Parece que, sin mayor incidentes, logramos salir de la cueva... Pero justo cuando llegamos a un claro... Encontramos una imagen peculiar...
¿Qué es eso? Parece como si le hubieran cortado las orejas... La situación no resulta complicada y, estando fuera de la cueva, guardo mi espada.
- Acerquémonos.
Digo a mis acompañantes mientras comienzo a acercarme.
Deberíamos evitarlos, llevamos algo muy peligroso como para exponerlo sin cuidado.
Naiáh observó a Zero y a Etien. Como siempre, Etien parecía estar siempre con miedo constante. Sin hacer demasiado caso a sus palabras, se avanzó al lado de Zero, al encuentro de ese extraño trío que estaba peleando en esos momentos.
Os acercais para ver que pasa en el preciso instante en el que el anciano se levanta tambaleandose.
---Deberias mostrar más respeto a los mayores chicos, sí estuviers en Ankh-morpork seguro que te habrian....- el anciano se interrumpe y se gira hacia donde veniis vosotros- ¡Oh! Ahí estan, El León cobarde, el Hombre de Hojalata y el Espantapájaros ¡Detengamos a este villano! ¡Ha robado mi sombrero!
visto que no responden los otros seguiremos
- Pero que...
El agarre del anciano me pilló desprevenido, especialmente debido a la fuerza de este. No esperaba que alguien tan deteriorado por la edad que no fuera un jayán fuera capaz de aquello. Sin embargo, lo peor fue caer al suelo, aunque no fue precisamente por el agarre, sino por algo que había en el suelo. Por lo menos me llevé al viejo conmigo.
- Maldito viejo, déjame en paz. - le espeté mientras me levantaba.
Me estaba cabreando de verdad. La impaciencia me carcomía, y sentía ganas de darle una paliza al viejo. Mis pupilas se rasgaron y el iris creció hasta tapar todo el blanco del ojo.
Justo en ese momento el viejo nombró a tres seres como si estuvieran detrás de mí. Me giré bruscamente, con los dientes ya afilados por el inicio de la transformación.
- ¿Y ahora quien demonios más ha venido a tocarme los coj...?
No terminé la frase al verlos. No eran otros locos, o por lo menos no lo parecían. Cuando mi mirada se dirigió en concreto a la turak, mis dientes volvieron a la normalidad y casi me sonrojé.
- ¿S-sois la expedición que enviaron a la grieta...? - dije con un nerviosismo evidente.
Naiáh observó con curiosidad al Tuan Dalyr y pasó hacia el viejo que había anunciado su llegada de una forma extraña con aún mas curiosidad. Por lo que parecía, había estado forcejeando con el Tuan Dalyr en igualdad de condiciones por el bastón. Que era todo eso? Naiáh reaccionó rápidamente ante la pregunta del Tuan Dalyr.
-¿Que es lo que dices? ¿Qué sucede aquí?- y pasó a hablar con el viejo- ¿Te están molestando?
La situación era... Pecualiar...
Un Jayán observando el forcejeo de un Tuan Dalyr con un anciano ... Un anciano... ¿De qué raza? Sin embargo, mis ojos azules se encuentran con el del Tuan Dalyr cuando comenta lo de la expedición.
- ¿Quién desea saberlo?
Pregunto en un tono frío y distante. Puede que hayamos salido de las ruinas, pero el peligro puede seguir acechándonos. Ahora mismo me fijo más en esto, aunque no puedo evitar mantener vigilado al anciano por el rabillo del ojo.
¿De qué raza es el humano, digo el anciano? :P
---¿ Molestando? ¡No, no querida!- dice el anciano mientras menea la barba- Este joven me ayudaba a buscar mi sombrero y mi bastón, aunque el joven este es algo temperamental, deberia controlar un poco su genio, así acortarás mucho tu esperanza de vida¿sabes? Un remedio eficiente, se toman unas hierbas y se ponen en agua caliente....por cierto ¿ alguien a visto a mi dragón?
Naiáh se tranquilizó. Parecía que no estaban peleando, después de todo.
- Bien, me alegro que no estuviesen abusando de usted, señor. Y no, no hemos visto un dragón... Yo al menos, no he visto ninguno en mi vida. Aunque también busco al mío. - dijo sin muchas preocupaciones, como si estuviese siguiendo el juego de aquél viejo.- Mi nombre es Naiáh, y nos dirigíamos a Ordon. Como se llama usted señor? No irá hacia Ordon, le podemos acompañar.
- Maldito loco... - dije entre dientes mientras miraba de reojo al anciano.
Mis ojos habían vuelto a la normalidad.
-Los refuerzos - contesté al extraño duk'zarist de ojos azules con un tono casi soberbio.
Pese a lo raro de la situación, el último comentario de la turak me dejó helado. Mis ojos volvieron a ser los de un zorro mientras un escalofrío me recorría el espinazo. Miedo. Sentía miedo. Miedo de que todo aquello no hubiera sido para nada. Miedo de tener que volver sin nada a la casa de mis dueños.
- No... no... - susurré -. No podeis estar ya de vuelta. Maldita sea...
Me desplomé. Caí de rodillas al suelo. Había obviado el pasar por Ordon precisamente para evitar aquella situación, y lo único que había conseguido era nada. Un buen montón de nada. La libertad estaba tan lejos como lo había estado desde que muriera mi maestro.
