Partida Rol por web

Tu madre te mira ahora entre cariñosa y divertida, para ella parece que esto es un juego infantil tuyo...pero a tu memoria retorna le escena del tiroteo...

Ya he puesto manos a la obra, tengo al hombre adecuado para este asunto, y ya se ha puesto en movimiento... ahora su rostro cambia, se afila al observarte...

Dime cariño, ¿qué eso de que curaste a un hombre? no me ha quedado claro te pregunta mientras te hace un gesto para que vayais a la terraza...

Alice no puede evitar mirar con desconfianza a su madre cuando ésta le explica lo del hombre adecuado para el asunto.
¿Y cuándo puedo conocer a ese hombre? me gustaría hablar con él.

Tu madre te mira extrañada...¿Quieres conocer al hombre que busca a Sparks? niega con la cabeza...

No, mi niña, no quiero que te mezcles con gentuza como esa, cuando lo encuentre, le invitaremos a cafe y pastas y le dirás lo que quieras, luego, asunto olvidado el tono de voz era ese, asunto cerrado...

Ahora una media sonrisa apareció en sus labios...Cariño, te he hecho una pregunta, y me gustaría que la contestaras...

Alice se queda por unos momentos mirando al infinito con la vista perdida, planeando cómo conseguir esa información que necesita. De repente reacciona ante la pregunta de su madre.
Que yo que? ay mamá, ese Foster es un troglodita y no me ha querido escuchar. Lo que pasó fue que en el momento en que me acerqué a ver como estaba ese hombre, casualmente se estabilizó. Pero como le dije al paleto ese, en situaciones así todo se ensalza y se exagera. Te aseguro que tu hija no sabe hacer milagros.
Y al decir esta última frase esboza una sonrisa entre irónica y amarga.

Tu madre te mira expectante, no puede olvidar el aspecto con el que regresaste anoche...

Esta bien Alice, te creo, no creo que nadie pueda curar a otra persona, por lo menos no de manera milgrosa...¿Por que no descansas un rato mas? te mira con cierta condescendencia...

Sí mami.
La joven se acerca y besa a su madre como una chiquilla.
Mami, apaga la luz al salir, porfa...
Cuando su madre sale del cuarto, Alice se levanta de puntillas y acerca la cabeza a la puerta esperando a que ésta se haya alejado por completo. Cuando está bien segura enciende el ordenador y busca un detective en su buscador. Consigue el teléfono móvil y lo llama. Espera impaciente mientras el teléfono da tono.

Rebuscando por casualidad aparece el nombre de Richard Cramer, te suena de algo...un antiguo novia de tu amiga Samantha...

Sería demasiada casualidad, pero al fin y al cabo, lo mismo te da uno que otro...

Marcas el número y una voz joven contesta al otro lado de línea... Digame, Cramer al habla no puedes recordar la voz...

La joven permanece un instante callada, asustada.
Yo..... yo...... verá... quisiera contratarle. Estoy buscando a alguien.

La voz del otro de la linea se muestra compresiva y tranquilizadora...

Me parece un buena opción señorita, ese es mi trabajo, si quiere podemos quedar en algun lado para que me de algun detalle de para que desea contratarme

Un silencio expectante...

Me muerdo un labio, no sé bien como contestar. En la vida he tenido que ponerme en contacto con gente de esta... calaña. Pero bueno, no pueden ser muy distintos de los camareros que han sido mis compañeros por unas horas. El tío puede ser alguien hasta normal, vamos, digo yo...

-Ehmmm... no sé si le suena mi nombre, el suyo a mí si, por eso lo he elegido. Fué usted novio de una amiga mía, Samantha Wonderwall, soy Alice Stevens. Verá, necesito discreción, y ayuda. Le pagaré por su trabajo, claro está. Me tironeo el pelo, creo que decirle mi nombre es lo mejor, si se acuerda es un puntazo, y si no, se sentirá en deuda... además de que no me perjudica, seguro, esos tipos están acostumbrados a callar, no revelan sus contactos.

-Estoy buscando a alguien. Y con prisas, vamos. Así que si podemos vernos ahora.... mejor que más tarde. Estoy en casa, claro, podemos quedar cerca, por el barrio. Digamos, ¿dentro de una hora? En... la cafetería que hay junto a Gucci. Tiene mamparas que permiten intimidad, y no demasiada gente, y menos a esta hora. ¿De acuerdo? ¡Voy a ir vestida de blanco!

La idea me parece excitante. ¡Una cita a ciegas, como en las pelis! Luego me doy cuenta del motivo, y vuelvo a quedarme seria. Alice, eres insensible, chica...

La voz al otro lado del móvil queda en silencio durante unos breves instantes... ¿Alice Stevens?, amiga de Samantha...creo que te recuerdo por su tono de voz podría estar tanto dando saltos de alegría como tumbado en la cama viendo la tele...te es imposible adivinar nada a través de ella...

