Partida Rol por web

Intento seguir al jinete, pero por mas que corro no logro darle alcance.

El jinete agarra velocidad y se aleja de los aventureros llevandose a una de las gemelas y dejando no solo a su compañera detrás, si no que tambien un rastro de sangre que denota claramente por donde esta huyendo debido a la saeta que le traspasa la pierna

La mujer que quedo atrás se queda en posición de pelea sujetando ambos tonfas con fuerza y mirando a cada uno de ustedes con unos ojos que no muestra sentimiento alguno, esperando a ser atacada

Ethan no pierde de vista a la mujer armada con tonfas, medio echa una ojeada rápida a Nyphel por si ha logrado alcanzar al caballo. Pero sabe que la asaltante es muy buena, con lo que no está seguro de si lo ha conseguido.
Howard y el nuevi tipo, Alan, están llegando a su altura con lo que supone que no tendrán ningún pobrema en someterla.

Le gustaría poder pelear a él solo contra ella, ya que parece muy buena luchando, pero la vida de una de las gemelas está en juego y no pueden arriesgarse.

No seas tonta. Te superamos en número. Rindete y dinos donde se llevan a la chica y tienes mi palabra de que podrás salir de aquí con tú propio pie.

Alan corrió con todas sus fuerzas. Comenzaba a sentirse fatigado, y no parecía que sus habilidades tuvieran repercusión alguna sobre los dos asaltantes. No podía dejar que se llevasen a la niña pero, ¿Para que la querían?

Aquel no era el momento de ponerse a pensar, sino de actuar. Sólo necesitaba acercarse un poco mas, y entonces tendría la oportunidad de actuar.

Maldita sea. Había conseguido escapar. Y además abandonando a su compañera, aunque no sabía por qué esperaba más de unos secuestradores.

Recargó la ballesta y se giro hacia la chica de los tonfas.

Ethan ya la tenia encarada y la superaban ampliamente en número. Lo único que le preocupaba era que Ethan se pusiera a hacer cosas raras en mitad de la calle.

El asaltante ha conseguido huir con una de las hermanas gracias al sacrificio de su compañera. Mientras, vosotros, os reagrupáis rodeando a la mujer que ha quedado atrás que decide rendirse ante vuestra superioridad.

-No me pagan lo suficiente- dice con una medio sonrisa en los labios y respirando con algo de dificultad por el ataque que había recibido.

Gerard por su parte está atendiendo a la hermana que no se han llevado, la cual está bastante alterada por la situación.

Con la respiración un tanto entrecortada por el esfuerzo cierro la ultima vía de escape de la joven guerrera. Sea lo que sea que intente, no tiene escapatoria; pero si mucho que contar...

Alan bufa y se lleva la mano al pelo, algo cansado por la carrera.

Maldita sea. Tenemos a una, pero el otro...

Mirando al resto de sus "compañeros" con gesto dubitativo se agacha hasta la mujer y la tantea con la mirada, como si quisiera probar algo en ella o simplemente para darle más dramatismo a la escena.

-Bien, creo que nos debes algunas respuestas. Después de la que habéis montado es lo mínimo.

Resoplando, Alan vuelve a levantarse y se aleja un paso hacia atrás, dejando suficiente espacio como para que todos pudieran oír lo que tenía que decir pero cerrando cualquier posible vía de escape que pudiera tener.

Que no le pagaban lo suficiente... Howard se preguntaba si sería eso lo que decian los esclavistas cada vez que se metian en problemas cada vez que salian de caza.

Intento centrarse y alejar esos pensamientos de su mente. También aflojó un poco el agarre de la ballesta, se habia empezado a hacer daño, no sabía desde cuando.

"Después de la que habéis montado"

El chico tenía razón.

Howard echa un vistazo a su alrededor en busca de curiosos, guardias o de curiosos guardias mientras aguardaba la respuesta de la chica.

Estaba claro lo que pasaba. Al rendirse y hablar, perderían toda posibilidad de lograr alcanzar a la hermana capturada. Echó un vistazo al lugar por donde se habían marchado. Era rápido, pero no más que un caballo y se cansaba antes.

No pudo evitar soltar una maldición. Pero despues se obligó a calmarse. La furia no ayudaria en este momento. Se encaró con la secuestradora.

