Partida Rol por web

[color=#FC7500]Monster Ai ni ikite[/color]

[color=#FC7500]Escena 0 ~ Un día lluvioso, un nuevo comienzo.[/color]

Grupo 1

Finalmente llego el día que Patricio había estado esperando, después de todo, no ha pasado mas de dos semanas desde que recibió el llamado, un llamado que cambiaría el curso de su vida actual. Su solicitud de ingreso había sido recibida entre los otros miles de postulantes que ansiaban ingresar, pero el, entre tantos otros lo había logrado ¿Qué tenía de especial el? ¿Por qué era mejor que el resto? ¿Fue cosa de suerte? Realmente nadie lo sabe, pero el tema es que, aquí estaba ahora mismo, afuera de una casa que no había sido la de el, pero ahora lo es, de el y otros nuevos integrantes que deberían estar por llegar en cualquier momento. El sonido de la lluvia en parte relajaba, pero también provocaba que el ambiente este húmedo y frio.  ¿Quién se imaginaría que tan temprano en el Otoño hubiese una lluvia como estas? Bueno, tampoco puedes hacer mucho, ya que estas esperando afuera de la reja de la casa a que esta les sea entregada, a ti, ya tus compañeros y compañeras que deberían estar por llegar.

Mientras Patricio espera, en un auto negro todo terreno, con vidrios polarizados vienen cuatro personas, adelante dos agentes de la ATdP, y atrás dos extraespecies en completo silencio, por un lado está Rei Yamichi, un ser enigmático, que miraba con interés atreves  de los vidrios obscuros del automóvil, deleitándose de su suerte de llegar un día sin el terrible sol para que le moleste, y por otro lado contemplando lo diferente que es este lugar de su ciudad natal ¿Dónde están los guardias? ¿Por qué el carro no tiene caballos? Son solo algunas de las muchas cosas que circulaban por su mente, eso sin contar otros detalles que rondaban por ahí. Pero por otro lado también estaba Lereina, la pobre usugi no entendía lo que pasaba realmente, no esperaba subirse es un extraño aparato que se movía potenciado por una extraña fuente mágica que despedía sonidos tan fuertes (el automóvil), y por otro lado, contemplaba con una mezcla de fascinación y horror el lugar donde estaba llegando, ¿Dónde están los campos? ¿Por qué todo el piso es de piedra? ¿Qué  son todas aquellas cosas tan extrañas que circulan alrededor? (otros automóviles), y también algo asombrada por el clima, ya que  de su lugar de procedencia, no habían lluvias tan fuertes casi nunca, y cuando las había era con esas horribles luces del cielo que lastimaban sus oídos.

Tras el silencioso viaje de unos siete minutos restantes, ambos llegáis montados en el carruaje de acero a su destino. El vehículo se detiene por completo y escuchan como se abren unos compartimientos, para luego abrirse ambas puertas a sus lados. Afuera os esperan dos personas, más bien una persona y una extraespecie.  Patricio da unos pasos hacia adelante y le es extendida una mano cordial de la humana que había descendido del automóvil.

-Señor… ¿Romero Patricio? – Pregunta levantando sus gafas para dejar ver unos ojos de color purpura – Felicidades por quedar seleccionado en el proyecto, os presento a vuestros compañeros, Lereina, una usugi – Dice apuntando a la muchacha que acababa de descender del auto, y luego a su compañero, un ser mucho mas humanoide, vestido con elegantes ropas – Y este es Rei Yamichi, un híbrido, a mi puede llamarme Miss Moonlight, y esta es mi compañera Nina – Dice apartándose, revelando a una extraespecie también vestida con el uniforme, su expresión es seria y simplemente se limita a levantar la mano para saludarte.

Notáis que la casa esta amurallada, por una alta muralla con cerco de alambres por arriba, y su acceso es una enorme reja metálica para vehículos, con al lado una puerta metálica para personas, no podéis ver bien la casa pero es enorme. 

