Partida Rol por web

Dos de las chicas deciden marcharse del lugar mientras en la plaza todo seguía normal, algunos jóvenes usaban la estatua del perro como lugar de reunión, otros por otra parte simplemente caminaban de un lado para otro, lo normal en una zona tan concurrida como aquella. Finalmente el curioso grupo decidio ir a un restaurante cercano, el local indicado por Natsumi estaba cerrado por lo que no les quedo mas remedio que ir a otro

Kin Den Maru

El cual era un lugar bastante agradable con cierto aire tradicional y con unos platos que olian bastante bien y a un aparentemente buen precio. El lugar era atendido por una pareja de aspecto agradable, tambien habia una chica de unos 12 años que tenia puestos unos auriculares mientras escuchaba musica y tarareaba con un photobook en sus manos

Aitakatta aitakatta kimi niiiii

La niña hacia unos movimientos con sus manos como si medio bailara y movia de un lado a otro el libro que parecia tener ya algunos años. Cuando toman asiento la mujer llega y dice:

Buenas tardes... ¿que desean tomar?

Photobook:

La chica decidió marcharse de allí, siguiendo su camino por las atestadas calles de Tokyo, atestadas y solitarias, ya que aunque había muchas personas todos iban a lo suyo, era como decían muchos, “la soledad de la gran ciudad” y  Tokyo era una de las ciudades más grandes del mundo. La chica no tardo demasiado en llegar a su objetivo, una de esas tiendas que tan comunes eran en Japón y que tenían un poco de todo, era un 

Family Mart

En el mostrador una chica de unos 18 años observaba un libro que Makoto pudo leer era de ingles, sin duda una chica en un trabajo parcial que estaba aprovechando los momentos de tranquilidad para mirar algún libro de clase, o quizás de una academia. El picor de las manos y la cabeza de Makoto no desaparecían, era una sensación desagradable. Al caminar por los pasillos la chica pudo ver como un pequeño gato se había colado sin que la dependiente se hubiera dado cuenta y parecía mirar a Makoto con curiosidad

Mientras tanto en la tienda que estaba bastante tranquila y apenas se escuchaba a la gente y la musica de fondo del establecimiento, una cancion de tantos grupos Idol

Tras dejar a esas extrañas personas no tardo mucho en llegar a la entrada de la estación en donde su amiga Eun Bi le esperaba, la chica había cambiado mucho gracias en gran medida a ella, ahora era mucho más abierta y parecía que realmente disfrutaba de la compañía de la gente y en especial de Shimako, al verla a lo lejos se acerca corriendo:

Hola, Shimako, ¿Qué te ha pasado? Te has retrasado un montón… bueno, no pasa nada, hay mucha gente por la calle

Decía la chica con una amplia y dulce sonrisa mientras movía la mano como para abanicarse:

Hoy hace muchísimo calor ¿verdad?... ¿vamos a tomar algo fresco?

Había reacciones de todo tipo entre los presentes, aunque la aparente conexión entre ellos parecía inexplicable, y aunque se sentía inclinado a investigar el porque solo ellos parecían haber presenciado aquella extraña representación, ellos solos, sin rastro alguna de más personas, acallando el bullicioso ambiente del centro de una ciudad como Tokyo, se sentía reacio a complacer la curiosidad de extraños.

-Kinomoto, Kengo. Encantado – termino por presentarse con una leve reverencia, maldiciendo su educación

Su se estrecho con disimulado despreció sobre la mujer rubia, Kato Natsumi, la soberbia de sus palabras y la manera en que se presento hizo que perdiera todo interés en su persona. Pasando a las jóvenes más sensatas que expresaban su intención de marcharse, la misma que tenía él hasta que su hermana tomo la palabra. Accediendo a la invitación de Miaka. Si bien era cierto que el también notaba ese cosquilleo, incesante y que comenzaba a resultar algo molesto, no quería darle más importancia.