---¿No? Oh, lástima, debe de estar devorando algun venado o algo así, se parece a ti ¿sabes?- dice mirando astutamente a Naiáh- ¿no conoceis mi nombre...mala cosa...esperaba que lo conocierais, bien...veamos...- el anciano dirige una mirada vaga el infinito mientas no para de farfullar-Fiz...no, ese no lo puedo usar..se querellarían contra mi...¿bola de pelo? no, no suena digno...¡Oh, ya sé! ¡Zifnab!
Al anciano sonrie satisfecho hasta que ve al pobre Keiran tirado en el suelo.
---Bueno bueno, no te pongas así...que hayan encontrado el Libro de los Muertos no significa que esto sea el final...¿como era ese dicho? ¿Todo comienza con una aventura? No, no era eso... ¿ " que tiene de malo leer un libro? No eso es de una pelicula...¿no...?- comienza a delirar mientras no deja de decir incohurencias y mencionar nombres como Newton, Imothep o Amstrong.
Por un momento parece un loco más... Un pobre desgraciado que ha perdido la cordura en el último cuchitril al que fue...
Sin embargo... Cuando habla del Libro de los Muertos...
- ¿Qué sabes del libro de los muertos?
Le pregunto poniendome serio. Tal vez no sea un viejo loco...
Veis que al mencionarlo el hombre se muestra algo nervioso
---Libro de los muertos ¿quien ha hablado del libro de los muertos?
¿Hola???? ¿Hay alguien?
Master, sigo esperando que me confirmes, o no, si es humano...
Master, sigo esperando que me confirmes, o no, si es humano...
Pensaba que lo habia puesto en algun post ya, si es humano
¿Hola???? ¿Hay alguien?
Me da a mi que como esto siga así voy a cerrar la partida...
Observo de nuevo al anciano...
No tiene orejas puntiagudas... Ni símbolos azules en la piel... Ni cuernos... Ni garras... ¿Qué es?
Por un momento me acuerdo de aquellos cuentos para dormir... Historias y fantasías... Humanos...
Con calma desenvaino la espada.
- Se viene con nosotros...
Y le agarro por la parte de atrás de la túnica y comienzo a tirar de él.
---¿eh? ¿A donde?- responde desorientado el anciano pero no puede seguia hablando ya que veis que Zero toma al anciano bruscamente y comienza a arrastrarlo como si nada-¡Muchacho! ¡Mi bastón! ¡ Socorro, los Drows me atacan! ¿ A donde me llevais? ¿ A mordor? No, eso estaba en la Tierra media pero fue destruido por Frodo y su extrañable amigo Gandalf El Gris que se agenció todo el merito ¡ Ja! ¡ El único mérito que hizo fue morirse y ya ¡ Si es que...
Despacio, me levanté, sin prestar atención a lo que ocurría a mi alrededor. Mis ojos no miraban a ninguna parte, simplemente veían. Dudaba. ¿Que debía hacer ahora? ¿Nogociar con aquellos sujetos para que dijeran que yo también había participado? ¿Huir a los bosques y ocultarme en ellos hasta que dejaran de buscarme?
Volví a prestar atención al mundo que me rodeaba y me fijé en aquellos que pertenecían a la expedición. Ninguno de ellos compartiría el mérito conmigo, así que solo me quedaba huir y rezar por que no me encontraran. Vi como el duk'zarist se llevaba a rastras al tuan anciano, vete tu a saber por que, y tampoco me importaba que le ocurriera a ese viejo loco que no daba más que problemas.
Mi mirada se dirigía al bosque vivo que había más allá del marchito, y empecé a caminar hacia él. Yo tampoco les importaba a aquellos sujetos, así que no opondrían resistencia alguna. Aquella arboleda sería mi primer escondite hasta que encontrara uno más adecuado.
Naiáh observó a aquél viejo con cada vez más escepticismo. Las cosas que decía eran, cuanto menos, raras. Sin embargo, algo tenían sus palabras... Quizá hubiese sido poeta o escritor y hubiese venido a menos con el tiempo. O quizá era sólo un loco más, pero... los locos no podían decir verdades? Bajo el correcto punto de vista podían descubrir los secretos que guardaba aquél viejo tras esas palabras aparentemente inconexas.
Naiáh asintió a Zero y le escusó por las maneras.
-No le estamos secuestrando Señor. Le llevamos a un sitio mejor, donde poder hablar cómodamente y con tranquilidad, pues ahora tenemos algo de prisa, sabe? Quizá incluso hayan pastas y té. - dijo con una sonrisa.
Comenzais vuestro camino de vuelta a Ordon la caminata es más dura ya que ahora no teneis monturas que os lleven a buen paso y encima está aquel viejo que lo único que hace es tropezarse constantemente con algo lo que hace que anochezca sin que hayais recorrido gran parte del camino (tambien cuenta que era por la tarde cuando salisteis) así que decidiis hacer un alto y cenar y ya con las primeras luces del dia salir de alli.
---Uuuff...que dia...- comenta el viejo mientras se abanica con le sombrero- derrotar a un Nigromante loco y recuperar ese libro ha debido ser toda una epopeya y el camino de vuelta ¡Un infierno! sí hubieramos tenido a mi dragón podria habernos llevado a todos pero nooo decidió dejarme tirado ¡maldito sapo escamoso! Y encima estan esos árboles ¿has visto como uno me ha puesto la zancadilla?- añade mirando a Naiah- Bueno, de todas maneras así es como comienza todo ¿no? una pequeña aventura que se convierte en una epopeya si, por supuesto...¿por que no?