Partida Rol por web

[Zork]04 -Bajo las sombras de Montnoir

Capítulo 2 (desvío): Where everybody knows your name

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09/11/2017, 02:27
El Narrador

[Opening]
[Música de ambiente]

Apenas son las cuatro de la tarde y ya hay quién arrima el hombro. ¿Pero quién puede culparles con los tiempos que corren? Mejor quedarse calentito junto al fuego, un buen licor de hierbas y jugar a una partida de El Rey Trasgo.

Alguien como Orrghk no tenía excusa, por supuesto, pero tampoco es que la necesitase. Era un semiorco de fe y ambas cosas solían ser sinónimo de "amante de la cerveza". Y Orrghk no iba a ser el que rompiese el tópico.

* * *

El cartel que anunciaba el nombre del establecimiento estaba completamente agrietado y con la pintura desgastada. De la puerta también llegaba un olor que anunciaba que, ahí dentro, la grasa también iba a ser un ser vivo y aquel era su ecosistema. ¿Y acaso no son esas las mejores tabernas?

Notas de juego

[PREGUNTAS DE RIGOR]

1) ¿Hace cuánto que no vienes por aquí?
2) ¿Reconoces a alguno de los parroquianos?
3) ¿Qué reacción tiene la gente al verte?

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10/11/2017, 00:15
Orrghk'Grooghk

Ah, por fin Orrghk se sentía como en casa. Música idonea para beber y fumar, gente de mala muerte, ambiente tenso, cartas, gritos, insultos y camareras pechugonas. Tal y como él lo recordaba. Se acercó a la barra con paso decidido y sonrisa en la cara. El dueño, Mac, estaba detrás de la barra, como era habitual. Cuando llegó a la misma, el semiorco empezó a dejar los petates encima. Un pellejo que llevaba en la espalda, una jarra con gancho que llevaba en la cintura, el cuerno que tenía colgado en el arnés de la espalda, la cantimplora que guardaba en el petate... ah, si, y la petaca de la bota, la de las emergencias. 

-¡Mac! ¡Dichosos los ojos! Venga, empieza a rellenar y tráeme una jarra, que traigo una sed que me siento como si le hubiera comido el coño a una lamia del desierto-, dijo sin mayor dilación. El semiorco miró a su alrededor, y tras echar un rápido vistazo volvió a dirigirse al posadero. - Coño, Mac, este sitio no cambia, joder. Por eso me gusta. Ahí afuera la ciudad está en la mierda, ¿viste? Parece que haya pasado la caravana de la Reina Dragón expulsando fuego vaginal infernal, maldiciones. Venga, cuéntame algo que no sepa. ¿Qué ha pasado ultimamente? -.

Notas de juego

1) ¿Hace cuánto que no vienes por aquí?

Desde la última vez que estuve en la ciudad, entre 3 y 6 meses, aproximadamente. Desde entonces, mi vida ha sido mucho más sobria :( .

2) ¿Reconoces a alguno de los parroquianos?

Oh, si, claro. Ves allí al fondo? Esos tres que juegan? No, los adolescentes que están con papeles y un libro lanzado dados no, los de al lado, los que tienen peor pinta. El humano pelirrojo es Kovacs, y aunque parezca delgado está muy loco, si te cruzas en su camino y le pilla el día torcido es posible que tengas que beber sopa el resto de tu vida. El que le está insultando, el enano calvo con la cara tatuada es Edrik Barbadehierroson. Su abuelo era herrero, su padre era herrero y él se hizo panadero. Pero de pan enano. Y no sabes qué es un arma arrojadiza contundente hasta que no has probado el pan enano, es capaz de partir una hoja de acero si sabes como usarlo. Y la gnoma que está con ellos es Amalia. Un día apareció por la taberna, se acercó al Pequeño Steven, un orco de 3 metros, y le tiró una piedra a la cabeza. Cuando Pequeño Steven se giró evidentemente ni la vio, así que creyó que fue Mama Bertha, una semiorca que ya le había rechazado un par de veces (a la manera orca, es decir, con patadas en la entrepierna). Así empezó la pelea más épica que recuerdo. Hasta Mac salió de la barra con una silla a repartir estopa. No es muy fuerte, ni muy lista, pero es una pequeña capulla de cuidado, capaz de manipular a cualquiera con su retorcida labia. Y tiene la puntería de un elfo entrenado, que se dice pronto.