-Hana...-comenzó a modo de regaño a su melliza que acalló cuando vio la reacción de esta hacía el joven Aki, rodando los ojos al cielo exasperado – Sin'ichi-sama nos recogerá en veinte minutos ¿estas segura?

Makoto sin alzar la voz a penas declaro que se iba y tras tomar la tarjeta de la chica blogera de mirada perdida, se vio inclinándose respetuosamente para despedirla. Entonces miro a Hana, alzando una ceja junto con un leve movimiento de cabeza, ella sabía lo que estaba pensando. ¿Deberían acompañarla? Ninguno debería estar solo, aunque tampoco quería ir con los otros, así que estaba igual que antes. Le siguió al despedida de Konno a la que respondió de igual modo que a la anterior. Y viendo la mirada que su melliza le devolvió le quedo claro que era mejor rendirse, aceptando con resignación. El lo que tenía, tanto parloteo y tanta pasividad por su parte, había perdido la oportunidad, siendo arrastrado hasta el Kin Den Maru, cuando habían encontrado el otro lugar cerrado.

-Buenas tardes – respondió de manera refleja ante la bienvenida de los dueños del local – mesa para seis, por favor – solicito antes de seguir las indicaciones del hombre para que se sentaran donde más gustaran

Al final, cogí la tarjeta de Miaka por educación antes de irme hacia la estación para reunirme con mi amiga por fin... se me había hecho muy largo el rato, esperaba no haberla hecho esperar. Cuando la vi a lo lejos por fin, sonreí y me acerqué a ella corriendo también entre la gente -Hola Eun Bi- la saludé al verla, no tardando demasiado en excusarme con ella -Lo siento, lo siento Eun Bi. Me he distraído, y había demasiada gente por aquí. No quería que esperaras tanto- decía mientras me inclinaba ante ella un par de veces, rascándome un poco las manos con disimulo de mientras... al menos su sonrisa ayudaba a no pensar más en ello.

Cuando dijo lo de ir a tomar algo fresquito para paliar el calor me parecía buena idea y le asentí sonriendo -Si, seguro que algo fresquito nos sienta bien. Vamos- le terminé diciendo contenta. Ya después veríamos lo de la ropa para su entrevista... creo que después de esa cosa tan rara, me vendrá bien tomarme algo por aquí fuera con una de mis mejores amigas para relajarme... y esta noche en casa organizaré una sesión de cine con Ai y Eun Bi para terminar de relajarme, seguro.

La joven guitarrista había quedado bastante nerviosa luego de todo lo ocurrido. Había pensado que aquellas personas intentarían forzarla a quedarse, o que incluso se enojarían con ella por marcharse, si bien parecía que se había equivocado, lo cual era ciertamente bueno, ya que prefería evitar conflicto innecesario con otras personas. De cualquier manera, era obvio que necesitaría distraerse un poco, luego de lo que había sucedido. Una visita al conbini cercano la ayudaría a olvidarse un poco de aquella extraña escena con la chica de blanco. ¿Qué había sido todo eso? Le había dejado una sensación extraña en sus manos y cabeza, como si algo hubiera cambiado en ella, algo que no comprendía con exactitud. ¿Habían sido contaminados con alguna especie de arma biológica? No estaba segura, si bien no había duda de que había algo raro en todo aquello. Tal vez, habría sido mejor quedarse con esas personas pero... ¿qué sucedía si deseaban hacerle daño? No quería arriesgarse. - No... estoy bien sola. - Aseguró en un tono suave, intentando convencerse a sí misma sobre aquellas palabras. No quería pensar demasiado. Tan sólo quería relajarse, comprar algo delicioso para la noche y luego tocar su instrumento en paz.

