Partida Rol por web

¡A Sangre y Fuego! (Iniciacion a Dark Heresy 2º 2015)

Capitulo 1: La Mina Gorgonida

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06/10/2015, 15:17
Narrador

El comisario os despide con un gesto breve de cabeza mientras se dirige a las escaleras. Le sigue cerca su ayudante enseñandole mapas del planeta. Tenemos que terminar con esta maldita plaga... dice mientras es va. Son muchos los frentes con los que lidiar.

Salis del centro de mando en direccion a donde se encuentra el Furriel. Tras veinte minutos preguntando, perdiendoos y volviendo a preguntar llegais al puesto del buen hombre.

Se encarga de supervisar la distribución de suministros a los guardias imperiales. Además de uniformes, provisiones y otros artículos generales, también es el responsable de las armas, los blindajes y la munición.

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06/10/2015, 15:23
El furriel

Buenas tardes señores... ¿ayudantes? ¿siervos? de la Sagrada Inquisicion... ando escaso de suministros de guerra y no estoy autorizado a distribuiros mas que lo que me han dicho sin la correcion del comisario... me ha autorizado a daros esto: 15 metros de cuerda resistente, cuatro linternas eléctricas, raciones de campaña para tres días y cantimploras llenas de agua para todos. Y esto... dice enseñandoos una caja con 4 granadas de fragmentacion. Imagino que saben como usar estas bellezas

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06/10/2015, 15:24
Narrador

Podeis ir directamente al Sello o dar una vuelta... vosotros direis.

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06/10/2015, 19:33
Tyr

Tyr se queda mirando al furriel durante unos cuantos segundos, aunque finalmente suelta un suspiro de resignación y toma los 15 metros de cuerda y se la acomoda entre el hombro y la cintura (enrollada transversalmente y tal), luego toma una de las linteras y se la acomoda en el cinturón, asi como las cuatro granadas de fragmentación, las cuales también se acomoda en el cinturón - Ni de coña le dejo esto a alguno de los suicidas.

Se queda mirando las raciones durante un segundo y se encoge de hombros - Repartiroslas, yo ya tengo raciones. - dice a sus compañeros mientras sale del departamento de suministros y les espera fuera.
 

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06/10/2015, 22:47
Octus

Tras la caminata y el consiguiente enfado con el comisario por hacer caso omiso a su pregunta -no quería volver a tener que apuntar a nadie en la cabeza, aun que lo merecían- llegué hasta el Furriel acompañado de mis compañeros.

Lo que nos ofrecío el tipo era lo justo, una misera para todo lo que podían haber ofrecido al máximo órgano de defensa del Imperio.

Que el más fuerte lleve todo eso, dudo que nos separemos allí abajo, si alguno se queda solo probablemente lo mejor que pueda ocurrirle es acabar con su propia vida.

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06/10/2015, 23:00
Kael'thos de Thenn

Kael pilla una linterna y se la guarda en el cinturón. Les deja las granadas a los demás pues no sabe usarlas. Luego se va directamente al Sello.

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08/10/2015, 04:58
Balthazar Heinfried

El hombre hizo una mueca de disgusto al ver lo ofrecido por el furriel. - Esperábamos algo un tanto más...generoso. Estamos aquí para solucionar su pequeño problema de mutantes, pero todo lo que piensan soltar son unos metros de cuerda y algunas granadas. - Tomó parte de los suministros, los observo con desdén durante un instante, y luego los acomodó en su uniforme. - No es la forma de cooperar con la Santa Inquisición.  Quiero que sepas furriel, que esto quedara registrado en el informe final. -

Notas de juego

Puedo tirar algo para intimidar/coaccionar para que contribuya con algo más?

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08/10/2015, 17:10
Sor Ekaterina

Cogió una de las linternas y las provisiones que le tocaban. ¿Solo esto? Ni siquiera un rifle. La mujer suspiros, pero quien era ella para contradecir las ordenes de sus superiores. En el convento le habían enseñado a obedecer las órdenes de sus superiores sin contradecirles, los mandos eran la voz del emperador en el campo de batalla.

