Partida Rol por web

La Costa de la Espada, Los Reinos Olvidados... Son lugares en el que constantemente ocurren aventuras, existen inmensidad de lugares inhóspitos, castillos olvidados, cuevas repletas de tesoros a la espera de que un aventurero los encuentre, se tope con ellos o muera justo cuando la punta de sus dedos rozan la gloria.
El valle de Uzherh es un lugar como otro cualquiera, siempre se han contado historias sobre el, nada fuera de lo común, salvo en estos 5 últimos años, por alguna extraña razón, varios personajes de renombre han salido de aquí. Casi en su totalidad ahora son arpistas, eso ha creados un efecto llamada. ¿Porque ha ocurrido eso? ¿Que se encuentra en esta inexplorada región que vuelve a personas normales en seres extraordinarios? Cada vez van llegando más y más gente, buscando fortuna y labrarse un nombre. Y como no, también se ha visto incrementado algo oscuro, siniestro.
Los habitantes están comenzando a ser diezmados, saqueados, se escuchan rumores de pueblos enteros incendiados, ciudades sitiadas, caos, terror, caminos peligrosos, posadas en las que el indice de mortalidad es tan elevado que la totalidad de las mesas se encuentran pegadas en la pared y ningún insensato osa situarse en el centro sin cubrir bien sus espaldas. No se conoce el nombre de un líder, nadie reclama las victorias, no se puede señalar con el dedo a nadie... Eso preocupa ya que así es muy complicado enfrentarse al Mal. A su vez al no tener que someterse a ninguna jerarquía, el número de caudillos, bandidos, brujos... Están aumentado ¿Se lograra formar un autentico imperio del Mal? Desde Puerta de Baldur van llegando heroes, arpistas, espías, comerciantes que quieren obtener beneficios de la necesidad de los habitantes de esta región, clerigos que ofrecen su ayuda y servicios por sus creencias, Y como no, has llegado TU, viajero, con ganas de demostrar de todo lo que eres capaz...

La puerta de Baldur, esa gran metrópolis, ciudad de leyenda, lugar de culto, alguien conocido en esta ciudad es una persona importante en Reinos Olvidados.
Has trabajado durante años para los duques de la ciudad, has conseguido dinero y fama. En el ultimo encargo algo ha salido mal... Endozal, te gusta trabajar solo, pero gracias a la ayuda de tu "nueva" compañera Airel, has salvado la vida, es mucho más eficiente de lo que en un principio te habías imaginado. Diestra en el combate, hábil con las armas y mortal...
Ambos estabais prestando servicios para el bando equivocado. Sino os llegais a dar cuenta en el ultimo momento, casi asesinais a un pequeño bebe. Os habían engañado, en lugar de estar rescatando al bebe para el duque que os estaba pagando, lo estabias secuestrando.
Muchas personas han perdido su vida en este escalofriante evento, justo antes de entragar a la bebe, la batalla fue dura, estáis heridos, el Duque ha puesto precio a vuestra cabeza, en esta ciudad, en este momento, vuestras vidas corren un gran peligro. La familia del bebe esta aniquilada, incluso algunos han perecido bajo vuestros aceros, ahora es vuestro deber protegerla, cuidarla y entregarla a sus tios. Los nobles Uziyth, en el valle de Uzherh, esta tarea no va a ser nada fácil ¿En quien podreis confiar? ?Como llegar hasta ellos y encima en este valle que ahora parece que está en guerra o por lo menos historias similares han llegado a Puerta de Baldur?
Habéis escapado por los pelos, os encontráis exhaustos en la entrada del gran valle, con el camino delante y unos perseguidores a vuestra espalda, les lleváis la suficiente ventaja, pero no debemos deteneros mucho...