Me cruzo de brazos, contemplando al grupo, normalmente los primeros días son difíciles, tanto para los humanos como para las extraespecie, por lo que no puedo evitar sentir algo de lastima por ellos. Aunque por otro lado, se que en el fondo si lo hacen bien se pueden divertir bastante.

-Si lo hacen bien - Pienso mirando a Patricio mientras vuelvo a colocar los lentes sobre mis ojos - Normalmente la gente cree que esto es cantar y cocer, no saben cuanto se equivocan, pero bueno, nadie los obliga a postular - Una sonrisa se dibuja en mis labios - Nina, se un amor y abre la puerta ¿quieres? 

Mucha agua este día, el agua me molesta y provoca que no de lo mejor de mi, pero no hay nada que pueda hacer y a ya llevo aquí bastante tiempo como para irritarme por un hecho así nada mas, miro con interés al par de compatriotas que habían llegado hace poco, recordando algo nostálgica mis primeros días en el mundo humano, todos los problemas en los que nos metimos con L... digo Moonlight, la voz de esta  me saca de mis meditaciones. 

-Por su puesto - Digo con el mismo carácter serio, dirigiéndome hacia la puerta pequeña con un puñado de llaves en mis manos, poniéndome manos a la obra rápidamente.

Había comenzado el día con muchísimo ánimo. La extraña forma del automóvil la había deslumbrado y, cuando descubrió que podía meterse en el interior no pudo evitar colarse con rapidez en su interior doblando las orejas para que éstas no dieran contra el techo del automóvil. Esperó en su fuero interno por la llegada de una bestia que tirara del coche... pero no. El motor arrancó haciendo vibrar el coche y Lereina dio un gritito asustado y un bote golpeándose la cabeza.
-ña...-se quejó frotándose el nacimiento de las orejas donde se había golpeado.

Plegó las orejas con la cara interna enterrándola en la melena azulada en un intento por amortiguar los "estruendosos" sonidos que le reverberaban haciéndole daño. Apretó los labios con un quejido interno y se asomó por la ventana cerrada, tocando con la nariz el cristal donde su reflejo quedaba aplastado casi contra ella mientras intentaba asimilar lo extraño que era todo aquello frente al lugar de donde ella venía.
Tal era su fascinación... y su sufrimiento que no acertó a intercambiar palabra con el otro ocupante del coche intentando decantarse por una emoción en concreto.

Al bajar, las gotas de agua empezaron a correr sobre ella y, por costumbre deslizó las orejas hasta colocarlas como visera sobre el flequillo haciendo que el agua goteara como si de un tejadillo se tratase.

¡¡Ih!!, en vez de avanzar, intimidada por la estampa que tenía ante ella se dio la vuelta y, en cuanto Rei salió del coche, se las apañó para sujetarle con el índice y el pulgar de la manga de la prenda que llevaba sin ocultar un pequeño tembleque que la recorría de pies a cabeza. Pestañeó profusamente sin conseguir centrar los ojos escarlata en un punto en concreto, sin ver el momento adecuado para ponerse a cubierto y refugiarse de esa lluvia que bien podría ir a peor.

¿Eso de ahí son pinchos? ¿y ése es el humano? Ña... sacudió la cabeza brevemente y más gotitas de agua cayeron de su cabello por la ropa medio refugiándose detrás del híbrido... o al menos intentándolo.

Se había preparado para el momento, tenía su maleta sostenida con una correa que atravesaba su pecho, un abrigo, pantalones y mocasines. Había llegado un poco temprano, por lo que estaba esperando ya algo de tiempo y sentía cierto cansancio, sin embargo, seguía ahí de pie esperando.

Al notar a primera vista que se acercaba el vehículo, parece no percatarse; pero rápidamente vuelve la mirada y se entera de que era a quienes esperaba. Se alarma y comienza a respirar irregularmente, pero finalmente cuando el carro se detiene frente a él, intenta mantener la compostura y apenas baja la señorita Miss Moonlight, le hace una respetuosa reverencia, teniendo el cuidado de no inclinar su paraguas para mojarla; de hecho, se apresura en poner el paraguas sobre ella, a la vez que se dio cuenta que ella le tenía la mano y la estrechaba.

