Partida Rol por web

Oigan, oigan señores- mi voz temblaba y se quebraba, ¿Pero era a causa del miedo?- seguro... que no quieren hacer esto.

Karasu querido... en esta noche perfecta todavía no has recibido mis saludos y...

Atentos aquí -los llamé a todos para que me notaran, bajando mi mano de forma temblorosa- Rei, abre el oído, estás a un paso de arruinar todo, tú, quien tanto dices que aprecias a la niña, serás el responsable de su muerte, todos me culparán a mi -mi mano bajaba, con lentitud, iba hacia mi espalda, arqueaba mi cuerpo, tensaba los músculos- pero me devorarás con una sonrisa en mi rostro, porque todo estará en ti, desde ahora y para siempre...  si no te detienes.

Mi cuerpo todavía estaba se estremecía, tal vez era el instinto interno, pero también en esto era diferente a estas inocentes criaturas, antes de abandonar mi cuerpo era un pirata, un bribón, un auténtico hijo de mala p...

Y tu Yami, necesitas... iluminar tu perspectiva. -Hizo un pequeño click, audible sólo para aquellos con reflejos más agudos. 

¿Escapar? ¡La primer lección del corsario es dejar a mil leguas la armada enemiga que viene por tu cabeza! ¿Valientes y heróicos? ¡Cómpren eso en la próxima telenovela!, cerré los ojos mientras estiraba el brazo.

La M-84 aturdidora voló al aire con el ruído de una lata vieja de atún, adoraba ese último sonido, tendría 5 segundos más o menos de oscuridad, mi estilo de oscuridad, aquella que confunde y desconcierta, un silbido intenso y agudo, que incapacita los oídos, por 4 segundos, una pequeña carrera de velocidad, hasta cierta lindura apretaba con fuerza un librillo contra su cuerpo tibio y suave, parece que necesitaría ayuda, tal vez protección si estos dementes se daban a un frenesí de rabia y destrucción a costa de todo lo que apreciaban, lo cual sólo me divertía más.

Yo podía dar esa protección, a cambio de un precio...2 segundos... llego hasta la chica, levantándole sobre mi hombro sin detener el paso... 1 segundo.

Empiezo a correr buscando un escondite, y también un punto de quiebre del muro de cristal, la vieja está ocupada con Hotaru, fue demasiado pronto para hacer el cambio de mi atadura, demasiado rápido como para que pudiera sellar el lugar, y todos ellos están aquí, ¿Podría lograrlo? Ja! ¡Apenas jale la cadena castigo me va a ahorcar como a un perro desobediente! y si no...¡Los demás pueden intentar matarme como a uno rabioso!

Pero todavía tengo dientes y colmillos, la recompensa lo vale, al igual que sus rostros que no puedo ver mientras huyo al mejor estilo de mis tiempos de bucanero.

Shion dejó de saber donde estaba luego del zumbido. Ya se encontraba paralizada y realmente no pudo ni siquiera cubrirse en ese estado, pero el estallido de luz y sonido terminó con casi todos sus otros sentidos y le dejó totalmente aturdida, al punto de que perdió equilibrio al querer dar un paso e iba encaminada de cara al suelo. Lo único que notó fue una sensación de mareo por un segundo, cegada y aún con los oídos inutilizados. Su cuerpo colgaba dócil, y si estuviese mas despejada y lúcida desearía estar usando una falda mas larga, ya que el viento en contra la levantaba como era natural, y mas en esa pose. Esto revelaba unos bonitos interiores de encaje rojo oscuro. El cabello negro, tanto el suelto como el de las coletas, se balanceaba a la par que sus brazos con el trote de Lucius. Iba a necesitar unos largos momentos para poder recuperar sus facultades del todo...

Un frio penetrante intimida a mis llamas a retorceder volviendo a tomar cuerpo fisico. Me encontraba debil, las llamas que anteriormente habrian acabado con la oscuridad de Yami ahora retroceden. La energia que me habia pasado Hotaru no era suficiente, pero no podia pedir mas. La cadena cada vez la sentia mas distante, por que no escuchaba su tintineante sonido?
Al recobrar parte de consciencia no pronuncie ninguna palabra, me quede sentado nuevamente en la pared y no me movi mas. Eran demasiadas emociones contradictorias. Ademas de que en estos momentos la ocuridad de Yami me causaba miedo...podrian devorarme con facilidad.

