Partida Rol por web

~ Hijos de los Dioses ~

Capítulo 1.1: El día que vaporicé a mi profesora de álgebra.

Cargando editor
21/07/2010, 18:48
Director
Cargando pj

Cargando editor
21/07/2010, 20:44
Director
Cargando pj

Mira, yo no quería ser un mestizo. Si estás leyendo esto es porque piensas que puedes ser uno, mi consejo es que cierres ahora mismo esta ventana. Créete cualquier mentira que tu madre o tu padre te hayan dicho acerca de tu nacimiento y trata de llevar una vida normal. Ser un mestizo es peligroso. Da miedo. La mayor parte del tiemp, consigues que casi te maten de diferentes formar dolorosas y desagradables. Si eres un adolescente normal, y crees que todo esto es ficción o fantasia, sigue leyendo. Te envidio por ser capaz de creer que nada de esto es cierto. Pero si te reconoces a ti mismo en estás palabras - si tú sientes algo moviéndose dentro - para de leer inmediatamente. Podría ser que fueras uno de nosotros. Y una vez que lo sabes, es cuestión de tiempo antes de que lo sientas y van a venir por ti. Ni digas que no te lo advertí.

Por alguna razón en especial, la nota que apareció sospechosamente en tu cuaderno de clases no te hizo pensar en lo más mínimo. Es más, la arrugaste y la tiráste en una de las papeleras del colegio justo antes de salir de excursión. Que sí, que sí. Que es una excursión chorra a un museo de arte antiguo, ¿y a ti qué más te da? Siempre has aprovado raspando las asignaturas, salvo Griego, claro, aunque no tienes ni idea de por qué. Supones que tienes un talento innato para los idiomas.

Será eso.

Pero a parte de todo, por lo menos tu compañero del alma iba contigo. Los viajes de la señorta Tanty eran una tortura, pero junto con él ( y el profesor de Latín el Señor Brunner que también organizaba el viaje ) tal vez sea un poco más ameno.

Aunque la tranquilidad no fue algo que durara mucho en el tiempo. Al subirse al autobús que os llevaría de paseo, dos asientos detrás de ti y de tu compañero, se sento la odiosa, la cleptomana, la mala pécora ( por no decirle hija de una gran puta ) de Nancy Bobfit. En realidad esperabas que el viaje fuera bien, esperabas que por una vez tú no fueras el problema. Pero estabas equivocada. No has tardado mucho en recordar las cosas malas que te ocurren en los viajes de estudios. En quinto de primaria, cuando fuistéis a Saratoga, tuviste ese incidente con el cañón de la guerra de la revolución. Tú no apuntabas al autobús escolar, pero desde luego fuiste expulsada de todos modos.

Y así empezó.

Nancy Bobfit comenzó a arrojarle a tu amigo desde detrás con pedazos de pan de su bocata.

Martin era un blanco fácil. Era flaco, lloraba cuando se frustraba, debió haber repetido varios cursos, por que era el único niño con acne y con un poco de barba en el mentón. Por encima de todo esto, no paraba de caerse cada dos por tres por cualquier tontería. Era torpe, mucho, pero tú lo querías.

De todos modos, Nancy no lo hacía para molestarle a él. Lo hacía por tí. Ella sabía que el director te había amenazado con expulsarte del colegio si algo salía mal en este viaje de estudios. - No te preocupes, me gusta el pan. - Te dijo Martin intentando tranquilizarte.

Cargando editor
21/07/2010, 22:08
Olivia Atwood
Cargando pj

Oli estaba empezando a perder la paciencia, aunque eso no costase mucho. Cuando oye a su amigo decirle eso, es la gota que colma el vaso.

¿Que te gusta el pan? ¡Martin, no puedes ser así! Es por eso por lo que te molestan a ti y no a mí... Dice con resignación, y se incorpora un poco en el asiento para girarse.