Lamentablemente para la señorita Nina, no tenía como cubrirla del agua -eh... gracias, mucho gusto... Lo siento, solo tengo otro paraguas, quizás pueda compartir con su compañera...- Estaba tan nervioso, aunque no se notara, que no se fijaba en la cercanía con la señorita Moonlight o sus escasas ropas, de ella y de su amiga. 

De pronto aquella señorita se adelanto a la puerta sin cubrirse; dio un paso hacia su dirección, pero luego vio como el pequeño tejado de la entrada la resguardaba un poco de la lluvia. 

-ah...- exclama, pero al poco se calla.

Finalmente escuchó las pisadas de los otros dos tripulantes, con quienes se suponía que conviviría. Patricio asoma el rostro y de pronto ellos sienten estar bajo un segundo paraguas, el cual el humano moreno había abierto con unos movimientos ágiles de la mano .Le sonríe a la pequeña chica conejo -mucho gusto, señorita Lereina- por como ella se refugiaba en su compañero, asumió un par de cosas, limitándose en su saludo a ser cortes. Luego mira al híbrido y extiende un poco más su sonrisa -mucho gusto, señor Yamachi- intentando tener la misma cortesía con ambos; pero a éste le tiende el paraguas para que lo sostenga y pueda cubrirse.

Mira a la señorita Moonlight -perdone... deberíamos acercarnos a su compañera, imagino que la casa tiene un patio en la entrada y me sentiría mal si se moja más...- dicho ello intenta caminar a la par con la señorita para acercarse a la entrada y cubrir a ambas chicas de azul (mojándose él de ser necesario).

Mientras  el vehículo avanzaba yo miraba por la ventana, conocía esos cristales pero al forma de subirlos y bajarlos era totalmente nueva para mi, además esos vehículos funcionaban a tracción mágica o algo así, me pareció escuchar algo de caballos de fuerza pero no podía entender como podían meter caballos dentro del vehículo o acaso estos eran invisibles? Debería de poder verlos de ser así.

Traté de dejar de pensar en esas cosas mientras notaba como mi compañera de viaje estaba asustada, la miré de reojo pero no le dije nada, era muy bonita y se veía tierna en más de un sentido, pero detestaba la lluvia o le daba miedo y a mi me encantaba.

Al llegar al lugar no deje de mirar las murallas de la casa, eran espléndidas aunque prefería estacas en lugar de ese alambrado, una persona que cayese contra ellas no se clavaría como si hubiera estacas, además la construcción parecía sólida pero me preguntaba si aguantaría algún asedio, no tenía guardias ni almenas o torres para que estuvieran los arqueros, eso si que era bastante extraño.

La lluvia recorrió mi cuerpo mientras descendimos y las dos oficiales saludaban a quien sería nuestro anfitrión, de momento parecía mucho más nervioso que nosotros, pero supongo que era común ya que estábamos en su mundo y en su casa, distinto sería que estuviera en el nuestro y seguramente mucho peor.

Noté un  leve agarre en la camisa y miré de reojo a la usagi, le acaricié la cabeza y luego extendí la mano para tomar el paraguas que el joven me ofrecía, procurando cubrir más a Lereina que a mi.

-Lo mismo digo- respondí al saludo formal del joven, antes de mirar a las oficiales por si había que llenar algún documento o esperar algo más.

Parpadeó un par de veces, moviendo las orejas de nuevo hasta dejarlas plegadas contra el pelo empapado  pero sin soltar el puño de la camisa de Rei.

-...Encantada- musitó con voz cálida y suave al tiempo que sus labios se curvaban en una sonrisa velada aún por la preocupación a que aquella lluvia se tornase tormenta.

El humano dio la espalda a la pareja de extraespecies para acudir caballerosamente al resguardo de las dos agentes, momento que Lereina aprovechó para reclinar la cabeza hacia atrás y mirar al rostro de Rei, que bien parecía más ocupado en cubrirla a ella que en cubrirse él, nada preocupado por el agua.

Aunque a nadie le preocuparía el agua...hasta que llegan los truenos.

