Recuerdame...

Habían pasado años desde aquel fatídico día. Algo más de cinco años para ser más precisos... Sakura aún podía recordarlo. Lo hacía cada noche...

...

Fue la mañana de un Domingo de primavera. Sakura había salido a hacer unas compras. Aun recordaba la lista: Gengibre, Arroz, Salsa de Soja, Cebollas y salchichas. También detergente, jabón para la ropa y una caja de fósforos. Regresaba del mercado por la calle principal, cuando divisó del otro lado a su amigo Riki, arreglado y con una sonrisa. RIKIII!! lo llamó. RIIIKIII! Dijo una vez más, sonriendo. Riki la divisó desde la otra acera y decidió cruzar a ayudar a su amiga con sus bolsas antes de continuar camino.

Es seguro que ninguno esperó jamás a ese auto que venía a toda velocidad. Nadie esperaba a ese conductor inconsciente, ebrio, que se pasó varios semáforos. Es seguro también que Sakura no esperaba ver a Riki volar por los aires cuando ese maniático lo embistió con su automóvil y luego siguió su camino, sin frenar...RIKIIIIIIII!!! Fue el último grito de Sakura, cuando el joven Riki quedo tirado en medio de la calle, herido, sangrando, inconsciente....

Al conductor lo capturaron más tarde, cuando su auto se estrelló contra otro y el salió despedido del mismo y cayó por un barranco. Sin embargo, el estaba vivo, y en solo una semana salió del hospital, para ir a la carcel. Pero Riki no. Riki no despertó a la semana. No despertó al mes. La primavera entera pasó. El verano. El otoño. El invierno. Y así un año tras otro.

...

Cinco años, visitando al cuerpo reposando de Riki. Cinco años de vacio y de culpa. Cinco años, pero por fin Riki había despertado. Sin embargo este Riki no recordaba ya nada de su pasado, ni sus amigos, ni sus padres, y apenas si reconocía como suyo su propio nombre.

Fueron los padres de Riki quienes pensaron que tal vez, ver a la persona que Riki más quería lo haría volver en si. Ellos mismos llamaron a Sakura para darle la noticia de que su pequeño había despertado, y que no recordaba nada...

Habían pasado los días desde que despertara en aquella cama… gente desconocida no hacia más que desfilar delante mío… médicos familiares… la verdad es que ninguno de ellos me era familiar… y solo quería salir de allí… quería que me dejaran de tratar como alguien roto y abandonar el hospital

Caminaba presurosa por los pasillos del hospital, con el corazón en la mano y el pecho agitado. Se había tomado un taxi desde su casa hacia el hospital con toda la celeridad que fue capás. La noticia de que Riki-kun había despertado de su coma, le había dejado tal sensación de felicidad, que casi se despreocupó del estado amnésico de su amigo de la infancia. Temía, en lo mas profundo de su interior, ser responsable no solo del accidente, sino también de su muerte. En ella recaían las culpas del dolor, los años perdidos y las memorias inalcanzables, pero la tranquilidad de la vida le ayudaba a seguir adelante.

Una enfermera la detuvo en la puerta, solo para explicarle una vez mas el estado delicado de Riki-kun, de que su memoria se encontraba frágil y no podía recordar nada de lo que había sucedido antes del accidente. Ni siquiera era capaz de reconocer a sus propios padres, lo que les tenía devastados. Fue idea de ellos llamar a Sakura, pensando que una amistad de la infancia podía ayudar a que los recuerdos regresaran.

Entró a la habitación de Oreki Riki, quien se encontraba en una habitación solo para él y, en esos momentos, le habían dejado solo para que pudiera descansar. Sus padres estuvieron de acuerdo en que Sakura entrara sola, para no confundir aún mas al chico. Estaba emocionada por volver a hablar con su amigo, por saber que se encontraba bien y lo que mas deseaba en ese momento era abrazarlo con fuerza. Se detuvo a pocos pasos de la cama, al notar que Riki-kun le miraba con extrañeza, como a una total desconocida.

Hola, Riki-kun. Le dedicó una sonrisa alegre, aunque algo tímida y mantuvo los brazos detrás de la espalda. ¿Como te sientes? Se descolgó el bolso que había llevado y lo dejó apoyado en la silla junto a la cama. Soy Ishida Sakura, ¿Me recuerdas?