¡Tú! Imbécil. Dice sin cortarse ni un pelo y tajante. ¿Por qué no te metes las miguitas por el culo? Si lo que quieres es molestarme a mi, hazlo si tienes lo que hay que tener, pero deja de comportarte como una cobarde molestando a mi amigo, ¿estamos? Pregunta con fiereza y desafiandola con la mirada.

Cargando editor
22/07/2010, 01:04
Nancy Bobfit
Cargando pj

- Ya salió la defensora de los pobres. - Le dije mientras me incorporaba en el asiento y miraba hacia delante. La profesora estaba distraida y no iba a venir a ver la escena, por lo que tenía un par de minutos. - Si tuvieras amigos o amigas, además de ese idiota,  la cosa sería distinta. -

Después de decirte eso, continuó arrojándole miguitas de pan al pelo de tu compañero de asiento. Este, lo único que hacía era pasarse la mano por el pelo, quitándose las migas que allí tenía y cogiéndote de la manga para que te quedes en el asiento.

- Estoy bien, tranquila. - Te dijo Martin mientras sonreía y esquivaba otra miga de pan. - Relájate o la profesora se dará cuenta y te meterás en algún que otro problema. -

Cargando editor
22/07/2010, 01:16
Olivia Atwood
Cargando pj

Olivia ignora los tirones de manga de su amigo.

¿Ah, si? ¿En qué cambiaría si se puede saber? Porque prefiero que me echen a un foso lleno de cocodrilos a tener como amiga a alguien la mitad que tu o que tus "amiguitos-por-el-interés-te-quiero-Andrés"... Dice una vez más desafiante, agachando la cabeza de su amigo en el asiento, de manera que ya no tenga una diana a la que lanzar migas.

Una vez se encendía, era difícil pararla. Y es que Nancy tenía un don especial para cabrearla.

Cargando editor
22/07/2010, 01:21
Profesora Tancy
Cargando pj

En ese momento, cuando estabas completamente encendida, la profesora Tancy, que al parecer estaba atenta a todo, se acercó hasta tu asiento y te miró atravezándote con la mirada.

- ¿Qué pasa, señorita Atwood? ¿Debo recordarle que o se porta como una dulce niña o me veré obligada a darle un parte al director y eso hará que sea expulsada? Y a su amigo, claro. - Te dijo con aire de superioridad. - Ahora quédese quieta en el asiento que estamos a punto de llegar. -

Dicho y hecho.

Cuando la anciana profesora Tancy terminó la frase, el autobús se detuvo en la puerta del museo. El profesor Brunner se incorporó en su asiento y gritó a todos que bajen y que formen una fila a un lado del autobús. Tancy, por su parte, te miró nuevamente con cara de pocos amigos y le guiñó un ojo a Nancy, la cual sonreía satisfecha.

Martin te cogió de la manga y te sacó de allí, tropezándose claro, con una de las patas del asiento de delante y cayendo sobre el Señor Brummer, el cual lo ayudó a incorporarse. Menos mal que tu tienes un buen equilibro, sino, te habrías caído junto con él.

Una vez abajo, una fila se formó a un lado del autobús y guiados por el señor Brummer y la Profesora Tancy, entrásteis al museo.

- Ahora todos callados y tranquilos. - Dijo la profesora. - El señor Brummer nos va a explicar y a servir de guía. -

Cargando editor
22/07/2010, 01:42
Olivia Atwood
Cargando pj

Olivia tuvo que practicamente morderse la lengua y eso no era propio de ella. Lo que más rabia le daba es que Nancy saliera impune. Malditas ojitos derechos... ¡Como odiaba a las chicas! ¡Y a las mujeres! ¡Ni siquiera la profesora era una buena persona! ¡Si es que no tenían nada de bueno! Todo eran problemas, no entendía porque no podían ser como ella. Menos... menos... Nancy.

¡Cui...! Va a gritarle a su amigo por precaución, conociéndole sabía que tropezaría, pero fue demasiado tarde y su amigo cayó. Anda... Le dice medio en risas medio consolándole y ayudandole también a levantarse.

