Partida Rol por web

-¿Dónde vas a bus-buscar mochilas por aquí? -pregunto nervioso-. Tal vez en esas tien-tiendas haya bolsas que podamos usar, ¿no crees?

El BMW de Throuman arranca con suavidad y el hombre conduce despacio por el desierto pueblo. Las casas solariegas se alinean pulcramente a derecha e izquierda vuestro aunque muchas tienen las ventanas rotas, las puertas del jardín abiertas o faltan vallas en las cercas. Más adelante, nace una bifurcación a mano izquierda rotulada como "Dyer Street" pero por su disposición parece que lleva a las afueras de Danielson otra vez, así que decidís seguir adelante ya que no creéis que vuestros compañeros hayan ido por ahí.

Miros se mueve silenciosamente por la tienda, busca algo para meter las cosas (una buena bolsa de basura bastaria) y comienza a recoger cosas con cuidado, mirando a todos lados.

Creo qeu demenos cargar loq eu podamos, si cuando lleguemos a la comida vemos qeu no podemos llevar todo dejaremos las herramientas. Pero no podemos perder mas tiempo en decidirlo o nos quedaremos solos. Y me gustaría tener aun coche cuando tengamos que salir del pueblo. Asi que yo voy dentro y tu-dirigiendose a Henry-vente conmigo si quieres y cojemos lo que podamos. Vosotros guardad a puerta y no hagais ningun ruido.

Dicho esto le quita el seguro al arma y le susurra algo a Joy antes de dirigirse a la puerta.

Felipe se acerca a la morena y le susurra:ç

Ten cuidado con el cura, no parece muy estable. No dejes que cometa ninguna estupidez y no le des la espalda. No quiero que te pase nada.

Ehhh... vale...

Contesta confusa la muchacha y llena de dudas la los susurros del médico, sin darse cuenta de que todos los presentes han podido oirla

cuidado con los destinatarios Joy que al final si que te escuchan todos XD

-Dios mío... dijo la chica al ver el movimiento dentro de los autobuses ¿Aquello de allí...? No serán niños ¿Verdad?

La chica sitió un escalofrío al pensar en como se encontrarían los chavales de los vehículos y no precisamente por que se pudieran estar desatendidos.

-Espero... espero que no estén... ¡Mierda! Exclamó ¿¡A quién quiero engañar, joder!? Despues de ver todo lo que está pasando lo más seguro es que quién esté dentro de los autobuses se encuentre en el mismo estado que todas las personas que hemos visto hasta ahora. ¿Qué hacemos Throuman? ¿Crees que nuestros compañeros han pasado por aquí sin que los que están en los autobuses los vieran? Quizás sea mejor alejarse y volver al lugar en el que estábamos, los otros volverán allí en cuanto hayan terminado.

Nicole sintió como los nervios y la alarma volvían a aflorar en ella, poniéndole en guardia ante cualquier movimiento extraño que viera fuera del vehículo.

Si existe una oportunidad de que esos niños estén bien... Trhouman piensa en que al menos debe asegurarse de que esos pobres chicos no están aun con vida. Por lo que sin hacer caso de las palabras de Nicole continua despacio por la carretera. Será solo un momento. Si hay algún problema daré marcha atrás y salimos pitando. El hombre nota como se tensionan los músculos de sus brazos y los dedos se crispan sobre el volante solo de pensar el espectáculo que puede que se encuentren en el autobús.

El coche se acerca hasta que la distancia les permite distinguir con claridad a los niños.

Felipe y Henry entran en el oscuro garaje. El médico va delante con el arma preparada mientras que Joy y August se quedan en la puerta vigilando la calle. El garaje es amplio y, una vez fuera de la luz del sol, pueden ver un poco mejor el interior. Hay dos coches con el capó abierto y herramientas por todas partes. Una pila de neumáticos se amontona en un rincón y una pequeña oficina se encuentra en la otra esquina. Henry y Felipe encuentran una bolsa de lona y empiezan a llenarla con las herramientas que tengan pinta de ser más necesarias.

De pronto se desata el infierno. Henry se había alejado un poco hacia la oficina del taller a la búsqueda de cosas útiles mientras que Felipe hacía lo propio en dirección a los neumáticos. El doctor pensaba si podían llevarse alguno por si se producía un pinchazo cuando oyó un grito gutural. Se giró a toda velocidad y vio como uno de esos monstruos salía de la oficina y se lanzaba sobre Henry. El hombre apenas acertó a levantar su estrafalaria pistola cuando la criatura le saltó encima y empezó a moderle la cara. Los balbuceos y gruñidos de la criatura hicieron coro con los gritos del moribundo.

El BMW se acerca hasta unos veinte metros de los autobuses escolares. Desde esa distancia podéis observar que las formas que se mueven en el interior del vehículo son, efectivamente, niños. Pero sus caras arruinadas, su sangre en las ropas y su aspecto enloquecido os confirman que están más allá de toda ayuda. Tampoco veis rastro de vuestros amigos en toda la calle.

-Es una buena idea. Pero sólo echemos un vistazo, no quiero meterme en esas calles y que luego nos rodeen -saca la pistola y la monta con un chasquido antes de quitarle el seguro. Después se la pone en el cinturón otra vez-. Venga, vamos a ello.

Curtis se monta en la parte trasera de la Harley de JD y el motero acelera despacio calle abajo. La moto baja la pendiente que lleva hasta la urbanización. La calle sigue recta antes de girar a la derecha. Ante vosotros se extiende una línea de apartamentos de veraneo a vuestra izquierda y el perfil del lago a vuestra derecha. Hay unos cuantos coches aparcados en línea pero no se ve a una sola persona.

Curtis y JD se alejan en la moto dejándote a ti haciendo acopio de suministros en la tienda. Lenny y River siguen fuera junto a los coches.

Joder!-alcanzo a exclamar Felipe alzando el rifle. Se lo apoyo al hombro y apretó el gatillo. Un golpe muy fuerte casi le disloca el hombro, el retroceso del arma le había cojido por sorpresa y el disparo dio por encima del objetivo. Al ver al pobre Henrry siendo devorado por la criatura, y al darse cuenta que Felipe no lo podría ayudar con el rifle, salió corriendo de alli llamando a gritos al cura-Padre August! Corra, hay que ayudar ha Henrry!

Nicole lanzó un pequeño gemidito de horror que quedó ahogado por sus manos cuando vió con los ojos desorbitados lo que había dentro del autobús. Apenas fue capaz de artícular las palabras que le susurró a Throuman a continuación.

-Throuman... vámonos de aquí en seguidaaa... esos críos hace bastante que dejaron de serlo...

No podía creeer lo que veía, el horror se estaba cebando con todo el mundo y no diferenciaba a nadie. Instintivamente agarró con fuerza el hombro de Throuman para poder asirse a la realidad y que aquella escena no la mandara de cabeza al reino de la locura.

Aferrándole el hombro le dijo:

-Vámonoss... vámonoss... con el mismo tono susurrante y ahogado.