Partida Rol por web

Mira, yo no quería ser un mestizo. Si estás leyendo esto es porque piensas que puedes ser uno, mi consejo es que cierres ahora mismo esta ventana. Créete cualquier mentira que tu madre o tu padre te hayan dicho acerca de tu nacimiento y trata de llevar una vida normal. Ser un mestizo es peligroso. Da miedo. La mayor parte del tiemp, consigues que casi te maten de diferentes formar dolorosas y desagradables. Si eres un adolescente normal, y crees que todo esto es ficción o fantasia, sigue leyendo. Te envidio por ser capaz de creer que nada de esto es cierto. Pero si te reconoces a ti mismo en estás palabras - si tú sientes algo moviéndose dentro - para de leer inmediatamente. Podría ser que fueras uno de nosotros. Y una vez que lo sabes, es cuestión de tiempo antes de que lo sientas y van a venir por ti. Ni digas que no te lo advertí.

Por alguna razón en especial, la nota que apareció sospechosamente en tu cuaderno de clases no te hizo pensar en lo más mínimo. Es más, la arrugaste y la tiráste en el cenicero del coche que te llevó al instituto, el cual estaba estacionado frente a la Escuela Westover Hall.

Cuando bajaste del coche junto con tu amiga Cherry y te acercaste a las puertas del colegio, estas se abrieron con un siniestro chirrido y entrásteis al vestibulo dejando atrás un pequeño remolino de viento, que hacía volar los papeles del suelo de la entrada.- ¡Uau! - Dijo Cherry a tu lado.

Aquello era inmenso. En los muros se alineaban estandartes y colecciones de armas, con tabucos, hachas y demás. Tú ya sabías que la escuela Westover era una escuela militar ( tal vez por eso protestaste tanto a las monjas que te envien allí ) pero se habían pasado un poco con la decoración.

Ibas a decir algo cuando las puertas se cerraron detrás de tí con un estruendo y en ese momento, te llegaron a los oídos el eco de una música en el otro extremo del vestibulo. Parecía música de baile. No habiáis dado un par de pasos cuando se os acercó un hombre y una mujer. Los dos llevaban el pelo gris muy corto y uniformes negros de estilo militar con ribetes rojos. La mujer tenía un ralo bigote y el tío, estaba completamente rasurado, lo cual resultaba algo anómalo.

El hombre, que hablaba con un extraño acento francés, se nos acercó aún más y nos habló.

- Bienvenidos a la Escuela Westover. Estamos felices de tener dos nuevos reclutas... digo, dos nuevos alumnos. Por favor, pasad al salón, estamos celebrando el baile de bienvenida a los nuevos alumnos. -

El tío era un tipo muy alto, de aspecto duro. Se le ensanchaban los orificios de la nariz cuando hablaba, lo que se te hacía difícil sacar la mirada de allí y tenía los ojos de dos colores, uno castaño y el otro azul, como un gato callejero. Intentáste no reirte cuando escuchaste su acento y como pronunciaba las erres.

- Pasad, pasad. ¿Tenéis alguna pregunta? -

Bueno, preguntas, seguro que muchas. Pero lo más importante era entrar con buen pie. Ibais a pasar un año lectivo allí dentro y no querias que te vuelvan a expulsar de otro colegio. Este era muy caro y tus padres estaban haciendo un gran esfuerzo por pagarlo.

Angelo avanzó con poca confianza, no había prestado demasiada atencion al hombre que tenía delante, pero si que oyó la parte del baile. Desde el principio Angelo había estado poco confiado, sobre todo por el hecho de ser una escuela militar, pero una vez dentro no parecía tan mala. El baile serviría para distraerle un poco, lo mismo que la nota, seguramente fuese una broma de Cherry o de otro para que no se sintiera intimidado el primer dia.

Muchas gracias por la bienvenida, con su permiso dejare las preguntas para mas tarde, el viaje ha sido agotador y me gustaría relajarme en el baile de bienvenida. Era mentira que el viaje hubiera sido agotador, pero Angelo no se sentía demasiado comodo hablando con ese hombre el primer día.

Vamos Cherry. Angelo comenzó a andar seguro de que Cherry estaría a sus espaldas, siempre lo estaba.

¿Que clase de baile será? ¿Y seran todas esas armas reales? Espero que no....

Antes de darse cuenta Angelo ya estaba de nuevo distraido con los decorados de las paredes, el problema de atencion iba a ser un grave problema.

Hasta un dislexico como tú podía leer las letras GIM sobre una de las puertas. Cuando entrasteis allí, al fin pudistéis ver lo que era la fiesta.

