Partida Rol por web

Anima: El Sollozo de las Estrellas

Capítulo 1.5: Halden

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07/09/2016, 16:04

Aquella misma noche, y con la chispa de la borrachera junto a quien era su entrenador, los dos individuos se dirigieron hacia un pequeño descampado que quedaba junto al edificio que el hombre cuidaba y allí empezó a darle algunas lecciones aunque de una forma errática, no sin embargo útiles, pero quizás el estado de los dos hombres no iba a ayudar demasiado, pero que más daba, uno era un joven perseguido por un error el cual quería sacarse de encima, y aquello podía ayudarle. El otro era un alocado abuelo muy probablemente aburrido de su vida que se divertía ayudando a otros, y en especial, enseñando todo lo que sabía de su supuesto antiguo trabajo.

-BUENO, HAL... ¿PUEDO LAMARTE HAL? ¡BAH! TE LLAMARÉ HAL...- Seguía vociferando, quizás algo más de lo habitual por ese ánimo que daba el alcohol. -EMPEZAREMOS POR ESTO. OBSERVA CON ATENCIÓN- El hombre empezó a hacer movimientos extraños y bastante llamativos hasta que acabó cayendo al suelo de culo. No pareció hacerse mucho daño. Pese a su figura y edad, era resistente. -MECACHIS... CREO QUE TENDREMOS QUE EVITARNOS LAS DEMOSTRACIONES.-

Lo que siguió fue algo de cháchara durante la noche y varias explicaciones confusas que las mentes de los dos hombres ebrios conseguían entender, llegando a resolver algún que otro ejercicio que el viejo le ponía al joven. De todos modos, su actuación era bastante pésima.

Así acabó alargándose la noche de entrenamiento, hasta que el abuelo acabo completamente dormido y dejaron aquello para el día siguiente.

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08/09/2016, 20:35
Halden Weisser

Al final me pasé todo el día limpiando el edificio de G. Sentí que estaba perdiendo el tiempo, y para cuando terminamos, recordé que Heileen quería hablar conmigo. Intenté ponerle todas las excusas que pude a Volgar, pero insistió en invitarme a cenar y al final no pude negarme.

La comida y el alcohol fueron llegando de mano de una madurita llamada Emly, y mi falta de costumbre con el segundo hizo que me animara muy fácilmente, olvidando que tenía que hablar con Heileen. Vi como Volgar intentó sobar a la camarera en multitud de ocasiones, la cual no opuso resistencia alguna. Estuve a punto de hacer un intento por mi cuenta animado por el alcohol y su falta de reacción ante mi compañero, pero se convirtió en un mero amago al ver su mirada.

Llenos con la comida y cocidos por la bebida, volvimos a un descampado al lado del edificio que la Osa Matilda. El hombre intentó, como pudo, darme algunas lecciones mientras yo las seguía a mi manera.

- ¡Vale! ¡Espera, espera! ¡Creo que lo he pillado! ¡¿Algo así quizás?!

Imité los estrafalarios movimientos de la fallida demostración de Volgar para terminar yo también en el suelo. Aquello terminó con una larga cháchara que duró hasta que Volgar no pudo aguantar despierto más que para refugiarse en su cama.

Por mi parte, volví al Reposo del Jeger, esperando que no hubiera nadie despierto para echarme una bronca. Tenía ganas de dormir unas quince horas, aunque probablemente no fueran a ser más de cuatro.

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09/09/2016, 12:00
Volgar Defraus

El resto de días siguieron bastante tranquilos. Ni Heileen ni Jefsen pidieron la ayuda de Halden. Incluso decir que la posadera se había olvidado completamente de aquello que quería hablar con el chico, aunque este hubiera insistido más de una vez acerca de ello. Ella simplemente alegaba que no debía ser importante, pero con lo despistada que era, posiblemente se había olvidado debido a lo ajetreada que estaba con diversos asuntos.
Jefsen le había dicho algo parecido. Si fuera algo importante, ya se lo habría dicho y en cualquier otro caso ya se acordaría.

Así que al final, le dejaron campar a sus anchas, y falta de algo que hacer, siguió visitando a aquel abuelo tan curioso que había prometido entrenarle, siempre antes sorprendiéndose debido a su falta de memoria, sin embargo, siempre cumpliendo. Aunque antes contando alguna de sus curiosas e intrépidas batallitas, como aquella vez en la que se enfrentó a una Archiquimera con las manos desnudas.

