Partida Rol por web

Mascullando por lo bajo, Kamtrak, se siente algo más tranquilo al darse cuentaque el último flechazo no ha puesto demasiado nervioso al garrapato, por lo que, si bien continúa manteniendose alejado del mismo comienza a moverse en dirección al pueblo - Si están pdepadados seda complicado... pedo puedo uzad miz flechaz de fuego - murmura por lo bajo.

Bolwock está harto. Harto de tanta inoperancia, de no saber qué hacer. Está harto de la misión. Su mirada se detiene en los árboles tras los que espera la ciudad. Ahora los humanos están entrando en la empalizada para defenderse de los invasores... ¿por qué darles esa ventaja? En su interior comienza a despertar el ímpetu de la batalla. Necesita matar un humano, probar su sangre tibia y roja.

En cuanto los jinetes regresen, atacarán Hewick. Para bien o para mal.

- Irmak... buzca a loz jinetez y dilez que ze prezenten ante mi...

Bahg está aun más perplejo que de costumbre Pedo matamoz o no matamoz? Midad que zi no yo me vuedvo a dodmid...

Chiwik mira a su capitán. No hay un plan. No hay coordinación. La horda está diezmada por sus propios combates internos. Y ahora se decide a atacar un pueblo humano fortificado con una valla y alertado de la presencia de los goblins. Mira fijamente a Bolwock y asiente, confirmando lo que ya sospechaba: es un verdadero capitán goblin. ¡Puede que vivan para ver el día siguiente! ¿Acaso no han sido así todas las batallas en las que ha participado el viejo sargento! Caóticas, sin futuro y sin miedo. ¡Matar y morir! Se gira hacia sus lanceros inspirado por el valor de su capitán:

- Ya lo habéiz oido miz bravoz... Vamoz a ir a eza ciudad y vamoz a matar humanoz... Oh, zí, muchoz de nozotroz puede que no veamoz la mañana de mañana pero... ¿Y la diverzión que zupone ver zangrar y morir a loz humanoz? ¡Gommok noz ezpera en laz altaz cumbrez! ¡AHÚ LANCEROZ! ¡AHÚ! ¡HOY LOZ HUMANOZ REZARAN A ZUZ DIOZEZ MIENTRAZ LOZ NUEZTROZ ZE LEZ MEAN ENCIMA! ¡AHÚ!

Dicho lo cual espera a que todos sus goblins formen para atacar la puerta principal.

Una vez con el buche lleno yoda se dispone a tumbarse para descansar cuando parece que la horda decide ponerse de nuevo en marcha así que malhumorado y murmurando en voz baja se pone en pie de nuevo y empieza a pasear entre los restos buscando flechas que aún se puedan usar. Sobretodo las armaduras o armas de los compañeros muertos, tal vez haya algo útil por ahí.

Vamoz a ved ke ay pod aki

Alentado por las palabras de su sargento Grurkl enarbola su lanza y contesta en tono fiero - ¡AHU! ¡¡VAMOZ A COMEDNOZ ZUZ OJOZ Y A MEADNOZ EN ZUZ CALABEDAZ ABIEDTAZ!! -

Vale zi, nueztdod diozez ze van a mead en loz zuyoz... pedo vamoz a matad humanoz veddad? Podque... Un momento! Bahg se acerca al viejo sargento al tener una idea (o eso cree, que no esta muy seguro, la falta de costumbre...) y le dice en voz baja Zadgento... y no zeda peligdozo atacad a loz humanoz dejando a loz adquedoz detdaz nueztdo? Ezoz tdaidodez, podque edan tdaidodez no? noz poddian atacad pod la ezpalda...

Trecirk estaba muy confundido, tanto que no sabia como habia sido su propia expedicion, volvio con Gizmo junto a su sargento, y los demas mientras se divertian disparando flechas a la dura piel de un garrapato.
-Zin novedad, Zeñor... Creo.-Dijo sin saber exactamente que decir mientras metia mano a su oreja en busca de algo que mascar.

Bolwock observa con satisfacción el regreso de los jinetes, escasos, pero válidos al fin y al cabo. Ahora están todos, y el ataque puede comenzar.

- ¡Zoldadoz! - dice sacando su espada y mirando de frente a la Horda - ¡No dejéiz raztro de vida! ¡ZIN PIEDAD!

Por esta vez, el encapuchado no señala una estrategia. No coloca a sus soldados ante la batalla ni explica un plan que seguir. Los goblins son criaturas caóticas y lo serán hasta la muerte. Quizás sea esa la razón de su inexorable extinción, pero es algo innato y Bolwock sabe que, en el fondo y por más que intente luchar contra ello, su naturaleza es tan salvaje como la del resto.