-Puedo llevarlo yo, ña, así no molesta- dijo alzando un poco los hombros al hablar. Un usagi no puede ser, mírale, no tiene orejas... ni rabito, ña. Y, como si con la mención del rabito le diera un pico, la borla algodonada que asomaba en la abertura de la vaporosa falda se agitó un poco, desprendiéndose de ella algunas gotas de agua acumuladas en el pelaje de la usagi. Dándose cuenta de que, quizá le había estado mirando demasiado tiempo dio un pequeño respingo acompañado de un carraspeo y clavó la mirada rojiza en la espalda del humano y las agentes que se demoraban en abrir.

-¿Han perdido la llave, ña?- musitó más pensando en voz baja que haciendo una pregunta real- ¿Todo bien, ña? - levantó un poco la voz, dirigiéndose al trío que había frente a ellos.

Capto la pregunta de Lereina solo como un leve susurro, pero gracias a mi sentido de audición mas desarrollado que el de los humanos doy media vuelta y sonrió.

-Todo bien - Digo mientras hago girar la llave y abro la puerta, esta se abre lentamente dejando el camino despejado para seguir, doy unos pasos atrás y miro a mi compañera mientras retiro las llaves - Ya. 

Miss Moonlight sonreía ante las palabras de Patricio, sin embargo era una simple sonrisa de simpatía, al menos el muchacho era bien educado.

-No hay problemas joven – Dice con un gesto de mano – Estoy acostumbrada a todo tipo de condiciones difíciles, y Nina también lo esta – Mientras habla la chica neko termina de abrir la puerta y mira a su compañera, indicándole que la puerta esta abierta, ante su respuesta asiento y Nina ingresa rápidamente al interior de la propiedad – Ella ira a abrir la puerta interna para que ingresemos a la casa, por favor, síganme.

La agente os guía a través del patio de la casa por un camino de piedras, desde el cual podéis notar que la propiedad es enorme, tiene varios árboles, un invernadero y una huerta, al otro lado hay un estanque, cerca del cual hay unas cuantas sillas bajo una quincho techado, que es recorrido por enredaderas. La casa en si delante de ustedes es grande, de dos pisos, aunque lejos de ser una mansión se ve bastante acogedora. Al llegar a la puerta notáis que está abierta, y que Nina os espera adentro cruzada de brazos.

-Bienvenidos – Se limita a decir, para luego permanecer en silencio en el mismo lugar con las llaves en sus manos.

Al entrar notáis que frente a ustedes hay unas escaleras que suben al segundo piso, tras estas hay tres puertas. A su izquierda hay una sala sin puerta que se nota que es el comedor, aunque no la veáis ahora mismo, delante de este está la cocina, a su derecha hay unas puertas en el suelo, al parecer escaleras que descienden, de modo que hay un sótano o un nivel inferior. La agente os mira y de uno de sus bolsillos saca un papel.

-Está bien queridos y querida, ahora os re leeré los términos del proyecto nuevamente, solo por protocolo, ya que estoy segura de que todos los conocen ya de memoria.

Comienza a leer:  

Datos del Proyecto.

Humanos:

1- Su objetivo es por excelencia hacer sentir bienvenidas a las extraespecies que han ingresado al proyecto, sean de la clase que sean, no deben ser discriminadas.

2- Hacer lo posible para que la especie se integre en la sociedad humana, respetando su privacidad y sus decisiones.

3- Al menos una vez a la semana salir al exterior para presentarle cómo funciona la vida en la  ciudad.

4- Encargarse del bienestar de las especies a su supervisión, es decir, hacer los pedidos correspondientes de las provisiones para cada especie, y atender sus necesidades.

5- Encargarse de que las extraespecies se relacionen con la tecnología lo mejor posible.

Extraespecies:

1- Intentar hacer caso a su anfitrión.

2- En las salidas al exterior observar lo mejor posible cómo funciona la vida en la cultura humana.

3- Atender a las revisiones mensuales.

4- Comunicar sus necesidades al anfitrión cuando las tengan.

