Partida Rol por web

-¿Esas cosas no son normales?-Cristopher había dejado de soprenderse por cualquier cosa extraña que viese y adoptó una expresión neutra al fin y al cabo después de ver la presentación de los anteriores profesores esto parecía normal.

-Maldito presumidor, eso Cris es llamar la atencion.. Tenia que ser Gryffindor. Dios, hablemos de otra cosa ese chico se llevo mi apetito.. Dime Cris quien te explico lo de ser un mago?

Me giro hacia el y le sonrio.

Una que no quería venir y otro que en cambio estaba con demasiadas ansias. Luke esbozo una media sonrisa, abstrayéndose mientras limpiaba la pata de pollo (y también porque no se habla con la boca llena). ¿En qué punto estaba el realmente?

Tras limpiar en buena forma la sabrosa presa, miro al techo lleno de velas, jugando con el hueso a modo de una varita.

-Quien sabe cómo estará todo estructurado ahora, ha habido muchos cambios…

El alboroto en otra mesa les hizo mirar involuntariamente. El amigo del gordito estaba por allí, convirtiéndose en un grifo con un despliegue que sin duda desentonaba absolutamente con el ambiente imperante en el comedor y atrayendo la atención sobre si, quizás voluntariamente, quizás no. Luke le observo con fascinación, los ojos brillantes. Una parte de él quería disecarlo, otra estudiarlo en su hábitat. Ninguna de las dos tan grande como para imponerse a la parte que decía que ahora era un compañero de estudios, no un objeto de tal…

-… como esos, por ejemplo. + termino de apuntar señalando levemente hacia alli, continuando su frase interrumpida a medida que la transformación terminaba, y la impresión general recobraba el nivel normal, dentro de lo que cabía por tener un grifo en su forma original comiendo sobre una mesa… que por suerte no era la propia. + Ya no se enseña solo a chicos humanos aquí. *dejando de lado si son sangre pura, mestizos o sangre sucia. No creo que él necesite una escoba. Y tampoco veo a un centauro montado sobre una… Si, habrán hecho ajustes al programa sin duda. Debe ser mucho mas completo que en la epoca de nuestros padres y adaptable a todos los gustos. Ya quisiera comenzar!

No se atrevio a aventurar que cambios habria en detalle. Intimamente anhelaba que las materias practicas empezaran pronto. No habia mejor estudio de la magia que el sentirla fluir a traves de uno mismo... Pero tambien era cierto que antes de eso debia nivelarse a los estudiantes, para lo cual estaba la teoria. 

Miro el hueso-varita, como si notara por primera vez que estaba en su mano, y lo bajo lentamente al plato, mientras el rubor crecia en sus mejillas. Lo habia estado agitando a medida que hablaba, sin notarlo. Que bueno que el pollo no era un gran foco conductor de hechizos...

Alba le comentó algo a Alma y captó su atención, la chica asentía lo que su hermana le decía, y luego se giró hacia sus compañeros que estaban hablando de un tema al que Alma no había prestado atención, pero solo una palabra había sonado...quidditch. a la niña, los ojos le brillaron, y juntó sus manos.

- yo quiero ser buscadora - les dijo casi desconectada de la conversación de ambos- no tengo un equipo favorito... pero quiero ser buscadora de Ravenclew - había tal determinación en sus palabras que no había duda que lo lograría.

- pero mientras tanto... pues... podemos ver los partidos de sus equipos favoritos, ¿no? - les pregunta y se gira para ver a los ojos a Reed.

La comida al rato de que todos terminen desaparece de la mesa al igual que los platos, vasos y cubiertos. La copa vuelve a tintinear y la señora McGonagall manda a los alumnos a su sala común. Sí, habéis escuchado bien, Sala, no salas... ¿Que significará esto?...

Los prefectos de cada curso, se colocan en la entrada al comedor y los alumnos se van poniendo en fila india tras ellos según su casa, parece que tenéis que hacer lo mismo. 

La directora se alza y se coloca la varita en la garganta murmurando unas palabras antes de que "1, 2, 3" se escucha por toda la sala...