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09/10/2015, 01:57
Narrador

Se tardan exactamente treinta minutos en cubrir la distancia que separa al campamento del pie de las montañas en las que se encuentra el gran sello que bloquea el paso a la mina Gorgónida. Durante la caminata, os encontrais más señales de lucha, tierra removida, edificios desmoronados y los restos de maquinarias apenas reconocibles. 

Hace bastante frío en el planeta, y el viento sopla a su paso cortante como una cuchilla. Al final del trayecto, veis algunos grupos de mineros sentados alrededor de fogatas hechas con estiércol, madera rapiñada e incluso plástico, que llenan el aire
de vapores venenosos. Todos los mineros tienen una expresión melancólica, y presentan una asombrosa cantidad de defectos y deformidades además de numerosas heridas.
A diferencia de los prisioneros que se custodian en el campamento de la Guardia Imperial, estos desgraciados son simples espectadores, habitantes del asentamiento que tuvieron la mala fortuna de estar en el lugar equivocado en el peor de los momentos. Reaccionan aterrorizados cuando intentais acercaros a alguno de ello; algunos incluso se cagan literalmente encima y solo pueden balbucear "Si señor, muy buena pregunta señor!".

Sabeis que el sello mide treinta metros de diámetro y está fijado mediante gruesas abrazaderas que lo sujetan a la piedra por todos sus lados. En el centro del sello hay grabado un relieve del águila imperial, cuyos ojos  parecen mirar fijamente a los acólitos como si estuviera juzgándolos. Un sistema de andamios situado a la derecha del sello conduce a un pequeño puesto desde el cual un guarda puede bloquear o desbloquear las abrazaderas accionando un interruptor. Pero esto no basta para abrir el sello: tan sólo lo desbloquea. Para poder entrar en la mina se requieren los esfuerzos de veinte enormes monstruos peludos nativos del planeta, controlados por guardias. Estos monstruos van atados al sello mediante sogas, y los guardias los azuzan para que tiren de él y lo abran. Gracias a la fuerza combinada de estas bestias, el sello se va abriendo poco a poco, muy, pero que muy despacio. El proceso de apertura y clausura del sello tarda alrededor de una hora.

El comisario aguarda ante el sello, tocado con su gran gorra negra y ataviado con una gabardina del mismo color. Pese a la disparidad entre el oficial imperial y el sello, el inmenso tamaño de éste último no empequeñece en absoluto a Nihilius. Veis al joven Jurtz operando la plataforma que hay junto al sello. Otros cuatro guardias imperiales veteranos armados con rifles láser montan guardia mientras unas bestias descomunales, cubiertas de un pelaje marrón y provistas de cuatro largas trompas,
son situadas en posición con unos arneses ceñidos a sus grandes corpachones. Una vez acoplados los arneses, el comisario hace una señal a sus hombres, que se vuelven hacia el sello y preparan sus rifles. A continuación, el comisario dirige un gesto hacia Jurtz para que accione el interruptor. Las abrazaderas se sueltan con un gran estruendo, y los encargados de las bestias las azuzan para que tiren del sello. Conforme se va separando de la pared, centímetro a centímetro, por entre sus bordes escapa un nauseabundo gas amarillento procedente del interior de la mina y que apesta a carne podrida. Instantes después, la fuga de gas cesa. El comisario se mantiene alerta con una tétrica sonrisa dibujada en su rostro y la mano cerca del bólter que cuelga de su cinto. Tras casi treinta minutos de esfuerzos, las bestias logran abrir el sello lo bastante como para que podáis entrar. El comisario se vuelve hacia vosotros y os indica por señas que entréis, ofreciéndoos un último saludo: 

Que el Dios Emperador vele por ustedes

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09/10/2015, 02:03
Narrador

Recorreis los tuneles siguiendo las indicaciones del Comisario.

Atravesais una gran cámara cuyo techo se eleva a casi treinta metros por encima de sus cabezas. Del suelo nacen inmensas columnas de tres metros de diámetro y cinco metros de separación, que se pierden en las alturas para sustentar el techo de la sala. El suelo de la cámara está cubierto por un entramado de numerosas vías férreas entrelazadas en direcciones aparentemente aleatorias; cada una de ellas puede conducir de nuevo al nexo o a ninguna parte en concreto.

