Partida Rol por web

Darky no se había parado a esperar a sus compañeros, conforme desapareció el Hechicero desapareció una pequeña luz tintineante tras él.

Bajáis por los peldaños sion peligro aparente. Darky intenta volar velozmente trantando de alcanzar al Hechicero, pero por mas que lo intenta parece que el Hechicero ha desaparecido. Al tocar suelo de nuevo nace un corredor largo. Encontráis un pequeño arco exavado en la roca y la mayoría de vosotros tenéis que agacharos para atrevesarlo. Al otro lado del arco os detenéis y miráis a vuestro alrededor.

Es extraño, tenési dos estatuas a cada uno de los lados, y al final del pasillo que muere en una puerta esta protegida por un muro que escupe fuego con cara de Orco. El fuego sale de la boca cubriendo todo el pasillo para que los extraños no puedan cruzar hasta la puerta. Sin embargo no todo parece imposible en este laberinto, entre que escupe el fuego y vuelve a cargarlo hay un intervalo de unos dos segundos..

Sigo bajando hasta encontrar un largo pasillo por el que sale de la otra parte una llama a intervalos.

Por eso prefiero luchar contra guerreros, siempre atacan de frente y gana el más fuerte. En esos combates no hay argucias.

Miro atentamente la llama.

No sé si podré llegar al otro lado a tiempo, un resbalón y se acabó todo.

Eso sin olvidar que pueden haber más trampas ocultas en este pasillo.

Holgo al llegar al nuevo lugar se detiene a una distancia prudente para que las llamas no le alcance. -Vaya vaya, parece que esto aún no ha terminado Dice para sí mientras recorre con la mirada los huecos que hay por el pasillo. ¿Creéis que podemos ruzar? Hay huecos en los pasillos y no creo que la llama os dañe si lo hacéis rápido. Pero debe de ser alguien pequeño y rápido..

El hada lo tendría fácil piensa Holgo, pero quizá demasiada excasa en fuerzas. -¿Qué tal la enana?-

¿Y por qué supones que al otro lado habrá un interruptor para apagar la llama? De lo contrario tendríamos que pasar todos.

El anciano con la mirada, calculaba la estrechez de los angostos recovecos, la distancia entre uno y otro...

Ravie se detiene junto al resto, algo apelotonados en los escasos metros a los que la llamarada no llega. Ladea la cabeza a un lado y a otro mientras evalua la situación. Empieza a estar cansada de tantos túneles, a pesar de estar más que acostumbrada a ellos. La esperanza de acabar con el Hechicero hace pocos momentos se está evaporando con cada segundo que pierden y eso provoca que se sienta algo malhumorada.

-¡Hm! Está bien, no soy muy rápida pero ya que el resto necesitáis una buena dieta...- comenta en tono de burla, dirigiendo una sonrisa pilla a todos los que la rodean antes de salir corriendo todo lo rápido posible hasta el primer hueco, en el cuál se pega a la pared esperando que la llama cese para volver a empezar... y así sucesivamente.

Veo como Ravenna se va a enfrentar sola al fuego.

Desde luego esta chica es muy valiente, hace honor a su raza.

Miro preocupado como se aleja mientras me acaricio la barba inconscientemente.

Que los dioses la protejan.

-No lo supongo. Tiene que haberlo..

Dice no muy seguro de si mismo mientras deja paso a la enana y no duda en colcoarse a un lado de la pared para verla mas de cerca y que la llama no le de.

-Venga pequeña. Tú puedes..

Ravie atiende al fuego que sale de la estatua de Orco y espera a que deje de escupir para avanzar por el pasillo. Rápidamente se cuela por cada uno de los recodos en cada intervalo de tiempo en que escupe y deja de escupir fuego. Cuando llega a la mitad del pasillo parece ver una palanca al otro lado.

-¡Hey! Veo una palanca Grita la enana para que le escuchen bien. Pero... está atascada- De pronto se da cuenta de que debajo de la palanca hay algo escrito. ¡Esperad! Aquí dice algo.. dice que "aquel que mueva las estatuas al centro desactivará el fuego del Orco Sigue leyendo ..pero cuidado un error y la estatua revivirá"-

Miro con admiración como la enana va sorteando las dificultades.

Es una buena guerrera y ágil, vale su peso en oro.

Cuando Ravenna llega hasta la palanca lee lo escrito.

Por si llegar hasta alli era demasiado fácil hay que seguir haciendo más pruebas. Cuando coja al hechicero le haré tragar todas sus pruebas.

¿ Cuanto puede pesar la estatua ?

-Sólo hay una forma de saberlo mi querido enano- Holgo se guarda el hacha para tener los dos brazos libres y acercarse a la estatua e la derecha. Antes de meter la pata de un pequeño vistazo por si tuviera alguna inscripción grabada en la misma.

¡Aguanta Ravie!

Advirtió mientras se acercaba a dicha estatua. Allí sus fuertes brazos se tensaron para poder mover la estatua. -Ijjjjj..¡ayudadme!- La estatua cede algunos milímetros pero hará falta la ayuda de alguien tan fuerte como el semiorco. -Eh tú Señala al bárbaro Gorex. Acercaté....

Veo como el maese Holgo se dirige a mover la estatua, pero apenas puede moverla.

Tendré que ir a ayudarlo.

Me guardo el hacha y cuando voy a avanzar en su ayuda veo como llama a Gorex.

Estaré preparado por si le tengo que ayudar.

Tras leer el mensaje de advertencia, Ravie todavía se queda un buen rato observando la palanca por todos lados cómo si fuera a recibir más instrucciones al respecto. Puede que cuando se muevan las estatuas pueda accionarse, hmm...

Cuando el semiorco espeta que aguante, se gira hacia él mirando alrededor, ¿que aguante qué?, ¿la calor? Se pasa una de sus pequeñas y enguantadas manos por la sudorosa frente y entrecierra los ojos observando como a lo lejos sus compañeros mueven la susodicha estatua. Parece buena idea...

Edgar, que se había mantenido un poco al margen mientras sopesaba la situación, reacciona bruscamente tras escuchar las palabras de Ravie y observar la reacción del semiorco. Sacudiendo la cabeza y empujando a sus compañeros ligeramente para apartarles de la zona situada frente al pasillo del que provenía la llama, comienza a hablar.

- ¡Detente, Holgo! Ravie dijo las estatuas, no que fuera solamente una. Quizás haya que hacerlo al mismo tiempo... -afirma, mientras se sitúa tras la estatua opuesta a la de su diligente nuevo compañero- Y me temo que, si lo hacemos mal, esa llama aumentará en fuerza y se llevará por delante a todo el que se quede frente al pasillo... Si no lo hace con Ravie también. ¡Pega la espalda a la pared y resguárdate, pequeña! ¡Hazlo por mí, ya falta poco! -grita, para que la enana le pueda oír, dirigiéndose a continuación al resto de asaltantes del cubil del hechicero- Repartámonos entre las dos estatuas y empujemos a la vez, ¡APRISA, O SE NOS ESCAPARÁ!

El anciano se situó al lado de Edgar, puso las dos manos en la estatua y buscó un punto de apoyo tras la estatua para empujarla con más fuerza.

Mejor cuatro brazos que dos, ¿no?