Partida Rol por web

Un último sentamiento de humanidad recorrió la zona, antes de empezar ha escuchar un golpeteo extraño de fondo, este golpeteo pronto se escucho muy cercan y real. Ciento de miles de pequeños pies, se estaban moviendo y se acercaban ha gran velocidad, los elementos de defensa circundantes parecieron ondularse ante este sonido y solo una cosa pareció detenerlos y asustarlos a pocos metros del grupo.
Cadyk Índigo se sintió movido por esta presencia, pero fue mas él mismo que un ataque que lo moviera. Habia una presencia abrumadora, una presencia que se aguantaba en los limites de la realidad por muy poco, y todos estaban en el hilo de la cordura gracias ha un compañero, aun así ese movimiento de miles de pies parecía hacer mella en la moral.

Borden lo percibió, esa sensación. La conocía, la había sentido dos veces en su vida, al cruzar la disformidad. Siempre al cruzar la disformidad, cuando los escudos fallaban. El más terrible y peligroso de los enemigos de la humanidad: criaturas de las disformidad, servidores de las fuerzas del mal que habitaban en ella, seres de una maldad y una locura tan absolutas que su mera presencia era causa de corrupción y muerte.

¡Daemonem!

Glask que había corrido hasta la posición de su compañero caído no se digno ni a mirar si el proyectil había tenido o no efecto sobre lo que fuera aquella luz,pero el miedo al tirador seguía fresco en su memoria¨putos tiradores y sus putas armas...¨ así que cogió con fuerza a Hamido y se lo cargó en el hombro para llevarlo junto a los demás,el suelo tembló bajo sus pies y su percepción se resquebrajó por los límites de su percepción, Glask  sabía que algo chungo estaba pasando ya que el puto conductor de funeraria que tenía por compañero ni se inmutaba y el resto del lugar junto a sus compañeros parecía que se iba a desmoronar como chocolate fundido¨Me apuesto las pelotas a que Jhony labios sellados sabe de que coño va esto¨

Vamos Hamido,joder por mucho que vomites no vasa pesar menos...-Se aseguró el peso casi muerto de su camarada y gritó.-mueve los putos pies joder...-no quería admitirlo pero el mercenario tenía los cojones a la altura de la tráquea.

El sonido ya no estaba acercándose estaba sobre ellos, al rededor de ellos y casi dentro de ellos. Solo la “mágica” mano de Cadyk parecía apaciguar todo aquel extraño suceso, aun con este amortiguador, parte del grupo empezó a sufrir las consecuencias.
Jericus se meo en los pantalones, dentro del vehículo y sollozaba trabajosamente, sintiendo como una voluntad ajena a él le golpeaba como aire caliente en la cara.
El sonido era insoportable, y alguno decidió hacer lo que mejor sabia rezar entre labios y soltar a los cuatro vientos, aquello que suponía pero no veía, aquello que le golpeaba desde algún sitio que no lograba comprender, era sin duda la aparición de un demonio.

En las guerras siempre existen actos de barbarie, pero también hay actos de valor y compañerismos, allí se encontraba Glask ayudando a incorporarse ha Hamido, y mientras este terminaba de vomitar, vio algo que no le gusto. Del liquido vomitado pudo ver como un millar de gusanos se movían dentro de el, y no pudo si no provocarse y soltar a su amigo que parecía firme, le echo un rápido vistazo a la cara y vio unos ojos en blanco que no puedo olvidar en varias noches. En ese momento con una sonrisa, como si se despidiera Hamido empezó a correr, por donde habían venido. Parecía que aun herido, había recobrado  parte de su fortaleza normal, y lo mas que veía el grupo era su espalda, y su turbante al viento, en aquel traquetear de pasos.

Reviso el vehículo cuando comienzo a sentir algo en mi espalda. Comienza sutil, como cuando se siente a alguien tras de sí. Me giro y miro alerta, pero nada hay dentro de la cabina de un blindado, un espacio reducido como este no podría albergar dos personas sin que se notasen. Sigo con mi tarea cuando siento nuevamente aquella sensación, giro nuevamente aunque ahora un poco asustado, pero el lugar detrás mío sigue vacío.

Me giro para continuar con mi trabajo cuando siento una mano fría en mi rostro. Me alejo trastabillando de espaldas, asustado y siento a alguien o "algo" frente a mí, mirándome. Busco con mi mano mi cuchillo pero no llego a desenfundarlo pues siento manos frías que me tocan por todos lados mientras susurros de gritos me hablan de cosas oscuras que no deseo escuchar.