Yami intenta detener la riña entre Lucius y Ogami con una exhibición de poder y voluntad digna de temer, tanto que incluso Ogami se vio obligado a detenerse y retroceder. Suspiré, aún molesto por estar encerrado allí cuando había otros asuntos mas importantes que atender fuera, despreocupándome del acto bufarresco de aquellos Onis caprichosos. Sin embargo mi atención fue captada cuando Lucius realizó aquel molesto destello y se lanzó a tomar a Shion al hombro, raptándola vaya uno a saber con que propósitos.

Sus jugarretas y faltas de respeto hacia Shion me tenían sin cuidado hasta que la puso en peligro, envolviéndola en sus peligrosos actos sin sentido. Mi figura se desvaneció en el aire, proyectándose hasta estar justo frente a él, deteniendo su intento de huida solamente con mi cuerpo. Me mantengo erguido, cruzado de brazos y con la mirada firme fijada en él. Deja a Shion en el piso a salvo y escóndete como la basura que eres, Lucius. A pesar de mantener un tono calmado, mi voz suena firme y profunda, denotando así que no habría titubeos en mi accionar si no se cumplían mis demandas. Si quieres luchar vamos a hacerlo y volveré a torcer tus extremidades hasta que seas capaz de tragártelas. No comenzaría el combate, pero, a diferencia de él, estaba preparado para acabarlo de inmediato.

Esta niña tenía muy buen gusto a la hora de elegir bragas, aseguré el agarre a su cintura del hombro en que la llevo, continuando con mi carga, hasta que Karasu aparece con su pose de Lancelot para salvar a todas las doncellas perdidas con un golpe de su lanza, excepto que le gustaba proteger sólo cuando le hacía parecer más prepotente, no le habían afectado las tinieblas de Yami, ni tampoco mi granada aturdidora.

Sin detener mi movimiento hice una finta, subí mi mano como si fuera a bajar a la hechicera, pero lo que hago es aprovechar su falda en volandas para apretar duro la mejilla derecha de su firme y apretado culo, y comprobar que mi ingenio de luz más la triquiñuela de Yami no le hayan privado también de su percepción táctil ¡Que le estoy haciendo un favor vamos! A esta velocidad la ropa interior roja, que le queda tan bién, se le podría caer y quedaría en una situación vergonzosa, debía asegurarla para poder tomar distancia de la mancha negra.

Siempre tienes Plano Onírico para proteger a la gente sin que se te dañe el permanente- Aprieto dientes, este cabrón sólo se sentaba a mirar desde su rincón mágico para después sentirse superior al resto, pero tal vez... como había aparecido de frente a mí le suelto al vuelo somero rodillazo en la entrepierna, ¡La próxima vez termina el combate que importa con tus grandes dotes! ¡Oh poderoso protector Karasu, gran salvador de Hotaru! -en esto había una enorme dote de sarcasmo. ¡Y si no quieres que toquen tus juguetes no te metas con los de otros!.

Ahora si habíamos hecho las presentaciones, si tienes una misión importante espero que un detalle menor no interrumpa tu apretada agenda- pienso mientras me muevo en un empellón por su derecha en el mismo movimiento buscando una ruta de escape, antes de que se consuma todo el tiempo.

El movimiento de Lucius fue rápido, directo y efectivo, con la precisión que le caracterizaba en el combate. Karasu no llegó a reaccionar a tiempo y recibió de lleno el rodillazo en su entrepierna. El golpe fue tan certero que el cuerpo de Karasu explotó al recibir el impacto, deshaciéndose en decenas de plumas negras que caían al piso. Incluso las plumas se redujeron a menos que un humo violáceo y el viento las dispersó.

Las heridas de Shion podrán curarse con el tiempo... ¡Pero las tuyas te recordarán que hoy caíste ante mi una vez mas! Su voz sonó con la potencia del trueno azotando la tierra. La figura de Karasu se mantenía elevada con varios metros de distancia de Lucius, a su espalda. Había utilizado el truco sucio de la granada flash para tomar una posición estratégica de ataque y poner un señuelo delante del rabioso Lucius.

