Partida Rol por web

Mensaje en blanco por si acaso.

Mensaje en blanco por si acaso.

... Una hora después...

Todo el grupo pudo ver como vuestra nave de transporte, otro punto más que se aproximaba a la Zeus, tomaba la misma ruta que otras muchas de las naves de transporte que ascendían desde el planeta, hasta que se mezcló entre ellas. Los hangares de atraque de la Zeus estaban totalmente abarrotados de naves que dejaban salir de sus fauces riadas de guardias imperiales que portaban a sus hombros todo el equipo completo así como sus petates. Muchos de ellos estaba desembarcando dando gritos y sin ningún tipo de filas u orden, mientras pendones y estandartes variados ondeaban entre los soldados y alzaban puños y daban vítores, una escena habitual en una nave de transporte de tropas como aquella.

Vuestra nave se sumo a las que ya había detenidas en la cubierta. Momentos antes de atracar, el conductor del camión desde el interior de la cabina de la bestia de 4 ejes os dijo: Vamos, todos a bordo, y agarraros bien, vamos a bajar. Unos servidores lobotomizados aparecieron para soltar las cinchas mientras el grupo subía a la caja de transporte del camión. Una vez sueltos los agarres, una sacudida confirmó que la nave se había detenido y la compuerta trasera de la misma comenzó a abrirse en el mismo proceso que antes había llevado a cabo para cerrarse. Muchas sirenas, muchas luces, y una gran rampa que se desplegaba.

El camión metió la segunda marcha atrás y salió volando con un fuerte chirrió de ruedas al pasar de la traqueteante rampa con superficie anti-deslizante a la inmaculadamente lista superficie de las cubiertas de la Zeus. Las naves que estaban próximas la vuestra estaban dejando salir en ese momento una amplia variedad de vehículos de combate en sus más esplendidas formas. Leman Russ de  todos los tipos, Chimeras, Salamanders, Hidras… Todos se salían ordenadamente y se colocaban en precisas filas según su asignación. El camión no… voló entre ellos haciendo sonar la bocina mientras el conductor hacía gala de su amplio repertorio de insultos para aquellas situaciones: ¡LARGO LARGO! ¡Fuera maldita sea! ¡NO NO POR AHÍ NO MIERDA DE GROX SECA! ¡¿Pero donde te han dado ese trasto tan grande? ¿Lo encontraste por la calle? ¡Largo de mi camino he dicho ostia! En ese momento esquivaba un gran tanque caza carros Vanquisher, y pasaba a escasos centímetros de su gran cañón anti tanque.

Algunos de los ocupantes del camión sonreían divertidos mientras otros miraban preocupados el peligroso viaje y la colérica conducción del tipo que los había llevado hasta ahí. Cuando el transporte consigue salir de la fila de tanques, se adentró en medio de los soldados que desembarcaban tocando el claxon y provocando una lluvia de insultos por parte de los jóvenes reclutas que estaban desembarcando, algunos se tuvieron que apartar apresuradamente saltando a los lados hasta que el camión hizo un derrape cerrado y dejando la salida de la parte trasera orientada hacia donde se encaminaban los soldados, se detuvo.

Un par de golpes en la zona que separaba la cabina de la zona de pasajeros os indico que estaba hablando para vosotros: Va, ya está venga, todos fuera antes de que nos maten en un linchamiento estos críos hinchados. Joderrrr que asco me dan estos pelados. El grupo bajó y se vio envuelto por la marea de soldados mientras el camión, de nuevo fundiendo el claxon se alejaba y desaparecía de la vista. Y ahí quedó el equipo, envuelto por los ensordecedores vítores de los reclutas ante sus estandartes y la emoción del ingreso en la guardia imperial, recibiendo empujones y multitud de frases como: “Apartar tíos”, “Fuera de nuestro camino”, “Mirar por donde vais”, y otras tantas frases similares. Los silbatos sonaban cerca mientras los jefes de grupo guiaban a sus hombres hacia determinadas zonas para organizar la riada humana.

- Bueno, ¿y ahora que? - dice mirando a Atreus - Si nos quedamos mucho rato aquí parados nos van a arrollar estos impertinentes.

Me dan ganas de usar los vocosintetizadores para espantar a toda esta gente con un chirrido, por lo menos nos tendrían más en consideración. Somos, o por lo menos lo aparentamos, hombres del Adeptus Mechanicus, que se han creido estos soldados hinchados y rapados.

Apartate tu, puto niñato.-El pelón mas cercano que lo empuja recibe otro de regalo por parte Glask.-Respeta a tus mayores canijo.-Se coloca bien la capa y el uniforme.-mejor alejémonos Telion,no quiero darle tortas a estos pobres pelones.-Glask se alejó de la riada de  ¨Escudos blancos¨ en dirección a un lateral del hangar,tal vez allí encontraran a uno de sus contactos.