Pasais por una galería que es un poco más ancha que las demás, y sobre el dintel de una puerta de acero hay un cartel que dice “Subsección Cinco”. Hay una ventana de cristal a la altura de los ojos, pero la ensangrentada huella de una mano enturbia la vista del interior e impide ver más allá. La puerta está firmemente cerrada y pero conseguis abrirla. El interior parece un verdadero osario: Una docena de cadáveres yacen desperdigados por el suelo: son cuerpos de mineros, pero cada uno de ellos exhibe una peculiar mutación (un ojo adicional, una mano adicional que surge del abdomen, cosas así).

Otro túnel se cruza con el corredor principal. Una vía férrea recorre este túnel, pero en la parte en que atraviesa el corredor principal los rieles están retorcidos y doblados, como si alguna criatura monstruosa los hubiese arrancado y separado.

El corredor desciende en una pronunciada pendiente hasta desembocar en una charca de agua estancada en cuya superficie flota una reluciente mancha de aceite. Lo vadeais, pero mientras lo haceis algo pasa rozando sus piernas. Al cabo de algunos metros el corredor vuelve a ascender hasta que emerge del caldo tóxico...

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09/10/2015, 02:04
Narrador

Habéis estado siguiendo el mapa desde hace horas, explorando lo que se os antoja una sucesión interminable de túneles, y aún seguís sin ver rastro alguno de las criaturas que los guardias imperiales afirmaban haber encontrado. Pero bien es cierto
que habéis hallado muchas cosas inusuales y sugerentes por el camino: sospechosos charcos de sangre, inquietantes arañazos y otras cosas similares. Y todo ello no hace sino confirmar que vais en la dirección correcta.
Finalmente, el corredor de acceso que habéis estado recorriendo termina en una vieja compuerta oxidada, marcada con el indicativo XII, pero cubierta con pintadas rojas que la anuncian como la entrada a la Escombrera. Haciendo honor a su sobrenombre, alcanzáis a ver escombros y rocas desprendidas alrededor de la entrada; una sustancia viscosa y líquida de color grisáceo gotea de diversas grietas en la pared y se acumula formando charcos en la base de los muros. La compuerta está sucia y mugrienta, y dispone de un burdo volante como mecanismo de apertura.

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09/10/2015, 02:05
Narrador
- Tiradas (6)
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09/10/2015, 02:10
Narrador

Descubres arañazos en el suelo y partes de las bisagras desprovistas de óxido, lo que indica que ha sido abierta recientemente.

Te fijas ademas que de la entrada gotea sangre fresca....

Notas de juego

Solo vosotros lo veis.

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10/10/2015, 08:18
Kael'thos de Thenn

Kael'thos ocupaba un lugar más o menos en el borde exterior del grupo. Toda esa inspiración divina y fervor por su causa pareció mitigarse desde el momento en que entró a la Mina, y ni hablar de cuando vio la entrada a la Escombrera. Lo peor era que no habían visto una sola alma en los kilómetros recorridos tierra adentro. Esto pintaba de muchas cosas, pero cosas buenas no. 

Comprueba su cinturón, de manera que esté bien ajustado. En una mano lleva una de las linternas que les proporcionó el furriel, aunque mientras haya iluminación no la encenderá; en la otra, porta su pistola automática Render & Skinx 666. Comprueba la munición sin decir nada, y le saca el cargador que tenía, para introducir uno distinto, de balas matahombres en él. También se echa atrás la capa, por detrás de los hombros, para que le de libertad de movimiento en el combate. Ahora se puede ver el mango de su sable al lado izquierdo de su cadera, colgando gracias a unas hebillas, bien sujeto.

Vamos allá -es todo lo que logra decir el joven. Habla con voz templada pero no dice mucho para que el miedo que siente no se transmita a su voz, lo que seguramente sucederá si continúa hablando.

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10/10/2015, 19:46
Tyr

Tyr lideraba al grupo y avanzaba a un paso moderado, ya que dejar algún rezagado en las profundidades de la mina seguramente significaría la muerte o peor aún, que el caos tomase posesión de su cuerpo eventualmente. Cada corredor, callejón y pasadizo era examinado de manera escrupulosa en búsqueda de algún hereje, mutante o sectario que de una forma u otra hubiese logrado escapar de las balas y proyectiles láser de la guardia imperial, pero para bien o para mal los acólitos no habían encontrado ninguno, aunque el joven salvaje tenía la impresión de que eso estaba a punto de cambiar.