El encapuchado comienza a andar en dirección a la ciudad, acelerando un poco a cada paso que da.

- Adquedoz... ya oyedon... a dizpadad - Apenas escucha al capucha negra, Kamtrak da sus propias ordenes, sin deseos de acercarse más de lo necesario y esperando que la vegetación sea suficiente como para ocultarlo, por lo menos a el, de la réplica de los humanos.

Sin siquiera esperar a tener la ciudad a la vista eleva su arco y dispara la primer flecha... al aire

Bolwock lanza una mirada furiosa a Kamtrak:

- Nadie diaparará hazta que yo lo ordene... Zeguidme.

Algo cabreado, continúa su camino.

Mirando a su jefe con cara de circunstancias, el sargento de arqueros baja la cabeza y se pone en marcha... en silencio... yen la retaguardia

Yoda observa el estropicio causado a su alrededor por la horda de goblins. Después vuelve a mirar hacía el jefe Bolwock y su idea de atacar un asentamiento humano que los esta esperando. Entonces se vuelve hacía el camino de vuelta a casa valorando el esfuerzo y el tiempo que le llevaría volver sobre sus pasos. Y a continuación da un par de pasos hacía atrás y se camufla cubriéndose con sus compañeros a la espera de ver que van a hacer ellos.

Sujetando con fuerza la lanza Grurkl comenzó el avance hacia la ciudad preparado para lo que fuera. No sabía a lo que se iban a enfrentar pero no importaba, el capitán había ordenado arrasar la ciudad y lo haría. Aunque claro, de saber que se dirigían a una muerte segura probablemente el grandote hubiera dado media vuelta y mandado las órdenes a paseo.

El viejo Melmak ya babeaba de la ansiedad y el deleite pensando en sangre humana, las pupilas se le dilataban, se estremecía nerviosamente y casi iba a gritar de júbilo con un gutural susurro anunciaba Jinetez... avanzad y decodad no dejeiz humano con pellejo...

Sin decir nada, sigo a Bolwock, como me lo ha ordenado.

No ze porque, pero creo que de ezta no zalimoz....

El capitán comienza a caminar hacia la ciudad seguido por un desorganizado grupo de goblins, cada vez más mermado por las deserciones. Saliendo de la zona de colinas, llegais hasta la llanura que rodea Hewick, desde donde podeis comprobar que la zona está extrañamente tranquila y que las puertas de la empalizada que rodea la ciudad, están cerradas.

Aun malhumorado por el arranque de su jefe, Kamtrak se mantiene oculto entre los árboles mientras observa la población humana. No le preocupan demasiado las puertas... no tiene intenciones de entrar mientras haya humanos que puedan atacarlo. Y miz flechaz puden pazad pod addiba se dice a si mismo Y quizás poddia pdepadad miz flechaz de fuego

Con todo, permanece callado a la espera de las instrucciones. Listo para disparar... siempre que no corra el riego de que carguen contra el.

- ¿Y ahoda como tidamos laz puedtaz abajo? Igual no tenddíamoz que habed matado a loz gigantez... a pezad de que eztaban muy dicoz. - comenta Grurkl relamiéndose con el recuerdo de la carne de gigante y echando mano a la sangrante mochila para sacar un trozo para picar.

Como todo buen goblin, Bolwock es rencoroso y vengativo. Cuando los gigantes quisieron matarlo, hubo un goblin que, no solo no ayudó en la lucha, sino que desbarató el inteligente plan del encapuchado para entrar en la ciudad. Ahora, ese goblin va a arreglar este entuerto.

Antes de que siquiera otee sus intenciones, el Capitán agarra a Trecirk por una de sus grandes orejas y lo sujeta con fuerza con ambos brazos.

- ¿Vez la ciudad, pequeño jinete? Por tu culpa, zaben de nueztra llegada y noz ezperan armadoz hazta loz dientez. Ahora iráz hazta allí y lograráz abrirnoz laz puertaz, o moriraz en el intento. - La sonrisa del goblin muestra despreocupación, sabe que el plan es estúpido... pero será divertido. - Erez pequeño y dezde lejoz pazaríaz perfectamente por una cría humana. Camúflate como puedaz, entra allí y ábrenoz pazo.

Acto seguido, y sin soltarlo aún, Bolwock se gira hacia Kamtrak y dice:

- Zi a ezte dezgraciado ze le ocurriera la eztúpida idea de ezcapar, tenéiz mi permizo para matarlo a flechazoz, ¿entendido?

Rápidamente, suelta al pequeño y desafortunado jinete y espera a ver su reacción.