Al llegar al conbini en cuestión, la joven no se demoró mucho en ingresar al sitio, tras haber observado en silencio en cartel luminoso que decía "FamilyMart" en grandes letras azules. Allí podría obtener la mayoría de lo podría necesitar para comer algo medianamente delicioso y saludable. Había bandejas "bento" preparadas, entre una infinidad de productos que se podían adquirir a cualquier hora del día. Usualmente, los conbini eran un poco más costosos que otras tiendas, principalmente por el hecho de que se encontraban abiertos a cualquier hora del día, si bien la diferencia no era tan exagerada como para que a la joven le importara mucho. Tras entrar al lugar, la mirada de Makoto se concentró en la chica que se encontraba en el mostrador, la cual parecía estar leyendo un libro de inglés. Era obvio que se trataba de una estudiante, lo que hizo que la guitarrista sonriera gentil, antes de recorrer los pasillos del establecimiento, con la intención de encontrar lo que necesitaba. ¿Qué era lo que deseaba? Algo para comer, que estuviera ya preparado en gran parte, por lo que las bandejas de alimento serían más que ideales para ella. Bastaría con que eligiera algunas de las que tenían onigiri, así como algunos langostinos fritos junto con verduras variadas que enriquecieran la dieta alimenticia de la chica.

Una vez encontró la bandeja "bento" de su gusto, buscó la sección de bebidas, ya que quería alguna botella de agua mineral para beber mientras comía. No acostumbraba a beber zumo, ni tampoco gaseosas, principalmente porque le gustaba consumir cosas sanas, incluso si los zumos no eran tan malos si se trataban de exprimidos naturales, si bien la joven no confiaba demasiado en los productos industriales con todos los colorantes que tenían. Sea lo que fuera, luego de haber elegido la botella de agua mineral que fuera más barata, la presencia de una adorable criatura llamó su atención, despertando una sonrisa cálida en Makoto, quién no dudó en agacharse para estar medianamente a la altura del hermoso felino. - Hooooolaaa. ¿Qué haces aquí, precioso? - Le preguntó en un tono gentil, suave, mientras miraba al pequeño animal con cariño. - ¿Quieres algo para comer? No puedo ofrecerte nada ahora pero te daré algo cuando lo compre, ¿está bien? - Le aseguró a la criatura, mientras alargaba su mano para atraer su atención, esperando que el animal se acercara a ella para que pudiera acariciarlo. - Creo que la empleada se enojará si te ve... deberías esperarme afuera. - Le advirtió al felino, a pesar de que sabía que no comprendería sus palabras. Aún así, no se olvidaría en ofrecerle alguno de los langostinos en la bandeja "bento". Era demasiado adorable como para decirle que no. Si el gato se acercaba, lo acariciaría con delicadeza antes de dirigirse al mostrador para pagar lo que deseaba comprar.

Acompañé unos pasos por detrás a la señora que nos ofrecía la comida, tomaré ramen de ternera y takoyakis, esperé a que el resto del grupo pidiera su plato y comencé, la verdad es que en cierto modo me reconcomía la sensación de volver a investigar, aunque fuera algo "sobrenatural", por dentro creía que era del todo imposible, pero aún más dentro pensaba que podíamos estar detrás de algo grande. ¿y si se ha vuelto a romper el equilibrio?, la última vez fue catastrófica. Tampoco creía en lo sobrenatural de aquella riada que se llevó el hogar familiar, si talas el bosque y quitas la tierra, el agua lo destruye todo, pero aquella vez tuve esa misma sensación, ¿por qué ahora?.

Bueno chicos, No hables de lo único que sabes hablar Miaka, van a pensar que estas trastornada como todo el mundo. Guarda eso para tú columna anónima en el periódico local. No tengo muy claro por donde empezar a buscar. Creo que lo primero es buscar si ha habido alguna película o videoclip, para descartar lo obvio. Después, Paré un segundo con cara de pensativa, Bueno después ya no se. Reía rascándome la cabeza,

Bueno una cosa más, ¿conoces a una de las dos chicas que se ha ido verdad?, deberías estar pendiente de ella, la gente debe estar con gente, ¿somos animales sociales verdad?, deberías animarla para que se uniera a nosotros, seguro que encontremos algo o no lo pasa bien, Espero que la otra chica entre también en razón, parecía tan sola.

