Partida Rol por web

El acuartalemiento es un edificio amplio y bien acondicionado, en el se hacinan cerca de mil hombres. Aunque con el estado de guerra actual normalmente solo se encuentran entre trescientos y quinientos, según las rotaciones. En este momentos habéis vuelto de campaña, un viaje por la costa sur que ha sido tedioso e infructuoso. Como es norma habitual, estais en un periodo de adiestramiento y disponibilidad. Ahora mismo vuestros días se repartan entre el exigente entrenamiento diario, las tabernas, las putas y la odiosa sensación de que en cualquier momento podrían enviaros al culo del imperio para que os pongáis de mierda hasta el pescuezo.

Esa mañana, Grajo como siempre tan simpatico, el entrenamiento estaba siendo intenso. Vuestro cabo os tenía destrozados corriendo con el equipo a cuestas y trepando obstaculos. Podéis apostar que luego tocará ir al campo de tiro, a practicar con el arco y el cuchillo. En uno de esos momentos, en los escasos segundos que tenéis para descansar, la figura del Capitán asoma en el campo de entrenamiento. Sois unos veteranos curtidos y sabéis que eso solo significa una cosa, alguien va a tener problemas y pronto.

El Capitan hablaba rápidamente con vuestro Sargento, los problemas se acercaban cuando...

El Sargento se aproximaba, sus pasos lentos y decididos llegaron hasta vuestras cercanías. La mierda vuela por los aires, en sentido figurado. Con su voz ronca y desagradable dijo.

Grajo, reune a tu pandilla de inadaptados y presentate donde el Capitán sin dar tiempo a nada, como de costumbre, gritó Date puta prisa, cojones.

El sargento se alejo de allí con paso tranquilo, por su forma de andar sabíais que alguien más iba a recibir una ración de excremento pronto.

Encino, furriel e intendente de vuestra compañía, andaba por el campo de entrenamiento. Podéis apostar vuestra paga a que no iba allí para entrenar. Habia gente que le entregaba dinero y gente a quien el se lo entregaba, los primeros eran más abundantes. Al pasar por vuestro lado, sonriendo como de costumbre, os dice con tono irónico

A ver que habéis hecho esta vez.

Grajo súspiro con frustración antes de romper una rama que llevaba en la mano, os miraba con desgana y poco interés. Silbó para llamar vuestra atención.

Escuadra, a formar dijo en tono conversacional, sin mucha marcialidad ¿Alguno de vosotros la ha cagado ultimamente?

Os miraba con frialdad, no parecía a punto de estallar si no más bien irritado. Su mirada se posaba más fijamente en Nabo y Ojete, el cabo tenía la firma impresión de que erais un grano en el culo con vuestra afición a las mujeres, bebida y dados.

Joder...

Nabo sonrió mientras entornaba los ojos y miraba a sus compañeros, unos a un lado y otros a otro.

Algún cabrón de estos la ha jodido, seguro.

Soltó una risita contenida, mientras miraba al frente sin pestañear, aunque con los músculos visiblemente relajados. Esperó el chaparrón, mientras por dentro maldecía por la incertidumbre del castigo que les caería esta vez.

Mierda... Ese maldito Nabo no puede contener la polla dentro de los pantalones. Y mira que se lo digo una y otra vez, una y otra vez. Las putas es la mejor y única manera de calmar la llama de un hombre. Pagas y recibes, sin complicaciones, sin consecuencias...

El rostro de Ojete mostraba desesperación, sabía que esas palabras contenían alguna carga para la escuadra. Carga que supondría hacer el petate, recorrer millas, ir a buscar a éste o a aquél, dormir al raso, comer pan rancio enmohecido y en definitiva un acumulo de desgracias y tocaduras de pelotas.

Sólo espero no haber sido yo el causante. No recuerdo que nadie me viera... Da lo mismo, al final me echarán la culpa a mi, como siempre.