Una cosa curiosa de las escuelas militares es que parece que los chicos se vuelven locos cuando un acontecimiento especial les permite ir sin uniforme. Supongo que, como todo es tan estricto el resto del tiempo, tienen la sensación de que han de compersar o recuperar el tiempo perdido.

El suelo del gimnasio estaba salpicado de globos negros y rojos, y los chicos se los lanzaban a patadas, o trataban de estrangularse unos a otros con las serpetinas que colgaban de las paredes. Las chicas se movían en corrillos, como siempre, llevaban bastante maquillaje, blusas con tirantes finos, pantalones llamativos y zapatos que parecían más bien instrumentos de tortura.

De vez en cuando rodeaban a algun pobre infeliz como un banco de pirañas, soltando risitas y chillidos, y cuando por fin lo dejaban en paz, el tipo tenía cintas por todo el pelo y la cara llena de grafitis hechos con pintalabios. Algunos de los mayores hacían como vosotros. Deambulaban incómodos por los rincones, tratando de ocultarse, como si su integridad corriese peligro.

- Buah, que rollazo. ¿Qué te parece esto, Angel? - Dijo Cherry mientras miraba a un lado y al otro para evitar así alguna novatada.

Angelo entró mas bien tranquilo en el baile. Todos los institutos le parecian iguales al fin y al cabo, y las fiestas no eran una excepcion. Si pretendía salir sin problemas de la bienvenida angelo sabía que tenía que tener cuidado. Entre los alumnos seguro que habría alguno preparado para darles un recibimiento algo distinto.

Tranquilizate Cherry, no durara mucho y podremos comenzar con otro maravilloso año de instituto. El tono de Angelo indicaba claramente que era sarcasmo, el curso en una escuela militar iba a ser peor que un infierno y sin duda pronto tendría problemas como en el resto de institutos. Vamos a buscar algo de beber. Cuanto menos nos acerquemos a ellos hoy mejor.

Angelo busco con la mirada alguna mesa con refrescos o algo similar, tambien miró la forma de llegar sin tener que atravesar la marea de alocados chicos aunque rapidamente se distrajo con la decoracion y por unos instantes se olvidó de lo que estaba buscando. Este año iba a ser muy largo

Cherry te cogió de la mano y juntos atravesasteis la pista de baile por uno de los lados, evitando así las chicas de las novatadas y los que estaban bailando. No era cuestión de pasar cerca de ellos y que sin querer sacaran a bailar a Cherry o a ti mismo. En un par de minutos, ambos estuvistéis frente a la mesa de los refrescos y os servistéis uno para cada uno con algo de hielo.

No sabías por qué, pero allí dentro hacía demasiado calor, pero lo achacaste a que hace unos minutos estabas fuera a la interperie a una temperatura demasiado baja para tu cuerpo.

En ese momento, la música cambió a una tonadilla mucho más lenta y los que estaban en la pista comenzaron a bailar un poco más pegados. Tú, que estabas distraido con lo que allí pasaba y con las paredes, no pudiste ver acercarse al subdirector, que se colocó detrás de tí y de Cherry y os habló.

- Vamos, chicos, vamos. - Dijo con una sonrisa y guiñándoos el ojo azul. - ¿Por qué no bailáis? -

Y diciendo esto os empujó a ambos a la pista de baile.

Angelo recuperó la nocion de donde estaba demasiado tarde esta vez, los globos y las serpentinas habían colocado al joven en una posicion comprometida y un tanto incomoda. A su alrededor todo el mundo estaba emparejado bailando melosamente y justo delante de el estaba Cherry. Angelo solo veia a Cherry como una amiga, bueno quizas algo más que como una amiga porque era de las pocas que conseguía conservar. Pero aun asi se sentía poco comodo bailando pegado a ella.

Cherry, Angelo tenía un sudor frio por la espalda. ¿Te apetece bailar un poco? En la posicion que estaba importaba poco lo que el quisiese ahora mismo, si en medio de la pista, con todo el mundo bailando se iba y dejaba a Cherry sola puede que ella nunca se lo perdonara. Supongo que al ser amigos no habrá ningun problema.  La ultima frase fue un pensamiento en voz alta, pero Angelo comotió el error de abrir la boca y decirlo.

- Vamos, sesos de alga. ¿Seguro qué sabes bailar? - Dijo Cherry mientras te cogía una mano para colocársela en su cintura y con la otra te entrelazó los dedos. - ¿Es qué me tienes miedo o qué? Además, lo mejor es hacerle caso, no tengo ganas de enemistarme con el jefe de todo esto antes del primer día, ¿no crees? -

Y así comenzastéis a bailar la canción lenta entre toda la gente, que también hacía lo mismo, ante la atenta mirada del tío que os "invitó" a hacerlo.

