Partida Rol por web

Comenzastéis a correr como posesos hacia el bosque. Tyson te había cogido de la mano y más que corriendo, te llevaba levantada. Tus pies casi no tocaban el suelo mientras os internabáis en el bosque. Los árboles parecían cerrarse sobre vosotros a medida que ibáis corriendo hacia el interior y no se sentía más que el ruido de vuestra entrecortada respiración mientras avanzabais hacia el interior.

Avanzabais tan deprisa que apenas oíais o veíais nada, pero en ese momento, Tyson se paró en seco y señaló hacia el bosque.

Y en ese momento viste lo que le inquietaba.

Los árboles estaban repletos de palomas de todos colores y tamaños, algunas blancas, otras grises y otras negras como la noche. Había algunas que parecían más gallinas que palomas, con el pico ganchudo hacia abajo que daba miedo. Pero lo que más miedo daba eran esos ojillos rojos que os miraban.

Cientos de ojillos rojos.

- Palomas. Chungas. - Dijo el gigantón mientras se detenía en seco.

Grace se detuvo esperando encontrarse alguno de aquellos gigantones del gimnasio, o alguna de las cosas que los seguían en el taxi. Pero...

¿Palomas? Por favor, Tai... Las palomas no atacan a la gente... las palomas picotean las migas de pan del suelo, no hay porqué tener miedo.

Explica como si tratara de quitarle una especie de trauma. Bueno... nadie podía culparla. Ya había tenido que explicar a Tyson alguna que otra cosa de ese estilo.

Sin embargo, tampoco avanza. Hoy ya había tenido muchas sorpresas... y quizá aquellas palomas fueran una más. Su mano se dirige instintivamente hacia la empuñadura de la espada, que había enganchado a su cinturón para tener las manos libres durante la huída.

Vale... Dime qué está pasando.

- Dominio, casa. Las palomas lo vigilan. Pero estas me dan miedo. - Dijo Ty mientras te frenabas en el sitio.

El cíclope te cogió de la mano y sin dejar que te pares, te llevó caminando lentamente por lo que parece ser un camino rural entre los árboles. Los ojillos rojos, te miraban mientras avanzabáis. Os seguían al pasar por delante de ellas, pero no se movían del lugar.

Un sonido extraño comenzó a sonar varios metros delante de vosotros, pero las ratas voladoras seguían allí, sin moverse por lo que el grandullón te ayudó a seguir avanzando.

- Vamos a Campamento Mestizo. Allí tu segura y no monstruos. Además nos ayudarán, siempre ayudan a los Mestizos. -

Su mano presionó la tuya un poco y continuasteis avanzando con lentitud, y en el más absoluto silencio.

Grace se deja arrastrar de nuevo. No estaba acostumbrada a que Tyson tomara la iniciativa en nada, pero parece que es una chica adaptable. No se ha puesto histérica después de todo lo vivido en el día de hoy... o quizá es que es de efectos retardados. Ya se vería más adelante...

El asunto es que no puede evitar seguir mirando a las palomas mientras camina.

¿Dominio? ¿Casa? No entiendo nada, Tay...

Sigue caminando procurando no tropezarse, aunque es algo complicado de la forma en que Tyson la arrastra y sin mirar el suelo.

¿Mestizo? ¿Eres un mestizo? ¿Por eso nos ayudarán? ¿Nos explicarán qué está pasando? ¿Podré llamar a mis padres?

Su mente, como siempre, vuelve a trabajar a toda velocidad, enlazando ideas unas con otras sin preguntarse si sean o no correctas.

Tyson se detuvo por un segundo cuando le preguntaste si era un Mestizo.

- Niebla. No dejate ver la verdad. - Dijo serio, poniéndose frente a ti y cogiéndote las mejilas con sus enormes manazas.

Lentamente, Tyson fue acercándose a ti, poco a poco, como si estuviera a punto de darte un beso apasionado.

Sin embargo, sus manos te aferraban con fuerza, por lo que te era imposible zafarte aunque quisieras.

Sus labios estaban a pocos centímetros de los tuyos cuando su rostro se detuvo... y allí lo viste...

En su rostro, apareció un sólo ojo en la frente... claro que podría ser un tercer ojo, eso no era raro... lo extraño es que los otros dos desaparecieron y bajo su feo rostro, apareció otro aún más feo.

- ¿Ver bien? - Dijo sin soltarte mostrándote sus dientes enormes, amarillos y que necesitarían una ortodoncia urgente.

Grace sorprendida, abre los ojos.

Jo...der... -Murmura finalmente, cuando tras un par de largos segundos, la expresión de sorpresa empieza a desaparecer por una de asombro, y en sus labios, contra todo pronóstico, se dibuja una amplia sonrisa.

¡Tyson! ¡Qué guay! ¿Así son los Mestizos? ¿Qué eres exactamente?