Largas hora de caminata y exploración finalmente habían culminado y el grupo se encontraba frente a la escotilla de acceso a la Sub-sección XII, denominada la "Escombrera", que sin lugar a dudas daba honor a su nombre. Tyr observa el viscoso líquido que se derrama por las paredes durante unos cuantos segundos y finalmente chasquea los dientes - Sea lo que sea probablemente no sea bueno. - dice más para sí mismo que para sus compañeros, pero su voz no es precisamente difícil de escuchar. Se acerca a la escotilla con la escopeta por delante y mira a sus compañeros - Lo que sea que asesino a los guardias imperiales y causó las mutaciones en los desdichados mineros se oculta detrás de esta compuerta. Todo ser viviente detrás de esta puerta es un enemigo del Emperador y del Imperio. No sintáis lástima por ellos. - Puntualiza a sus compañeros y luego mira al arbitrador y a la hermana de la batalla - Arbitrador, Hermana, ustedes irán en la vanguardia conmigo. El clérigo, la asesina y el psíquico entrarán un poco después de nosotros. - El guardia imperial se cuelga la escopeta en el hombro y camina hacia el volante oxidado y sucio y lo toma con sus dos manos - Yo abriré la compuerta y el Arbitrador y la Hermana entrarán primero, yo los cubriré. - dice mientras espera a que el resto de sus compañeros asientan a sus indicaciones o muestren su desacuerdo.

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10/10/2015, 21:27
Octus

Observo la situación con detenimiento, cada parte de los corredores, hasta llegar a la Escombrera, la cual dejaba claro el por qué de su nombre.

Al observarla durante unos segundos, me queda claro lo que ha pasado, pero se me adelantan Kael'thos y Tyr, ya planeando como proceder.

Hay sangre ahí y ahí. Digo señalando. Además, el óxido de una parte de la compuerta ha desaparecido, aquí ha entrado alguien hace relativamente poco. Lo mejor es entrar ya armados, nos pueden estar esperando en cualquier rincon, recordad que ellos conocen esto perfectamente.

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10/10/2015, 21:31
Director

Notas de juego

Esperando posts de la otra mitad del grupo :D

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11/10/2015, 13:08
Sor Ekaterina

Cuando paso el sello, desenfundo la pistola laser y saco la linterna. Nada de aquello de daba una buena impresión. Antes de dar un paso comprobaba dos veces que no hubiera trampas, o que algún sectario o alguna cosa peor estuviera oculto en las sombras.

Al llegar a la puerta la observa con detenimiento mientras Tyr explica el plan de entrada. Muy bien, no hagamos esperar a esos herejes. Apunto con la pistola a la puerta y espero a que Tyr comenzara a abrirla.

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11/10/2015, 19:10
Balthazar Heinfried

El hombre se detuvo e inspeccionó la sangre y la bisagra. Se incorporó y escucho a sus compañeros mientras desenfundaba su escopeta. Se ubicó junto a la puerta esperando a que Tyr la abriera. - Cuando quieras grandulón, alguien que se prepare para lanzar una granada por si las cosas pintan mal túnel adentro. - Mirando al resto de sus compañeros. 

 

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12/10/2015, 01:52
Narrador

Al otro lado de la puerta contempláis una macabra escena. Un corredor de dos metros de ancho se extiende a cierta distancia frente a vosotros. La titilante luz generada por los faroles verdes encajados en los soportes lo baña todo con un fulgor enfermizo. El suelo está cubierto de sangre, lo que sugiere que aquí tuvo lugar una terrible masacre. Los trozos de carne y órganos húmedos confirman vuestras sospechas. Dispersos por todo el lugar hay uniformes mojados de la Guardia Imperial, algunos de los cuales todavía visten partes de la carne de sus antiguos propietarios. Hay una compuerta en la pared del oeste, pocos metros más adelante, y dos amplios corredores se abren a izquierda y derecha en este corredor.

Notas de juego

Opciones:

-Compuerta a la izquierda.

-Seguir caminando recto.

- Caverna a la derecha.