El baile continuó con tranquilidad, hasta que en un momento dado, sentíste como la mano que ella tenía sobre tu espalda y en la que llevaba tu mano se crispó de repente. Alejaste un poco tu cabeza para poderle ver la cara a Cherry y la viste completamente desencajada mirando hacia tú espalda.

En ese momento quisiste darte la vuelta, pero ella no te lo permitió. Simplemente te cogió de la mano y tiró de tí hacia una de las salidas.

- Corre. - Dijo sin más.

El jefe de todo... Cherry se toma demasiado en serio al director.. Quizas yo tambien debería, en una escuela militar las cosas no son como en los institutos normales y esta vez as me vale no meterme en lios... Espera, estoy bailando con Cherry... espera, hace un segundo estaba huyendo de la gente que esta a mi alrededor...

Angelo bailaba malamente, pero bailaba junto con su amiga Cherry y los pensamientos iban pasando uno tras otro como una tormenta sin sentido. Como siempre ninguno duraba en su cabeza mas de unos segundos pero el pobre chico recibía cada uno como una puñalada. De pronto Cherry se paro y lo siguiente que notó fue que estaba corriendo.

¿Corre? Que demonios pasa ahora...

Angelo trato de expresar sus pensamientos pero el tiron que Cherry le había dado había sido demasiado fuerte como para siquiera poner en duda la urgencia. Angelo iba un paso por detras de Cherry miestras ella seguía tirando de él.

Cherry, si estamos huyendo de una novatada no hace falta que me desencajes el brazo. Vale que son humillantes, pero cuanto antes nos la hagan antes podremos olvidarnos de ella.

De pronto algo le decía a Angelo que Cherry no estaba así por una posible novatada, tambien algo le decia que no debía mirar atras, y algo le había dicho que dejase de leer aquella nota que encontró en su cuaderno. Pero él habia terminado la nota y despues la había tirado, él estaba convencido de que todo era una novatada y aunque era posible que se arrepintiera el iba a mirar hacia atras.

Angelo giró el cuello mientras corría, normalmente uno corre mas lento o se para cuando quiere hace esto, pero la gente normalmente no es arrastrada fuera de un baile por su amiga mientras esta tiene toda la pinta de estar desquiciada o algo así.

Quisiste preguntar por qué, pero no te lo explicó. Se abrió paso contigo de la mano, a empujones hasta el final del salón sin hacer caso de las miradas enfurruñadas ni de los gruñidos de los alumnos a los que ibáis propinando pisotones.

Te giraste por un momento, hacia atrás, pero no has podido ver nada. Nadie os seguía, no veías nada entre las serpentinas, confeti y globos que habían soltado justo en ese momento en la pista. Si Cherry estaba escapando de algo, no lo habías visto. Pero por como ella se había puesto, no creías que era una tontería.

¿Un antiguo novio? ¿Alguna persona que no dejaba de molestarla en algún sitio?

Corristéis hasta la sala de la banda de música y os escondistéis detrás de un bombo de la sección de percusión.

- Ven aquí. - Dijo. - Y agacha la cabeza. ¿Te ha seguido esa monstruosidad? -

No sabías a qué se refería, estabas demasiado confuso.

Angelo estaba cada vez mas confundido. Primero huian ahora se escondian y el no había logrado ver a quien les perseguía. Cherry estaba demasiado nerviosa para inventarselo, pero ya no sabía que pensar. Una vez detras del bombo miraste a Cherry con cara de querer saber que pasaba.

Cherry. Me puedes explicar a que rayos viene esta huida. Angelo no estaba fatigado por la huida pero los nervios hacían que hablase entrecortado. Se suponía que ibamos a empezar con buen pie en esta escuela y de repente... sales corriendo, huimos de nada y me preguntas si nos han seguido. ¿Me podrías explicar que esta pasando? ¿A que monstruosidad te refieres?

Los nervios de Angelo ya estaban a flor de piel. Todos sus esfuerzos por pasar desapercibido habían desaparecido y quería saber por qué.

- Tú mantente agachado y no pienses en nada. Esto es simple, si nos quedamos ocultos tal vez podamos escapar. - Dice tu amiga con la cara completamente desencajada, intentando mirar por encima si alguien os había seguido. - Es muy difícil de explicar, Angel, pero lo mejor es que nos quedemos quietos y en silencio para que... -

*Clonk*

*Clonk*

Dos ruidos secos se escucharon justo sobre vuestras cabezas y ambos mirasteis hacia arriba para ver lo que sucedía.