Por cierto, Pequeño Steven no está por ninguna parte, pero Mama Bertha sí que anda por ahí también, vacilando al bueno de Hermenegildo, un hombre de 95 años que llevaba viniendo a esta taberna desde antes de que Mac naciera. Es que esto antes era un barrio normal y esta una taberna de humanos típica y tranquila. El caso es que nadie le dijo nada cuando cambió de dueño, y ya nos hemos acostumbrado a él. Es majo, y no se mete con nadie. Y cuenta historias muy interesantes! Sobre todo si te interesa la agricultura avanzada, lo sabe todo sobre compuestos orgánicos y cuidado de granjas.

Y por ahí también anda Arseface, un tio muy feo que se dedica al contrabando de... en fin, de lo que sea, al que le partí la cara la última vez que me emborraché. Ya ni recuerdo el motivo, y espero que él tampoco.

 

3) ¿Qué reacción tiene la gente al verte?

Cada uno va a su bola, así que la mayoría ni se habrán dado cuenta de que he entrado. Aunque es posible que cuando esos palurdos levanten la cabeza de las cartas acaben reparando en mi.

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10/11/2017, 18:44
Mac "Barbabrandy"

El tabernero alzó la vista cuando escuchó la entrada del semiorco, quién se estaba acercando a la barra seguido de Alek y Tarannis. Que dejasen entrar a un animal como aquel, decía mucho tanto de la hospitalidad del local como de su higiene. 

—¡Coño! ¡Mira quién viene arrastrando su santificado culo hasta mi taberna! Y parece que has conocido a mi viejo amigo Alek. Coge un taburete, colmillitos, que os pongo algo para refrescar el gaznate.

Mientras se acercaba hasta uno de los voluminosos barriles para rellenar una jarra de espumosa rubia, asintió a las palabras del recién llegado:

—Sabes bien que este sitio es como una de esas capillas que sueles frecuentar: un "remanso de paz" para que tanto los viajeros como los parroquianos habituales. Ultimamente las cosas no van muy bien por la ciudad, ¿acaso no has oído los cacareos? ¡No se habla de otra cosa! Espero que tengáis donde dormir…

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14/11/2017, 21:02
Orrghk'Grooghk

- ¿Eh? ¡Ah! Oh, si, dormir. Bueno, no tenía pensado irme a la cama pronto, ya sabes. ¿Así que Alek y tu os conocéis? Bueno, tampoco se de qué me sorprendo -. 

Orrghk le dió un buen trago a la cerveza que le trajo Mac.

- Los cacareos, como el propio nombre indica, Mac, son Caca de Reo, es decir, mierda de prisionero. Si son realmente importantes, ya los sabes, y si no lo sabes, es que no es tan importante. No, ahora mismo estoy más interesado en los trinos. Mira, te voy a ser sincero, no se en qué mierda me he metido. He venido hasta aquí acompañando a un... conocido, y en el bosque por poco no lo contamos. Un bicho poseido por no se qué mierdas, con garras como troncos de árbol y feo como mi madre el día que me dio a luz. Aunque claro, le partí la cara (o lo que fuera) más rápido que sirves tu una cerveza. Por cierto, para mis amigos, lo que quieran, que invito yo, coño.

Dicho esto, se giró a Alek y habló, ya en un tono más bajito.

- Alek, imagino que querrás... investigar? Dar una vuelta? Sacar rumores? Venga, dime a quién quieres que le parta el cráneo... alégrame el día.

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15/11/2017, 00:51
Mac "Barbabrandy"

Los ojos de Mac se desviaron unos segundos hasta unos parroquianos que comenzaron a murmurar nerviosos. Parecían bastante preocupados por las noticias del orcoide. Cuando el tabernero devolvió su atención a la charla que tenía entre manos, alzó la voz; quizá para tranquilizar a los demás clientes.

—Sabiendo como eres, no me extrañaría que te hubieses encontrado con una cocatriz de nada. Si necesitas saber algo sobre "monstruos" deberías preguntarle a Cancoillotte —dijo guiñándole un ojo y señalando con la cabeza a un rincón apartado del tugurio —. El viejo sabueso hace tiempo que dejó a los azores, pero su olfato sigue siendo tan afilado como cuando patrullaba las calles.