-Alumnos, alumnas, hace dos semanas se cambiaron los planes para con las salas comunes. Estas han sido sustituídas por una única sala común la cual está en el ala oeste del castillo, subiendo por las escaleras hasta el segundo piso. Tened cuidado, pues las escaleras se mueven solas, no os perdáis. Todo tiene una explicación, y es que los profesores hemos decidido que sería bueno que los alumnos empezasen a mezclarse socialmente entre ellos, al fin y al cabo son magos todos, las casas en las que estén solo definen los puntos que pueden ir ganando o perdiendo estas mismas. Los puntos se contarán al final del curso y se proclamará casa ganadora aquella que obtenga más por méritos. Buenas noches.-

Los prefectos, empiezan a guiaros a todos en orden por los pasillos hacia el ala oeste, hasta llegar a las escaleras en las cuales os esperáis un poco a que dejen de moverse y seguir, para encontraros con un enorme portón de madera.

Los cuatro prefectos dicen a la vez.

-Escuchadnos bien, que nunca se os olvide esta contraseña.-

Entonces hacen sonar el pomo de la puerta, que tiene el escudo de hogwarts grabado. Aparecen del escudo como si fuesen patronus los cuatro animales propios de las casas y estos, por orden, preguntan cada uno...

-¿Quien es?-
-¿Quien es?-
-¿Quien es?-
-¿Quien es?-
 

Entonces, los prefectos acarician con la mano el pomo a la vez y hablan los cuatro a la par.

-Soy aquel mago que aprecia la magia como arte y no como arma-

Los patronus empiezan a desvanecerse y el gran portón se abre, dejando a la vista una preciosa sala común de colores verdes, amarillos, rojos, azules... ¡De todos los colores! y todos ellos harmonizan entre si de una forma mágica. Es una sala enormérrima que tiene dos escaleras separadas al fondo. Los prefectos se dividen siendo así dos chicas en una escalera y dos chicos en otra.

Las prefectas se aclaran la garganta.

-Chicas, acompañadnos en orden de fila por favor.

Los prefectos, se aclaran también la garganta y comunican después de las chicas.

-Chicos, acompañadnos en orden de fila por favor.

En cuanto lo hacéis y subís las escaleras, encontráis una puerta por donde pasáis y descubrís una gran maravilla. Hay una habitación acondicionada, pues no solo hay camas, si no que también hay nidos enormes de paja, piscinas con agua aclimatada según procedencia, árboles con pequeñas casas de árbol... todo lo imaginable para descansar se encuentra en esos dos dormitorios, tanto de chicas como de chicos. Los dormitorios realmente os parecen tan grandes como el comedor aunque por estructura del castillo debería ser totalmente imposible.

La comida al rato de que todos terminen desaparece de la mesa al igual que los platos, vasos y cubiertos. La copa vuelve a tintinear y la señora McGonagall manda a los alumnos a su sala común. Sí, habéis escuchado bien, Sala, no salas... ¿Que significará esto?...

Los prefectos de cada curso, se colocan en la entrada al comedor y los alumnos se van poniendo en fila india tras ellos según su casa, parece que tenéis que hacer lo mismo. 

La directora se alza y se coloca la varita en la garganta murmurando unas palabras antes de que "1, 2, 3" se escucha por toda la sala...

-Alumnos, alumnas, hace dos semanas se cambiaron los planes para con las salas comunes. Estas han sido sustituídas por una única sala común la cual está en el ala oeste del castillo, subiendo por las escaleras hasta el segundo piso. Tened cuidado, pues las escaleras se mueven solas, no os perdáis. Todo tiene una explicación, y es que los profesores hemos decidido que sería bueno que los alumnos empezasen a mezclarse socialmente entre ellos, al fin y al cabo son magos todos, las casas en las que estén solo definen los puntos que pueden ir ganando o perdiendo estas mismas. Los puntos se contarán al final del curso y se proclamará casa ganadora aquella que obtenga más por méritos. Buenas noches.-

Los prefectos, empiezan a guiaros a todos en orden por los pasillos hacia el ala oeste, hasta llegar a las escaleras en las cuales os esperáis un poco a que dejen de moverse y seguir, para encontraros con un enorme portón de madera.

Los cuatro prefectos dicen a la vez.

-Escuchadnos bien, que nunca se os olvide esta contraseña.-

Entonces hacen sonar el pomo de la puerta, que tiene el escudo de hogwarts grabado. Aparecen del escudo como si fuesen patronus los cuatro animales propios de las casas y estos, por orden, preguntan cada uno...

-¿Quien es?-
-¿Quien es?-
-¿Quien es?-
-¿Quien es?-
 

Entonces, los prefectos acarician con la mano el pomo a la vez y hablan los cuatro a la par.