Mis manos se dirigen instintivamente a mis oídos para taparlos mientras mi posición se vuelve fetal. De pronto, el aire comenzó a calentarse, volviéndose abrasador. Me cubro la cara mientras comienzo a sollozar y temblar de terror e impotencia ante algo oscuro y terrible contra lo que no puedo defenderme. De pronto la voluntad, terrible y poderosa, comienza a reírse de mí. Veo imágenes incoherentes y terribles: Formas de muerte y fuego, sombras de maldad y corrupción. Todas ellas danzan a mi alrededor, celebrando la caída de la humanidad y de mi ser.

Mis pantalones se mojan en un acto reflejo de mi miedo incontrolable. Mis susurros llenan la cabina del blindado mientras mis ojos, desorbitados, buscan respuestas o refugio en la horrible incoherencia de mi opresión:

 -"No nací para esto. Mis enemigos mueren con disparos, no se levantan como cadáveres para acabarme. La herejía es maligna, pero yo no puedo contra esto. No, contra esto no."

Mi vejiga ya se ha terminado de vaciar mientras mis ojos cerrados intentan protegerme de terribles visiones demoníacas que no deseo percibir. Mis manos sujetan mi cabeza, intentando protegerme de un universo que guarda más horrores de los que el hombre común está preparado para afrontar.

     Mas por las reacciones de sus compañeros que por su propia percepción el entorno, Cadyk comenzó a darse cuenta de lo que estaba ocurriendo. Notó como algún tipo de fuerza sobrenatural presionaba los bordes de su zona de anulación, tanteando su voluntad... Lo siento, seas lo que seas... la puerta está cerrada. Pensó. Quedaba claro ahora el porqué de que lo hubiesen asignado a la misión. Comenzó a escuchar los sollozos y otros sonidos que le llegaban de sus compañeros y se puso en guardia. No podía permitir que el equipo se rompiese de aquella manera, sino su presencia allí no tendría sentido y, aunque odiase reconocerlo, él solo no podría seguramente completar la misión.

     Cuando vio correr a Hamido supo que si perdía mas tiempo dudando la cosa iba a complicarse cada vez mas. - ¡Hey! ¡Maldito tallarn no te alejes! Gritó a Hamido que no parecía oírle. - Que no se aleje nadie. Acercaos a mi, no hay tiempo para explicaciones. Concluyó con tono autoritario mientras apuntaba a las sombras fuera del perímetro con su rifle automático. La mira láser barría el oscuro vacío, esperando que algo allí le devolviese el saludo. Si se trataba de lo que pensaba (y no creía equivocarse) quizás sus sentidos y las formas de detección mundanas no sirviesen, pero prefería mantenerse ocupado.

Glask se apartó del vómito como pudo y miró a su amigo a los ojos.-!Pero que coño?¡.-rugió el salvaje cuando miró los ojos blancos como la leche de su amigo,se giró para intentar seguirle...pero al parecer por gloria divina y del trono o el emperador se había levantado de este o alguien le había pateado la cara al mudo por que...¨JODER¡,HA DICHO MAS DE 4 PALABRAS SEGUIDAS?...ESTO SE MERECE UN PREMIO¨.-Lo siento amigo...o lo que seas.-Glask se llevó la mano a la funda trasera del pantalón aferró con dedos temblorosos el filo-hacha y mientras lanzaba el hacha sobre la espalda desprotegida de su antiguo compañero una lagrima solitaria cayó por su mejilla.-adiós...

Los sensores de Telion reaccionan tarde a las sensaciones o quizás el Dios máquina estaba protegiendo a su leal subdito de lo que parece estaba afectando a sus compañeros. Sea como fuese Telion no se había visto afectado, de momento.

Hamido parecía poseído y Glask acobardado por las reacciones de sus compañeros había decidido atacar a su compañero después de abandonarlo a su suerte mientras este parecía vomitar, todo el mundo se estaba volviendo loco. Incluso el padre Atreus gritaba. Caddyk les gritó a todos para reunirse junto a él, Telion supuso que su experiencia con la Inquisición le hacía tener un punto superior de control que sus compañeros.

Telion se dirigió hacía Caddyk corriendo cuanto podía con el rifle laser en las manos esperando encontrarse cualquier cosa.

Borden, asustado ante lo que estaba contemplando, lloró al ver cómo uno de su compañeros había sido poseído. El Caos se había hecho fuerte en él, y en caso de que sobreviviera a aquella esperanza su alma se abría visto corrompida para siempre. Pero no iba a tolear el comportamiento de Galsk. Desenfundó la pistola, la pistola pesada y con aquella apuntó a su compañero. No a Hamido, sino a Glask.

¡Necio! -le increpó- No te muevas. ¿Así es como tratas a tus compañeros? Está sufriendo debemos hacer cuanto esté en nuestra mano por salvarle? No purgarle de inmediato.