El hombre al que hacía alusión Mac, bebía directamente de una pequeña botella de vino. Se sentaba bastante lejos del resto de alegres bebedores mientras fumaba en pipa y asesinaba con la mirada a los adolescentes que jugaban tirando dados.

—En cuanto Pequeño Steven termine de darle sus últimos toques al guiso de esta noche, me uniré a vosotros. Ahora tengo que atender a estos papanatas antes de que se mueran de sed. El imbécil de Barbadehierroson seguro que se olvida hasta de respirar si no se lo recuerdo.

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15/11/2017, 00:53
Alek

El rhusiyano se había mantenido al margen, disfrutando del licor de patata servido en cuerno de rinoceronte lanudo. Parecía completamente sumido en la nostalgia. Su habitual entusiasmo había dejado paso a un semblante melancólico y una mirada perdida. Cuando Orrghk le habló, le sacó del ensimismamiento con un sobresalto, como si la realidad le zarandease de vuelta. El guía encajó su mejor sonrisa y acarició entre las orejas a Tarannis. 

—Da, probablemente se trataría de una cocatriz, maese Barbabrandy. Y por cierto, Orrghk, yo tengo una reputación que mantener, ¿sabes? ¿Quién va a quererme como guía si alguien va partiendo cráneos por mí? —añadió riendo —. Ivan ya ha pagado mis honorarios, así que ahora soy libre y no tengo mucho que hacer. ¿Te importa si te acompañamos?

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15/11/2017, 22:09
Orrghk'Grooghk

- Por supuesto que no, Alek. Aunque te digo que yo prefiero un guía que sepa partir cráneos que uno que no. 2x1! Bueno, vamos a saludar a nuestro nuevo amigo.

Orrghk se acercó hasta la mesa del tal Cancoilotte, aparto una silla y se dejó caer sobre la misma.

- Cancoilotte, supongo. Me han dicho que sabes sobre monstruos y problemas gordos con formas extrañas, de esos a los que golpeas y no sabes si le has dado en la cabeza o en el culo. Mi colega Alek y yo hemos tenido un encontronazo con un ser... como decirlo... horrendo? Ves mi cara? Ahora imagínate algo más feo. Difícil, verdad? Y tenía el aspecto de un niño, al principio, pero en cuanto nos acercamos para preguntarle, BOOM, se transformó en una aberración sacada de las profundidades del infierno. Has visto algo de eso por aquí? Sabes de donde puede haber salido? Y perdona que sea tan directo, pero me pica un poco el pié derecho. Por cierto, que tus servicios te los pago, con alcohol, oro o lo que te guste.

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17/11/2017, 16:23
Painavec Cancoillotte

La luz de la pipa iluminaba ásperamente el rostro de Cancoillote. Bajo una nariz aguileña, tenía una perilla bien recortada y los surcos de la edad enmarcaban sus rasgos con amargura. Su aspecto era honorable y elegante a pesar de que su vestimenta había visto días mejores, sobre todo teniendo en cuenta que lucía el antiguo uniforme de los azores, el reglamentario antes del cambio de Patricio. ¿Era su forma de recordar viejos tiempos, o acaso sentía algún rencor hacia Lord Laforet?

—Un orco vistiendo el hábito…, o he bebido demasiado o este vino es peor de lo que pensaba — dijo dirigiéndole una dura mirada a los recién llegados —. Puede que sepa algo sobre engendros o puede que no; depende de quién lo pregunte. ¿Dónde decís que habéis visto al niño-mutante? 

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17/11/2017, 17:01
Orrghk'Grooghk

- Eh, no te equivoces. Puede que parezca un siervo de dios, pero en realidad mi dios es mi siervo -, dijo el semiorco, tras lo que hizo una pausa, miró a su alrededor y comprobó que no hubiera caido ningún rayo vengativo. - Bueno, o más bien un pacto. Yo difundo su palabra, y el me ayuda a no morir en el intento. A mi me parece un trato justo. Además, no te centres en mi hábito, pues la herramienta que más ayuda a convencer es esta -, finalizó contundentemente Orrghk, apoyando la maza encima de la mesa.