El señor Brummel (un hombre ¬¬) parecía buen profesor y se merecía su respeto, así que se situa bastante alejada de Nancy y se dirige a escuchar atentamente las historias. Sabía que no aguantaría mucho así, pero haría un gran esfuerzo.

Cargando editor
22/07/2010, 02:28
Sr. Brunner
Cargando pj

Al cabo de un rato de tranquilidad en la fila, el Sr. Brunner os condujo en la visita al museo.

Comenzó a guiaros a través de las enormes galerias, de estatuas de marmol grandes y vitrinas llenas de cosas viejas y cerámica de color naranja. En tu mente apareció la idea de que estas cosas habían sobrevivido dos o tres mil años.

Os reunió al alrededor de un muchacho de trece metros de altura de piedra, con una gran esfinge en la parte superior y empezó a contar como era una lápida, una esquela. Os contó acerca de la forma de tallar los lados. Estabas tratando de escuchar lo que decía por que al parecer, te interesaba de alguna forma, pero todo el mundo a tu alrededor estaba hablando y cada vez que tu les decías que se callarán, la profesora Tancy te miraba mal.

La señora Tancy era la profesora de matemáticas, que siempre llevaba una chaqueta de cuero negro, incluso a su edad, a sus cincuenta años. Parecía lo suficiente para montar en una Harley. Había llegado al colegio a mitad de año, cuando tu profesor de matemáticas tuvo un ataque de nervios.

Desde el primer día, la señora Tancy se enamoró de Nancy Bobfit y por un resquicio de tu mente te imaginaste que estaba poseida. Te señaló con su dedo torcido y te dijo: - Ahora, cariño. -, y con sólo eso sabías que te iba a caer una detención después de clase durante un mes.

En ese momento, el señor Brunner dejó de hablar del arte funerario griego y pasó a hablar sobre un gran cuadro en donde se veía un enorme titán comiéndose a una persona.

Brunner te miró e inclinó la cabeza a un lado.

- Señorita Atwood, ¿podría decirme que significa o que representa este cuadro? -

Cargando editor
22/07/2010, 11:38
Olivia Atwood
Cargando pj

Que a los titanes les gustaban los bebés rellenitos para desayunar... Hubiese dicho, y es lo primero que se le pasa por la cabeza. Pero con el señor Brummel no era así. Con la asignatura de Griego, no era así. Para una asignatura que la motivaba, iba a intentar esforzarse.

A pesar de que Griego era la clase que mejor llevaba y mejor aguantaba, aún así, seguía siendo una negada para los estudios. Le sonaba el cuadro, pero exactamente no sabía lo que significaba.

Una vez pensándolo en serio, le surgen ideas más serias a la cabeza. ¿"El poder de los titanes sobre otros seres"? Pero entonces no habrían elegido a un ser tan indefenso como un bebé.

¿La crueldad de los titanes? Pregunta finalmente encogiendose de hombros.

Cargando editor
22/07/2010, 15:36
Sr. Brunner
Cargando pj

El Señor Brunner se mantuvo serio durante unos segundos pero después, no pudo contener más la risilla y soltó una risa algo extraña pero corta.

- La crueldad de... prr... los titanes... perdón por la risa pero es que es tan acertado, aunque no... - Dijo acomodándose la chaqueta tweed que llevaba. - Además de eso, muestra a Cronos comiéndose a uno de sus hijos, más precisamente a Zeus. ¿Conocéis la historia? -

Y allí venía, una charla sobre mitología, otra vez.

Daba griego, si, pero nunca dejaba pasar la oportunidad de meter alguna historia mitologica. Carraspeó y lo soltó.