Su cabeza vuelve a atar cabos de nuevo a una velocidad desorbitada, quizá de nuevo erróneamente y podría no equivocarse tanto si pensara un poquito algo más despacio, pero no podía evitarlo. Está tan emocionada que vuelve a pasarle por alto el hecho de que Tyson no ha contestado a ninguna de sus preguntas...

- Cíclope. Ser un Cíclope. Hijo de Poseidon. - Dijo con una sonrisa Ty mientras no dejaba de mirar hacia todos lados. - Mi padre es bueno, pero no me habla. -

¿Qué recuerdas de los cíclopes?

...

Tutorial Rápido de los Cíclopes:

Los Cíclopes de la primera generación eran hijos de Urano y Gea, y conocidos artesanos y constructores. Eran gigantes con un solo ojo en mitad de la frente y un temperamento horrible. Según Hesíodo ( un historiador griego que recuerdas de alguna clase de Mitología ) eran fuertes, testarudos, y de «bruscas emociones». Eventualmente sus nombres llegaron a ser sinónimo de fuerza y poder, y se usaban para referirse a armas especialmente bien manufacturadas.

Fin del Tutorial.

...

- ¿Pero sigues siendo amiga de Tyson, no? - Te pregunta algo entristecido al saber que ahora sabes la verdad.

Y ahora te das cuenta a que se referían las ancianas.

Grace se rasca un momento la cabeza, intentando recordar y olvidando por un momento aquella sensación de pánico que había tenido hace un momento... olvidando por completo las palomas y sus ojos rojos.

Claro, Tai... ¿Porqué no iba a serlo? Sigues siendo un grandullón.

Bromea, echándose a reír ante la idea de dejar de ser amiga de su grandullón sólo por ser un cíclope.

Oye, oye... pero entonces... ¿Eres hijo de Poseidón? ¿Por eso eres un mestizo? Pero... ¡¡Entonces los dioses griegos existen!!

Tan rápido como va su cerebro, a veces se salta algún paso... y había aceptado el hecho de que Tyson podía ser hijo de Poseidón, antes que la existencia del propio Poseidón. Sus ojos se abren desorbitados por la sorpresa, al escuchar estas palabras salir de su boca.

Dios... ¡Dioses! El profe de Mitología fliparía...

Así, sin más... Cómo si acabara de descubrir que las manzanas pueden ser de tres colores...

O cuatro... si los dioses existen realmente, quizá existan también aquellas manzanas doradas... -Y así, su mente vuelve a perderse entre intrincadas teorías y preguntas que no tenía tiempo de formular, olvidando por completo el peligro que había sentido hacía unos minutos.

- El profesor de Mitología... - Dijo Tyson aún revisando todo con la mirada. - No creer que flipar mucho. -

Y en ese momento, todo pareció tener un poco más de sentido.

Bueno, todo no, las palomas aún seguían mirandoos fijamente desde sus árboles.

Una de ellas, bajó planeando al suelo y se puso a picotear la tierra a unos diez metros de dónde estabáis.

Tyson te la señaló con la mirada y se encogió de hombros.

- ¿Palomas buenas? - Preguntó. - Ir con cuidado. -

Grace parece disfrutar de todo aquello a cada segundo que pasa.

Vaya... Qué guay eres, Tyson. Tanto tiempo pudiendo hacer esas cosas... -Dice, acariciando suavemente la empuñadura de la rústica espada que lleva en la cintura- ¡Y defenderte tú sólo! ¿Porqué no lo hacías? Podías haber dejado que fuera la damisela en apuros alguna vez, y tener que rescatarme, ¿no?

La última pregunta la suelta de forma divertida, casi echándose a reir, sin saber muy bien por la idea de ver a Tyson rescatándola o de verse a sí misma como una "damisela".

Oye, y en ese campamento mestizo... ¿Qué se hace? ¿Queda muy lejos? ¿Es como un campamento de verano para cíclopes o algo así? ¡Ay! Tendrán teléfono, ¿no? Tengo que llamar a mis padres y mi movil se ha quedado en el insti. Y hablando de padres... ¿Porqué tu padre no te habla?

Tyson le puso la mano en la boca cuando se lanzó a hablar como una cotorra.

Sus ojos, los cuales miraste en ese momento, señalaron junto a la primer paloma, una que estaba picoteando tranquila en el suelo. Ahora ya no era una sola. Ahora eran casi cinco y ya no picoteaban, sino que te miraban a ti y a Tyson con una extraña expresión en la cara.

Las palomas picoteaban una vez el suelo y después raspaban en el suelo con sus patas, como enfadadas.

Lentamente, más se unieron a ellas, ahora ya eran veinte en el suelo, por no contar casi la media centena de los árboles.

- Creo que tener problemas. - Dijo Ty. - Intenta callar por una vez. -

Grace podría haberse ofendido. De hecho, con otra persona quizá lo hubiera hecho. Pero estaba acostumbrada al lenguaje rudo de Tyson, así que no le importó el tono utilizado... y mucho menos, teniendo a aquellas extrañas palomas con su vista clavada en ellos.