Para el correcto funcionamiento de la especie se disponen de los siguientes beneficios:

1- Se dispone de la “Tarjeta de Intercambio Cultural de Especies” (A.K.A: TICE), la cual cubrirá los gastos necesarios durante el proyecto.

2- De una casa equipada y adaptada para las especies que serán huéspedes.

3- Servicio de atención y seguridad provista por el gobierno.

4- Atención médica cubierta por el gobierno, y controles mensuales de salud.

5- Servicio de distribución de insumos necesarios para la vida de las extraespecies.  

Prohibiciones

1- Se prohíbe el apareamiento entre humanos y extraespecies. Pena de deportación a la especie en cuestión y encarcelamiento al humano.

2- Se prohíbe la violencia entre humanos y extraespecies. Pena de deportación a la extraespecie y encarcelamiento al humano.

3- Se prohíbe que las extraespecies dejen los terrenos del proyecto sin la supervisión de un agente o de su anfitrión. Pena de deportación.

4- Se prohíbe a los humanos en el proyecto la venta de material al exterior, ya sea tanto fotográfico como cinematográfico, cualquier cosa de esta índole debe ser supervisada por las FTdP o encargados del proyecto, y serán avisadas con anticipación. Pena de suspensión del proyecto.

Una vez termina su lectura os mira  y se quita los lentes.

-¿Alguna duda? 

-Ninguna agente Moonlight- dije acomodando mis lentes con el dedo medio, había cerrado el paraguas antes de entrar y ahora la punta en el suelo y mi mano izquierda sobre el mango mientras miraba a Lereina a ver si estaba mejor y no se había mojado mucho.

Luego de eso observé nuevamente el cuarto, reparando en la puerta que iba al sótano, lo cual me sacó una ligera sonrisa.

-Supongo que podemos escoger que lugar habitar no es cierto? O hay habitaciones pre destinadas?- iba a caminar para recorrer un poco la habitación pero aún notaba los dedos de la usagi sobre mi manga por lo que esperé las respuestas de la agente antes de avanzar.

Voltee con curiosidad, había escuchado muchas veces "ña" y me parecía divertido, especialmente con aquella vocesilla; al verificar de donde venía sonreí solo unos momentos -seguro todo está bie- antes de terminar la señorita Nina dice que ya está todo listo y entramos.

Antes de entrar esperé a un lado de la puerta a que todos pasara; para luego cerrar el paraguas, asegurándome de no salpicar sobre nadie. Al entrar, dejé el paraguas a un lado de la puerta... me lamenté un poco por que Rei entrara con el y lo apoyara en el suelo; pero no quería molestar, por lo que, de momento, no dije nada.

-¿tenemos un numero de ayuda en casos de emergencia... o en todo caso donde podamos consultar si tenemos alguna duda luego?-

Pregunté, con cuidado e intentando ser precavido. Pero mientras esperaba la respuesta, caminé donde Rei -señor Yamachi, por favor...- acerqué mi mano al paraguas, sin tocarlo y guardando una distancia prudencia para que se sintiera libre de alcanzarmelo, pidiéndole con cortesía me lo entregue para dejarlo en la entrada y no mojar el piso.

El patio, la casa... nada se parecía a lo que la usagi había visto antes, todo era más alto, más frío... aunque bien apreció entre esa cortina de agua árboles, lo que bien podía ser un huerto y una estructura que parecía otra casa en pequeño.

Seguro que es para castigarnos si nos portamos mal, pensó  frunciendo los labios ligeramente durante un segundo.

A cubierto, y tras que Rei cerrara el paraguas, Lereina dedicó una sonrisa llena de ingenuo agradecimiento.
Agitó las orejas como si tuvieran un pequeño tick en ellas mientras la agente leía los términos que había aceptado al firmar.

-No, ña- contestó, para ella todo estaba bastante claro, volvió a levantar la mirada hacia Rei al escuchar su pregunta,
liberándole poco después de la sujección que tenía sometido el puño de la camisa de Rei para pasarse las manos por el cabello celeste y se movía ligeramente en el sitio para sacudierse el agua sacudiendo las orejas.
Levantó el rostro hacia el híbrido y sus labios aletearon un "gracias" mudo por la caballerosidad de Rei.