Correr, huir, salvar la vida. El destierro, no ha sido el ultimo castigo, también se ha creado una partida de "caza" pero la presa eres tu. Parece que no va a ser tan fácil el librarte de este entuerto. Existe algo que te da fuerzas... Caelny está junto a ti, ambos os apoyais y ayudais, nada hubiese salido bien sino llega a ser porque estáis juntos. El ultimo encuentro fue duro, hubo mucha sangre, demasiada y ojala hubieseis salido bien parados, pero cada vez son mejores los esbirros que envian para asesinaros. Puerta de Baldur no es segura, os han atacado en 4 ocasiones, en esa ciudad escuchasteis un nombre... El valle de Uzherh, un lugar peligros, pero que os puede reportar riquezas y quizás una escasa seguridad, puede que en este siniestro lugar no os persigan... O por lo menos tendrán menos contactos para dar con vosotros y daros muerte... Necesiais un descanso, y recuperar vuestras heridas

El valle de Uzherh, otro lugar en el que labraros un destino, fortuna y un nombre digno. Todo había ido bien hasta la ultima posada, en Puerta de Baldur, os encargan una mision, que os acerca al valle, pero a la hora de recibir la recompensa... En lugar de ello os intentan matar y así no pagar... La lucha ha sido encarnizada para huir, el odio hacia Illdever, os crece en vuestro interior, ese asqueroso humano se os escapo con vida por un pasadizo secreto, pero conoceis su destino, el palacio de la familia Uziyth, en el valle. Poco conoceis de este lugar, pero en nada os conoceran a vosotros...
Ahora lo más necesario es reponer fuerzas...

El futuro hay que labrarselo, se debe buscar la fortuna y donde mejor que en uno de esos lugares en los que la gente "común" huye y los grandes guerreros son llamados héroes. Poco se conoce de este valle, poco se conoce de sus gentes, poco se conoce de sus tesoros. Pero si se sabe que estando solo no llegaras a viejo en un lugar con los peligros que se rumorea...
El primer paso es el mas difícil, pero ya te encuentras en el valle, el camino es amplio, fácil de andar, es cierto que la vegetación es muy frondosa, pero no parece que sea tan peligroso...

Maldita sea ese hijo de excremento de troll -digo farfullando cual enano borracho, normalmente soy mas desenfadado y menos rencoroso, pero ahora me encuentro herido en algo más que mi propio orgullo - Como le encuentre...

Saco una manzana de mi bolsa y le ofrezco otra a Malark

- Deberiamos reposar, no nos sera bueno arriesgarnos en este estado

Destrozados y heridos como hacía tiempo que no lo habíamos estado, Silver y yo llegamos a una taberna que nos da la bienvenida al Valle de Uzherh. Miro a mi compañero, herido y con restos de sangre propia y ajena por todo su cuerpo y me pregunto cuál será mi aspecto. Dudo que mucho mejor. Pese a mi resistencia, noto que me han dado fuerte y mi orgullo se resiente.

La cacería ha sido tremenda desde que salimos de Puerta de Baldur. En cada esquina, esbirros de Illdever aparecen con un único objetivo: acabar con el trabajo que tan chapuceramente intentaron hace ya unos días. El maldito nos contrató para arreglarle sus problemas en lo que creíamos una misión justa, pero a la hora de cobrar, su verdadera intención apareció. No sólo se negó a pagarnos entre grandes sonrisas de soberbia, sino que pronto sus hombres cayeron sobre nosotros, cogiéndonos por sorpresa. Muchos de sus hombres dejaron la vida aquel día, pero uno simplemente no puede enfrentarse a decenas de enemigos y esperar salir con vida. Además, el muy bastardo tuvo a bien huír por un pasadizo antes de que le diésemos su merecido. Hemos corrido cuanto hemos podido durante kilómetros, en pos de nuestra presa, sin poder pararnos a dormir. Cada esquina ha sido una amenaza, cada sombra en un bosque un lugar potencialmente peligroso. ¿Cómo demonios ha hecho Illdever para huir de nosotros y aún así mandar hombres y bestias a detenernos?

Pero le hemos perdido la pista. Hace días que el rastro se ha enfríado, pero todas las pistas nos han llevado al Valle de Uzherh donde sabemos que se oculta. La familia Uziyth responderá a nuestra furia por acoger a semejante escoria.

Cálmate. Le digo a Silver con mi mejor voz, aunque con autoridad. Le hemos perdido. Por el momento. Silver parece calmarse y de su petate saca un par de manzanas. Me ofrece una. Le miro a los ojos y le hago un gesto de agradecimiento con la cabeza. Limpio la piel de la fruta en mi ropa y le doy un gran mordisco. Por la comisura de mis labios cae el jugo y me relamo. Por unos segundos olvido lo que nos ha traído hasta aquí.