- Bromas aparte, mi amigo y yo nos encontramos con esta criatura en... un bosque, no muy lejos de aquí. Veníamos desde Vorspiel, así que puedes imaginarte más o menos el camino. Pero algo me dice que no era de la zona. Tenía más bien pinta de ser un niño de esta ciudad, maldecido o infectado o poseido por algún dios oscuro y maligno. Y creo que no era el mio, porque me apoyó cuando le rompí la cresta al susodicho. Ha habido algún caso así por la ciudad? 

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19/11/2017, 02:05
Painavec Cancoillotte

Cancoillotte les escrutó con una afilada mirada poco antes de asentir y encogerse de hombros. Al fin y al cabo, el viejo Barbabrandy no iba a enviarles a unos zoquetes cualquiera.

—Me temo que sí. Esta pasando en la ciudad, prácticamente cada noche. Algunos lo llaman "El Mal del Colmillo", y otros "La Peste de Medianoche". Todos aquellos que contrajeron la enfermedad dicen haber sufrido el ataque de un enorme perro negro. Poco sirvió el toque de queda que impuso el arrastracueros1 de Laforet, pues la gente parece verse atraída hacia esos extraños encuentros. Al principio fueron casos aislados, pero la cosa va a peor y ya es insostenible. 

Hizo una pausa para tragar amargamente lo que quedaba de su botella de vino. Cuando finalizó, dio un fuerte golpe en la mesa:

—Primero sufren delirios, ¿sabéis? Igual que una mala gripe. Dicen ver monstruos, demonios y todo eso. Luego empiezan a adelgazar y a salirles manchas extrañas por todo el cuerpo. En algunos casos, los brazos se les hinchan y la lengua se les agrieta y huele a pescado podrido. Pero eso sucede rara vez, normalmente mueren a los pocos días. Lo que habéis presenciado es un caso insólito. Pero estáis de suerte, porque yo también me las he visto con esas cosas.

Notas de juego

[1] Arrastracueros: expresión peyorativa que se usa para llamar a alguien "pijo". Hace alusión a que suelen hacer alarde de su riqueza, representado en una bolsa de cuero tan llena de monedas que la va arrastrando por el suelo. [Expresión de la vida real, ojo].

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22/11/2017, 00:44
Orrghk'Grooghk

Orrghk asintió varias veces durante la explicación de Cancoillotte, intentando prestar atención en todo momento.

- Pues vaya puta mierda. Vamos, no es por nada, pero tal y como lo cuentas parece que ni hay cura ni está clara la causa. Bueno, si, el mordisco de un perro negro. No sabemos si hay perros rojos que también la pegan. O amarillos. O perros negros pero pequeñitos. Vamos, que es un único perro. Bueno, visto así parece fácil, solo hay que salir a la calle hasta encontrarse con ese perro y acabar con él sin llevarnos un mordisco. No era para tanto! Habrá que saltarse el toque de queda, pero vamos, guardias parándome para hacerme respetar el toque de queda a mi! Jojojo! -, rió Orrghk balanceando su maza.

El semiorco miró a Alek.

- Y tu qué, te apuntas a la caza del enorme perro negro? Y tu, Canci... Conca... Cacolonte? Te vienes a cazar un enorme perro negro?

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22/11/2017, 17:37
Painavec Cancoillotte

—Aprecio tu entusiasmo, figura, pero todavía quedan unas horas antes del atardecer. Pero si de verdad estáis dispuestos a desafiar la ley del mismísimo Patricio, podéis contar con mi espada —dijo, subrayando aquello último mientras acariciaba la guardia de su estoque —. Pero veo tenéis mucha prisa por descubrir qué se cuece entre estos muros. ¿Puedo preguntaros a qué se debe tanto entusiasmo?

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24/11/2017, 20:55
Orrghk'Grooghk

El semiorco miró extrañado a Cancoillotte tras su cambio de tono, pero se repuso rápidamente.

- No hay ley que no pueda desafiar! - respondió Orrghk. - Bueno, excepto la de la gravedad. Pero dame tiempo! La prisa es relativa, pero quiero acabar con esto lo antes posible para que me paguen, me dejen en paz y pueda dedicarme a lo que realmente me gusta: beber cerveza y pelear en tabernas como esta mientras predico la palabra de mi dios. Trato hecho?