Las manos de Karasu estaban unidas a la altura del pecho en forma de garras, sus ojos denotaban la determinación de su siguiente movimiento. Inmediatamente comenzó a tomar forma una potente y brillante energía relampagueante entre sus dedos y el viento se arremolinó a su alrededor. ¡Kaminari Jutsu! Estiró su brazo derecho en dirección a Lucius, liberando la energía con precisión a la espalda de su oponente. La energía liberada se manifestó en forma de un relámpago y surcó la distancia entre ambos en un instante, atravesando el pecho de Lucius con violencia, sin afectar a Shion.

Mis ojos… maldita luz cegadora venida de las entrañas del sol… Me revuelvo y agito en el lugar, maldiciendo una y mil veces al imprudente Lucius. Cuando recupero la visión le veo enfrentándose a Karasu, con Shion en brazos. Maldito espíritu anárquico, y para colmo el otro le sigue el rollo. El tengu golpea a Lucius por la espalda con una violenta y precisa descarga. Libero el conjuro y me encaro a ellos, manteniendo la distancia. Extiendo las sombras para recuperar a la humana, si es posible. Shion es importante para Hotaru, no quiero que pierda nada importante. Lamentablemente, me temo que eso incluye a Lucius.

Deteneos los dos.- Les reclamo.- No es el momento, ni el lugar. Esa que está ahí luchando por su vida es la que te mantenía atado a este mundo.- Espeto a Lucius, en un tono cargado de bilis.- Y tú, este es el templo de los Fukuhoshi, ten un poco de respeto. Dejad los juegos para más tarde. Entrégame a la humana y compórtate, cuando acaben haz lo que quieras lejos de este lugar.- Hablo con calma y extiendo mi mano para que Lucius me entregue a Shion, aunque no espero que lo haga.

Shion parpadeó.

-Hm...

Volvió a parpadear, sintiendo que el sentimiento de amenaza le había abandonado. El zumbido y la ceguera le abandonaron también, y notó que estaba de cara a un abrigo negro, y una mano fría sobre el trasero. Automáticamente, lo que le invadió fue furia.

Pareció que de repente comenzaron a caer pétalos de ningún sitio, que estaban coloreados de azul... parecía una lluvia de flor de cerezo copiosa, pero no...estos eran mas grandes y ondulados que los pétalos de sakura. Shion respiró hondo.

-Tu...

Los pétalos de repente detuvieron su caída casual, y los bordes giraron en simultaneo hacia Lucius.

-¡QUÍTAME LAS MANOS DE ENCIMA! -pataleó con fuerza buscando zafarse al mismo tiempo que las navajas con forma de pétalo buscaban la espalda de su captor. Era el único punto que estaba viendo y donde sabía que podía acertar sin peligro a dañarse ella misma, pero incluso dañándose no le importaba. Su voz transmitía un puro enojo que no iba a menguar fácil ni prontamente. Quería que cada navaja le atravesara de lado a lado y se arrepintiera de haberle puesto una mano encima.

Por un momento todo se fue a rojo, la corriente eléctrica quemando y haciendo un desorden entre vértebras y nervios, las cuchillas de la hechicera, no sabía cuanto había avanzado, no supe donde estaba por unos instantes... al menos hasta cuando las palabras blandengues de Yami. 

¿Desde cuando murió Hotaru y te nombraron jefe?...-trataba de recuperar el aire... de controlar a la chica, la magia debía cansarla, tenía unos segundos de recuperación... ¿Tanto quieres su lugar? ¿Fallas en tu labor de perro y la culpa es del Lobo? Ni siquiera fuiste capaz de servir una maldita taza de té con la supuesta cortesía que tienen ustedes, no eres más que otro hipócrita que sólo piensa en sí mísmo, no me vengas a sermonear, ¿quieres a la chica?.