Debemos encontrar un lugar donde descansar. No tiene sentido que persigamos a Illdever heridos y sus sicarios hace días que nos han dejado en paz.

Calmadamente doy un par de mordiscos a la manzana para quitarme ese horrible sabor de la boca. Le disgusta el sabor a sangre y carne humana, si bien en el frenesi de combate hay veces que ha devorado la carne que sus fauces han arrancado de sus enemigos, no hay sabor que mas odie que el de otras criaturas sentientes. Lo peor es que el sabor tarda en irse y ni siquiera la dulce manzana hace que se vaya del todo.

- Cambiaria para despistarle -dice jugueteando con la manzana- pero por desgracia no puedo cambiarte a ti, asi que no serviria de mucho, siento decirlo, pero tu cara no tiene arreglo posible

Se termina la manzana, le han hecho falta pocos bocados, saca uno de sus odres y se da un trago de agua para ver si ese maldito sabor se va.

- Concuerdo, cuando antes nos recuperemos ambos mejor... me duele todo el cuerpo

Respiraba agitada y molesta, no solo por el dia tan duro y por el cambio de reputacion, sino que en sus mas de 100 años lo mas parecido a un bebe que habia cuidado eran perros y ovejas... tenia lo suficiente para poder sobrevivir ella misma y tal vez para ayudar a su compañero pero no estaba segura si tendria lo necesario para el bebe, por fortuna ivan a terrirorios silvestres, eso le daria una ventaja y una oportunidad de cuidar al bebe por algun tiempo

Joder... por que tenia que tomar ese trabajo... puedes aguantar el paso? u ocupas un descanso fik?

Con su capa cubrio a la bebe esperando esta no rompa en llanto, intentaba hacer las cuentas en su mente 

Como estas de proviciones y raciones?... crees que esta bebe pueda comer algo solido? solo hay un odre de leche... mejor aun sabes cuidar crios?  e estado muy ocupada aprendiendo otras cosas asi que nunca aprendi a cuidarlos, esperaba posponerlos hasta mis 150 años

Una vez que sacaramos ventaja como para acampar la cosa se pondria mas tranquila

Había dejado Puerta de Baldur hacía ya días y la mochila de viaje empezaba a estorbarle después de tantas horas de viajes, -Por todos los demonios, ¿cuando voy a llegar?- pensaba para si mientas daba otro paso, y otro, y otro.

La vegetación crecía a los lados del camino, camino que sabia que no debería recorrer si era cierto las habladurías del lugar, pero, ¿que remedio le quedaba?, apenas conocía el valle y si se alejaba demasiado de los caminos podría perderse.

Pero el joven maestro de armas no se dejaba amilanar por leyendas e historias de miedo, simplemente acaricio el mango de sus aceros y apretó el paso -Cuanto antes llegue antes podre disfrutar de un buen vino y una silla cómoda donde reposar el trasero y los pies.

Sigo las palabras de Silver con atención, hasta que me quedo mirándole a los ojos con cara de pocos amigos. No sé si es una de sus "bromas" o me está llamando feo. No me importa demasiado mi aspecto, pero admito, y que Pelor me perdone, que me molesta. Desecho el pensamiento y me centro en lo que me duele el cuerpo cuando Silver me recuerda su propio dolor.

Miro alrededor. El valle debe tener algún sitio donde alojarnos y, sino, habrá que buscar refugio para pasar la noche. Debemos aguantar al menos hasta la salida del sol para que el señor de éste y el mío propio me conceda su poder y pueda sanarnos. No es seguro ir heridos por el mundo. Y menos en este en el que nos encontramos.

Termino la manzana y tiro el centro a un lado del camino. Los pájaros o los pequeños roedores darán buena cuenta de los restos.

Sigo oteando el horizonte, algún sitio debe invitarnos a ir a él.