Atreus estaba emocionado, él estaba acostumbrado a las multitudes de las naves, pero no a las que formaban parte de pasajeros. Las naves de transporte eran un universo de caras que no volvían a verse, y de maquinaria militar que nunca volvería intacto. Las únicas caras nuevas que se veían en la Orgullo eran las de los operarios de los espaciopuertos que reparaban la nave, y aún así sólo se veía sus caras a través de los cristales que protegían la nave del vacío. O las de las lanzaderas de transporte que traían recambios y municiones para las baterías artilleras. La Ejulve era autosuficiente en muchos aspectos, no necesitaba de otras naves. Una única vez había habido reemplazos, hace doce años tras un violento suceso con un malfuncionamiento (sabotaje dijeron) de los sistemas de soporte vital. Aunque estaba seguro que tras el suceso con la nave Cicatriz serían necesarias caras nuevas en la Orgullo. Él echaba de menos a los chicos de la I55.

Es cierto, debemos irnos, consultaré la placa de datos. A ver si menciona a quién debemos presentarnos...

     Cadyk desciende del camión sin una palabra pero con una sonrisa en los labios debido al viaje que les había proporcionado el camión. Si hubiese tenido un conductor así en la cacería de Lemas Secundus, no habríamos llegado tarde a la entrega. Pensó. Una vez descendió, se topó con todos aquellos críos uniformados, que lo empujaron sin compasión ni respeto alguno, lo cual le hizo recuperar su seriedad habitual. Malditos militares, allá donde vayas se creen el ombligo del mundo... Se detuvo junto a Atreus esperando que consultase la placa de datos y les diese algunas intrucciones.

El viaje habia sido todo lo divertido que podía ser. Me acomodé bien la capa, con el fin de parecer un guardia del tecnosacerdote. Disfruté del despliegue de velocidad y destreza de nuestro conductor, así como de su amplio vocabulario a la hora de insultar al projimo. Cuando debimos bajar, lo hice en silencio y me mantuve atento a la multitud, mientras esquivaba sus empujones tan rapido como quien se rasca cuando le pica. Parece que estuviera muy acostumbrado a las multitudes.

Asiento con la cabeza cuando hablan de largarnos, pues ese lugar no es el fin de nuestro viaje y debemos aun acomodarnos para pasar por el tiempo en la Disformidad.

Intentaba aparentar ser lo más indiferente que podía, tal como se esperaría de alguién perteneciente a la secta marciana, pero era difícil aguantar sin darle un bofetón a alguno de esos críos recién salido del campamento de instrucción. Ni que decir que eso era lo último que nos convenía pues debíamos pasar desapercibidos, ya que posiblemente el Enemigo pudiera tener agentes encubiertos, aun siendo uno de los navíos interestelares del Emperador.

Me situé junto a Atreus.

Efendi Borden pienso que deberíamos abandonar la cubierta de carga lo más rapidamente posible. Temo que, finalmente, nos meteremos en una pelea con estos reclutas engreidos y llamando la atención más de la cuenta.

No se preocupe señor El Kader, en cuanto la placa me de la información nos iremos. Parece contener mucha información y lleva un rato obtener una respuesta.

Sonó un disparo a escasos pasos, el impacto sonó duro y compacto ¿un proyectil solido en una nave imperial? Una nave apunto de salir a espacio abierto y saltar al espacio disforme. ¿Con un altercado con armas? algo extraño. Algunas voces sonaron, y un agujero se abrió entre el gentío. Algunos hombre se movieron y pronto el fluir de los reclutas, tanques y vehículos continuo.

La inmensidad del hangar donde os encontráis, os abruma, pero seguís ahí quietecitos y tranquilos. Esperando la perdición de un mundo, con la impasibilidad de una montaña. Algunas tropas imperiales, pasan a vuestro lado con mascaras y respiradores artificiales. Apenas os echan una mirada, pero parecen tropas especiales pero sin ninguna insignia visible, muy fuertemente armados y es de esperar preparados para lo que les caiga. Esta claro que os dirigís a una zona de guerra, y el Imperio actuá en consecuencia. Consecuencia para los enemigos del Emperador, que él los tenga en su gloria.

     Cadyk comenzaba a impacientarse. No hacían mas que empujarles y molestarles y ellos seguían allí parados sin mas. Su nuevo jefe sabría mucho de fogones, pero como agente de la Inquisición parecía andar mas perdido que un hexánido en una tienda de lencería. Estaba ahí plantado mirando su placa de datos como quien espera a que cante una piedra. Si esto era lo que les esperaba, el panorama no era muy alagüeño. Aficionados...