La chica caminaba junto a su amiga mientras se disculpaba, Eun Bi niega apurada y dice amablemente:

No… no, no te preocupes, no ha sido nada… así he aprovechado para ponerme al día en Twitter

Fue mientras su amiga hablaba que Shimako noto algo, el hormigueo que sentía en las manos y la cabeza desapareció por completo. Eun Bi se adelanta un poco y dice:

Ummm, creo que podemos ir a un café pequeñito que se llama Shibuya Café es pequeñito pero me han hablado muy bien de él, aunque hay que andar un poco.

Decía bastante animada, se notaba que tenía ganas de pasar un buen rato con su amiga.

El animal se queda mirando a Makoto, en un primer momento esta diría que sus ojos seguían la comida, pero fue cuando acerco la mano que el gato se dejo acariciar, mientras ella hablaba parecía que realmente estaba asintiendo y escuchándole, le miraba como si entendiera, aunque de todos es sabido que muchas veces atribuimos acciones humanas a los animales.

Tras decir ella que le espere fuera, de improviso el gato se mueve y sale corriendo, desapareciendo de allí sin hacer ningún ruido, Makoto no puede ver realmente a dónde va el animal ya que hay bastantes estanterías y es muy rápido y sigiloso.

Tras terminar la compra sin problemas y ya en el mostrador para pagar la chica da la vuelta sin problemas. Al salir de la tienda Makoto puede ver como el gato estaba ahí sentado delante de la puerta, cualquiera diría que estaba esperándole pacientemente.

Sonreí al ver que Eun Bi me decía que no debía disculparme... me recordaba a cuando ella se disculpaba conmigo y yo le decía que no pasaba nada -Xièxiè Bi- le agradecí a mi amiga en chino... aunque desde que la conocí y se me escapó decirlo, lo había convertido en la forma normal en la que le agradecía las cosas a mi amiga -Entonces tendré que ojear el Twitter, y darle "Me gusta" al tweet- dije más divertida y alegre mientras sacaba el móvil para hacerlo... curioso, ya no me molestaba nada, ni las manos ni la cabeza -¿Ves Shimako? Al final no sería nada- pensé para mi misma.

Cuando mi amiga propuso ir a un cafe pequeño, yo asentí contenta -Claro que podemos ir. Si te han hablado bien de ella es que estará muy bien... además, ya la compañía es excelente por lo que las cosas sabrán mejor, jiji- terminé aceptando alegre y empezando a ir hacia esa cafetería con mi amiga para tomarnos algo por ahí.

La guitarrista sonrió complacida al ver cómo el gato se dejaba acariciar por ella, en especial cuando había pensado que este podría mostrarse un poco nervios a su cercanía, teniendo en cuenta que jamás la había visto antes. Sin embargo, en contra de toda expectativa, se había dejado acariciar, y la joven no había dudado en aprovechar esa oportunidad para dedicarle todo su cariño, principalmente porque adoraba los animales, en especial un gatito tan bonito como aquel. - Eso, eso... tú si me comprendes. - Dijo en un tono suave, cariñosa, disfrutando de la suavidad del pelaje del pequeño animal. Adoraba a los gatos, si bien, por desgracia, su tía era alérgica a estos, por lo que nunca había podido tener uno de mascota. ¿Aquel gato tendría mascota? No estaba segura. De cualquier manera, había algo raro en todo aquello. Mientras había estado hablando, la criatura se había mostrado de una forma que parecía demostrar que podía comprenderla, como si pudiera escuchar sus palabras y entender el significado de las mismas, incluso asintiendo. La chica no pudo evitar abrir los ojos sorprendida, si bien no tardó en atribuirlo al hecho de que estaba cansada y que podría estar imaginando cosas. ¿Quién podría pensar que un gato era capaz de comprender sus palabras de esa manera? Una cosa era que pudieran comprender emociones pero... ¿palabras? No. Tenía que tener cuidado. Si comenzaba a pensar así... estaría muy cerca de la locura.