No hay problema, conozco el lugar, aunque sinceramente no lo frecuento demasiado... escucha nuevamente cuando dices como vas a ir vestida Tranquila, la reconoceré, en una hora, de acuerdo la línea permanece abierta unos instantes por si quieres añadir algo, al no hacerlo... Nos vemos señorita Stevens tras decir esto, cuelga...

La llamada acaba, sin más. Me quedo un rato mirando el móvil, un fantástico trasto de última generación, como si se tratara del propio Richard Cramer. Finalmente guardo el número en memoria, y le asigno el acceso directo, mi orden de voz. "Cramer!". Mi tono es casi autoritario, nunca me acostumbro a hablarle con normalidad al aparatejo, y debería hacerlo...

Una ducha despeja la ansiedad. Luego, un poco de maquillaje, y un toque de Chanel. Como siempre. Me acerco al armario, y escojo una falda y una camiseta blancas. Ya sé que el detective ha dicho que me conoce, pero el blanco me sienta bien, y yo estoy, cómo decirlo, ...confabulando. Me gusta esta aura de misterio.

Me cuelgo el bolso en bandolera, y salgo. Meto la mano en el bolsillo de la falda. El rosario en ella sigue proporcionándome una sensación grata, de seguridad. Quizá, después de todo, la Fe acabe ayudándome, quizá por eso toda esa macabra visión empieza a emborronarse en mi cabeza...

La calle, y falta aún un cuarto de hora. Me entretengo ante el escaparate de Gucci, hay un expositor lleno de nuevos modelos de gafas de sol, monísimas. Un par de minutos, y entro en la cafetería...

La lluvia cae ligeramente sobre la ciudad, apenas ha cesado de hacerlo en los dos últimos días, pero se trata de Londres, la gente lo lleva bien…Entras en la cafetería, te gusta el lugar y lo frecuentas con tus amigas con asiduidad, decorado en tonos oscuros sobre paredes blancas, todo el mobiliario es de diseño, a esta hora, casi las once de la mañana, la actividad en el local esta bajo mínimos…

Los camareros cambian constantemente, aparte de que hasta hoy, apenas te habías fijado en ellos, la joven que esta sirviendo las mesas hoy debe tener alrededor de tu edad, morena, no demasiado alta, de aspecto sencillo a pesar del sofisticado uniforme que debe usar…atiende con una sonrisa a una pareja de chicos que bromean con ella…

Buscas una de las mesas más reservadas, la hora de la cita, algo nerviosa, recuerdas que no llevas demasiado dinero encima…

Un hombre joven entra en el local, vaqueros gastados, una camisa algo fuera de lugar, barba bien recortada aunque algo despeinado…su mirada recorre el lugar con tranquilidad, si es Cramer, desde luego no lo recordabas así, aunque bueno, Samantha siempre tuvo buen gusto…

El tipo camina parsimoniosamente hasta tu posición, eres la única de blanco del local…

Miro a la chica, rubia, buen cuerpo, no la recordaba, pero en casos como este, si decía que conocía a Samantha, había pasta de por medio, y realmente me hacía falta, conozco a quien sea necesario…además, seguramente querría algún caprichito sencillo…y mi otro trabajo estaba en punto muerto…un nuevo vistazo cuando me acerco al lugar donde esta sentada…nada mal, no señor…le sonrío intentando parecer simpático, pero tengo que ensayar más esa sonrisa, más bien parezco un tanto gilipollas cuando lo hago de esta manera…

Rápidamente hablo buscando apartar su atención de mi anterior gesto… Richard Cramer, creo que quería usted verme por algún asunto… mi voz es mucho mas seria que mi rostro, más fiable…

Miro al tipo, está tranquilo. La verdad es que no le recuerdo, puede que Samantha sólo me hablara de él. Sonríe, como si estuviera algo apajarado... o quizá está fuera de lugar, un tipo que trabaja, con una chica como yo... claro que Samantha es de mi clase, bueno, no sé. Pero su voz es firme, segura, menos mal, un detective tiene que inspirar confianza al cliente.

Le tiendo la mano.

-Hola, si, soy Alice, bueno, ya lo sabe, claro. (ejem!) Vaya, como empiezo, esto es complicado. Dudo entre hablarle de usted o tutearle, es de mi edad, y el ex de Samantha, pero va a ser un asalariado mío, oh, qué dudas!. Mejor sigo como hemos empezado, qué tontería... Y en cuanto a qué decir, y cómo... uffff -Bueno, verá, si le he llamado es porque hay algo que quisiera que averigue.

Me tomo un sorbo de mi Coca-light, una pausa para pensar. Sabrá por el periódico lo del tiroteo, no es necesario que disimule. Además, estoy metida en un lío. Y tengo prisa, porfa, Alice, tienes que encontrale...