-Soy aquel mago que aprecia la magia como arte y no como arma-

Los patronus empiezan a desvanecerse y el gran portón se abre, dejando a la vista una preciosa sala común de colores verdes, amarillos, rojos, azules... ¡De todos los colores! y todos ellos harmonizan entre si de una forma mágica. Es una sala enormérrima que tiene dos escaleras separadas al fondo. Los prefectos se dividen siendo así dos chicas en una escalera y dos chicos en otra.

Las prefectas se aclaran la garganta.

-Chicas, acompañadnos en orden de fila por favor.

Los prefectos, se aclaran también la garganta y comunican después de las chicas.

-Chicos, acompañadnos en orden de fila por favor.

En cuanto lo hacéis y subís las escaleras, encontráis una puerta por donde pasáis y descubrís una gran maravilla. Hay una habitación acondicionada, pues no solo hay camas, si no que también hay nidos enormes de paja, piscinas con agua aclimatada según procedencia, árboles con pequeñas casas de árbol... todo lo imaginable para descansar se encuentra en esos dos dormitorios, tanto de chicas como de chicos. Los dormitorios realmente os parecen tan grandes como el comedor aunque por estructura del castillo debería ser totalmente imposible.

Reed empezó a buscar su cama, porque la habitación en la que estaba eran enorme, sin duda era un lugar mágico. En el sentido más estricto de la palabra.

Busco sus cosas, porque quizás las hubieran dejado justo al borde de su cama, y eso evitara que necesitara tuvieran que pasarse las próximas horas cambiando las camas de un lado a otro, aunque poco le importaba dormir con este o aquel.

Estar en la escuela era para él lo más importante.

Le sorprendió, que muchos de los alumnos mayores también estaban algo sorprendidos, se ve que aquello era nuevo. Y le gustaba formar parte de un momento histórico en Hogwarts.

Bueno, pues habrá que instalarse. 

Le dijo a Johan, con el que había ido todo el camino. Habían perdido a Alma al llegar a las escaleras, pero seguro que estaría bien, su hermana iba con ella.

Ey Eric.- dijo al ver a su amigo del pelo verde, que no andaba nada lejos de donde se econtraba-. Este año parece que todos andan como nuevos. Así que estamos en igualdad de condiciones.

Luke se sorprendió bastante por esa decisión. Teniendo en cuenta la cantidad de alumnos, había sido un gran trabajo de magia el crear esos espacios alterados, dormitorios de una magnitud enorme, con variados alojamientos acordes a los gustos no solo de los humanos, sino también de los alumnos de otras razas. Pero veía un importante fallo… la falta de intimidad.

La convivencia era importante, pero esto era muy pasarse al otro lado. Se estremeció, mientras se hacía aparte de la fila de los que iban entrando. Busco de inmediato una cama apropiada a los estándares humanos, y no muy alejada de la puerta, para sentarse. Necesitaba tomar aire y serenar sus pensamientos.

Se habia hecho la idea de un dormitorio pequeño, quizás con otros 3 o 4 chicos. Pero pasar de su revuelto cuarto a un salón inmenso donde convivir con todos los alumnos varones de la escuela…, todos viéndose, oyéndose, hablando… Apretó los labios, para ahogar un grito de protesta. Ahora mas que nunca se hacían importantes los momentos que pasara en clase, en la biblioteca, los patios, o simplemente … fuera de aquí.

Iba a odiar este lugar.

- Qué bien... Cero intimidad, como los barracones de un campo de concentración, todos juntos, como las gallinas en un gallinero. Esto va de mal en peor. Piscinas por un lado, nidos de paja por otro... Creo que he visto graneros más acogedores.

Mientras estaba en estas cavilaciones, William fué a acomodarse en la cama de abajo de una litera arrinconada en el fondo de la sala, la que tenía sus enseres en ella, junto a una ventana que le permitiría tener luz, algo de vista al exterior y ventilación en la leonera que hacía las veces de dormitorio para cientos de adolescentes.

Preparó sus bártulos, hizo la cama, se puso un pijama-mono, de cuerpo entero, blanco, adornado con calabazas, fantasmas, gorros puntiagudos y escobas voladoras, se puso sus zapatillas, acolchadas y amarillas, con forma de zarpa de monstruo, cogió el compendio de Teoría Mágica y se fue, murmurando entre dientes, hacia la sala común, pues le parecía más acogedora.