Sea lo que fuera, la joven se sorprendió al ver cómo el pequeño animal reaccionaba luego de haberle dicho que sería mejor que la esperara fuera de la tienda. ¿La había comprendido o simplemente se había aburrido de ella, así como del hecho de que no le había dado nada de comer? Debía de haber sido lo último. No había manera de que fuera lo primero. Por esa razón, no lo pensó demasiado antes de dirigirse al mostrador para pagar lo que deseaba comprar. La empleada no tardó mucho en recibirla y cobrarle lo debido, a lo que Makoto tan sólo respondió con una sonrisa leve antes de entregarle el dinero necesario para realizar la compra. Una vez fuera, los ojos de la guitarrista se abrieron de par en par al observar al adorable gato que se encontraba fuera de la tienda, esperándola como si hubiera prestado atención a sus palabras anteriores. Tenía que ser una coincidencia. No podía ser real. ¿Quién podría creer que podía comunicarse con los gatos, e incluso hacer que estos escucharan sus advertencias? No tenía sentido. Sólo un loco podría creer en algo así, y ella no estaba loca... ¿verdad? Por un instante, la chica se quedó en silencio, tan sólo mirando al animal como si fuera algo absolutamente extraño de ver. No podía haberla comprendido, simplemente no podía.

Tras mirarle lo suficiente, no se demoró en agacharse para sacar un langostino frito del bento que había comprado, antes de mostrárselo al pequeño gato, esperando que tuviera hambre. - Me escuchaste, así que te mereces esto. - Afirmó en el instante en el que le ofrecía aquello que debía de ser un manjar para el animal. - Espero que te guste. - Le dijo en un tono cariñoso, a medida que dejaba que el animal se alimentara. - Mm... ¿puedes comprenderme? - Preguntó con cierta curiosidad, mientras esperaba que la criatura reaccionara de alguna manera ante sus palabras. - No parece que tengas un dueño... no estarías afuera si lo tuvieras... ¿Qué debo hacer? - Se dijo a sí misma mientras mantenía su mirada fija en la adorable criatura, considerando una opción en su mente, una que era realmente tentadora. Se cruzó de brazos, aún agachada, con los productos que había comprado a su lado. No sería una mala idea adoptar al gatito, el cual al menos parecía prestarle atención, lo cual era realmente extraño. - ¿Quieres venir conmigo? Puedo ofrecerte un buen sitio. No es mucho pero... es mejor que dormir en la calle. - Le aseguró en el momento en el que se enderezaba, esperando que el pequeño animal la siguiera. - Mm... si puedes entenderme... Salta. O bueno... mejor sígueme. - Dijo, no estando segura si el gato la seguiría o no. Si lo hacía, comenzaría a pensar que había algo bastante raro en toda aquella situación. Aunque al menos obtendría una mascota, algo que siempre había querido tener. Tal vez podría ponerle un nombre. Algo como... ¿Neri? - Sígueme, Neri. - Le pidió al animal a medida que comenzaba a caminar en la dirección en la que se encontraba la residencia estudiantil.

El local estaba bastante tranquilo y pronto les dieron una mesa para seis, aunque realmente era una mesa preparada para 4 que habían añadido un par de sillas en un lado ya que el local no era demasiado grande, la mujer les tomo nota de lo que querían tomar mientras los chicos estaban hablando.