El entrenamiento consistió en una repaso de lo que ya sabía, añadiendo la práctica con el arco, ya que según Matilda, no se llegaba a nada sin saber usar un arco, y era muy probable, ya que al parecer todos los cazadores tenían cierta destreza con ellos.
De todos modos, ese no parecía ser el fuerte del abuelo. Lo que parecía darsele realmente bien era el desarrollo físico en varios aspectos, más de uno sorprendente, para la edad que tenía aquel hombre. Debajo de esa ropa andrajosa y ese cuerpo en apariencia, decrepito, había músculos bien formados y aún resistentes, y su conocimiento del dominio corporal era cuanto menos, interesante.

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11/09/2016, 14:09
Halden Weisser

En cuanto se me pasó la resaca, fui a preguntarle a Heileen sobre lo que quería hablar conmigo el día anterior, sin embargo, la única respuesta que obtuve fue que se había olvidado. Con mi curiosidad sin poder quedar saciada y una ausencia de trabajo en la posada, me decidí entrenar de nuevo con Volgar, esta vez algo más en serio que aquella clase que ahora quedaba borrosa en mi memoria.

Como me esperaba, la Osa Matilda no se acordaba de que tenía que entrenarme hasta que iba a reclamárselo, y no faltaban antes historias disparatadas como la de pelear con una archiquimera "como un hombre de verdad". Lo más probable es que se hiciera algún lío y mezclara historias, pues su forma de entrenar demostraba claramente que, en su época, debió ser un cazador.

Siempre empezaba repasando y reforzando lo que ya sabía, que gracias al entrenamiento que había llevado por mi cuenta durante la recuperación era mas o menos un nivel similar a antes de enfrentarme al meragrifo. A esto se le añadió la práctica del tiro con arco, en la cual no demostré mucha pericia. En su día, mi padre también intentó enseñarme, pero lo dejó rápidamente porque "carecía de la disciplina necesaria para aprenderlo".

Pese a todo, a lo que le dio máxima prioridad fue a mi preparación física. Pese a su edad, el anciano Volgar tenía una musculatura bien desarrollada que fácilmente podía competir con la mía. Parecía ser su especialidad, y atestiguaban que en un pasado debió ser un fuerte cazador. Y desde luego, puso a prueba mis límites sin cuartel.

Ni Heileen ni Jefsen requirieron de mi ayuda a lo largo de la semana, así que el entrenamiento siguió su ritmo diario. Sin embargo, no me limité al entrenamiento físico. Durante unas pocas horas al día entrené aquella capacidad para poder alcanzar grandes distancias sin esfuerzo, manifestándose un par de alas blancas en mi espalda cada vez que lo hacía, de un modo similar a cuando conjuraba mi madre. Poco a poco me volvía más parecido a ambos, y esperaba de verdad que fuera la parte de mi madre la que se impusiera.

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11/09/2016, 22:41
Gala Streensen

Mientras los días pasaban sin ninguna novedad más que aquellos entrenamientos intensivos a los que le sometía el abuelo Volgar, siguiendo una rutina más que repetitiva y aburrida en varios aspectos, aunque al fin y al cabo, beneficiosa debido al desarrollo de nuevas habilidades y mejoras de las que el joven Halden ya tenía, las dudas acerca de aquello que Heileen quería hablar con el desaparecían, sin embargo, aquello iba a reaparecer justo cuando, de mañana, recién abiertos los mercados, se encontró con la exuberante y llamativa Gala Streensen, una de las trabajadores de la posada donde el chico residía, que ahora mismo se encontraba saliendo del edificio principal del mercado cargada hasta arriba de lo que parecían un montón de alimentos y otros objetos de necesidad diaria para el servicio de la posada.

Nada más salir, la chica observó con detenimiento la calle principal como si buscara algo o alguien. -¿Halden?¡HALDEN!- Gritó con una sonrisa esbozándose en su rostro. -Que bien que te pillo. Tenía algo que decirte, cariño.- La mujer, aunque de apariencia algo joven, era mayor que Halden. -Me ha comentado Heileen que quería hablar contigo, tenía algo importante que decirte. Parece que era algo que podía interesarte.- Dejó todas las cajas en el suelo cerca de la pared, y se aireó levantando un poco la blusa que le apretaba el escote haciendo que el sudor se resbalara hacia dentro, atrayendo diversas miradas lascivas. -Ufff... que calor hace... Aunque haga fresco de mañana, esto es bastante duro.- 

Se giró volviendo al interior del edificio para. -Déjame, ya me ocupo yo del resto.- Volvió a salir cargada con más cajas dejándolas al lado de las anteriores mostrando la gran cantidad que había de llevar a la posada. Difícilmente podría hacerlo en un viaje.