-Yo... no, lo siento de veras... me siento afligido... todo esto me supera... es demasiada gente que no conozco y demasiadas cosas que me son extrañas...

-Somos... hermanos? amigos? de veras que lo siento... ves que mi expresión se vuelve mas angustiosa... jamas me la habías visto antes 

Reprimió un quejido de angustia, tragó con dificultad y evitó retroceder, dejar ceder al dolor que impactaba en su pecho o contener las lágrimas que aflorarían en sus ojos tarde o temprano. No quería llorar, no frente a él, no después de todo el tiempo que había pasado sin poder escuchar su voz, sin poder hablarle. A pesar de que se lo habían dicho, no estaba preparada para escuchar que no la recordaba. Esperaba, anhelaba en su corazón que no fuera cierto.

¿Que eran? No se animaba ni siquiera a pronunciarlo. Apretó los labios agachando la cabeza, solo por unos instantes, los suficientes para recuperar las fuerzas y forzar una sonrisa que pareciera sincera.

Somos... No lo digas Sakura, no lo digas... Amigos de la infancia. A pesar de su mas fuerte intento, sus ojos se humedecieron en el acto. No le gustaba mentirle, no a él, y sin embargo no tenía otra opción. Crecimos juntos desde pequeñitos, jugábamos en los trabajos de nuestros padres y éramos muy unidos. Ehm.. ¡Te traje algo! Rebuscó en su bolso y quitó un pequeño paquete envuelto en tela, entregándoselo con una reverencia. De niños te gustaban realmente mucho los Dorayaki de castaña. Estos los hice yo, espero que te gusten.

-Así que tu querías a Riki... su voz sonó lejana y casi inaudible como si no se lo dijera a ella... viste como de sus ojos empezaban a brotar las lagrimas y no dejaba de mirarla, levanto su mano para coger los Dorayaki, pero paro a mitad de camino...

-Lo siento.... empezó a repetir el chico mientras sollozaba... de veras... que lo .... siento... yo no sabia... que esto pasaría... yo... perdóname por favor... no lo merezco pero perdóname... sus lagrimas recorrían sus mejillas y goteaban sin cesar... jamas habías visto a nadie llorar de una forma tan angustiosa y sincera...

Enterró la cabeza en sus manos sin dejar de disculparse ni un momento deseando que ella le perdonara de verdad... pero eso era imposible...

Soltó el paquete, dejando que este cayera sobre el suelo, y le abrazó por el cuello con fuerza, apretando el rostro de Riki contra su cálido pecho. No podía verlo llorar, ni mucho menos quedarse sin hacer nada. No después de todo lo que él había hecho por ella en el pasado. No después de que fuera su culpa que él estuviera en esas trágicas condiciones.

No llores, por favor... no llores. Tragó con dificultad, angustiada, intentando que la voz no se le quebrara. Él había sido la única persona en su pasado que la había visto llorar, él había sido el único que estuvo allí para ella, que le abrazó en el momento mas difícil y la consoló. Él había estado para ella y ella estaría para él, sea del modo que sea. No hay nada que tenga que perdonarte, nada. Yo... solo quiero verte bien, Riki-kun.

¿Como iba a decirle que era responsable de lo que le pasó? ¿Como iba a explicarle que el accidente que tuvo fue por su culpa? No se atrevía a hacerlo, no aún, no tenía la fuerza necesaria. Mantuvo el abrazo con Riki-kun tanto como fue capaz, tanto como creyó que sería necesario para ambos calmarse. Retiró un pequeño pañuelo blanco con moños rosados de su bolso y con él limpió las lágrimas de su amigo. Vas a estar bien, ¿Si? No importa cuanto cueste, yo te voy a acompañar.

-Pensarías lo mismo aunque el Riki que conocías ya no este? aunque nunca vuelva? querías estar al lado del que le ha sustituido... de aquel que esta en su cuerpo... aunque sea un extraño para ti? querías ver como es alguien diferente al que no conoces... aunque este no te recuerde? de verdad quieres todo eso?... digo angustiado mirándole a los ojos... me perdonaras aunque Riki jamas regrese y solo quede yo?

se quedo en silencio, aun con algunas lagrimas recorriendole la mejilla... aquella chica que tanto quería a Riki... no seria capaz de perdonarle... sin duda ella no podría...