-Quisiera que averigüe quién es y dónde está un hombre. Se llama Jack Sparks, y es detective privado, como usted. Sólo que me parece que de otra estofa, ¿sabe? muy... no sé, como alguien más tirado, y con un estilo basto, ¿verdad? Un momento de silencio. Estaba conmigo en el tiroteo que hubo en esa exposición, en el Cloak's. Seguro que lo ha oído. Bueno, pues quiero localizarlo. Es un hombre casi cincuentón, diría, y moreno. No hay mucho más... o sea, es más bien vulgar... aunque era atractivo, si. Pero eso no se lo digo...

La chica tiende la mano, algo nerviosa, la estrecho con firmeza, intentando tranquilizarla, lo normal de la mayoría de mis clientes es que estén nerviosos, pero al poco rato, muchos ya me consideran uno de sus mejores amigos, aunque no apostaría por que esta chica fuera uno de ellos…

Su frase es lógica y desde luego acrecienta su nerviosismo, si me ha llamado, es normal que sea porque quiere que averigüé algo…sonrío y asiento con la cabeza dejándola continuar…

¿El Cloak’s?, no me joda señorita, ¿Qué cojones está pasando?, para una vez que tengo dos clientes, y los dos están relacionados con el maldito sitio…no creo en las coincidencias… a pesar del impacto de sus palabra solo mi cabeza se mueve presta a afirmar lo que la chica diga…finalmente termina, a pesar de todo, la cosa parece sencilla…encontrar a un tipo del que tengo nombre y apellidos…suponiendo que sean verdaderos claro…

Así que desea que localice a ese hombre....un detective privado… bien podría haberlo buscado en la guía, lo mismo incluso hasta tiene suerte…pero no seré yo quien diga eso…desde luego que no… De acuerdo, intentaré dar con él en el menor tiempo posible… ehm, siempre había que sacar el tema… en cuanto a mis honorarios…digamos que son variables en función de la dificultad del caso…y la posible evolución del mismo… digo ahora si, con el rostro serio…después de todo, soy un profesional…

Procuro con mi expresión indiferente que no se dé cuenta de que no tengo ni idea de cuánto cobra un ndetective por su trabajo. Pero es un alivio que no me haya pedido nada adelantado, llevo una miseria en mi bolso, lo que cogí para salir del paso... unas doscientas libras, estoy supermal...

-Por supuesto, entiendo que hay unos baremos para establecer los honorarios, y puesto que estuvo relacionado con Samantha no dudo que va a hacerme un buen precio. Pero ya me lo dirá cuando haya encontrado algo, Richard, y espero que sea pronto. ¿Algo más que quiera saber, o que yo deba conocer...?

La miro fijamente por unos instantes cuando empieza a hablarme de que me pagará cuando encuentre a su hombre...un suspiro apagado y un asentimiento con la cabeza, más me valdría fiarme, además ese hombre...Sparks...puede que me sirva para el otro caso...no puedo negar el interés que se esta despertando en mi cabeza por este asunto...como tampoco puede negar el interés que se está despertando en otras partes de mi anatomía al mirar a la chica que tenía enfrente...joder...debo trabajar menos y salir más...

Por supuesto señorita Stevens, el precio será precio de amigo... le digo con una sonrisa amistosa... creo que no necesito ningún dato más, simplemente un teléfono de contacto o alguna manera rápida de poder localizarla en caso de necesidad digo sin dejar de mirarla...

Bueno, el lenguaje corporal no engaña, y este chico está lanzando señales que no necesitan interpretación. los ojos se le van hacia mi escote, mientras se le dibuja una sonrisa bobalicona en los labios. Vale, ese idioma lo entiendo, y por fin me siento cómoda en él. Nada que ver con eso de contratar a un detective, el profesional acaba de convertirse en un hombre, fa-bu-lo-so.

-Pues claro, euh... aquí tienes mi móvil. Le digo mientras garapateo el número en una servilleta de papel. Llámame cuando tengas algo, o cuando quieras, y... creo que es mejor que nos tuteemos, no te parece?

Le tiendo la servilleta y sonrío. Pero, inmediatamente, me acuerdo de por qué estoy aquí, con él.

-Lo que vi, lo que viví, fué terrible. Y ese hombre, Sparks, me salvó la vida, supongo. Se me echó encima, para evitar que las balas me dieran. ¡A mí! El tipo no me conocía de nada, y, a pesar de eso... bueno, necesito que le encuentres. ¿Vale? Y pronto...

¿Qué la llamara cuando quisiera?, joder con la niña, y luego dice que lo ha pasado fatal

En fin, no es el momento ni el lugar, cuando encuentre a ese hombre quizás la invite a tomar una copa, o más bien me deje invitar por ella...

Me hago cargo de lo que ha pasado Alice, debió ser horrible, encontrararé a ese hombre... aunque me encantaría continuar acercando posturas con la joven creo que ha llegado el momento de retirarse, a trabajar, que no se diga que estafo a ricas herederas...

El gesto serio ahora... Un placer conocerla, la llamaré en cuanto sepa algo digo mientras me levanto de la mesa y, tras estrecharle la mano a la joven, abandonar la pretenciosa cafetería...