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12/09/2016, 14:11
Halden Weisser

El entrenamiento acabó convirtiéndose en rutina, culminando casi el proceso en reducir de nuevo mi mundo, pasando de todo Heinlein a solo Vendelan. Sin embargo, para recordar que mi situación allí era algo temporal, recordaba cada noche aquello que sucedió cuando estaba al borde del abismo. Estaba seguro de que aquel ser era una de las Parcas, si bien no sabía cual, y que fue la que impidió mi muerte. En algún momento iba a reclamar la deuda, y debía estar preparado para ello. Además, el plan aun seguía en pie, aunque hubiera sufrido aquel retraso.

Sin embargo, no pensaba en nada de eso aquella mañana. Sin ninguna petición de Heileen ni Jefsen, salí a dar una vuelta para hacer tiempo antes de ir a entrenar con la Osa Matilda. El mercado acababa de abrirse, y la gente empezaba a ofrecer sus productos a voz en grito, como era habitual. No esperaba cruzarme con nadie especialmente conocido por ahí, así que simplemente deambulaba parando a mirar algo que me llamara la atención de vez en cuando, hasta que me crucé con Gala saliendo de un edificio, cargando consigo un buen número de cajas con comida y enseres necesarios para el funcionamiento de la posada.

La mujer me dijo que Heileen quería hablar conmigo sobre algo que podía interesarme, dejando a su vez las cajas en el suelo. Cuando iba a darle las gracias, se aireó levantando su blusa y dejando ver un poco más de canalillo gesto que atrajo la mirada de varios hombres, incluída la mía durante unos instantes antes de tratar de disimular. Retorciéndolo un poco, se podría llegar a pensar que estaba intentando seducirme, pero no apostaría nada por ello.

- G-gracias.

Estaba a punto de marcharme hacia la posada cuando vi que volvía al edificio para volver a salir duplicando el número de cajas que tenía que llevar a la posada, lo cual parecía hacer imposible el llevarlo todo en un solo viaje.

- D-deja que te ayude, por favor.

Aunque me dijera que no, si no llegaba a amenazarme trataría de cargar con la mitad de la carga. Ya que íbamos al mismo sitio, que menos por mi parte que ayudarla a llevarlo todo en un viaje.

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13/09/2016, 02:01
Gala Streensen

-¿Vas a ayudarme, Halden?- Sonrió algo lasciva. -Que sepas que no conseguirás nada, guapo.- Añadió a sonando provocativa mientras se agachaba a recoger una de las cajas a sabiendas de que mostraba su escote.

Tomó otra vez su porte desenfado y maduro y se puso a continuar con el trabajo que tenía entre manos. -Hal, cariño, coge el otro montón de cajas.- Ella, con algo de dificultades, levantó su montón y empezó a dirigirse dirección a la posada, saludando de buena gana a todos los individuos con los que se cruzaba que la reconocían, mostrando un vasto conocimiento de los lugareños pese a que la mujer no trabajaba de cara el público, o muy de vez en cuando.
El montón de cajas de Halden era pesada sin duda, y si en algún momento había pensado que sería difícil llevarlas, estaba equivocado, incluso le sorprendía que Gala pudiera cargarlas. Al igual que su compañera, algunos individuos le saludaron en el camino inquiriendo con preguntas retóricas acerca de si estaba ayudando en la posada.

Al llegar en la posada descargaron las cajas bajo las pretenciosas insinuaciones de Gala hasta que las vaciaron, habiendo reducido mucho la cantidad de trabajo que la mujer tenía. -Muchas gracias Hal- Le guiñó el ojo. -Eres un encanto. Si te necesito te volveré a llamar. Heileen debería estar en su despacho.- Tras aquello, se abrió el escote y hecho algo de agua, mojándose la blusa transparentando y acto seguido abanicando el interior, sonriendo y mirando de reojo a Halden atenta a sus acciones. -Ufff... Preferiría que no me dieran trabajos tan cansados.- Sin duda alguna se trataba de una mujer que sabía cómo usar sus atributos al igual que cuando dar algún que otro regalo, aunque no parecía que llegase a nada más con nadie, pero al fin y al cabo ese era parte de su encanto.

Tras aquello y que la muchacha siguiera con su trabajo por lo que era la cocina y la despensa, Halden se dirigió a donde le había mencionado la muchacha. Era una habitación cerca de donde tuvieron aquella pequeña reunión con la muchacha desagradable, de unas dimensiones similares, aunque llena de armarios y estanterías con libros y utensilios variados usados para la contabilidad y para escribir.
Heileen se encontraba en el escritorio de allí, totalmente absorbida por un montón de papeles desperdigados por la mesa con al logo del IECF. No se había percatado de la presencia del muchacho.