Contempló el gesto de Patricio al ir a recuperar el paraguas.

¿Teme que le muerda si se acerca?, se preguntó, consciente de que Rei solo por su altura podía intimidar.

Las manos de la usagi se desviaron hacia la ropa, entrelazándose sobre el regazo en un intento de refrenarse para poder investigar en ese sitio que, en vez de tener un acceso al subsuelo tenía planificada un nivel superior. ¿Por qué nadie haría un nivel superior si el interior de la tierra era más adecuado para tener una segunda planta? Allí podían excavar más habitaciones si necesitaban más espacio... Definitivamente no le veía utilidad a tener una segunda planta.

Le entregué el paraguas al chico solo mirándolo un instante a los ojos, para luego mirar a Lereina y acariciarle la cabeza solo un instante ante su mudo gracias.

Luego de eso me volví a acomodar los lentes para volver a mirar a las oficiales, esperando su respuesta, sin embargo no pude evitar comenzar a caminar para admirar la estructura y ver si veía algún cuadro que me llamara la atención.

Necesitaré un tablero de ajedrez, espero que el humano al menos sepa jugar...

Le sonrío a Rei, me agradó mucho que respondiera a mi cordialidad y respeto; me sentía entusiasta y optimista sobre ésto. Giré sobre mis talones y dejé, con delicadeza, los paraguas en la entrada; al volver, me acomodé el tirante de mi mochila que parecía bastante cargada -bueno... si es posible...- algo apenado, no quería ser una molestia - ... quisiera un inventario de lo que tenemos aquí, para saber que necesitamos...- mi mano fue a mi nuca y desacomodó un poco mi pinado algo salvaje -...si no es mucha molestia.-

Intentaba no mirar mucho a la oficial, estaba algo apenado... la verdad es que recién ahora me daba cuenta de que sus ropas eran... algo escasas. Aunque tomé nota de sus fortaleza para resistir los climas en esas ropas.

Miro a Patricio y asiento. 

-Despensa llena de verduras y hortalizas, destacando importante cantidad de calabazas, zanahorias, lechugas, choclos, y frijoles, tres fruteras llenas de frutas, especialmente manzanas, naranjas y plátanos, tres congeladores, una con sangre, una con productos congelados instantáneos, y otra con carnes, las provisiones a lo menos deberían durar una semana, ahora sus habitaciones están equipadas también, eso deberán verlo por ustedes mismo, en términos generales la casa esta bien equipada, y no, no esta siendo grabado, el único lugar con una cámara es la puerta exterior. 

Nina le entrega las llaves a Patricio en sus manos y yo lo miro fijamente.

-Cuida las llaves de la casa, recuerda las reglas y estarás bien - Miro mi reloj - El servicio debería presentarse mañana por la mañana, procurad no morir hasta entonces - Le pongo una mano en su hombro - Suerte, vamos Nina. 

Dicho esto abro la puerta y la neko sale rápidamente a la lluvia seguida por mi. 

Escuché con atención la respuesta de la señorita Moolight, asentí con la cabeza cada vez que mencionaba uno de los elementos, intentando tener en cuenta todos. Cuando terminó y me fijo tan fijamente me sentía algo apenado, pero su advertencia de no morir lo asusta un poco, por fin veo como algo posiblemente amenazante a Rei... lo relacioné con las bolsas de sangre...

Me había quedado perdido en mis pensamientos, y una imagen mental de Rei con una hilera de sangre bajando a su mentón desde sus labios, se veía aterrador... pero no quería prejuzgar a nadie, de todas maneras Rei era sereno y cortes, el no me causaba miedo, mi imagen mental sí. Saliendo de mi trance solo al escuchar la puerta; corrí tras sus pasos, tomando el paraguas con una mano y abriendo la puerta con la otra. Giré solo unos instantes y les dije a mis compañeros -perdonen, ya vuelvo por favor pónganse cómodos- Me vuelvo a girar mientras salgo y abro el paraguas.