El bosque comienza a quedar atrás. La orografía discontinua, las curvas, los rodeos, las subidas y bajadas, las raíces y piedras. Nada de eso debería tener importancia. Caminar por la espesura que es hogar de mi linaje es algo natural en mí. Soy un elfo, la simbiosis con el entorno forma parte de nuestra naturaleza, nosotros construimos nuestros palacios y ciudades en armonía con la vegetación, fusionada con la naturaleza del terreno. La espesura es nuestro entorno, nuestra casa...

En circunstancias normales, por supuesto. La sangre que resbala por mi muslo derecho, no representa circunstancias normales. Eran humanos. No todos, no lo se seguro, pero había humanos entre ellos. No los envió mi padre, de eso estoy seguro. ¿Por qué iba a hacerlo? El destierro ya es severo castigo, según nuestras leyes, y él es un hombre honorable. Y desde luego jamás emplearía a esos perros de presa, sucios y malolientes, para hacer un trabajo de honor y justicia. No, aquí hay algo más. Draluin, tiene que haber sido él. ¿Pero por qué? ¿Acaso no le basta con haberme hundido la vida, haberme arrebatado todo, TODO? No, también necesita verme muerto... ¿Es que acaso cree que puedo poner en peligro lo que ha logrado con esta artimaña? Ya no puedo regresar, no podría recuperar mi posición...

Me apoyo en la corteza de un árbol, en el linde del bosque. Más allá, el valle de Uzherh. Respiro profundamente, aguantando el dolor como buenamente puedo, que no es mucho a estas alturas. Pero debo caminar, no puedo retrasarla más. Caelny, ella también ha salido mal parada. Ha salido mal parada desde que tomó la decisión de ayudarme. Aún no se por qué lo hizo. Amistad, lealtad, honor... ¿Algo más? No he tenido el valor de preguntarle. Demasiado orgulloso. Tampoco he tenido el valor de planteármelo, de pensar en ello. Lo hago ahora, en un momento de debilidad, intuyendo que podría llevarme la duda al otro mundo. Esos asesinos, mercenarios, y demás ralea de mal vivir que envía mi hermano, no soy su único objetivo. Ella está a mi lado, y su vida corre el mismo peligro. Le debo mucho, todo, y deseo restituírselo, pero al mismo tiempo la pongo en peligro.

Curiosa encrucijada.

Camino varios pasos más, cojeando con los dientes apretados, hasta que la pierna me falla y caigo al suelo dolorosamente. No es ya que me duela, es que no debería dolor así, de un modo tan ardiente. Sangra mucho, pero no debería doler así. Y la sangre no se reseca, sigue manando. Y eso es mala señal. Veneno, que ironía. Todo comenzó con veneno, y parece que terminará con él.

No... No puedo dar un paso más... -Digo rodando sobre mi propio cuerpo, quedando tendido boca arriba. Mis ojos entrecerrados observan el cielo, y con humor me dejo vencer por los recuerdos- D-dile a Thrulil que ensille mi caballo... No, mejor que traiga el carruaje... -Murmuro, recordando el nombre del joven mozo de las caballerizas de palacio. Parpadeo, mirando alrededor, dándome cuenta de que no estoy en el bosque Greyendil. ¿Qué ha sido eso? ¿Las fiebres? Parece que deliro...- Oh, no... Eso ya no... -Muevo la cabeza con esfuerzo, viendo a Caelny acercándose, dolorida y cansada. No se merece esto. Merece algo mejor- ¿Sabes qué? Deberías cobrar tú la recompensa. Esos rufianes ya no podrán hacerlo... Seguro que el precio... hummmf... es bastante alto. Podrías costearte una buena vida, seguramente... -No tan buena como la que he perdido, pero lo suficiente. Sería una buena manera de restituirle por todo lo que ha hecho por mí- Una casa, un terreno, un caballo, un marido... En ese orden, a poder ser, jaj... ¡cof, cof! -Intento reír, pero me da un ataque de tos, y acabo echando la cabeza a un lado, lanzando un espumarajo rojizo en el suelo.

Aún no se lo podía creer. ¿En qué momento había comenzado a relajarse tanto y a estar tan confiado de si mismo como para bajar la guardia y caer en esa trampa? ¿Porqué había tomado una acción tan directa en el supuesto rescate en vez de infiltrarse en casa del bebe y descubrir la verdad?

