Partida Rol por web

Poco a poco el gentío va perdiendo densidad, hasta que la misa se acaba, cuando la esplanada se ve inundada de gentes otra vez. Sin embargo muchos se retiran a comer, nobles y burgueses los primeros, así que cuando se dejan de ver ropajes caros en la plaza, algunos tenderos pliegan telas con lo que vendían y comienzan a unirse a los corrillos a hablar. Muchos campesinos empiezan a dejar el Burgo también, puesto que vienen de pueblos que están a medio día andando, o son ancianos y les espera un penoso camino de vuelta.

Incluso Godosteo, al cual tiene Fray Tomás cogido por el hombro, deja de verse rodeado por los locales cuando los diaconos que se habían parado a hablar con ellos parten también. Para ser rodeados sólo por crios que se pelean por llamar su atención y juegan a coger braseros apagados y barras frias del suelo. 

Suenan las campanadas. Es la hora nona. La niebla ha levantado, y el frio comienza a sentirse, seco, cuando los hombres van dejando Burgo de Osma tranquilo. 

Aprovechando la afluencia de comerciantes y el gentío hacemos nuestras compras antes de que empiece a desmontarse el mercado.

Del lado de Diego, entramos a la plaza y vemos a aquellos hombres que estuvieron implicados en la prueba de fe de las brasas. Al judio que vimos justo antes de la pelea del pastor y a ese que llamaban Nuño que estaba en la posada donde pasamos noche. Algo tramaba con aquellos ensalmadores, mas parece que los negocios casi le cuestan la piel de las manos. Poco vimos de aquellos pues, mas pendiente estábamos nosotros de salvar nuestro pellejo que del espectaculo de la plaza.

Mas ahora tenemos un encargo et debemos partir sin demora hacia Ucero. -Diego, será demasiado tarde para partir a Ucero? No conozco mucho la zona et no se cuanto tiempo de camino ha hasta los dominios del señor de Ucero 

Apelar a los monjes no había servido de nada, vaya con su compasión cristiana y ayudar al projimo. Cada vez me estaba irritando más con ellos. Los acompañaría a Ucero para devolverle el favor al carretero, pero no eran personas con las que contar. Mire a mi alrededor buscando al carretero judio a ver si a él podia convencerlo

- Buen día compadre - le dije a Zacarias - extrañas circunstancias para conocernos, espero que las brasas non ficeravos mucho daño. Mi nombre es Nuño. Los frateres dixeronme que vostede nos llevara a Ucero, podo preguntarle como vamos a viaxar et si hay problema que aqueste mercader con su carromato nos acompañe - continue señalando a Benvido.

Preparado para partir cuando sea necesario, estoy tranquilamente sentado en el carro cuando escucho una voz a mis espaldas. Al girarme veo a uno de los conjuradores esos hablándome.

—Buenos días. Pues aún escuece un poco, me ha dejado buena marca en el pecho y se me va a quedar una bonita cicatriz. Mi nombre es Zacarías. Yo seré quien os lleve hasta Ucero, pero la verdad es que yo ni pincho ni corto. Por mí no hay problema en que nos acompañe quien sea, como ya te he dicho, yo soy solo un mandado —digo mientras me encojo de hombros.

Bien pense, Zacarias no puso ningún problema a que Benvido nos acompañara. Me gire hacía los hermanos esperando que le hubiesen escuchado.

- Fray Tomás, Froilán, como vedes Zacarias non tiene problema alguno en que nos acompañe el carretero. Si son verdade los peligros del camino, cuantos más seamos, mejor - les dije a los hermanos

- Godosteo, ¿no es ese el motivo por el que me incluiste entre vosotros frente al obispo?, bien sabedes que yo non soy un conxurador - continue hablando

- Va siendo hora que me expliquedes de que va todo esto ya que me habedes metido en todo el lio -

Antes de que Diego responda, percibís que algo no va bien, la guardia se aproxima otra vez, con el aguacil, seguido por un gentes entre las cuales reconocéis un rostro familiar. Es la mujer huesuda que había maldecido a Sancho después de que Diego y el pastor hubieran dado buena cuenta de los ladrones de ovejas.  

El aguacil se acerca hasta Diego. No parece querer intimidar al almogávar, e incluso pareciera amigable, al ponerle una mano en el hombro. Le habla al oído, mientras Diego mira al vacío. Diego parece replicarle en un par de ocasiones, pero al cabo de unos instantes, se vuelve hacía vosotros.

Dirigiéndose a Orosia, le explica. 

-Maldito sea mi estirpe, más creo que debo fazer un par de noches más en Burgo, puesto que ofrecióme el obispo su hospitalidad para atender las demandas de la ramera aquesta roba ovejas, et non puedo renunciarla.- Non te preocupes, Orosia, que creo han traído bien de paja a la mazmorra del torreón- 

Y parte con la guardia. 

Maldita sea mi estamapa! Nunca parece que me vayan a ir bien las cosas sin encontrar problemas en mi camino. Veo marchar al almogavar con la guardia. Parecia buen hombre mas parece que mi futuro no esta ligado al del guerrero. Cojo los hatillos con los bienes que que queria comerciar con buena intencion Diego. 

A ver donde coloco yo esto ahora? Con lo bien que se me da a mi vender!!

