominan CN, no solo porque múltiples ataques nos han llegado desde ahí y merecen una retribución, sino porque nos ha sido imposible confrontar al Demonio de las Montañas únicamente movilizando fuerzas desde DurGonaleth— Tenoxonotl mira hacia el Este, hacia donde asoman las primeras estrellas de la noche, hacia el imperio de Kalnas.—También quisiera que, en el futuro lejano, se nos reserve Nn, en la frontera sur de Finsternis. Si esto les parece bien, informaremos de cada anexión posterior en los territorios del Oeste, de manera tal que no tengamos que valernos solo de espías para conocer con claridad los límites de nuestras fronteras, y así evitar ataques accidentales entre nosotros mismos.