Pero Borden estaba asustado, no sabía que hacer para salvarle. Aferró la pistola con ambas manos pero estas le temblaban, esta asustado. La incertidumbre...

El grupo se aloco por unos instantes parece que todo aquel zumbido de pies los había vuelto inestables, un bocado muy grande para un pez tan pequeño.
Aun así para ser la primera experiencia para algunos aguantaron el tirón con cierto estoicismo, y los pantalones manchados solo pasarían ha ser una anécdota de chanzas en alguna taberna, si es que quedaba alguna de pie en este sucio planeta.
Glask llevado por su instinto hizo rodar su hacha por el aire en dirección de Hamido, este loco como iba sucumbió a este ataque que casi le arranca el brazo derecho. Mientras caía de cara al suelo, el sonido de las miles de patas al caminar fue cesando, casi al instante y realmente parecía como si un millar de bichos se estuvieran escondiendo en ese instante, pero no vieran ninguno.

En este momento de locura Atreus apunto con su arma a Glask, y el arma firme en su mano lo apuntaba con una amenaza en su voz “-¡Necio! -le increpó- No te muevas. ¿Así es como tratas a tus compañeros? Está sufriendo debemos hacer cuanto esté en nuestra mano por salvarle? No purgarle de inmediato.”- parece que el “pater” estaba dispuesto a perdonar llegando al final de sus consecuencias, algo que no todos estaban dispuestos a permitir.

Así quedo durante unos segundos el lugar, en un sucio silencio con un amigo caído y con el incesante sonido de pies lentamente y desapreciando del alrededor.

La situación no sólo le quedaba grande al pobre adeptus mechanicus Telion si no también al resto del grupo, ahora parecía que Atreus apuntaba a Glask por haber abatido a Hamido en su ataque de posesión....

Era todo tan extraño, tan.... caótico, una chispa se encendió en el cerebro de Telion.

- ¡Compañeros! - dijo con tono suficiente para que le oyeran todos - Tranquilizaros, nuestro enemigo quiere que nos enfrentemos los unos con los otros para menguar nuestra efectividad reduciendo nuestro número y confianza, quiere volvernos locos y paranóicos. Recordemos porque estamos aquí y que hemos venido a buscar.

     Vaya, tal parecía que el pater tenía agallas, eso había que reconocerlo. Ahí estaba apuntando a un tipo con el suficiente entrenamiento y falta de escrúpulos como para hacerse un cinturón con sus tripas. Estaba claro que era un hombre con mas convicción que sentido común. La situación no podía mas que empeorar con acciones así, aunque la reacción de Glask tampoco había sido nada acertada.

    Sintiendo que la presión sobrenatural se calmaba (al menos momentáneamente), Cadyk se acercó a paso ligero al lugar donde Hamido había caído. Se agachó y con cuidado le dio la vuelta, casi esperando que la misericordia del Emperador le hubiese arrebatado la vida. Muerte antes que deshonor... pensó.

El silencio llega a mí, pues las voces, los susurros y las sensaciones terribles que me atormentaban ya se han ido. No entiendo nada de lo sucedido y eso no quita de mí el terror y la podredumbre que embarga mis sentimientos. Me siento superado, me siento indefenso e impotente. Siento que todo lo que soy se desmorona al enfrentarme contra algo que no puedo palpar y contra lo cual no tengo defensa. Mi mundo se cae a pedazos mientras yo agonizo entre sus escombros.

El silencio a mi alrededor es solo acallado por mi llanto desconsolado. El llanto de un hombre valiente que no puede más y cuya fortaleza se ha quebrado al mirar dentro del abismo y sentir que el abismo también ha mirado dentro de mí. Permanezco abrazado a mi mismo, en posición fetal y llorando, incapaz de recobrar el control de mi cuerpo, pues mi mente desea huir de ahí sin carga alguna que la detenga.

Glask sintió la presión en su cerebro disminuir así que aquello que había destruido el alma de su amigo había ¨muerto¨ o desaparecido.-Hamido¡.-Gritó con voz rota Glask,que dejando la mochila a un lado corrió hacia su compañero,en su mente no había cabida para las amenazas de nadie,si el páter le disparaba por la espalda tanto daba,había disparado a un ¨Hermano¨ y eso lo llenaba de dolor¨pero que otra opción tenía?...dejarlo vivir una vida de corrupción y servidumbre al caos?¨.