- Cronos, uno de los Titanes, visitó al Oraculo y ¿qué es lo que le dijo? Pues que sus hijos lo iban a matar. Entonces comenzó a comerse a sus hijos. Pero su mujer, al ver lo que sucedía, cambió a Zeus por unas piedras y él se lo comió. Claro que Zeus creció y regresó, dándole de comer a Cronos una mezcla de mostaza y vinagre que hizo vomitar a todos sus hermanos. Como los hermanos eran inmortales, no habían sido digeridos del todo en el estómago, los vomitó a todos. Estos, al verse libres, cogieron la guadaña de Cronos y lo cortaron en pedacitos. Y esa es la historia. ¿Qué te parece, Atwood? -

Cargando editor
22/07/2010, 16:40
Olivia Atwood
Cargando pj

Olivia levanta una ceja al oírle reír. Pero bueno, había dicho que más o menos había acertado y al oír la historia comprueba el por qué. Qué brutos eran los titanes...

Cuando el profesor le hace la pregunta ella no duda en responder.

Que "¡olé!" por la mujer de Cronos, y que, se lo merecía. Dice sin cortarse ni un pelo. Y que quizá la culpa fue del Oráculo, porque si no le hubiese predecido el futuro, Cronos no se habría comido a sus hijos y éstos quizá no le hubiesen matado. Dice con algo más de profundidad. Verdaderamente era la única asignatura en la que ponía esfuerzo.

Cargando editor
23/07/2010, 00:42
Sr. Brunner
Cargando pj

Cuando de tu boca salió el nombre de Cronos, un trueno resonó en la distancia. Algo así como coincidencia, pero una rara coincidencia. La verdad que en ese mismo momento, Martin te cogió del brazo con algo de fuerza y el Sr. Brunner abrió grande los ojos. Pero otra vez, coincidencias, raras coincidencias.

El señor Brunner carraspeó y se volvió a acomodar su chaqueta tweed.

- Bueno, vamos a dejar el tema por ahora. Parece que se avecina una tormenta o algo parecido. Creo que lo mejor es parar un momento para almorzar y después, ya podemos terminar con la visita. ¿Qué os parece? ¿Está de acuerdo señorita Tancy? - Dijo el hombre con cierta tranquilidad.

La señorita Tancy ( claro que era señorita, nadie podría aguantarla así como es ) asintió y emitió un gruñido de aprobación y os ordenó que salgáis al patio del museo, sobre las escaleras para poder comer el almuerzo que habéis traído.

Cargando editor
23/07/2010, 00:54
Olivia Atwood
Cargando pj

Pero Olivia se lo tomó como eso, una coincidencia. Jamás se le pasaría por la cabeza que pudiese haber relación.

Vamos, anda, gallina... Pica a su amigo, empujándole del brazo hasta llevarle al patio.

Nada más salir, mira hacia el cielo, y el tiempo.

Se dirige a un banco y se sienta, dejando sitio a Martin.

Abre su bolsa del almuerzo y saca un sandwich algo desmontado de entre papel de plata. Sonríe de forma inocente y empieza a comer.

Cargando editor
23/07/2010, 19:47
Director
Cargando pj

La clase se movío, los niños se aguantaban el estómago, los chicos espujándose unos a otros actuando como burros. Toda la clase se sentó reunida en las escalinatas del museo mientras tu y Martin os sentastéis en un banco a almorzar. Algunos de tus compañeros le tiraban a las palomas trozos de galletas mietras que Nancy Bobfit estaba tratando de robar algo del bolso de una señora, por supuesto, la Sra. Tancy no veía nada.

Te habías sentado un poco alejado de los demás. Pensastéis que tal vez si hacías eso, la gente no sabría que eráis de esa escuela - la escuela para los casos problemáticos que no podían estar en otro lugar -. Martin no dijo nada durante un tiempo largo y cuando pensaste que iba a soltarte un comentario filosófico profundo para hacerte sentir mejor, te dijo: - "¿Me das tu manzana?"-

El Sr. Brunner estaba junto a los demás comiéndose un apio, mientras leía una novela de bolsillo. Había sacado una sombrilla roja para cubrirse del sol, la cual sostenía con la misma mano con la que sostenía el libro. Estabas a punto de desenvolver tu bocata cuando Nancy Bobfit apareció delante tuyo con sus feas amigas. Supusiste que se había cansado de robar a los turistas y dejó caer su almuerzo a medio comer sobre el regazo de Martin.