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24/11/2017, 21:21
Painavec Cancoillotte

—Conque se trata de un trabajo. Interesante… Mac no me enviaría a un par de perros de los cuervos, no me detesta tanto como para mezclarme con chusma. Vosotros debéis estar cumpliendo el encargo de otra persona. ¿Sabes qué? Me has caído bien, ¡pardiez! Conozco un sitio donde podéis encontrar la información que buscáis. Así haremos tiempo hasta que llegue la noche.

Cancoillote apuró el último trago de vino y se limpió el bigote con el dorso de su mano. Con estruendo, se levantó de la mesa y les miró desafiante:

—Salgamos de este antro de una santa vez. ¡Quédate con el cambio, pequeño Steven! —un par de monedas de plata cayeron sobre la mesa —Y te lo advierto, clérigo: ni se te ocurra jugármela. ¿Entendido? ¡Voto a bríos! Ni siquiera sé con qué gutural nombre os habrá bautizado vuestras santas madres.

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24/11/2017, 21:31
Mac "Barbabrandy"

—¿Os marcháis ya, panda de granujas? —ladró Mac después de que los tres se levantasen —Pequeño Steven ya ha terminado con el guiso y ahora está atendiendo a los clientes. Si vais a hacer el imbécil por ahí, pienso ir con vosotros. Con las pintas que tenéis, seguro que os metéis en líos, ¡y yo tengo que proteger a mi clientela! 

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24/11/2017, 21:35
El Narrador

Después de que Alek y Orrghk se presentasen adecuadamente, los cuatro —cinco si contamos a Tarannis— salieron de la taberna guiados por un achispado Cancoillote.

Siguieron una compleja red de callejuelas, similar a la que había tomado Tancredo tiempo atrás. A pesar del lamentable e insalubre aspecto de aquellos callejones, no había ni un solo mendigo. No obstante, habrían jurado que alguien les observaba con mucha atención.

Tras unos minutos perdiéndose entre los pasadizos de aquel laberinto de granito, yeso y madera, el veterano les detuvo. Habían llegado a una pequeña plazoleta en la que se alzaba una capilla construida en basalto, que parecía arañar el cielo con las retorcidas agujas talladas a lo largo de su fachada y campanario. A diferencia del humilde templo de Vorspiel, aquella estructura carecía de cualquier decoración que no fuese puntiaguda y afilada.
Alek la contemplaba con una mezcla de respeto y temor. Después de hacer un gran esfuerzo por tragar saliva, se atrevió a hablar:

Oculi in tenebris… la capilla secreta de la Santa Inquisición.

Notas de juego

[PREGUNTAS]

1) ¿Qué sabes de la inquisición? 
2) ¿Tienes alguna relación con ellos?
3) ¿Qué sabes de la capilla?

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27/11/2017, 17:05
Orrghk'Grooghk

- Mi nombre es Orrghk'Grooghk, pero mi madre no me bautizó así. En mi tribu, la tradición es que el nombre de un orco es la primera palabra que dice nada más salir de las entrañas de su madre. Tampoco importa mucho, me puedes llamar como quieras, pero no llames a mi mujer, si se entera que he salido a la taberna me mata -, respondió a Cancoillotte alegremente el semiorco. Evidentemente era una broma, Orrghk no tenía mujer. Que él supiera, claro.

Orrghk y sus compañeros (pues se veía a si mismo como el líder del grupo, a pesar de que no guiara él) se movieron por las callejuelas de la ciudad, maza en mano, pues tan pronto podía aparecer un mendigo como un demonio de esos poseeniños, y más vale estar preparado.

Cuando llegaron a la capilla, Alek pareció sorprenderse. - A ver, tan secreta no será, si está en medio de una plazoleta y la has reconocido a primera vista -, le respondió el semiorco. - Cancan, qué hacemos aquí? Porque... no me querrás decir que estos demonios los está creando la inquisición, verdad? -.

Notas de juego

1) ¿Qué sabes de la inquisición? 

Que no beben, que más que pelear son de secuestrar (cosa que los hace indignos ante mi y mi dios) y que son una panda de estirados que no ven con buenos ojos a los semiorcos. Vamos, que ni les caigo bien, ni ellos a mi.

2) ¿Tienes alguna relación con ellos?

Laboral? No, ni de palo. Sentimental? Si, siento cosas por ellos. Ganas de abrirles la cabeza a ver si les entra dentro de la misma cómo debe comportarse honorablemente un auténtico hombre a base de porrazos.