El escándalo de la cocina comenzó, el hombre cocinaba con dedicación y gran habilidad, sin duda seria todo un espectáculo para cualquier turista ver como preparaba la comida, aunque para japoneses como ellos, era algo bastante normal. Mientras tanto la mujer pone las noticias en una pequeña televisión que había en una pared en las alturas, aunque con subtítulos en lugar de sonido, en esos momentos estaban las noticias locales en las cuales no se hacía ninguna mención a lo sucedido en la plaza de Hachiko

Al llegar al local puede verse que está justo encima de una pequeña tienda, siendo también bastante pequeño pero agradable, dando un aspecto de moderno y coqueto, Eun Bi se sienta junto a una ventana que da a la calle y permite ver a la gente pasar, con una sonrisa dice:

Aquí estamos bien ¿verdad?... ah, como me vas a ayudar te invito yo, ¿Qué quieres?

Espera a que le diga que es lo que quiere y sin permitir que Shimako se mueva del sitio va hacia el mostrador a pedir. Mientras está pidiendo Shimako puede ver a la gente pasear por la calle de abajo, entrar en la tienda y en definitiva caminar, incluso puede verse reflejada en la ventana, sin embargo, algo extraño pasa, son apenas 10 segundos, pero está segura de ello, donde debía estar su reflejo no está, es otra chica, y eso era totalmente imposible porque no había nadie detrás, solo Eun Bi demasiado lejos como para reflejarse ya que estaba en la barra pagando y de espaldas a ella

Reflejo:

El animal parecía responder a sus palabras y mientras comía le miraba con ojos inquietos, también parecía olerla durante unos segundos, cualquiera diría que estaba examinándola. La gente pasaba sin prestar demasiada atención, solo un niño que señala y dice:

Mira mama esa mujer está hablando con el gato

La madre no le presta atención a su hijo, parecía que iba con bastantes prisas, como la mayoría de la gente de la ciudad, una ciudad en la que parecía que todos tenían mucha prisa. El animal finalmente da un salto para dejarse coger por Makoto. Es entonces cuando esta ve algo extraño, en un escaparate puede ver su reflejo, con el gato en brazos, sin embargo, la persona que está reflejada no es ella, al mirar atrás puede ver que no hay nadie que pueda ser reflejado así, sin embargo, al volver a mirar es su reflejo normal el que está viendo.

Reflejo:

Aki mandó un plato de arroz con verduras y comentó las ideas de la chica quien acababa de hablar: “No creo que haya sido un clip, una película o algo del estilo, pero es verdad que tenemos que investigarlo, sí solo para descartarlo. Supongo que no puedes rodear una película sin más ni menos en una plaza pública. Desde luego, hay que preguntar en el ayuntamiento por si habían tenido permiso. Podemos preguntarlo pretextando cierta inquietud por la protección de datos, como visiblemente los peatones no sabían nada de todo, y nada de ser filmados.”

Tomó un poco de arroz con los palillos y se lo puso en la boca, con cuidado y cierto recelo, como si se tratara de una medicina que debía tomar.

Vaya, que cafetería tan coqueta... siempre tienes buen gusto Eun Bi- dije cuando llegamos al lugar y lo vi por encima antes de entrar, sonriéndole a mi amiga. No era un lugar tan grande como el Kawaii Sugar ni con tantas camareras y camareros... pero como versión modesta no estaba nada mal. Siempre que llegaba a un local que no había ido nunca, me gustaba observarlo bien... seguramente por estar estudiando Hostelería.

Nos sentamos al lado de la ventana, yo frente a ella -Si, es un buen lugar- le confirmé, empezando a negar con la cabeza -Ainnn... sabes que me da cosica que me inviten...- le dije, pues siempre prefiero invitar yo -Vale, te dejo... Pero la proxima vez te invito yo Eun Bi. Pideme lo que quieras, confio en ti- le terminé diciendo a mi amiga, acabando por sonreírle para agradecerle el gesto.