Habiendo llegado junto a Hamido cayó junto a este y se arrancó las gafas para poder mirar a los ojos a su compañero.-Hermano,aguanta...-algunas lagrimas solitarias caían por sus mejillas limpiando la suciedad y el polvo de su rostro.-no tenía opción...no podía...-cerró la mano con fuerza en la tierra y la otra en la que aún empuñaba la pistola¨Pronto habrá que rematarlo...es lo que me enseñaron en estos casos...¨

El estupor del momento, congelo al grupo durante unos instantes, Glask acostumbrados todos a como era, dedico los últimos momentos de un cuerpo caliente a abrazar a su difunto amigo Hamido. Era un momento del todo emotivo, un momento de pena. El sonido de los pasos desapareció como si un montón de agua se perdiera por un sumidero y un sonido de succión lo hizo desaparecer. El sonido a disparos cercanos volvió a aparecer, y algunos incendios a lo lejos volvió ha ser parte de lo que realmente tenían que notar. Y no una presencia que lo embargaba todo.

Esto era la guerra, y siempre fue cruel y despiadada y ninguno espero que esto fuese a cambiar.

El tiempo pasaba en balde, era como cuando estas como una mujer y te entretienes en desabrocharle ciertos botones, la cremallera precede al botón, que gusto cuando salen y que sorpresa encontrar lo que sin duda andabas buscando. Esos segundo ese intringulis ese momento que deseabas que no pasara nunca. Lo bueno que tenemos los hombres de guerra, es que tenemos la suerte de dar un paso adelante porque nos precede el valor de haberlo echo, algo del todo encomiable.
Momentos de amargura dentro de una guerra a gran escala, algún caótico loco e indeseable tiene que estar detrás de su mira telescópica riéndose como un verdadero loco, si estuviera mirando la situación. Algo que lo llenaría de felicidad, si ya de por si era fácil machacar a los imperiales débiles en su credo y en sus formas, rotos y desunidos era cosa de niños. El caos si que era una buena mano, un poder que se podía respirar, tocar y sentir. Un poder que unos pocos podían llegar a albergar dentro de sus cuerpos sin estallar como pura mierda.

     Lo conocía desde hacía poco, pero algo parecido a la pena se deslizó por la garganta de Cadyk mientras cerraba los ojos de Hamido, aun en brazos de Glask. Una sensación que valoró, porque a veces necesitaba recordar que aun era humano. Había pasado demasiado tiempo trabajando solo y la verdad es que durante mucho tiempo prefirió que fuese así. Sabía la reacción que solía despertar en la gente y cómo lo miraban... y lo odiaba. No quería acercarse mas a ésta gente, a éstos compañeros que le habían impuesto, porque no quería sufrir de nuevo el dolor visceral del rechazo, pero algo dentro de él le pedía abrazar por una vez la camaradería... aunque no sabía como. La vida no le había enseñado esa lección.

     Se puso de pie y por un momento estuvo a punto de poner su mano sobre el hombro de Glask. Se contuvo en el último instante y la retiró. Sabía lo poco que le gustaba a la gente su contacto. - Hay que moverse. Le dijo al soldado. - Ya no podemos hacer nada por él. Era su forma de "consolar" al hombre que acababa de perder a un compañero. No conocía otra.

¿Nada por él?

¿Quién eres tú, Cadyk, para decir que nada se puede hacer por él? ¿Cómo puedes ser tan frío, tan pragmático, ante la muerte de un compañero, quien nos ha acompañado en en este difícil y necesario viaje; sanado las heridas de nuestra carne? ¿Cómo la Humanidad a ganar la guerra por su alma si se rinde con tanta facilidad?

Borden disparó su arma, pero no a Glask, sino al suelo que había junto a su bota. Toda la furia reprimida quedaba liberada en aquel instante de ira y rebeldía, para dejar paso a una agradable sensación de liberación.

Una oración por el alma de Hamido, el más humilde de los siervos del Emperador, quien abandonó la vida de pecado para consagrar su vida a un fin mayor que sólo el Señor del Trono Dorado de Terra puede agradecerle. ¡Salve Hamido! ¡Campeón de la Humanidad!

Las últimas palabras fueron las mismas palabras que Atreus dedicó a aquel hombre, al que siempre guardaría eterna amistad, cuando destruyó el vehículo enemigo. Salvando a todos.

...y tú-señaló a Glask-...necio, le has matado sin siquiera luchar por él. El Dios-Emperador sabrá juzgar tus actos.

      El intocable miró al sacerdote unos momentos a los ojos sin decir una palabra. ¿Que podía decir al fin y al cabo? Como el resto de la gente, él no comprendía como se sentía por dentro. Nunca lo haría. A nadie le importaba. Además, ¿de que otra forma podríamos ganar ésta guerra eterna que siendo fríos y pragmáticos? ¿Abriendo nuestros brazos y corazones al hereje, al mutante, al impío...? Aun así se unió en oración silenciosa a Atreus por el alma del compañero caído. Seguramente es lo menos que merecía por su servicio al Emperador.