Vale, son solo palomas, pero... Tyson también había sido sólo un chico hasta hacía unos segundos. Quizá las palomas se convirtieran en algo realmente "chungo" si se enfadaban. Y además, iba en contra de su política hacer enfadar a nadie...

Así que decide hacer caso al grandullón y cierra la boca, pero esta vez, vuelve a asegurar su mano en la empuñadura de la rústica espada que llevaba en la cintura.

Mientras Grace pensaba y callaba, el suelo se fue llenando de palomas.

Cada una con peor cara que la anterior.

En realidad, lo que parecían no eran palomas normales y corrientes, ni tampoco una nueva clase de palomas con los ojos rojos, ahora mismo, en la oscuridad, con sus ojillos rojos todos clavados en vosotros, sus plumas rotas, la piel de su rostro en una especie de... si... descomposición...

Eran palomas demoníacas.

En ese momento, una gritó y todas se lanzaron con los picos por delante hacia vosotros.

Ty te miró con los ojos, bueno, el ojo desencajado y te gritó...

- ¡Apártate! -

Te lanzas al suelo dando una voltereta al mismo tiempo, y Tyson hace lo mismo hacia el otro lado, casi al mismo tiempo que tú. Claro que él, pesando un par de kilos más, no cae con todo su peso, sino que rueda por el suelo hasta alejarse casi un metro de ti.

Las palomas pasan por entre ambos y por sobre vuestros cuerpos a una velocidad endiablada. No parecen detenerse y las que pasan cerca de ti, estiran su cuello intentando darte una dentellada con sus picos, que ahora que los ves más de cerca, tienen los bordes serrados y están curvados hacia abajo. Son tan grandes que parecen gallinas.

Tyson se acerca rápidamente a ti mientras ambos podéis observar como la bandada de palomas pasa de largo y comienza a dar la media vuelta con un gran giro, disponiéndose a atacaros nuevamente. Ahora, seguro que iran a por todas.

El hombretón te mira a los ojos y te sonríe.

- Querer guiso de paloma para cenar. Palomas ricas. - Dice mientras saca su espada y se dispone a combatirlas.

Grace se aparta el pelo de la cara para ver pasar de largo a las palomas... y también cómo estas dan media vuelta. Se incorpora tan rápido como puede y considera la opción de salir corriendo, pero... ¿Cómo iba a correr más que una paloma?

Las palabras y las acciones de Tyson consiguen que esa absurda idea de salir por patas acabe por desaparecer de su cabeza, y ahora, coge la espada con una mano y asiente a su compañero.

Sí, por supuesto... ¿Algún cursillo rápido de cómo manejar una espada? No es por nada, pero no he encontrado ni un sólo gimnasio donde enseñen a utilizar cosas así... Mucho karate, judo, aikido y kung fu, pero nada de espadas... ¿Puedes creerlo?

De nuevo, su lengua se acelera y empieza a hablar sin parecer tener intención de parar... Aunque esta vez, a parte de la adrenalina que empieza a correr por sus venas, hay otro motivo. Mantener su mente ocupada y focalizada en una sóla cosa a la vez. Algo que había aprendido de sus visitas al psicólogo de hacía años.

Poco a poco su mente se va centrando en el montón de palomas que llegan volando. Es plenamente consciente de que el grandullón sigue a su lado, pero también de que sabrá defenderse sólo, algo de lo que tenía sus dudas hasta hace tan sólo unos minutos.

Tyson te miró realmente descolocado.

Otra vez, lo viste con su apariencia normal. Un hombretón feo con los dientes amarillentos y puntiagudos y un sólo ojo en la frente.

Ojo que iba de tus ojos a las palomas de manera rápida, como si no supiera a quién mirar en este momento.

Al final, se decidió a hablar.

- Coger espada fuerte y apuntar con cuidado. Un espadazo, una paloma. - Dijo mientras las palomas se acercaban volando cada vez más deprisa.

En ese momento, Tyson sonrió.

- Y no pegar a Ty. -

Grace asiente confiada a las palabras de Tyson, pero cuando las palomas se acercan... esa confianza parece desaparecer con un "puf".

Comienzas a mover la espada en el aire de manera torpe, mientras que Tyson asesta unos tremendos golpes con sus puños a las palomas, las cuales salen despedidas en varias direcciones, golpeando a otras que vienen a atacaros. Muchas de ellas caen al suelo muertas, y desaparecen entre volutas de humo negro. Sin embargo, aunque tu compañero hace estragos entre ellas, tu apenas puedes darle de refilón a una, la cual pasa de largo y ahora parece querer regresar algo más cabreada.

Las palomas que quedan siguen su recorrido sin haberos tocado, y a lo lejos, nuevamente dan media vuelta para volver a lanzarse contra vosotros, ahora, extremadamente cabreadas.

Puedes ver sus ojos de fuego en la oscuridad, así como sus bocas entreabiertas y sus lenguas viperinas asomándo por las mismas.

Ahora si que dan miedo.