El Duque no se había salido con la suya, no aún por lo menos y ya se encargaría a su vuelta a Puerta de Baldur de llevarle ante la justicia y limpiar su nombre y reputación. Pero ahora tenían algo entre manos que les apremiaba más y les era mucho más urgente. El error lo habían cometido ellos y asumía la responsabilidad de lo ocurrido. Ese pobre infante iba a crecer sin su familia por su gran descuido y su exceso de confianza y juró por ese pequeño bebé que lo entregaría a sus familiares del valle Uzherh y qué no volvería a cometer un error tan grande como éste.

Se dió cuenta de que estaba exhausto, habían salvado la vida de milagro y más milagrosamente habían conseguido que el bebé saliera ileso. Las heridas eran graves, giró la cabeza hacia su compañera de misión y dió gracias en silencio a que estuviera a su lado, el milagro de haber salido vivos de allí había sido ella. También había sido gravemente herida y estaba exhausta como él. En otra situación no habrían tenido problemas para despistar a sus perseguidores, ambos eran grandes espías y maestros de la ocultación pero con un bebé en brazos, su única opción era correr más que ellos y despistar les en el valle.

- Nos la han jugado, de eso no hay duda y pagarán ante la justicia su intento de asesinato a esta pobre criatura. Dijo con un cálida mirada a Airel para que no se apesadumbrará más por lo sucedido. Esa carga la llevaría por descuidarse.

-Debemos continuar hasta que encontremos una granja en el valle donde podamos solicitarles cobijo y ayuda en el cuidado del bebé, además podrían darnos indicaciones de como llegar a la casa de los Uziyth. Pero deberemos decir que es el hijo de mi difunta hermana y esperar que las noticias de lo ocurrido no lleguen antes que nosotros. Miró al bebé tapado con la capa de Airel. En nuestra línea de trabajo es difícil que nos asentemos y tengamos familia, yo tampoco he cuidado un bebé antes. Prosigamos y esperemos encontrar una granja lo antes posible para poder darle los cuidados adecuados. Sería recomendable que nos alejemos del camino principal para terminar de despistar a nuestros perseguidores.

Mira a su alrededor, hacia el extenso valle para buscar hacia donde deberían dirigirse, algún peligro en la zona y un punto más elevado desde el que poder visualizar mejor a donde ir y ver si sus perseguidores siguen bajo su pista, y a su espalda esperando que los perseguidores no este en dentro de su alcance visual.

Ni siquiera una gran ciudad como Puerta de Baldur nos sirvió para mantenernos a salvo mucho tiempo. Cuatro. Cuatro fueron los ataques que sufrimos en esta, y el último ha sido devastador. Ni bosques, ni ciudades, ni las aldeas más modestas estaban sirviéndonos de refugio para mucho tiempo. No nos daban tregua alguna, y aun no conseguía comprender por qué.

Lothendal “El intrépido” no podía estar detrás de todo esto. Tenía que reconocer que le guardaba rencor por sus actos, pero sabía que no era capaz de hacer algo así a su propio hijo. Él mismo había sido el encargado de que Lothlouin recibiera la menor pena de las que le podían haber sido impuestas. Entonces, ¿Quién? ¿Quién estaba detrás de todo esto? Lo más obvio era que se tratara de Draluin, pero ya tenía lo que quería, ser el heredero de la casa.

Aunque… Yo aún albergo esperanzas. ¿Y si él teme que se vuelvan realidad?

Antes de que todo esto sucediera, nunca hubiera imaginado que Draluin fuera capaz de algo parecido. Habíamos compartido tiempo juntos en el cuerpo de exploradores, y no parecía ser de ese tipo de personas, pero… Dicen que eso que llaman “amor” te lleva a hacer locuras.

A menudo fantaseaba con regresar y averiguar qué estaba sucediendo, pero eso era algo imposible. No con él. En realidad, todo esto había llegado a tal punto que ni siquiera estaba segura de poder volver a casa si así lo deseaba. De forma terrible, mi vida había quedado ligada a la de Lothlouin; pero a pesar de todo, no me arrepentía de mi decisión.