Caralombriz "disfrutaba" del entrenamiento como podía, preferiría estar en otra parte en mitad de la nada buscando algún rastro pero sabía que en el ejército de la Dama había que seguir las órdenes a rajatabla, así que allí estaba con todo su equipo encima mientras el Cabo Grajo disfrutaba haciéndolos sudar la gota gorda. No le pasó inadvertida la presencia del Capitán, en ese instante supo que algo iba a ocurrir, algo malo, las palabras del Sargento Dandelion se lo confirmaron.

La puta... estamos jodidos.

Alguien podía pensar que formar parte de uno de los pelotones de élite del ejército de la Dama era un camino de rosas y privilegios, muy lejos de la realidad. Se dirigió hacia el Cabo Grajo para formar y al pasar al lado de Encino se giró levemente hacia él.

-Cállate mamón, no hicimos nada.

Sabía que ni él ni sus compañeros eran unos santos, pero eran un equipo y no necesitaban que viniera nadie a echarles mierda encima. Se preguntó quien podía haberla liado.

Ojete de Sireno o Nabo, Cerebro es incapaz de hacer algo sin que se lo ordenen.

Pero si se habían pasado casi todo el tiempo con la maldita instrucción... ¿Es que no podían descansar en su tiempo libre? Se puso al lado de sus compañeros y se cuadró delante del cabo.

-¿Cagarla Cabo? Si se refiere a la cena de anoche... esta misma mañana Señor. -Seguro que un poco de humor relajaba el ambiente.- El resto del tiempo estamos entrenando duro.

Grajo se aproximo a Cara de Lombriz con una sonrisa, no transmitía mucho humor en ese momento. Un bofetón con el dorso de la mano cruzó la cara del destripaterrones aquel. Grajo era demasiado intimidante para replicarle, además la disciplina es ferrea.

Voy a decirlo con mucha calma, incluido a ti Paleto. dijo haciendo ademanes de calma con la mano El Capitán me ha llamado, eso solo significa que cuando vuelva voy a coger a alguien, le voy a arrancar la cabeza y le voy a follar la puta mollera ¿visto?

Se acercó a Cerebro con cara de pocos amigos.

Tu, pedazo de buey con ojos dijo mirandole fijamente Coje a esta pandilla de inutiles y que dan otra vuelta a la pista, a la puta carrera.

Con aire malhumorado, como es de predecir, Grajo se alejo de la zona. Hoy no era el día mas indicado para pedirle un aumento.

Al ver la bofetada que le soltaban al destripaterrones, Nabo se echó a reir, pero al ver que nadie más se reía paró disimuladamente, quedándosele una media sonrisa en la cara, que pronto se desvaneció cuando se enteró que tendrían que correr otra vez.

Me cago en la puta...

Su mente rumiaba mientras de mala gana empezaba a correr. Sabía que protestar solo acarrearía correr más, pero pensaba pegarle una buena tunda al imbécil de Cara de Lombriz por hablar, aunque en el fondo tenía gracia el cabrón.

Cuando empezamos a correr y se aseguró que ningún superior podía escucharlo, preguntó para nadie en particular.

- A ver, ¿quien cojones la ha cagado y por qué? Como me hagan dar más vueltas os voy a meter una patada en el culo que me vais a chupar el pie con la puta lengua.

Era habitual en Nabo lanzar amenazas cada vez que le tocaban los cojones, y ese día se los estaban tocando y mucho.

El gigantón estaba entretenido con sus entrenamientos rutinarios, disfrutando mientras demostraba su superioridad física. Cuando de repente paró al ver aparecer al sargento con aquel mensaje, incluso para un tipo poco avispado como él era obvio que algo había ido mal; por lo que dirigió una mirada dura al resto del equipo e intento elucubrar quien el que la ha liado esta vez, pero obviamente sin éxitos, no se le daba bien analizar cosas.

Se quedó mirando como el Cara de Anélido le increpaba a su superior de aquella manera, por lo que la hostia que se llevó como consecuencia a parte de ser bien merecida, le hizo reírse disimuladamente con la nariz, aunque nada de lo que hacía Cerebro pudiera hacer podía parecer disimulado.