Cada una de sus palabras, de sus cuestionamiéntos, eran bofetadas a su ya muy lastimado corazón. Era cierto que no sabía si sería capaz de verle a los ojos cada día y saber que no era él. Le dolería y lloraría hasta el cansancio. Mas, ¿No lloraba ya cada noche abrazada a la almohada? ¿No lloraba ya por el Riki-kun que creía perdido? Él, por mas que aún no la recordara, tarde o temprano lo haría. Esa era su esperanza.

Te perdonaría de todos modos. Dijo por fin, luego de algunos lentos segundos, limpiándose sus propias lágrimas. Tu eres Riki-kun. Me recuerdes o no, sigues siendo mi amigo. No te dejaría en estos momentos. No importa si ya no me recuerdas, no importa si nunca lo haces. Negó con la cabeza, no importaba cuanto intentara secar sus ojos, las lágrimas seguían fluyendo. Ella era responsable y su penitencia debía cumplirla sirviendo a Riki-kun hasta el último de sus días, hasta que él recupere sus recuerdos y pueda perdonarla sinceramente. Si no me recuerdas, entonces nos presentaremos de nuevo. Si no tienen ningún recuerdo de cuando eramos niños, yo te voy a contar todo lo que hicimos juntos y crearemos nuevas anécdotas. No importa lo que hayas olvidado, ni lo que recuerdes. Aprenderás de nuevo y viviremos  experiencias nuevas, volveremos a forjar nuestra amistad y verás lo mucho que podíamos divertirnos juntos. Poco a poco había ido apoyando su cabeza en el pecho de Riki-kun. Por mas que él no la había abrazado, ella quería recordar el olor de su amigo, la sensación de calor que desprendía su cuerpo. Levantó la vista para mirarlo a los ojos. Si me aceptas y me perdonas...

la abrazo, se que le estoy haciendo daño... pero mejor eso que...

-No es eso... y si no recupero la memoria nunca? y si no vuelvo a ser nunca ese chico que recuerdas y soy una persona totalmente diferente al que tu querías? ahora mismo puedo no parecerme en nada aquel chico de tus recuerdos... aun así me querrías?

sentía ser duro con aquella chica, no tenia culpa de nada... pero no quería que sufriera mas gente... no podía ser el que ellos querían que fuera... era totalmente imposible. Lo mejor era alejarlos a todos... y estar solo así no le aria daño a nadie... no soportaba hacerle daño a nadie, y las lagrimas de aquella chica eran tan angustiosas...Por que no siguío en la Oscuridad... si siguiera allí nada abría pasado... y aquella chica no lloraría por Riki...

¡Tu eres Riki-kun! Soltó con fuerza, sin soltarse de su abrazo. Le agradaba la sensación de estar una vez mas entre los brazos de Riki, aunque haya pasado mucho tiempo, seguía sintiéndose agradable. No importa que recuerdes, sigues siendo Riki-kun. Tus recuerdos tarde o temprano volverán. Y si no lo hacen, habremos pasado suficiente tiempo juntos para seguir siendo... amigos. Amigos... Amigos... Siempre serás Riki-kun para mi.

Frotó su rostro contra el hombro de Riki-kun, evitando que él le siga viendo llorar y aferrándose de él por la espalda.

te suelta y notas como sus brazos caen a sus costados, por mucho que dijera ella no lo afrontaba y no contestaba lo mas importante...

-Y si no soy Riki... y si ahora soy algo completamente diferente a lo que recordabas?...

Sabia que la muchacha no podría afrontar eso, pues ella estaba buscando algo diferente... buscaba a una persona que no era el, no podría cumplir sus espectativas... y eso destrozaba mi corazón da igual lo que le dijera... o de que habláramos ella estaría esperando la respuesta que daría Riki...

¿No lo entiendes aún? Siempre serás Riki-kun. No importa si recuerdas o no, yo seguiré a tu lado de todos modos. No importa si cambian todos tus gustos y ahora quieres hacerte un tatuaje y unirte a los Yakuza, yo seguiría a tu lado. Si ya no te gustan los Dorayakis de Castaña, entonces haré otros, hasta que encontremos los que te gustan. Si ahora decides que tu vida son las flores y quieres dedicarte a cuidar jardines, voy a estar allí para alentarte a cumplir tus sueños. Porque...