Unas pocas de sangre salían de mi boca, tenía cortadas y laceraciones en la espalda y costado, el panorama era impresionante, por supuesto que era una lucha en desventaja, la chica se debatía en mis brazos, las sombras del Youkai intentaban recobrarla ¿Pero cual pillaje era un paseo de verano?

Y tu... ¿Piensas que me pillaste con tu ataque? Ja! -si esto fuera una batalla 1 contra 1 ese hubiera sido tu último movimiento -no podía ver a Karasu, estaba en frente mío... claro que no, estaba a mi espalda, creía que esto era sólo una embestida de un jabalí salvaje y estúpido... pero el real no podía cerrar su maldita boca y apuñalar en silencio como un asesino en toda regla lo haría, aún más grave error es lo estúpido que eres al ser tan soberbio. Espero que no te apegues mucho a la victoria, o la disfrutes con tu peluquero... 

Me enderecé un poco bajé una de mis manos -la que estaba a la espalda de la chica, no la otra.- ¿Tu que dices Shion, si no sabes si estamos destinados a estar juntos...hasta Karasu parece preferir que te hieran antes de perder su orgullo, allí tienes a tu protector- le susurré.

Lancé una carcajada, desenfundé un arma especial, la tenía guardada para nuestro duelo, la preparé específicamente para afrontar múltples contrincantes, me disparé a mí mísmo primero con un potente CHOF!, o mejor dicho, le disparé a la mano con el culo de la hechicera con la que intentaba que no se escapase, salió un potente pegamento nos bañó a los dos apretándonos y uniéndonos, disparé a sus manos para pegarlas a mis hombros, me sentí tentado a disparar a su boca, pero lo primero era lo primero.

Le solté un par de disparos a Yami, en los ojos, en los piés y uno en la boca para que la cerrase de una vez por todas y se metiera en sus propios asuntos, ¿No dijo que lo que le preocupaba era la mocosa? ¡Pues su parte baja parece que piensa distinto porque siempre parece pensar con ella para ir por cada falda!.

Dí un salto acudiendo a los arrestos de fuerza que me quedaban, y agil cual vaquero empecé a disparar a diestra y siniestra mientras aferraba a Shion contra mi cuerpo, una andanada contra Karasu, contra sus cabeza entera, contra una de sus manos, contra sus piernas, necesitaba clavarlo a un árbol, al suelo, que me mostrara su siguiente truco ¡Una enorme fortuna que le faltara lo necesario para un intercambio honesto, así como a mí lo necesario para hacerlo, de otra forma al haber invocado un arma me habría puesto en un aprieto*

No me espero a ver el resultado del intercambio, sino que apenas toco piso, derribo un muro de la habitación y me lanzo de lleno entre los árboles corriendo a gran velocidad para ganar distancia.

Podia escuchar las voces que se iban apagando a mi alrededor. Las discusiones parecian que estuvieran ocurriendo a cientos de metros de alli. Las cadenas que unian mi corazon con el de Hotaru yacian inertes delante de mi, antes siempre en tension ahora simplemente parecian adornar el suelo. Finalmente parecia estar en un estado de semiconsciencia. Se parecia a cuando estaba atrapado en el espejo, mi respiracion aumentaba con casa segundo que pasaba y un sentimiento conocido volvia a apoderarse de mi ser.

Miedo...soledad...frio...

Mis ojos se abren de golpe y una sonrisa diabolica se dibuja en mis labios mientras las llamas, que antes estaban temblando por la oscuridad de Yami, ahora volvian a retomar su legitimo lugar ardiendo por mi cuerpo. Solo debia hacer lo de siempre....solo eso para librarme de esa odiosa sensacion.

Mis manos se acercaron a mi pecho y tiraron de la cadena dorada haciendola visible para todo aquel que mirara en ese momento. Mi cuerpo volvia a su forma original esta vez intentando expandir mis llamas hacia el limite que las cadenas me permitian. Almenos por ultima vez. Las llamas se volvian intensas, de un azul que dañaba a los ojos. Poco a poco las cadenas se iban derritiendo al paso de las altas temperaturas de las llamas que formaban mi cuerpo hasta que finalmente con un simple chasquido la cadena que unia mi corazon con el de Hotaru se desprendio de mi nucleo para caer pesadamente en el suelo desapareciendo al no tener el sustento de uno de los lados.