Luego cuando el Cabo les dio la orden, se apresuró a organizarlos y cumplirla de inmediato, no iba a ser él el que discutiera a ello, por lo que con un sonido gutural dijo:

-Juuum -que en el inexpresivo idioma del guerrero significaba vale.

Él era un hombre parco en palabras, cuando hablaba solía liarla aún más por lo que hace tiempo que aprendió a morderse la lengua al máximo. Por que se puso a dar una nueva vuelta a la pista, sin molestarle mucho a él (pues estaba acostumbrado) pero exprimiendo al máximo a sus compañeros, pues sabía que alguno de ellos era el culpable y pensaba hacérselo pagar a todos, iban a sufrir de lo lindo, vaya que si lo harían ...

Ya lo sabía desde el inicio que todo aquello traería complicaciones y problemas. Y aún les quedaba por saber en que lío les metería el capitán. El Cagalindes tuvo que contestar, no pudo contener su lengua de esparto. No tenía paladar a la hora de comer pero menos sesera a la de hablar. Hizo la gracia y la pagaron todos.

Toda la semana con maniobras y ejercicios, y por la bocaza del muerdesartenes, tenemos quedar otra vuelta. Esto es un fastidio, una jodienda, pero me las pagará... Joder, que si me las pagará. Y el puto Cerebro de alfiler, se asegurará de que demos toda la maldita vuelta al circuito sin saltarnos una mierda de obstáculo. Problemas y más problemas.

Una vez comenzaron con la ordenanza se dirigió al asesino. _ Shntich!! Joder que sí Hinchavientres, y yo te conseguiré la bota de acero que te hará falta, pues este hijo de una puta hiena sarnosa sería capaz de comerte los putos dedos y pedirte otra ración!! Soltó con su precedido y habitual chasquido de lengua.

_ Venga Cerebro, que te veo venir. Llegamos a los árboles y nos paramos a echar una partidita de dados. Bastante fastidio ha sido ya estar todo el jodido día entrenando. que te veo venir... Redios!! Si es que eres la puta copia de Caraquemada!! Nos tuvo una semana entera fregando la pútrida cubierta, solo y llanamente porque no había viento. Y claro, algo teníamos que hacer... Joder, pues aburrirnos y contar nubes como hacía el desgraciado. Menos mal, que nos inventamos un juego de apuestas que consistía en ver quien daba menos pases a la fregona. Y entonces, BarrigadeRon entre su tambaleo y el impetu lanzó a ...

Encino asomó de uno de los obstaculos, sonreía totalmente encantado. Parecía, aparte de un cretino, un hombre que sabe algo y está deseoso de contarlo.

¡Eh, pardillos! dijo a voces, mientras se atusaba el bigote con mucha parsimonia ¿Queréis saberque ha pasado?... Apuesto a que si

Sin dejaros tiempo a responder os espeta.

No estáis tan jodidos como pensaba, por ahora se reía con desgana Pero me temo que el relax se os ha acabado jajaja

Estaba claro que por allí hacía falta un poco más de humor, aunque era mejor no decir nada más pues el Cabo parecía demasiado nervioso, la visita del Capitán los había puesto a todos en guardia y parecía que alguno de ellos era el orígen de todo.

-¡A sus órdenes Cabo!

Era mejor obedecer, sobre todo teniendo en cuenta que Cerebro no iba a dejarles hacer otra cosa mientras el Cabo no estuviera.

-Venga, que no es para tanto, solo una vuelta mas... Además si estamos metidos en un lío es gracias a uno de vosotros dos seguro. ¿Se puede saber que habéis hecho esta vez? ¿Te has follado a quien no debías Nabo? Y tu Ojete, pienso comerme tus dedos como los hayas alargado demasiado y deja de aburrirnos con tus historias joder, ya sabemos de sobra lo que hacíais en alta mar cuando os aburríais.

Siguió corriendo al lado de Cerebro, dada la situación era mejor hacer el circuito cuanto antes, al menos así tendrían algo que hacer para no comerse tanto la cabeza con lo que estaba pasando.

