Partida Rol por web

Sheriff se incorporó desde su cobertura tras unos escombros, y disparó sin mirar una mortal descarga de energía. Cuando se disipó el humo, vio que acababa de vaporizar lo que quedaba de lanzadera. Pensó "Nota mental, la próxima vez, mirar antes de disparar, y comprobar dónde está delante y dónde detrás"

Tras la actuación de Lanza, pareció que los alienígenas se preparaban para reagruparse y volver a atacarles, y, viendo el estado de su pelotón, no parecían en condiciones de resistir muchas andanadas más de los rayos que tan peligroso habían demostrado ser. Era hora de contraatacar. 

Akira respiró hondo, cerró los ojos un momento y comprobó el seguro de su rifle de energía en un gesto mecánico, a pesar de que estaba segura de que lo había quitado hacía ya mucho. Cuando los volvió a abrir, se movió en un parpadeo, salió de la cobertura y calibró la mira en largo alcance. Apoyó la culata en el hombro y buscó por los edificios hasta que localizó a uno de esos malditos humanoides tras unos escombros preparado para atacar. Esta vez no te voy a dejar, pensó, mientras el centro de la cruz que formaba la mira se situaba justo sobre la frente del ser. 

El gatillo sonó como una sentencia de muerte, y el débil sonido del láser se perdió entre el estruendo de la batalla a su alrededor mientras el proyectil azul atravesaba el aire recto hacia el alienígena antes de que tuviera tiempo de parpadear. En un segundo, Akira pudo ver cómo la cabeza del ser en su mira se transformaba en una explosión de sangre que pintaba la pared tras él. Su cuerpo decapitado cayó al suelo desmadejado como una muñeca de trapo. 

El fuego amigo proveniente de los restos de la lanzadera pasaba sobre la cabeza de Piñeiro como una tormenta de pesadilla. Notaba como el pulso se le aceleraba y su garganta estaba seca. Al menos, gracias a sus compañeros, el enemigo había dejado de disparar sobre su posición. El breve momento de calma (relativamente: el ruido de los disparos era ensordecedor) le permitió echar un breve vistazo por encima de su cobertura para estudiar la situación:

los alienígenas que le habían disparado tan inmisericordemente ocupaban un pequeño edificio con una ventana abierta. Ahora mismo, estaban con la cabeza baja y sólo el soldado Piñeiro podía hacer algo para que no asomaran de nuevo.

Con dedos temblorosos, quitó el limitador de disparo de su AK-4700 y corrió hasta la ventana. Se asomo apretando el gatillo hasta el fondo y gritando como un poseso: media docena de alienígenas explotaron a quemarropa al recibir, sencillamente, demasiados disparos. Una puerta se abrió al fondo y otro par de engendros reventaron ante la lluvia de balas con que les obsequió Piñeiro.

"De verdad, espero que sean unos cabrones"

Saltó al interior del edificio y se acurrucó en medio de un mar de tripas desmenuzadas. Su arma emitió varios clicks mientras se recargaba automaticamente.

-Piñeiro al... al habla... -jadeó por el comunicador-Po... posición despejada. 

Cerró los ojos esperando que todo acabara pronto.

Lanza aprovecha la conmoción general para pasar a modo francotirador. Mueve el selector de disparo del rifle de energía y espera paciente a que algunos de los alienígenas asomo la cabeza y cuando lo hace se la vuela. Luego corre hacia una cobertura más adelantada.

El fuego amigo proveniente de los restos de la lanzadera pasaba sobre la cabeza de Piñeiro como una tormenta de pesadilla. Notaba como el pulso se le aceleraba y su garganta estaba seca. Al menos, gracias a sus compañeros, el enemigo había dejado de disparar sobre su posición. El breve momento de calma (relativamente: el ruido de los disparos era ensordecedor) le permitió echar un breve vistazo por encima de su cobertura para estudiar la situación:

los alienígenas que le habían disparado tan inmisericordemente ocupaban un pequeño edificio con una ventana abierta. Ahora mismo, estaban con la cabeza baja y sólo el soldado Piñeiro podía hacer algo para que no asomaran de nuevo.

Con dedos temblorosos, quitó el limitador de disparo de su AK-4700 y corrió hasta la ventana. Se asomo apretando el gatillo hasta el fondo y gritando como un poseso: media docena de alienígenas explotaron a quemarropa al recibir, sencillamente, demasiados disparos. Una puerta se abrió al fondo y otro par de engendros reventaron ante la lluvia de balas con que les obsequió Piñeiro.

"De verdad, espero que sean unos cabrones"

Saltó al interior del edificio y se acurrucó en medio de un mar de tripas desmenuzadas. Su arma emitió varios clicks mientras se recargaba automaticamente.

-Piñeiro al... al habla... -jadeó por el comunicador-Po... posición despejada. 

Cerró los ojos esperando que todo acabara pronto.

Cuando el humo comienza a despejarse podéis ver la plataforma de aterrizaje llena de fragmentos de la estructura que ha volado Pedraforca. Un pasillo de unos 20 metros une la plataforma con la ciudad, al final del mismo una puerta bloquea el paso.

Observáis que otras escuadras han conseguido aterrizar en plataformas parecidas. El asalto a la ciudadela va a comenzar.

"Señores, hemos escapado de esta por los pelos, y ahora tenemos que ir por un pasillo donde no tendrán ni que apuntar. 

Vamos de uno en uno y pegados a la pared. Los del fondo que cubran la puerta, y los que lleguen al final igual. 

Esto va por antigüedad y galones:

Piñeiro, usted primero. Cuando llegue a la puerta, seguirán Lanza, Filofrío, Pedraforca y yo"

Una vez se posa el polvo y estoy convencido de que tenemos un momento de descanso activo el medipack que comienza a hacerme sentir como nuevo.

Miro a Piñeiro después de recibir las estadísticas de combate de la escuadra con sorpresa.

Puede que en su anterior escuadra lo que ocurriera es que era demasiado efectivo.

Mientras hace su afecto hablo por la frecuencia de la escuadra. – Sargento Sheriff, sugiero que esperemos un instante para activar los medipacks para recuperarnos. No creo que los hayamos aniquilado.

-Piñeiro al... al habla... -oyó Akira en su casco-Po... posición despejada.

Suspiró aliviada y se sentó tras su cobertura, sacando el medipack de su armadura y comenzando a aplicar el gel regenerador por las quemaduras y heridas que tenía repartidas por todo el cuerpo. Oyó a Sheriff dar órdenes y a Pedraforca pedirle un momento para curarse. 

-Estoy de acuerdo con Pedraforca, señor. Deberíamos ir en las mejores condiciones posibles. 

Mientras hablaba, sacó una de las placas del vientre y observó cómo la piel había quedado destrozada y se veían brillantes los intestinos en su interior. Rápidamente desinfectó el área y empleó el impulsor de ADN para que regenerara la carne, hasta que sobre ella volvió a haber piel suave. Ni siquiera quedó cicatriz, y Akira, por una vez, pensó que algo del equipo que les facilitaban valía la pena. 

Con las heridas cerradas, volvió a conectar la placa y observó como los indicadores pasaban a verde de nuevo. Estaba segura de que no durarían mucho así. 

 -Filofrío preparada, señor-dijo mientras comprobaba las armas-Veamos qué nos echan encima esta vez.