Salimos de Puerta de Baldur y nos adentramos en el bosque tratando de huir sin ser vistos, con El valle de Uzherh como objetivo. Heridos, agotados, el ritmo no era rápido, pero si constante. Por primera vez, el bosque me ahogaba. Lo árboles, la vegetación, los sonidos de los animales y el crujir de las ramas, eran cosas de las que no estaba disfrutando como era habitual. Avanzaba por delante, sin perder de vista a Lothlouin, girándome frecuentemente para ello. Al llegar a la linde del bosque este se vio obligado a detenerse. Su herida era muy fea, demasiado, pero lo prioritario había sido huir. Pero al parecer, su cuerpo había dicho basta.

Lothlouin trató de seguir avanzando, pero terminó cayendo al suelo, deteniendo mi marcha definitivamente. Llegó a rodar por este mientras decía no poder seguir, comenzando a delirar al quedar tendido boca arriba. Me acerqué lo más rápido que pude, agachándome a su lado, y mirándole con claro temor hasta que comencé a escuchar aquella sarta de estupideces de sus blanquecinos labios.

- No hay nada que cobrar, no digas sandeces. – le increpé, limpiándole los restos de espumarajos de la boca y moviéndome hasta poder observar de cerca la herida de su pierna. – No te educaron para rendirte tan fácilmente… Eres el heredero de la Casa Greyendil…

Algún día volveremos y ocuparás tu lugar.

Saqué el material que llevaba para hacer curas, e intenté hacer lo posible con aquella herida, estaba perdiendo demasiada sangre y nos impedía continuar; apremiaba tratar esta antes de que sucediera lo peor.

La entrada al valle no es gran cosa, un camino ancho, llano, de arena. Un frondoso bosque lo rodea, árboles altos, tanto que no se puede apreciar su copa, los rayos de sol difícilmente llegaran al suelo, cubierto en su totalidad de hierba y arbustos, una alta humedad, hace que el simple echo de respirar sea complicado.
No es un buen clima para ir de viaje con la niña. Tenéis la suerte de ser rápidos y realmente buenos en vuestro trabajo, o de otra forma no estarías vivos. Dais un par de pasos y comenzáis a escuchar los sonidos de cascos de caballos, son numerosos o eso parece por el ruido que producen, van al galope Mierda, parece que ya os han vuelto a encontrar y no estáis en condiciones de luchar... Aquí sois un blanco fácil, demasiado fácil para enfrentarnos a lo que se os hecha encima...

Cuando todo parece que no puede ir peor... Comenzais a escuchar los fuertes sonidos de caballos al galope. En este camino los animales son extremadamente rápidos, ioder ya os han encontrado y en vuestro estado no estáis capacitados para luchar, no al menos con el numero previsible de enemigos, el ruido es cada vez mayor, están sobre vosotros y Lothlouin está malherido. En el camino sois presa fácil...

Con el orgullo herido comenzáis vuestra andadura por el valle, el camino es una gran pista, a sus lados se alzan imponentes unos enormes árboles, tan altos que no se ven sus copas, frondosos, casi no dejan pasar el sol y aún así el suelo está lleno de hierbas y arbustos. Una vegetación exuberante, no es un bosque cualquiera es prácticamente a na selva.
Con vuestras heridas lo que menos necesitáis es esto... Ese ruido es inconfundible, multitud de cascos de caballos al galope Parece que os han encontrado, os están dando caza... En medio del camino no es una buena opción para poder hacerles frente, y en vuestro estado mucho menos...

El camino es fácil de andar, es prácticamente una pista, a sus lados los árboles crecen en todo su esplendor, formidables, tanto es así, que parece que no dejan pasar la luz y aún así, el suelo está lleno de hierba y matorrales altos, la humedad es altísima, es casi un selva. En estas condiciones con tu experiencia, sabes que un hombre no puede luchar durante demasiado tiempo, el cansancio llega rápido... Comienzas a escuchar el ruido de cascos de caballos. El suelo tiembla bajo tus pies, o son muchos o están fuertemente armados o ambas cosas. Mal comienzo en este valle ¿Quién o qué serán?