-Venga en serio. ¿Alguno de vosotros sabe que está pasando? Yo no hice nada fuera de lo normal estos días. ¿Y vosotros? No creo que el Capitán esté formando este revuelo por nada. Eso o nos han colgado el muerto de alguien, así que vamos a ser sinceros, cuando vuelva el Cabo quiero saber que nos espera.

Mientras hablaba con sus compañeros Encino se acercó y parecía que tenía noticias. Se giró con cara de pocos amigos hacia él.

-Encino, no nos jodas. Abre la puta boca o Cerebro te hace saltar los dientes.

- Joder, cállate ya Caralombriz, o Encino no dirá nada- Nabo miró a un lado y otro, por si había alguien mirando - ¿qué cojones quieres decir con que se nos acaba lo bueno?
Resopló, cansado de correr después de llevar todo el día sin parar. Aquello no era bueno, seguramente sería alguna misión.
Mierda... ahora que le había echado el ojo a esa zorrita de la taberna...
Miró a Caralombriz con sorna.
- Tu madre no se quejó, así que no creo que sea por ella...- mientras se revolvía el pelo empapado en sudor.
Volvió la cara de nuevo a Encino, para preguntarle con algo más de educación que los idiotas de sus compañeros.
- Venga Encino, cuéntanos lo que sabes.

Encino había conseguido su objetivo, tenía vuestra atención y solo deseaba paladear un poco más su superioridad.

Os mandan al culo del mundo, fuera del límite del Imperio para ser exactos dijo mientras simulaba un tono confidencial Agarraos fuerte, porque vais para...

Algo sucedió antes de que terminase de hablar.

Grajo apareció detrás vuestra. Su mirada reflejaba cierto enfado, pero mayor era su preocupación

Me gustaría saber porque vuestros culos no están saltando obstaculos mordía las palabras, con la mandibula realmente tensa. No parecía muy contento cuando miró a Encino Tu, inútil, pierdete.

Luego os miró seriamente.

Luego ajustaremos cuentas por esto, pero ahora tenéis cinco putos minutos para reuniros conmigo en la tienda del Capitán.

-¿Ahora lo haces con muertas idiota? Deja a mi madre en paz.

Ya estaba acostumbrado a las bromas de Nabo, no iba a molestarse por eso pero prefería que dejara a su madre al margen, aunque con la entrepierna tan inquieta que tenía no dudaba que de estar viva y cerca su compañero no se arrimara.
Encino comenzó a hablar, ya fuera por las amenazas, por las palabras de Nabo o simplemente porque parecía complacido con lo que sabía de ellos.

-¿Al culo del mundo? ¿Que...?

Inconscientemente miró de reojo a Ojete de Sireno, si la cosa iba de culos quizás él pudiera saber algo más, pero la llegada del Cabo hizo que se callara nuevamente.

-El puto Encino, que no se que le pasaba. -Si alguien tenía que llevarse la culpa de que no estuvieran saltando obstáculos mejor él que ellos. De todas formas no le gustaba tanta prisa por mandarlos a la tienda del Capitán.- Si Cabo, en cinco minutos estamos allí, no se preocupe.

El tiempo justo para dejar el equipo que llevaban encima y refrescarse un poco la cara, además tenía la boca seca y un poco de agua no le vendría mal.

De nuevo apareció la alcahueta de Encino, y Caralombriz no paraba de joder. Nabo intervino para sacar algo en claro.

Que mas dará lo que sepa ese rascahuevos, al final nos lo dirán antes o después. Lo que está claro es que el aire está cargado y amenaza con tormenta de mierda...

El cabo los sorprendió de quién sabe dónde, sólo para darles una nueva ración de mierda que tragar. No solo se habían tragado una nueva sesión de obstáculos, si no que después de que el capitán les diga donde mierdas les mandan seguro que el puto Grajo se asegura que su última noche aquí sea para recordar.

_ Shntich!! Esta vez si que nos van a dar por culo bien. Prepárate paleto porque esta noche el cabo te va traer recuerdos de tu granja, salvo que tu serás la cabra a la que van a sodomizar con una vara de espinos. Soltó cuando el cabo se hubo marchado. 