Mi cuerpo liberado al fin se expandio por toda la sala, cubriendo la madera del templo, haciendola arder. Mi cordura desaparecia, ya no era necessario el comportarse ni el frenarse. No era necessario ya. Me impulse hacia arriba rompiendo el techo del lugar para salir al exterior. Ya no deseaba estar en aquel lugar. Como si fuera una estela cruce el cielo en ninguna direccion en especifico, pero pasando por encima del gran cerezo del patio consumiendolo como ultimo recordatorio de que en algun momento habia estado alli.

Los intentos de Yami por evitar el combate y recuperar a Shion a salvo habían sido infructíferos. Evidentemente las acciones sociales no tendrían efectividad alguna con el descarriado Lucius y el enfadado Karasu. Aparentemente debería tomar medidas mas drásticas para imponer su voluntad contra los dos conflictivos Youkais.

Karasu quedó atrapado contra un árbol por culpa del pegamento de Lucius. Se notaba su enfado en los bravos movimientos que realizaba por zafarse, aunque parecía evidente que demoraría en salir de aquella pegajosa prisión improvisada.

Ogami, consumido por la furia que crecía en su interior y experimentando una vez mas el abandono al sentir como el espíritu de Hotaru se desvanecía, decidió abruptamente romper la relación que con ella mantenía. La cadena que unía sus corazones ya no existía y su voluntad era libre para expandirse tanto como quisiera. En su escape, quizá a propósito, quizá sin realmente desearlo, había destruido parte de la casa Fukuhoshi, dejando atrás un principio de incendio que crecía por las paredes de madera de la antigua construcción. Su furia se desató también contra un árbol de cerezos, que de inmediato iluminó la noche con el fulgor del fuego azul.

Como expresión de su poder y voluntad, estalló sus poderes contra la barrera de Cristal que rodeaba la zona del Templo y, para sorpresa de muchos, la barrera cayó al recibir el impacto, explotando en el aire como una pompa de jabón.

Akari se encontraba encerrada en la habitación con su nieta, protegiendo su mente y su espíritu del mal que crecía en el corazón de la joven aprendiz de sacerdotisa. La proeza, al igual que mantenerla con vida durante el proceso, requería del máximo de su concentración y poder. A pesar de que era consciente de los problemas que estaban generando los Youkais y Onis fuera, no era capaz de contener ambas situaciones por completo sin ayuda.

Cuando Ogami decidió romper la cadena con Hotaru, Akari pudo ver como la cadena se rompía y el poco poder espiritual que quedaba en el cuerpo de Hotaru se esfumaba en el aire, escapándose por la grieta que se había formado en su ser espiritual tras la mella de la cadena. El cuerpo de Hotaru se enfrió de golpe y empalideció, sin embargo, el caos estaba reinando afuera y la Sacerdotisa tuvo que tomar una decisión drástica.

Al sentir la furia de Ogami siendo desatada contra su prisión de Cristal, decidió dejar de alimentar aquella invocación para que Ogami fuera capaz de destruirla sin dañarla a ella y, en su lugar, se aferró a la unión espiritual que mantenía con Lucius, imponiendo su voluntad sobre él. La voz de la anciana resonó en su mente.

¡Dejate de estupideces y detén a Ogami antes de que prenda fuego toda la montaña!

-¡Ah! -arrugó el ceño al sentir aquella cosa pastosa en contacto consigo

¡Esto es viscoso y asqueroso!...

Sintió mas disparos de aquella cosa que esparcía la sustancia pegajosa, pero se quedó un momento en silencio y quieta tras las palabras de Lucius. De veras, Karasu estaba determinado en el combate, y hablaba como si no le importara ni un poco.

...