Porque era responsable, pero Sakura no era capaz de decírselo, no aún. No quería hacerlo, por mas que él la empujara a hacerlo, en busca de la verdad, en busca de su dolor.

Por mas que cambien tus recuerdos, tus gustos y tu personalidad. Seguirás siendo mi amigo y los amigos no se abandonan. Jamás. Solo eran amigos, ahora ya solo serían amigos. Hasta que, quizá algún día, Riki-kun recuerde y, entonces, ya no serían nada. Ni amigos, ni nada de lo que alguna vez fueron.

Sin duda... aquella chica era pertinaz, su convicción me calo en el corazón no podía seguir rechazándola y mas cuando lo hacia con tanta vehemencia... las lagrimas afloraron de nuevo y recorrieron mis mejillas sin descanso, la abraza... sin dudarlo, como solo antes había abrazado, sentí su calidez su olor, la apreté mas contra mi pecho, quería que todo fuera verdad, no podía estar de nuevo solo en un mundo desconocido, la necesitaba... necesitaba creerla, necesitaba de verdad que todo fuera como ella decía... necesitaba creerla...

-Lo Siento... yo... Sakura-chan... yo... las lagrimas no dejaban de correr y ahogaban mis palabras... solo podía seguir abrazándola... no queria de nuevo sentir la oscuridad y soledad... no ya nunca mas....

Le abrazó con fuerza, como si su cuerpo colgara de un barranco y él fuera lo único solido de lo que podía sostenerse para evitar caer. Como si su vida y su integridad dependieran de él. Definitivamente lo hacían. Yo... no soltó el abrazo, pero se acomodó para que su rostro quedara frente al de él, teniéndolo tan cerca que podía sentir la respiración de Riki-kun sobre sus propios labios. Apoyó la frente contra la de él, invadiendo su espacio personal de un modo aún mas íntimo que antes. Nunca voy a dejarte solo, Riki-kun. Hasta que un día me eches de tu vida... pensó, mas no se atrevió a decir.

Pronto sus mejillas se tiñeron de carmesí, cuando se percató de lo cerca que estaba de él. Habían pasado mas de 5 años desde la última vez que habían estado tan cerca el uno del otro. ¿Volvería a suceder? ¿Volverían a estar largos períodos de tiempo abrazados en silencio? ¿Volvería a sentir regularmente el calor de su cuerpo? ¿Como le explicaría al nuevo Riki-kun que el antiguo, el suyo, no era solamente un amigo? ¿Que ella misma le había calificado como la persona mas importante de todo el mundo para ella? ¿Todo aquello tendría algún valor cuando él recuerde el accidente? Cuando recuerde que cruzó aquella calle por su culpa, que por su culpa fue atropellado y por su culpa pasó los últimos 5 años en coma y, ahora, no recordaba quien era.

Sakura se consideraba a si misma maldita. Había vivido en soledad en una casa repleta de personas. Seres que deberían quererla y aún así le resultaban ajenos, frios y distantes. Y cuando él llego, cuando Riki-kun entró a su vida, sintió la dicha de ser querida por alguien. Y tan solo unos días después, toda la dicha, la alegría y el regocijo de su corazón fueron arrebatados por un conductor borracho. Lo único que la hacía sonreír en las noches mas oscuras, yacía inmóvil en una cama, ajeno a lo que ocurría a su alrededor. Y todo por su culpa.