Muy bien. Has hecho una sabía elección, ahora demuestra que sigues siendo inteligente y dinos donde se han llevado a la chica y por qué la querían.

La chica observa al grupo que la rodea y sonríe resignada.

-Vereis, yo viajaba con un grupo de soldados de fortuna-guiña un ojo al decir esto-nos movíamos por el principado de Kanon, cuando un hombre muy peculiar nos ofreció trabajo. Nosotros estábamos allí para intentar sacar provecho de la situación actual en la que se paga bien por saber manejar una espada, pero ese trabajo era muy suculento, así que lo aceptamos.

-El trabajo consistía-para sus explicaciones durante un instante cuando repara en la hermana que ha quedado con vosotros-el trabajo consistía en encontrar a una chica de esas características-señala a Aigentarinji al decir eso- y luego llevarsela a aquel hombre a un lugar que yo desconozco. Es todo lo que sé.

Cuando se ha recuperado un poco, Aigentarinji se aproxima a la asaltante echa una furia.

-¡¡Os habéis llevado a mi hermana!! ¿Quiénes sois?!! responde-dice esto con los puños muy apretados y con unas ganas terribles de golpear a vuestra prisionera.

Momentos después desfallece y comienza a gimotear desconsolada.

-¿Qué va a ser de Rev?¿por qué os la habéis llevado?...

Gerard vuelve a atenderla para intentar consolarla y a la vez apartarla para que podáis seguir hablando con tranquilidad.

Alan tuerce el gesto, algo decepcionado.

-¿Y aceptas  un trabajo sin saber las consecuencias del mismo? Eso es muy estúpido...

El chico mira a Aigentarinji directamente. Alguien como ella...Si querían a la niña para algo, ¿Por que no especificar cual de las hermanas era la que servía? Si no, era un trabajo inútil, así que seguramente se habrían equivocado de persona. Eso, o que no se necesitase distinguir entre una gemela y otra.

-¿Que puedes contarnos sobre el hombre que te encargó el trabajo?

Habrá que aprovechar ahora que se muestra receptiva.

Ethan se quedó mirando a la joven. Entendia su frustación. Seguramente él no sería tan amable en caso de encontrarse en su situación.

Tranquila Aigen, encontraremos a tú hermana.

Despues se volvió nuevamente a la mujer en espera que contestara a Alan. Puede que dijera la verdad o no sobre lo de que no sabía para qué la querían. Pero le extrañaba que no supiera donde la llevaban.

¿Y a qué te refieres con "una chica de esas características"?

Aunque la escena de Ai le habia conmovido algo en la explicación de la extraña pico la curiosidad de Howard.

-¿A qué te refieres con un hombre muy peculiar? Contesta.

Permanezco en silencio, atento a todo lo que esa chica diga, pero mucho más a nuestro entorno. Puede que ella no sepa mucho, pero alguien, bien podría intentar "encargarse de ella".

¿Las consecuencias?-dice mirando a Alan ¿qué consecuencias? Lo único que yo tenía que hacer era ayudar a mi grupo a encontrar a la chica, y con lo de características me refiero a pelo, estatura, lugar donde puede encontrarse...

Sonríe un poco sorprendida ante las preguntas.

-Yo pensaba que la forma de trabajar de los mercenarios era conocida por todo el mundo, pero ya ves...

Mucho más tranquila al ver vuestra actitud, sigue hablando.

-El hombre que nos contrató...sinceramente, vestía como un fraile, aunque no era para nada un miembro de la iglesia ni nada parecido, ademas, los ropajes eran de color rojo y poseía un orgullo que no le pegaba nada...supongo que no pretendía disfrazarse ya que era un mal disfraz, tal vez simplemente quisiera ocultarnos algo, pero lo importante es que nos dio trabajo y un buen trabajo, de esos que no provocan grandes combates-suspira con resignación-en teoría...

Cuando para de hablar su mirada se centra en algo al final de la calle, una columna de guardias de la ciudad que se dirige hacia vuestra posición.

Os dirige una mirada de súplica mostrándose claramente alterada.

-No me entreguéis a la guardia por favor, decid que soy una compañera vuestra o algo así-al alterarse las heridas le provocan un gran dolor, cosa que muestra abiertamente aunque sigue hablando-soy una mercenaria, a saber las cosas que me harán para intentar averiguar de donde venimos, ¡por favor, no me entreguéis!