-¡espere, señorita Moonlight, señorita Nina!- me escuchan decir mientras la puerta se cerraba tras de mi.

Apresuré mi paso para alcanzar a las oficiales vestidas de azul, para cubrirlas de la lluvia

-perdonen señoritas, pero, no me sentiría cómodo sabiendo que se mojarán con la lluvia por que soy algo despistado...- me excusé, hablando y respirando por la boca a la vez; estaba algo agitado por la carrera.

-por favor permitanme acompañarlas hasta su vehículo...- les pedí amablemente, mientras no tardaba nada en recobrar el aliento.

Antes de darse cuenta, las agentes habían desaparecido y, corriendo tras ellas el humano, dejando a Lereina a solas con Rei.

-¿Un congelador con sangre, ña?- se llevó un dedo a la barbilla inclinando un poco la cabeza y dirigiendo la mirada al techo con aire pensativo- bueno- se encogió de hombros y caminó varios pasos hasta subir un pie a uno de los escalones y ajustarse el tirante de los ligueros que asomaba bajo la falda hasta las medias de media pierna que llevaba, volviéndolo a dejar tirante y que la ropa quedara en su lugar.

-¡Estás empapado,ña!- dijo a Rei dando un pequeño salto- vamos a buscar toallas para secarnos, ña- propuso aunque el chico había comenzado sus andanzas por la casa incluso antes de que las agentes hubieran desaparecido por la casa.

¿Dónde puede haber toallas? En un aseo, está claro... ¿pero dónde está el aseo aquí, ña? Pensó para sí con un gesto derrotado mientras sus orejas se movían con pequeños ticks, quedando ligeramente dobladas hacia la mitad proyectando una pequeña sombra sobre el cabello azulado.

Aseoooo- canturreó animándose mientras subía las escaleras a saltitos como si estuviera sola- necesitaaaamos toaaallaa~as ♥♥.

En algún momento de su paseo por la casa dio con el baño y allí se encontraban unas toallas bastante más suaves de las que ella había disfrutado jamás en su tierra así que se echó una sobre la cabeza, aplastándose las orejas y con la otra aplastada contra el pecho salió del baño canturreando de nuevo.

-Ree~ei♥, encontré toallas, ña ♥-con cuidado fue puerta por puerta de las habitaciones, llamando en la puerta antes de asomarse en busca del espigado híbrido. ¿Estará ya en las habitaciones, ña? ¡Yo quiero elegir la mía, ña!

Observé los cuadros, el hall y todo lo que había en ella, la tierna usagi se preocupó de que estaba mojado, todavía no sabía que no me afectaban los resfríos o esas cosas.

-No te preocupes Lereina- pero ya se había ido saltando y buscando el aseo, incluso llamándolo.

Me llevé una mano a la frente y suspiré, era como una niña, pero no tenía cuerpo de niña, eso era entretenido, pero al mismo tiempo me decía que iba a ser un dolor de cabeza, más seguido de lo que esperaba.

El humano tampoco era una perspectiva tan alentadora, note como su mirada se desviaba hacía el cuerpo de las oficiales, de una forma evidente que solo podía mostrar que tenía las hormonas en plena ebullición y quizás sin explotar nunca, además parecía siempre querer caer bien y sufrir de timidez, en fin, al menos sería fácil de manipular de necesitarlo.

Los aseos deben de estar a la derecha, uno arriba y otro abajo, otro en cada habitación...

Iba diagramando la casa a medida que recordaba mi castillo, o mejor dicho el de mi padre, la arquitectura era distinta, pero las bases parecían ser las mismas, casi parecía un recinto nobiliario o al menos de una familia adinerada.

Escuché los pasos de Lereina y como me llamaba, sin darme cuenta me había metido en la cocina, en ese momento recordaba que quería ver los packs con sangre.

Justo en cuanto me llamó salía de la misma, por lo que la choque apenas salí y ella abrió la puerta, pero con rapidez la agarré de la muñeca antes de que cayera al suelo.

-Lo siento- dije mirándola a los ojos mientras mis lentes de deslizaban un poco por mi nariz- estas bien?-