 

Cargando editor
23/07/2010, 20:15
Olivia Atwood
Cargando pj

Olivia observa a su clase y profesores, cada cual más raro e imbécil que el siguiente.

Suspira y saca su comida. Claro. Le dice a su amigo con algo de asombro por la pregunta mientras saca la manzana y se la va a entregar, pero en ese momento llega Nancy.

La cara de asco de Olivia se hace evidente, pero ya se enciende cuando la chica deja caer su comida encima de su amigo.

¿Qué crees que haces? Le pregunta desfiándola, a la vez que limpia el regazo de su amigo y se pone de pie delante de él. Estaba hasta los mismísimos de la niña mimada esa.

Cargando editor
24/07/2010, 02:21
Director
Cargando pj

La ira te embriagaba. Tenías ganas de matar, de asesinar a la capulla de la Bobfit... sin embargo no querías hacerlo de manera chapucera y allí mismo. No sabes como pasó, pero por tu mente aparecieron mil y una formas de humillar a esa chiquilla, además de dejarla sin vida.

Pestañaste por unos segundos, ante la sonrisilla de superioridad de la Bobfit, intentando encajar lo que pasaba por tu mente cuando de repente un perro enorme apareció por detrás de la chica.

Era el perro más hermoso que habías visto nunca, pero a la vez, el más fiero y terrorífico, digno de una pelicula de terror de esas de animales. No sabes como apareció allí, ni tampoco te habías dado cuenta del tirón dentro de tu tripa en el momento que el perro comenzó a ladrarle a Nancy y a sus horribles amigas.

Éstas al principio, se giraron rápidas y sorprendidas al ver lo que había pasado. Acto seguido, echaron a correr. Primer error.

El perro enorme, con sus ojos rojos e inyectados en sangre, les cortó el paso una y otra vez, dejándolas acorraladas junto a ti durante más de dos minutos. Hasta que al final, las tres cayeron de rodillas al piso suplicándote que le pidas al perro que se retire.

Y tú sabías que ese perro no era tuyo, nunca lo habías visto, sin embargo, sentías que tenías una conexión extraña con él. En ese momento, la Sra. Tancy apareció junto a ti y el perro salió corriendo desapareciendo entre los árboles.

La anciana te cogió del brazo con una cara realmente desencajada. Estaba enfadada y no era para menos. Habías hecho llorar a su preferida y seguramente el castigo sería un gran sermón y unas amonestaciones, por no hablar del informe negativo hacia el director.

- Sígame, Atwood. Usted y yo vamos a hablar largo y tendido. - Te dijo y te llevó dentro del museo, a una sala dónde estabáis tú y ella sola.

Cargando editor
25/07/2010, 20:12
Olivia Atwood
Cargando pj

Olivia no podía creérselo. ¿Pero qué acababa de ocurrir?

En cuanto el perro entró en escena, la chica se quedó en shock. Estaba segura de que no había visto a ese perro en su vida, pero... ¿por qué no le tenía miedo? ¿Por qué sentia que tenían un vínculo? Mientras ocurría lo del acorralamiento, el enfado de Olivia se fue transformando en confusión y algo de temor a lo que estaba ocurriendo.

Lanzaba miradas fugaces a su amigo Martin, que estaba igual de confuso que ella pero más asustado.

Cuando la profesora se la llevaba, ella iba quejándose.

¡Pero profesora! ¡No he hecho nada! ¡Ese perro no es mío! ¡Ha aparecido de la nada! Iba explicándole en voz alta, pero de buenas maneras.