3) ¿Qué sabes de la capilla?

Que es muy pilla, jijiji. Nada, nunca he estado dentro. Los típicos rumores, "el que entra no vuelve a salir", "no os acerqueis ni de palo", "pues dicen que es churrigueresca por dentro, te lo puedes creer?". Aparte de rumores, nada más.

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28/11/2017, 02:22
Painavec Cancoillotte

—No todas las plazoletas de Montnoir están a la vista. Hay caminos que solo los brujos y los inquisidores saben usar, figura. Pero no hemos venido hasta aquí para admirar su repugnante arquitectura. No, hay un par de cosas que aprendí en mis días de Azor, muchachos. Mac, ahora es cuando tú tienes que ir dónde ya sabes a buscar ya sabes qué. Procura que no te vean, nosotros te esperamos aquí. Y trae una máscara para nuestro nuevo amigo.

Barbabrandy asintió a las palabras de su amigo, sonriendo como una comadreja ante un corral desatendido. Antes de que pudiesen darse cuenta, ya se había escabullido por un callejón.

* * *

Al poco tiempo, Mac apareció con tres capas negras y una especie de máscara de cuero roja.

—Creo que está claro lo que vamos a hacer, ¿no? —dijo el veterano, mirando a todos los presentes mientras repartía los atuendos —Vamos a colarnos en esa capilla y "tomar prestados" algunos de sus archivos. Muchos tienen tantos años que ni se enterarán de que faltan. A esta hora están casi todos de patrulla, por lo que esto será pan comido. Alek, tú y tu chucho tendréis que quedaros aquí y vigilar. Si ves que alguien se acerca, haz que ladre y nos escabulliremos. 
»Orrghk, me temo que tus facciones resultan un poco ofensivas para los tiquismiquis del brazo duro de la religión. Tendrás que usar esta máscara mientras realizamos esta operación. Los iniciados nos abrirán la puerta y debemos pasar completamente desapercibidos, así que procura hablar lo menos posible.
»A partir de ahora yo soy el Hermano Ezequiel. Tú, Mac, serás el Hermano Marcelino. Y tú, orco, serás el Hermano Abraham. ¿Tenéis todos claro lo que hay que hacer?

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02/12/2017, 16:02
Orrghk'Grooghk

A Orrghk no le gustaba el tener que ponerse una máscara. No comprendía por qué tenía que tapar su hermoso rosotro. Pero hizo de tripas corazón y siguió acorde con el plan, ya tendría tiempo de mostrar sus colmillos cuando la cosa se complicara. Porque se iba a complicar. Seguro.

El semiorco asintió ante las palabras de su afrancesado compañero. -Recibido. Intentaré no abrir la boca, que como huelan mi aliento igual también sospechan. Vamos allá, MacCelino y EzquiLlotte-, bromeó, tras lo que se dirigió hacia la puerta. Callar, asentir, robar libros, prenderle fuego a todo y marcharse. ¿Era así, no? Pan comido.

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05/12/2017, 13:51
El Narrador

Como tres espectros a plena luz del día, se aproximaron hasta la entrada de la siniestra capilla. Cancoillotte llamó a la puerta siguiendo un extraño patrón:

Toc, toc, ras, toc, ras, toc, toc.

Después, el silencio envolvió la plaza durante unos instantes que se hicieron eternos, hasta que una débil voz sonó por detrás de la entrada:

—Ninguna puerta será abierta hoy…

La voz parecía invitar a que alguien continuase la frase, cosa que el antiguo Azor no tardó en hacer:

—…pues la justicia no dará tregua a los impíos. 

Silencio. Orrghk y Mac comenzaron a impacientarse. Nadie les había dicho que infiltrarse en aquel lugar fuese a ser una tarea tan solemne y aburrida. Los Inquisidores eran en verdad unos cuervos apolillados. Finalmente, y contradiciendo el lema que acababan de pronunciar, la puerta se abrió con un quejumbroso chirrido.

Al otro lado, les recibió un muchacho vestido con una cogulla negra. Llevaba la capucha y apenas se le reconocía el rostro, pero pudieron ver su piel llevaba días sin ver el sol.

—No les esperaba tan pronto, abades —dijo poco antes de alejarse cabizbajo y temiendo algún tipo de reprimenda.