En la pared, dos espinas de unos cuarenta centímetros de un color negruzco están clavadas sobre vuestras cabezas, de las cuales rezuma un líquido verdoso amarillento que gotea hacia abajo cayendo al suelo.

- Asi que aquí estáis. - Dijo el hombre de los ojos de dos colores desde la puerta. No lo podiáis ver, pero la voz y la forma de como arrastraba las erres era inconfundible. - ¿Pero qué hacéis allí escondidos? ¿Queréis poneme dificil lo de mataros, no? -

La cara de angelo se desencajo en una mueca entre sorpresa y miedo. No lograba dar una explicacion normal a lo que había pasado apenas unos segundos antes.

Matarnos? Por que? no he hecho nada, porque iba a querer matarme si lo acabo de conocer....

De pronto Angelo se fijó en las dos espinas rezumantes de la pared. Hasta este momento Angelo creía que estaba en una situacion irreal e imposible, pero justo al ver esas dos cosas tuvo el extraño presentimiento de que lo que había vivido hasta ahora era un jardin de rosas en comparacion con lo que se venía encima.

Cherry, puedes explicarme que demonios pasa. ¿Por que quiere matarme? Solo soy el nuevo alumno de la escuela. Esto no tiene ningun sentido.

Una frase vino a la mente del joven instantaneamente

"La mayor parte del tiemp, consigues que casi te maten de diferentes formar dolorosas y desagradables" La nota... Seguro que alguien esta cometiendo un error. De ahi la nota y esta situacion extraña...

Angelo pensaba esto pero en el fondo sabía que había algo de cierto en todo esto, algo que era él pero no tenía tiempo ahora para eso.

Salgamos de aqui ya Lo ojos de Angelo miraron a los de Cherry con una seriedad absoluta. A la de tres corre. Seguramente me quiera a mi. Asi que ve a por ayuda.

- ¡Eh! ¡Dónde vais! No se encuentggan muchos mestizos por el mundo y desde luego, no vienen a mi escuela a golpeagg la puerta. ¡Venid aquí! Sólo quieggo matagos y comeggos, claggggo. - Dijo Espino, el cual aún lucia su traje militar.

Sin embargo, en cuanto saliste corriendo, las espinas serosas volaban a tu alrededor. Una de ellas te rozó el hombro y casi hace que te caigas al suelo. Te llevaste la mano a la herida y sentiste la humedad de un chorrito de sangre.

- ¡Ja! ¡Te he dado! Pego has tenido suerte, mi veneno no mata, simplemente te hace más lento hasta paralizagggte. -

Cherry no podía creer lo que estaba viendo y corría de tu mano en dirección a la salida.

Cruzastéis el baile a la carrera y después, llegastéis a la puerta enorme, la cual estaba cerrada. Una leve risilla se escuchó por detrás y no necesitastéis giraros para saber de quién se trataba.

- Maldito Mestizo escuggidizo. Ven aquí con papa Espino que te va a enseñag a compogtagte como es debido. -

Angelo notaba el veneno corriendo por sis venas. Poco a poco le costaba mas moverse, y la cabeza le daba vueltas. Angelo miro hacia el cielo como un instinto natural.

Que hago, ahi arriba nadie va a ayudarme...

Angelo se apoyaba en Cherry para mantenerse en pie, el veneno claramente lo dejaría impedido en unos minutos y tenía que encontrar una salida antes de que eso sucediese. Podría meterse entre todos los chicos del baile, pero por poco que les conociese Angelo no era capaz de hacer algo que sin lugar a dudas les causaría problemas.

Cherry, tenemos que buscar otra salida... rapido, no puedo permitir que te haga daño... Angelo no sabía lo que estaba diciendo ni porque protegía a Cherry cuando era él quien corria mayor peligro. Quizas fuese el hecho de que era su unica amiga, pero Angelo no tenía tiempo de pensar en ello.

Con todas sus energias Angelo comenzó a arrastrar a Cherry en busca de cualquier otra puerta, no importaba cual. Si encontraban una puerta seguro que podían huir.

Angelo cogió a Cherry aún cuando sus fuerzas se apagaban. Era un esfuerzo sobrehumano el que estaba haciendo, pero sentía que era lo que debía hacer. Las espinas del Doctor golpeaban la pared para evitar que avanzara por ciertos lugares, estaba jugando al gato y al ratón, divirtiéndose con ambos.

- Esto es mas divegggtido. Podgía hacegg esto toda mi vida. - Dijo el director de la escuela.