   De repente se escuchó un disparo, y tras la confusión inicial, parecía que de repente no le importaba a nadie. ¿Un proyectil sólido? ¿En una nave de la flota? Que extraño... Quizá se tratase del arma reglamentaria de un comisario. No había muchas mas explicaciones plausibles, teniendo en cuenta que al poco tiempo todo el mundo continuó con su trabajo. De todas formas no estaba de mas investigar el suceso. - ¿Vamos a indagar lo que ha ocurrido o seguimos a lo nuestro? Fue la lacónica pregunta que hizo. - Yo mismo podría acercarme.

Borden sentía la mirada de los chicos sobre él, pero se lo tomó con calma. Estaba estudiando la placa de datos en busca de archivos que les ayudaran. Tecleaba sin parar.

Atención: Clérigo de bajo nivel. ¿Y entonces porqué sólo él podía consultar la placa?

Cuando sonó el disparo sintió lástima aquellos comisarios con excesivo poder y manga ancha acababa de ejecutar a uno de los jóvenes reclutas de la Guardia Imperial seguramente porque había malentendido una orden. Odiaba a esos hombres que se creían con el poder de la vida y la muerte.

El disparo cogió desprevenido a Telion y se encogió, nunca había oido un disparo de ese tipo en una nave espacial.

Uno de sus compañeros, al que parecía que llamaban Cadyk, quería ir a investigar el disparo.

- No creo que sea una buena idea, el Adeptus Mechanicus no es la Inquisición, no investigamos salidas de tono de los comisarios o los jovenes reclutas de la Guardia Imperial.

Al acabar de decir esto Telion se acerca a Atreus que está liado con la placa de datos y se pone a ayudarle ya que él tenía más practica con esos cacharros.

Si, mejor no meterse en los asuntos de la Guardia Imperial. Solo somos siervos del Adeptus Mechanicus, así que sería recomendable mantener cierto hermetismo.

Efendi Borden, ¿habeis localizado donde se encuentran nuestros aposentos?

Miro al Clerigo con cierta impaciencia. Si bien no me molesta estar en la multitud, claramente no es el mejor sitio para ponerse a mirar la tabla de datos y encontrar instrucciones. Quizas salir del caos, quizas ponernos contra una pared o en algun lugar sin tantas personas ayude a nuestro lider a optimizar sus procesos de busqueda.

Imagino que la gente que no vivió toda su vida en una colmena no estan acostumbrados a este gentío, ni a disparos como los que acabamos de oir. No me inmuta en lo más minimo. No fueron para nosotros y no es algo que me importe. Despues de años viviendo en las bajas colmenas, los disparon son tan comunes como las voces.

Espero a que decidan mientras miro alrededor nuestro, fijandome si es que está sucediendo algo fuera de lo común y debemos alertarnos o no.

La columna de Glask se tensa como un muelle y su mano vuela hacia su cadera aferra el hacha y gira sobre sus talones en busca del ruido de la bala,su mano derecha en cambio baja lentamente hacia la pistolera de la cadera y retrocede un paso.-Borden...creo que deberíamos apartarnos de aquí.-Glask decía las palabras con lentitud mientras escudriñaba lo que le rodeaba.

En un momento dado, aun en medio de aquella amalgama de trasportes y tropas. Algún capataz en un alarde de inteligencia, decidió mandar una fila de transportes por aquella zona. Haciendo que unos vehículos terrestres de hasta 4 ejes se dirigieran hacia donde ellos se encontraban. Haciendo que se movieran ligeramente de ese lugar. Los vehículos no iban muy rápido pero iban cargados hasta los topes. Algunos soldados se quejaron con alegres palabras:

-!MAMON MIRA POR DONDE ANDAS¡ !ESTUPIDO¡ !ERES INVECIL O SOLO RETRASADO MENTAL! -

Y así un largo etcétera. Allí plantados pueden ver como aparece una gorra que mas o menos os es familiar, un toque frió que sentís en la espalda, os avisa de que habéis identificado la gorra en concreto. Un comisario aparece por allí, solo y ha grandes zancadas, mira de un lado al otro y se para ha escasos metros. Muchos hombres ni lo miran y se esfuerzan por ir mas rápido, agolpándose aun mas. Después prosigue sin prestar atención, aparentemente, y sigue caminando perdiéndose entre la masa de tropas.

Las puertas del hangar empiezan ha cerrarse con un aviso de una bocina;

¡¡BOOOOOOOOOOOOOOOCK!! 

Todos saltáis del susto y poco a poco las compuertas se van cerrando.