Cargando editor
25/07/2010, 23:12
Profesora Tancy
Cargando pj

Cuando entráste a la sala del museo, la señora Tancy te miró de reojo y hasta te pareció que sonrió.

- Nosotros no somos tontos, Olivia Atwood. Era sólo cuestión de tiempo que te descubrieras. Confiesa y sufrirás menos dolor. -

Tú no sabías de que demonios te hablaba. Todo lo que podías pensar era que los maestros te habían encontrado el alijo ilegal de dulces que habías guardado en tu taquilla. O tal vez por que se han dado cuenta de que tu ensayo sobre Tom Sawyer era de internet y no por haber leído el libro y te iban a quitar la nota. O peor, te ibas a hacer leer el libro.

- ¿Y bien? - Preguntó ella.

Pasaron dos segundos.

- Se acabo el tiempo, cariño. - Dijo entre dientes.

Entonces, sudedió la cosa más extraña que habías visto en tu vida. Sus ojos empezaron a brillar como brazas de barbacoa. Sus dedos se estiraron convirtiéndose en garras. Su chaqueta se fundió en grandes alas de cuero. Ella no era humana. Era una bruja arrigada con alas de murcielago y garras, y una boca llena de colmillos amarillos, apunto de comerte.

Luego, las cosas se pusieron más extrañas.

Tus ojos se posaron en la puerta que estaba abierta a un lado de la sala, justo por dónde habías entrado y allí estaba Brunner con una pluma en la mano. - ¡Eh, Olivia, cógela! - Gritó, tirando la pluma al aire.

Cargando editor
26/07/2010, 14:00
Olivia Atwood
Cargando pj

Olivia había empezado a sudar. ¿Por qué la castigarían? ¿Otra vez la expulsarían? ¿De nuevo una regañina de su madre? No podría soportar volver a ver decepción en su mirada.

Pero poco se esperaba lo que pasaría al terminarse el tiempo de confesar. La mirada de Olivia se agrandó y su boca se abrió todo lo que pudo.

¿Pero qué coño...? Se pregunta mientras ni siquiera parpadea para no perderse ni un segundo de la transformación.

La voz del señor Brunnel la hacen volver a la realidad. ¡Esa cosa quería matarla!

¡¿Qué quiere que haga con una plumaa?! Le espeta un poco cabreada y asustada, mientras la pluma va en su dirección. Gracias a que en el rancho no para quieta, coger esa pluma es coser y cantar. Y eso hace.

Cargando editor
26/07/2010, 22:53
Sr. Brunner
Cargando pj

- Destápala, mujer. - Dijo Brunner negando con la cabeza como pensando "de qué país ha salido esta que no sabe que hacer con un boli".

Por un momento tú también te sentiste descolocada. Todo estaba pasando tan rápido que no tenías tiempo ni para pensar. La profesora convertida en un bicho raro, el profesor que te arroja una pluma como si eso te fuera a salvar la vida. Pero bueno, te había dicho que la destapes... 

Tal vez quiere que le pintes la cara o que le firmes un autógrafo antes de que te destroce.

Pero al final, la has destapado... y casi te mueres del susto cuando sucedió lo que sucedió.

En la mano izquierda, dónde tendrías que tener el boli, apareció un arco completamente dorado con la cuerda tensada que parecía vibrar y emitir un sonido zumbante. En la otra mano, en la derecha dónde debería estar el capuchón, ahora llevabas una flecha del mismo material del arco, con la punta de acero tan afilada que podrías cortar un cartón con solo apoyarlo sobre ella.

- ¿A qué esperas? ¡Mátala! - Te gritó Brunner mientras te arengaba con las manos.

Nunca habías llevado un arco, ni siquiera has estado cerca de uno, pero sentías como si este era parte de tí. Como si te perteneciera o simplemente, como si fuera algo con lo que habías nacido. Por un momento, sabías como disparar, como tensarlo, como apuntar, todo lo referente al tiro con arco...