_ Esto es una mierda, un autentico fastidio, una desidia... No hemos hecho nada, sé que no he hecho nada, sé que el puto Animal no ha hecho nada, hasta Caralombriz seguro que no hizo nada. Joder!! En esta compañía hay 80 putas escuadras y me dices, qué somos los únicos hijos de puta que la hemos liado y ni si quiera lo sabemos... Nabo, mas vale que seas sincero o una mañana te despertarás sin polla, y se la pienso dar de comer a Caralombriz. Así que, desembucha!! A la hija de quién te has follado? Porque debe tener un alto rango si nos mandan al culo del mundo, a La Dama sabrá qué.

Entre dientes continuó con sus quejas. _ Mierda, acababa de intercambiar un camastro nuevo, cómodo y limpio. Una puta manta de lana virgen... Carajo, seguro que me rajan allí donde vamos y acabaré tieso en una puta zanja y seguro que esta panda de cabrones mearán sobre mi cadáver. Y...

- Dios mío, cállate la puta boca ya Ojete, joder...- dijo cansado mientras su compañero no paraba de soltar su verborrea habitual.
- ¡Joder! ¡qué yo no he sido! hace tiempo que no la meto en caliente...- confesó Nabo, lanzando una mirada amenazadora a quien osara reirse - así que a mí no me echeis la culpa.- su mente viajó hasta el comentario sobre la Dama... lo que daría por meterle el rabo a esa mujer... pero esa era otra historia que obviamente no había ocurrido, aún... pensó mientras sonreía con maldad.
Volvió a la realidad pronto.
- Venga, moved el puto culo joder, vamos a ver que cojones quieren y a donde coño nos mandan, porque como no nos demos prisa nos van a follar el culo a todos con la vara de espinos esa que tú dices - le dijo a Ojete.
Miró a Cerebro, que no había dicho nada en todo el rato.
- Tú estás muy calladito... ¿no habrás sido tú verdad?- Cerebro era grande como un mulo, pero tonto como una piedra, puede que hubiese hecho algo y ni él mismo lo supiese...

El guerrero estaba encabezando la marcha cuando se giró con brusquedad y enfado ante la propuesta perezosa de Ojete, estaba a punto de darle un buen motivo para correr de verdad cuando aquella sabandija parlanchina de Encino les habló. No le gustaba que lo distrajeran, y mucho menos que interrumpieran su simple rutina, pero dado que los demás se pararon, ya daba igual que no siguieran, el Cabo los castigaría igual.

Aquello que le dijo el Furriel le seguía pareciendo muy extraño, seguía sin entender muy bien qué motivo podía tener nadie en enviarlos al puto confín del mundo y dada la irresponsabilidad de los miembros dudaba que fueran de utilidad para nada. No obstante tampoco le preocupaba, sería otro encargo más sólo otra misión y la cumpliría sin rechistar; no entendía porque los demás se preocupaban tanto.

No obstante, en cuanto apareció su superior los pilló nuevamente sin cumplir con su deber y todo por culpa del maricón de Encino, ésta se la devolvería, le daría un buen sopapo al tabernero, y pensaba hacer correr al resto del grupo hasta que echaran el pulmón por la boca; pero aquello tendría que esperar, el Cabo los había convocado y no podían permitirse fallar también en eso. Así que se dispuso a intentar seguirlo, cuando el cabrón salido de Nabo le preguntó aquello en tono acusatorio; por lo que le respondió con brusquedad y con tono severo:

- No -dijo clavando su mirada de animal desquiciado en el ninfómano, y cuando pareció que no diría nada más añadió- si la hubiese liado sería para daros una paliza y enseñaros de una vez a dejar de dar problemas... -terminó diciendo con dureza y esperando que su "exceso" de palabras obligara a mover el culo a sus compañeros.

De esta forma, y seguro de que los demás acudirían a la cita sin rechistar, fue a secarse el sudor y se reunió con el Cabo Grajo.