Bueno, no es como si se conocieran mucho como para ese tipo de cuidado...ni tampoco en el caso de darlo era buena idea andar expresándolo, además ese no era su estilo, o eso creía ella. Aún y con justificaciones, se sentía algo mal por el asunto. Por la posición en la que estaba, le comenzaba a subir la sangre a la cabeza, y no le dejaba pensar del todo bien, y la oleada de sentimientos cruzados no ayudaba. Pero de todas formas, aferró las manos al abrigo bajo el pegamento, tratando de canalizar mascullando una sola palabra. Un par de sólidos anillos de energía buscaron restringir a Lucius para hacerle caer al suelo. No iba a poder hacer mucho mas, sin sus manos no podía tener acceso a mas trucos. Fuera como fuera, o estaba dispuesta a dejarse llevar a quien sabe donde.

La cara de Victoria robada de Karasu era impagable, tan seguro de ganar, tan ensimismado en su ego... que era como si hubiera abofeteado su pedante rostro con mi mástil, valió totalmente el entrar de frente a su treta. Empecé a dar grandes saltos con la adolescente en mis brazos, saliendo por los pelos de la habitación cuando Ogami decide poner calor a la fiesta con los fuegos artificiales a media mansión Fukuhoshi. 

Y de paso se carga aquél molesto escudo que amenazaba con convertirme en una rata acorralada, o obligarme a buscar un escondite en aquél puesto tan cerrado, tenía que admitirlo, cuando el chico ponía de su parte, me gustaba su estilo.

¡Ya sabes el motivo de que no tengamos mascotas en casa! Estaba zizagueando entre árboles previniendo que Yami me siguiera la pista, cuando empiezo a escuchar la voz de la anciana intentando jalar de mi cadena, ¡Pero diablos! Mejor momento no pudo escoger que en el que tiene que elegir entre con su casa en átomos volando, los diablillos bailando, y su nieta visitando al príncipe de las tinieblas, no era como si su voluntad hubiera sido cogida en el mejor momento para la tarea de acariciarme.

Se los dije, ellos sencillamente no entienden, ninguno tiene una pizca de cortesía o de sentido común, debieras darme por salvar tu vida chica, por otra parte, conozco un interesante bar donde podríamos echar un par de tragos mientras esperamos Sh....* tragué saliva repentinamente, fué un milagro que no me mordiera la lengua, algo me halaba del cuello, un tirón intenso que me tomó al vuelo y como si la fuerza de gravedad hubiera aumentado repentinamente 10 veces, proyectándome contra el suelo, y tan sólo evité que la hechicera se rompiera la cabeza por mi cuerpo encima dando una voltereta para aterrizar pesadamente con las espaldas y la cadera en el terroso suelo de la mansión, una oleada de dolor invadió mi cuerpo y mi ceño se torció.

La voz de la abuela insistió, mientras algunas hojas y pétalos pasaron sobre nosotros, estaban en llamas formando una silueta sobre la figura esbelta de la joven, no podía negar que sus rasgos resaltaban bellos y agresivos -Oh... fue un hechizo...interesante...-.

La voz parecía querer reventar mi cráneo, así que antes de que la muchacha pudiera intentar algún otro truco, apunté con mi arma de adhesivo a sus boca a modo de advertencia final y grité a viva voz. 

Ahhhh... ¡Me encantaría ayudarte con tu problema de termostato Akari! ¡Pero Justo en este momento una colegiala no aguantó las ganas de tenerme!¡Acaricio su apretado y fino culo como satín con una mano y ella me ha derribado para violarme! ¡TAL VEZ SI ELLA ME SUELTA PODRÍA PENSAR EN SOLTARLA TAMBIÉN Y LLAMAR A LA TROPA DE RESCATE! ¡MIENTRAS TANTO MI POBRE E INDEFENSO CUERPO LE PERTENECE! ¡JO! ¡POBRE DE MÍ!¡Au! No me toques ahí!¡Cómo puedes ser tan traviesa!¡Una vírgen no conoce esa parte!¡So pícara!-exageré melodramáticamente como la doncella más indefensa de la villa cuando habla con su madrastra-.

Estaba intentando soportar las oleadas de dolor que se juntaban con la idea de morir de risa en ese instante, no sería un mal lugar, una hermosa quinceñera entre mis piernas en contra de su voluntad, una casa en llamas, mi enemigo mortal retorciéndose como una apestosa mosca de fruta atrapada en telaaraña.

¡Hacía muchos años que el negocio no iba tan bien!