Se separó de él con cuidado y recogió el paquete de Dorayakis de Castañas, volviendo a extenderlo en dirección a él. Empecemos por esto, ¿Quieres? Veamos si aún siguen siendo tus preferidos. Le sonrió con toda la calidez que fue posible, escondiendo su angustia y su dolor en una máscara de felicidad, risas y sonrisas. Al fin de cuentas, era una experta en fingir ser feliz.

ves como te miro intensamente a los ojos, aun están algo enrojecidos, pero mantienen toda su intensidad, te miran profundamente desnudando tu alma y dejándote indefensa, hasta que ves que su expresión neutra cambia... y te mira algo asqueado, te agarra de la mano, te acerca a el con delicadeza y te hace sentarte entre sus piernas, abrazándote sin pensárselo, estas acurrucada entre su cuerpo aun petrificada por la intensidad de su mirada y por lo que acababa de hacer, cuando te susurra.. Si quieres llorar, llora, si quieres gritar, grita, aquí no tienes que fingir, aquí no tienes que sonreír si la sonrisa no te sale, no almenos conmigo, no cuando estemos juntos, si quieres que confíe en ti, confía tu también en mí, no seas lo que no sientas... y te abrazo aun mas fuerte queriéndote proteger, no soportaría que por mi culpa aquella dulce muchacha dejara de ser ella misma... y sufriera ella sola.

Sorprendida y aún mas avergonzada que antes, se dejó llevar por el brazo de Riki-kun. No se esperaba en lo más mínimo que la pusiera entre sus piernas y pegara ambos cuerpos con esa intensidad. Se agarró con fuerza, apretando su cuerpo contra el de él sin miramientos. Sollozó por unos instantes, pero restregó su rostro contra el hombro de él para poder limpiarse las lágrimas.

No es nada... en serio. Pasó mucho tiempo, muchos años. Vine muchas veces a hacerte compañía, a leerte o contarte lo que había pasado en mi día. Es tan fuerte... todo. Separó ligeramente el cuerpo, mas no se movió de su lugar. Aún seguía entre las piernas de él, aún sus cuerpos mantenían el contacto y, a pesar de todo, lo prefería de ese modo. Soy sincera contigo, Riki-kun. Pero este no es momento de cargarte con mis angustias. Cuando estés mejor, fuera de este hospital. Quizá cuando vengas de visita a mi casa, pueda contarte todo lo que ha sucedido, todo lo que sucede. Quizá ahí puedas conocerme mejor. Ahora, pasemos un agradable momento juntos, ¿Si? Sus ojos, brillantes, reflejaban una súplica silenciosa. No quería arruinar aquel dulce momento con mas angustias. Quería disfrutar de la compañía de su amigo una vez mas. Ya habría tiempo para llorar. Siempre había tiempo para llanto.

-Trato hecho, te digo sonriendo, pero a cambio, no me vuelvas a sonrreir para ocultar nada, porque lo sabre, le digo algo serio aunque no dejo de sonreirle, la verdad es que me gustaba aquella chica, y no soportaba verle triste por mi culpa, bueno... me das a probar... como dijiste que se llamaban? le digo con una sonrisa, pero le rodeo la cintura con mi brazo, la verdad es que no quiero que se vaya de donde esta... he pasado demasiado tiempo solo y y sentir a alguien cerca era la mejor sensación del mundo.

Prometo nunca mentirte, Riki-kun. Le sonrió, aliviada. Apenas se despertaba de un coma y ya era capaz de leerla como un libro, tal como lo hacía el viejo Riki-kun. Tranquila, aún con los ojos húmedos, acercó su rostro al de él para depositarle un pequeño y delicado beso en la mejilla. Dorayakis de castañas. ¡Y eran tus favoritos! Abrió el paquete, dobló el pañuelo y lo dejó a un lado. Tomó uno de los panquequitos y lo acercó a los labios de Riki-kun. Comprobemos si aún te siguen gustando tanto. ¡Di aaaahhh! y le acercó el Dorayaki a la boca para que él lo probara.

Nunca antes había estado tan cerca de un chico, podía sentir el calor de Riki-kun envolverla. Sabía que aquella posición podía ser incómoda o demasiado íntima para alguien que apenas acababa de conocer, pero no quería irse de allí. Quería estar tan cerca de él como fuera posible. Disfrutar de ese momento y extenderlo cuanto fuera posible.

le doy un bocado... Mmmmm... esta bueno¡¡¡¡ riquísimo¡¡¡ lo has echo tu? enserio?... nunca había probado algo así, eso era la comida? nunca me imagine que fuera así de deliciosa... Y sabes hacer mas cosas? estaba realmente fascinado por ese sabor sin duda quería probar mas cosas...

le doy un beso en la mejilla igual que hizo ella.. Gracias en serio esta muy bueno, y le sonrío con ganas.