¿Será lo usual? Ave mira, ave entiende- Con extrañeza dedico una mirada al lugar de reposo, diverso y variopinto. Veo un nido e inmediatamente, sin dudarlo, salgo al galope hasta él para acomodarme, para determinar claramente cuál es mi territorio. 

Rodeo el pajar hilvanado con movimiento felino y tenebroso, de cara a las afueras de mi lugar para dormir. Me agazapo, pero luego saco el pecho con fuerza, extiendo las alas y las agito dos o tres veces, mientras, feral, me muestro hostil con quien se acerque. Rampante con las garras al frente me doy salvaje a la pasión de mi naturaleza animal. Éste es mi lugar y lucharé por él.

Doy un pequeño paso al interior del nido, giro sobre mi propio cuerpo y me tiro. Levanto las orejas pendiente, atento; con dos ojos de par en par como discos solares. 

Pronto empiezo a relajarme, casi que a punto de sentir la pesadez del sueño. Entonces lo veo, al bueno de William. Camina bajo las escaleras en dirección de la primer caverna de colores. Pego un salto al aire y extiendo las alas como el rapaz que soy.

Me dirijo justo hacia él. Voy veloz por el aire. Miro fijo con las orejas gachas, pegadas al morro. Las garras podrían salir al frente en cualquier momento. 

Camino junto a Cristopher sin mirar mucho, la mayoria serian traidpres a la sangre o sangre sucia. Pero por ahora debia tan solo sonreir.

-Antes Cris habia 4 salas comun para cada casa y ahora parecen estar juntas.. Da igual.

Luego del banquete no habia podido despedirse bien de Merlinda esa chica tenia su forma de ser, solo esperaba que el tiro no fuera al reves.

-Te va gustando compañero?

Otra vez sentia esa presencia conocia, quien seria y pornullque no podia verla pero si sentirla. L

Iba ensimismado, mirando hacia arriba, intentando no perderme detalle del castillo. Me dejaba guiar por la gente y en seguida me vi rodeado de gente que no conocía de nada. Pero las escaleras se movían, los cuadros se movían y me hablaban. Todo era tan genial...

Cuando vi los animales y la preciosa habitación, no podía creer lo que ve veían mis ojos. Tantos colores y en tanta armonía. Era casi tan perfecto como un bosque. Casi. Una exclamación salió de mi boca. Era increíble. Sonreí y seguí adelante, completamente solo. No veía a nadie conocido a mi alrededor, pero me daba igual. Luego les buscaría. Ahora solo tenía tiempo para contemplar el lugar.

La siguiente habitación era aún más espectacular. Me dejó con la boca abierta y sin habla. Justo cuando empezaba a ser yo mismo y me disponía a correr hacia una de las casas-árbol, Reed me habló. Reed! Me había perdido un poco. Reconocí con una sonrisa. Has visto eso? Dije, señalando una casa-árbol. Es sencillamente genial. Es... Perfecto!

De pronto pensé en lo que me había dicho. No sabía porqué decía que todos andaban como nuevos, porque tampoco sabía lo que había antes. Porqué dices eso? Bueno, da igual. Quieres venir conmigo a una casa-árbol? Son las mejores habitaciones con diferencia!

Sigo con el resto de chicos y chicas a los prefectos. Hasta las escaleras y nos detenemos en un porton de madera custodiados por unos hechizo patronus. Los cuatro prefectos pronuncia la contraseña y nos permiten pasar. Y entramos en una enorme Sala comun decorada con los colores de todas las casa. Parece que vamos a estar todos aqui en lugar de separados como hacian antes , seguro que a mi padre no le parece bien. Los chicos se marchan por unas escaleras y las chicas nos vamos por otras. Subimos a nuestros dormitorios...pero son enormes y no parece que esten pensados solo para humanos si no para todo tipo de criaturas ,hay arboles charcas camas...si mi madre viera esto se moriria en el acto pienso con una sonrisa en la boca.

-Vaya  esto es enorme. Comento en voz alta casi sin darme cuenta.

Belacqua aún se encontraba sorprendida por la reacicón de Sipgua cuando pareció que la cena ya se había concluído y se los llevaban del Comedor a los dormitorios. La idea de dormir todos juntos, indistintamente de la casa le asustaba un poco, pues la comodidad y hogar recogedor que ella se figuraba se convertía en un espacio inmenso con decenas, centenares de caras de todas las edades.