Veo a Zacarias el Judio hablando con Nuño al que conoci la noche de la taberna

Perdon que moleste a sus mercedes, mas he escuchado que parten hacia Ucero. Hacia allí debo partir yo tambien. Si les place podemos hacer camino juntos. Soy buena con el arco lo que nos dara protección y -mirando de un lado a otro digo susurrando- sin nadie nos ve por los caminos podré hacerme con algun conejo para la cena- digo guiñando el ojo

Froilán te coge por el hombro y te lleva aparte. 

- Non te engañaresemos más, buen nuño. Nosotros somos ensalmadores et conxuradores et que sopiendo que el condado de Ucero buscaba tales oficios, et viendo en aquesto una oportunidad de salir de la mala vida que passavamos, nos aprestamos a venir a las montañas de aquesta región. Más non esperábamos que nos ficieran passar por aquestas pruebas de yerros ardientes, et cómo non acostumbrados estábamos, os pedimos auxilio espantados. -

Froilán se vuelve y mira al grupo que está congregado en torno a la carreta. Pere, Godosteo y Fray Tomás parecen recién salidos de un convento y esbozan una candida media sonrisa cuando les miras. Al otro lado, una vagabunda extraña, habla con el carretero, un fornido judío que también desborda candidez. Al fondo, a distancia la carreta de bueyes se acerca. 

- Nuño, necessitaríamos un omne que lidere aqueste desastroso grupo en aquesta empresa, et vos parecéis uno de mundo...-

La mujer que había hecho noche en la taberna con nosotros, se acerco cuando hablaba con Zacarias y pidio acompañarnos en el viaje.

- Yo non vexo problema - le dije - más que Zacarias diganos si hay sitio nel carro para todos -

Luego Froilan me hablo en confidencia, y lo mire bastante sorprendido. No sabía si considerar lo que me decía una disculpa o no. Pero cuando me pidio que guiase al grupo me dejo atonito

- Mundo llevo bastante, mais son marinero no capitán - le conteste - Si queredes enredarme, vais a tener que darme más información. Non gustaríame luego encontrarme con sorpresas -

- Tan sólo vamos a fazer una procesión, Nuño.- Dice Froilán extendiendo los brazos. -Saldremos acompañados de los lugareños a los montes donde faremos ensalmos et oraremos para que las bestias desaparezcan. Si no lo faiciesen, repetiremos los ensalmos, et acaso el Señor no quisiere alejar a los lobos de aquestas tierras, tornaríamos sin tocar paga alguna.-

-¿Acaso hay algo malo en que fagamos uso de los dones que el Señor nos ha otorgado?- Y mira a Godosteo.

Froilán aprovecha el gesto amigable de poner su mano en tu hombro, para decirte en confidencia, ya más bajito.

- Yo tengo necesidad de potingues para demostrar mi valía ante el señor et puede que sea un pobre impostor, más creo en mis compañeros, Nuño... Mirad lo que fizo Godosteo, si non es casi un milagro...-

- Bien Froilan, he de decir que sorprendiome lo que fizo Godosteo - le digo - mais lo que quiero saber es cual es el problema con los lobos. Vostedes mentaronlos durante el viaje, más debe de haber algo más, que non credo que por una manada de lobos se monte todo esto -

Le insisto a Froilan, esperando que me cuente lo que sabe del problema antes de comprometerme a algo. Me han dejado bastante escarmentado por su comportamiento anterior.

Observo atónito el corrillo que se ha formado alrededor del carro.

—Queda algún sitio aún, sí —respondo a Nuño tras comprobar que había espacio suficiente en el carro—. Pero deberíamos partir ya. Ya ha sonado la hora sexta y hay más de medio día de camino con el carro. Así que, si estáis todos listos, partimos pues. No me gustaría que me cogiese la noche por estos caminos infectados de lobos.

-Non se que problema pudieran dar aquestos lobos a las gentes, más creo que se inquietan los pastores, puesto que las mestas regresan del sur por las cañadas, et es tradición que pasten en las montañas de Soria.- Nuño, habernoslas visto ha con otras plagas ya, de ratones en Peñíscola, de conejos en Cariñena... Las gentes quieren de esperanzas que los curas non saben o non quieren dar.- 

Froilán hace una pausa. Y se pone serio.

-Non hubierame humillado de aquesta manera si fuera un temerario, Nuño. Algo se de lobos. Por muchos espantos que cuenten, non he fecho conocimiento de nadie que fuera atacado por aquesta fiera. Nos temen, et bien que facen de tenernos miedo.-

partimos pues

Me acomodo lo mejor que puedo en la carreta cargando con el fardo de tela que con suerte lograré vender en Ucero.

Maldito Diego, pienso. Me embauca con su maravilloso negocio y luego me deja tirada como un perro. Normal. Asi son todas las personas, por eso me gusta vivir entre animales. Ellos son mas fieles y previsibles 

Miro a Zacarias. Tiene aspecto de judio y estas gentes son buenas en negocios. Quizá el pueda ayudarme. Zacarias, ese vuestro nombre, no es verdad?. Tengo esta mercancia que me gustaría vender en Ucero y sacar buen precio de ella. Vos sabría como hacerlo?

- Bueno Froilan, acompañarevos, maís ya digovos que non quiero más sorpresas, asin que mantenerme informado de todo - le dije al hermano mientras aceptaba su oferta.

Tendría que hablar con Godosteo durante el viaje, parece que el era el único conxurador real.

Volví a reunirme con el resto. Tendríamos que partir cuanto antes para llegar antes de que se hiciera de noche.