En ese momento, cuando sentías que las fuerzas se te acababan, sentiste una sensación algo extraña. Un tirón en el estómago, como si alguien te cogiera del cinturón y tirara de tí hacia arriba y delante... y de repente sucedió...

Un remolino de viento comenzó a formarse dentro de la sala cerrada. La puerta de entrada, estalló hacia fuera como si fuera de papel, pero lo más extraño, es como las armas y los escudos que estaban sobre las paredes, comenzaron a salir de ellas para entrar al remolino.

Y si eso era extraño, lo que siguió a continuación lo fue aún más.

Los escudos formaron una pared entre vosotros y Espino, evitando así las espinas y dejandoos libre el camino hacia la salida, mientras tanto, las espadas, las lanzas, las almádenas que estaban en la pared atacaban sin cesar al enemigo que no os dejaba vivir en paz.

Cherry pareció resurgir de la nada, y te volvió a coger de la mano, para tirar de ti hacia la salida y hacia la libertad, mientras los escudos cubrían tu retirada.

Que demonios esta pasando

Fue lo unico que le dió tiempo a pensar a angelo mientras corria protegido por unos escudos animados misteriosamente. Jamas había visto nada como aquello per dada la situacion no le importaba que fuese lo que le salvase. El tipo que los perseguía se había quedado atras y eso era todo lo que importaba. Cuando ya estaban acercandose a la salida Angelo tomo aire y miró a Cherry que había aparecido apenas hacía unos instantes.

Creo que estonecesita de una explicacion y no se porque me da que tu la sabes. Si salimos de esta espero que me cuentes que ha pasado ahí dentro.

- Puede ser, pero ahora creo que no tenemos tiempo para nada. - Dijo Cherry mientras comenzaba a correr contigo de la mano hacia el bosque oscuro y tétrico que se encuentra a unas decenas de metros del lugar de dónde está la escuela.

Cherry corre junto contigo mientras escuchas los silbidos de las "balas" que pasan rozando por tu cabeza y por tu cuello, para terminar clavándose en los troncos que encuentran en su paso. Algunas se pierden en la espesura del bosque, al cual en poco tiempo entráis.

No es por que el bosque sea oscuro y algo terrorífico, pero la verdad es que allí te encuentras un poco más seguro. No sabes por qué, pero puedes orientarte tranquilamente por el bosque. Estés donde estés, sabes que no te encuentras perdido.

Corres con tu amiga de un lado para el otro, esquivando las espinas del subdirector del colegio, hasta que los árboles se van mostrando cada vez menos apretados. Cuando sales del bosque por el otro lado, te das cuenta que te encuentras al borde de un precipicio, de unos cientos de metros de altura.

A tu espalda, el bosque y una risilla que ya conoces bastante bien.

La tranquilidad invadía el cuerpo de Angelo, quizas por el efecto del veneno que corría por sus venas o quizas por algo mas profundo. El chico no lo podría decir con facilidad pero tenía la impresion de que cada vez estaba mas seguro. Pero la sensacion desaparecio de golpe.El bosque se había terminado y frente a el se extendía un precipicio muy poco apetecible.

Esto no puede acabarse aqui...

El precipicio había sido un jarro de agua fria, pero Angelo no podía acabar asi, no quería y por una vez en su vida trato de centrarse y encontrar el metodo de sobrevivir.

Cherry, tranquila, vamos a salir de esta. Mientras hablaba el joven buscaba una salida.

La única salida que tenías a la vista era una sola, pero claro, la caída era bastante larga y seguramente, no sobrevivirías. La risilla se fue haciendo cada vez más fuerte hasta que de repente, escuchaste a tu espalda el sonido de hojas moverse, acto seguido, el Doctor Espino hizo su aparición entre los matorrales.

No sabías que había pasado, pero ahora lo veías algo distinto. Era él, eso lo sabías, pero había una sombra a su espalda, algo así como... como una cola de escorpión que salía de su espalda y se curvaba sobre su cabeza. En la punta, un montón de espinas como la que te había rozado el hombro.

- Veo que aquí estás, Mestizo. - Dijo con una sonrisa al mismo tiempo que Cherry se ponía delante tuyo.

Tu mirada se nublaba por momentos, pero ahora veías muy bien a qué te estabas enfrentando. Las manos de Espino no eran manos, eran garras como las de un cangrejo pero aumentadas, sus pies no eran ya dos, ahora eran seis como los de los escorpiones y su cola, bueno, su cola la tenías apuntando al pecho de Cherry.

- Y ahora tienes a esta chica que te defiende, ¿no es así? -