La imagen de las charcas hizo que la idea fuera menos violenta. Al menos podría descansar en agua sin problemas. Si se sentía a gusto quizás podría abandonar su forma humana por la noche. El peligro de secarse ahora estaba lejos, por suerte. Algunas pertenecias se encontraban cerca en un bahúl - asumió que sería el material que iba a necesitar.

Al oir cerca a otra chica hablar, se gira hacia ella observándola con sus ojos turquesas. Asiente ligeramente y mira de reojo el gran espacio.
-Sí...-comenta para sí misma del mismo modo. Observa las chicas que ha visto en la selección del sombrero... recuerda algunas caras, pero cuatro o cinco como mucho entre todas las demás. Duda si presentarse o no; el protocolo y las costumbres humanas aún son un misterio para ella.

 Me giro al escuchar un tímido Si. Lo a dicho una chica que había visto de pasada en el comedor ,de piel centrinay y azulada con ojos de color turquesa, desde luego humana no parecía por llo demás aparentaba ser una niña de su edad.

-Hola creo que no nos conocemos.Soy Merlinda  Galbraith. dije las palabras con satisfacción ,sus padres se enfadarían si se presentara a una criatura no humana, pero no estaban y era libre de comportarme como quisiera

La comida acabó de forma algo abrupta: la mayoría de gente tenía caras sorprendidas, algunos incluso enfadadas. Asintió a las palabras de Tom-Ya veo, eso explica las caras de varias personas-sonrió de forma sarcástica mientras buscaba su cama- De momento todo es perfecto la verdad, aunque lo que mas me importa es que la cama sea cómoda-Y ciertamente tenía pocas cosas de las que quejarse, a parte de algunos dulces, su estancia en el castillo estaba siendo muy grata. Encontró su cama unos momentos mas tarde, alguien se había tomado la molestia de poner sus cosas junto a ella. Se tumbó en ella y dejo escapar un suspiro de satisfacción-No, no escucharas muchas quejas por mi parte-Soltó un bostezo que no molestó en ocultar-¿Alguien sabe que hora es?-preguntó a toda la sala, con todo la que había pasado ya ni siquiera sabía que hora era.

Al oír a la chica hablar de nuevo no pudo evitar girarese y mirarla, y para su sorpresa se dirigía a ella. Dudó por un momento, y su respuesta fue una especie de reverencia con la cabeza

-Encantada Galbraith...- respondió volviendo a levantar el rostro y mirándola unos segundos. Luego esbozo una muy leve y tímida sonrisa pero visible y dejó escapar de sus labios una voz que era agradable al oído- A mi puedes llamarme Belacqua. Es un placer- comentó, presentándose. Tras unos segundos añadió- Y almenos ahora ya nos conocemos- sonrió algo más.

Sonrio a Belacqua. No se por que tanto recelo de mi padre parece simpatica.

-Me alegro que ya nos conozcamos. Pero por favor llamame Merlinda o Merl como prefieras. Ya conoces a alguien mas? Yo quitando a Faria y Alma no conozco a nadie. las señalo con la mano , para que Belacqua sepa de quien hablo.

Aquello era impresionante. Todo estaba lleno de camas diferentes, tanto para humanos como para no humanos. Pero lo que mas me impresionaba era el ver al grifo ir de un lado para otro soltando gritos como si nada. Cuando lo vi ir hacia el chico que nos había hablado de las casas, Gulliver o algo así, casi me pareció una bestia cazando. Pero supuse que simplemente iría a hablar con él.

Decidí que era hora de buscarse un lugar donde dormir. Busqué una cama apartada de las ventanas, y cuando lo encontré me tumbé en ella. Entonces escuche a alguien preguntar por la hora. La verdad no tenía reloj, así que no podía responder, por lo que seguí tumbado.

Después del acuerdo de tuteo y de presentaciones, Belacqua sonrió.

-Merl, me parece bien. A mi... como prefieras, nunca he acortado mi nombre pero no me importa-. Ante la pregunta de Merlinda, la sirena negó con la cabeza, haciendo que su cabello permanentemente húmedo se le pegara a la cara. Era una sensación rara incluso para ella, que se lo apartó con gesto grácil.

-Eres la primera chica que conozco. De hecho la primera chica humana incluso- miró el resto de chicas allí presentes-Mis compañeros de Gryffindor son todo chicos. No me molesta, son de corazón bueno... o eso creo-comentó distraídamente mientras miraba a Faria y Alma, saludando con una breve y pequeña reverencia con la cabeza.