Mientras esperaba, me distraje mirando por la ventana, quizás intentando pensar un poco en lo que me había pasado y racionalizarlo... pero no lo conseguí, porque estaba ocurriendo otra cosa rara. Cuando ocurrió, me incomodé un poco... al principio pensando "¿Porque me esta mirando esa miko que se parece a mi?", hasta que me di cuenta... de que era mi reflejo. Claramente lo intenté comprobar, haciendo gestos con los dedos, leves muecas... Y tambien me miré la ropa obviamente... ¿como era posible eso? Le tengo que preguntar a Eun Bi si ve algo en mi reflejo... esto es muy raro.

Makoto sonrió divertida al ver cómo el pequeño gato disfrutaba de la comida que le había ofrecido. Parecía que la criatura se había encariñado con ella, o al menos eso era lo que la joven pensaba, viendo cómo el animal reaccionaba a sus palabras antes de olerla de una manera que parecía demostrar que estaba examinándola. Debía de estar enloqueciendo, no era posible que hiciera eso, ¿verdad? Bueno, no, en realidad, los animales solían hacer esa clase de cosas, si bien parecía que había una inteligencia particular en aquel gato en particular. Era como si tuviera un vínculo con ella, como si pudiera comprenderla de una forma que ninguna otra persona habría podido hacerlo... O tal vez sólo estaba imaginando cosas. Sea lo que fuera, la compañía de la adorable criatura era ciertamente del agrado de la chica, por lo que no le molestaría que la siguiera. Siempre había querido tener un hermoso gatito al cual mimar con todo su corazón, por lo que no dudaría en adoptarle si es que no poseía un dueño que le deseara. Ella le daría todo lo que pudiera ofrecerle, incluso si no tenía mucho a su disposición.

Las palabras de un niño llamaron la atención de la guitarrista, la cual se giró para observarle, sintiéndose ciertamente avergonzada por el hecho de que la hubieran dejado en evidencia de esa manera. - Tal vez debería dejar de hablar sola... - Murmuró para sí misma, sintiendo cómo su mejillas se enrojecían por la vergüenza, si bien parecía que nadie más la había visto hablando con el pequeño animal, lo que era algo bueno, en cierta forma. De cualquier forma, cuando el gato dio aquel salto para que ella le cogiera entre sus brazos, la joven no tardó mucho en sonreír con cierta calidez en su sonrisa, rozando su mejilla con la adorable criatura, a gusto con el hecho de que la hubiera aceptado. No obstante, había algo extraño en todo aquello. ¿La había comprendido cuando había dicho que saltara o lo había hecho de manera voluntaria, siendo tan sólo una coincidencia? Todo eso había sido muy raro. Todo parecía indicar que el animal era más que capaz de comprenderla, o bien ella era capaz de comunicarse con él. O al menos eso era lo que pensaba, lo que había deducido con el extraño comportamiento del gato en cuestión. Después de todo, no recordaba que los animales fueran tan buenos comprendiendo los deseos de las personas.

No obstante, cuando la atención de Makoto se concentró en un extraño reflejo en un escaparate, los ojos de la misma se abrieron en sorpresa, notando a una hermosa joven con cierta apariencia gótica que la hacía ver aún más hermosa. ¿Había alguien allí detrás de ella? No tardó mucho en girarse en sus pasos, con su adorable gato en sus brazos, para ver a la persona en cuestión. Sin embargo, al hacerlo descubrió que no había nadie excepto sólo ella. Sin pensárselo demasiado, volvió a mirar al escaparate, notando que aquella extraña chica continuaba siendo reflejada... y todo parecía demostrar que era la guitarrista la cual se encontraba en el reflejo, incluso si su apariencia era totalmente diferente a lo que ella era normalmente. - ¿Qué... qué está sucediendo? - Preguntó extrañada mientras continuaba mirando el reflejo, como si estuviera hipnotizada, tal vez por la belleza de la joven gótica en cuestión, o por lo extraño de la situación. Por un momento se miró a sí misma, intentando ver si ella estaba vestida de esa forma. No, lo mejor sería que regresara a la residencia estudiantil y disfrutara de lo que había comprado para comer. - Vamos, Neri. Te mostraré tu nuevo hogar. - Dijo cariñosa, tratando no pensar mucho en lo que había visto. Todo estaba siendo muy raro, si bien estaba casi segura que, lo que había visto, era ella. Mientras caminaba hacia su hogar, desvió su mirada a su propio cuerpo, como si deseara confirmar que no era ella la del precioso vestido gótico.

Nunca había sido una había una persona muy habladora, prefería escuchar primero a todos los demás y si era necesario entonces ya dar mi opinión, y eso era lo que hacía en ese mismo instante.

Observar era la mejor manera de conocer a alguien, viendo como se manejaba en cada situación y está era una buena. Aún no podía entender que demonios había pasado en la plaza de Hachiko y por eso estaba cenando allí, quien me lo iba a decir a mí, quedando con gente después del trabajo, ni que me gustase la compañía...

Suspiro, tengo hambre, espero no tener que esperar demasiado por mi udon.

- Yo no vi ninguna cámara...

Era más que obvio que no había sido nada de eso.

"Yo quiero Mandunguilles de Porc, y para beber un Roselló. Unas Nespra de postre, si es posible" digo al camarero. Mi trabajo me hace viajar muy a menudo, y hace poco estuve en un sitio muy peculiar. Se me ha pegado un poco el idioma.

Luego les veo hablando... ¡Millenials! Habrán visto alguna cosa del Siglo pasado y se creen que... en fin

"Bueno, si es por cámaras, apenas tienen que ser del tamaño de una falange" y tras eso saco mi movil. Con cámara incorporada y mucho más pequeña que el primer hueso de mi dedo.
Por el tema del sonido, tampoco es algo crítico. Los micrófonos pueden esconderse y aparte, existen microfonos direccionales. "Pero no creo que sea una broma. No tiene ninguna pinta ¿Una cosplayer dice una frase rara y desaparece? "
"Una broma no funcionaría así como nos han hecho. Habría costado efectos especiales, mucho trabajo de tramoya y de despliegue para sólo grabar nuestras caras extrañadas durante apenas 8 segundos. No, como broma no es... rentable"
"Una broma en la TV tendría que dar tiempo en antena y no... ¡AUCHIEEEEEE!"

Dejo caer mis palillos, por otro molesto cosquilleo.

"En fin. Que si fuese una broma, es una muy tonta y muy cara"

Lo cierto es que estoy descartando que nos intentasen reunir. En mis prepotentes pensamientos me digo a mi misma "Para que esto fuese así habrian necesitado a alguien realmente convincente, y no a una plebeya como Miaka ¡Si tan sólo hay que verla! ¡Fijaos que cara de pegarle al curry tiene! ¡Seguro que va por ahi, pidiendole a la gente que le de Curry! ¡Plebeya!"
"Una actriz y gancho de TV tiene que ser es-pec-ta-cu-lar ¡Como yo, vaya!"
 

Eun Bi llega a la mesa y coloca las bebidas en esta, mira a su amiga y dice:

Ya esta… están muy buenas, ya veras

El reflejo de Shimako se movía como ella, sin embargo, apenas su amiga se sentó desapareció y volvió a ser normal, parecía que Eun Bi se dio cuenta del estado de su amiga, la cual ahora era consciente de algo, cuando Eun Bi puso las bebidas en la mesa se sintió bien, como si le invadiese energía.

Bueno y ¿cómo te ha ido hoy el día? Yo he estado toda la mañana estudiando y preparándome la entrevista de trabajo.

Al mismo tiempo en la televisión que estaba en el local la cual no estaba demasiado alta de pronto aparece un anuncio con el volumen más fuerte que llama la atención de casi todos, rápidamente la dependiente se apresura a bajar el volumen y pide disculpa a los clientes, Eun Bi observa el anuncio y dice:

Vaya… hacen gira en Europa y todo… vaya, recuerdo que a algunos chicos de la preparatoria les gustaban