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13/09/2016, 11:23
Halden Weisser

Cargué con la segunda mitad de las cajas después de que Gala cogiera las suyas y la seguí en dirección a la posada. la mujer parecía conocer bien a la gente del pueblo, o por lo menos ponerle un nombre a la mayor parte de las caras. Al principio me extrañó, ya que ella rara vez estaba de cara al público y yo no reconocía a algunas de las personas que si me reconocían a mi, pero al final caí en que era normal, pues ella llevaba viviendo ahí mucho más tiempo que yo. Al final lo que me extrañaba de verdad era como podía cargar con todo aquello que a mi ya me costaba llevar.

Una vez en la posada, descargamos las cajas y empezamos a vaciar su contenido, acompañado con insinuaciones, dobles sentidos y demás cosas que hacían ganar fuerza a la teoría de que intentaba seducirme. Y para rematarlo, cuando terminamos liberó escote y se echó agua por encima, hecho que hizo que su ropa se transparentara. Al igual que antes, no pude evitar mirar, pero esta vez no fui capaz de apartar la mirada tan rápido, y un sospechoso bulto se formó en mis pantalones signo inequívoco de buena salud. Intenté disimularlo, pero nervioso como estaba mis actos no hacían más que atraer la atención sobre aquello que quería ocultar.

- S-si, si, de nada. Para lo que necesites - el enrojecimiento de mi cara se veía acentuado por mi tono particularmente pálido -. Y-ya nos veremos. Adiós.

Salí casi corriendo de allí para ir al despacho de Heileen. Evité cuanto pude cruzarme con nadie, y antes de abrir la puerta me quedé esperando a que bajara la "inflamación". Una vez lo bastante reducida como para que Heileen no le prestara atención, abrí la puerta. Lo primero que vi fue a Heileen leyendo un montón de papeles desperdigados por su escritorio, y al fijarme bien vi en ellos el logo del IECF.

"¿Tendrá algo que ver con lo que tiene que decirme?"

La muchacha se encontraba demasiado absorta leyendo los papeles como para radicar en mi entrada. Sin saber que hacer esperé unos segundos mirando en derredor para ver toda la habitación, pero al ver que aun no reaccionaba, me decidí a hablar.

- Disculpa. Gala me ha dicho que tenías algo importante que decirme. ¿De que se trata?

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17/09/2016, 22:14
Samantha Heileen

-B-Buenos días Halden...- La mujer se quedó mirando al muchacho desubicada, como si no esperara la visita de nadie. -Erm... ¿Como te encuentras?¿Ya estás mejor?- Preguntó mostrando una notable falta de memoria acerca de lo que se suponía que tenía que hablar con el chico. Hacía algo más de un mes que el chico se encontraba en plena forma y ella lo sabía.
Se quedó unos segundos mirando al muchacho mientras intentaba pensar en una verdadera escusa que sonara factible cumpliendo las expectativas del chico acerca del tema a tratar sin lo que parecía mucho éxito, cuando, de golpe y porrazo, comenzó a moverse algo exagerada desordenando todas las hojas que tenía encima la mesa, cosa que sin duda alguna, luego se arrepentiría de ello. Y tras soltar, descuidadamente. -Ya me acuerdo- A la cual reaccionó rápidamente enrojeciendo intentando ocultar aquel fallo tanto de modales como de memoria bajando la cabeza mientras buscaba que se suponía que tenía que ver con el tema.
No parecía que lo encontrara en la mesa, empezando a hacer caer papeles por el suelo. Siguió por los cajones hasta que pareció encontrar lo que buscaba. Lo cogió y lo puso sobre la mesa, mostrando lo que parecía un Manual de Monstruos y un par de hojitas de apuntes que sobresalían, las cuales sacó de dentro mostrando apuntes que seguramente le servían para refrescar la memoria. Efectivamente así era y no hizo ademán de esconderlo, aunque se estuviera muriendo de vergüenza.

-A-A lo que iba- Empezó como si lo anterior no hubiera sucedido, ahora mostrando una desorganización en lo que era su entorno de trabajo. -¿Te... Te acuerdas de la much... digo, de Rhyuka... la chica que llegó hace ya, un tiempo?- Inquirió al muchacho.- Me... Me gustaría que la vigilaras...- Dijo indecisa. -No... Más bien... Más bien que... cuides de ella. Si, eso.- Notablemente había cambiado la palabra para que pareciese un trabajo diferente del que iba a ofrecer, pero eso dejaba muchas dudas en el aire. -Mira... Ella viene de la *zona de los ataques, y... la verdad. Me gustaría que estuviera cómoda, a gusto en Vendelan, no lo ha pasado muy bien- Continuó mientras leía una de las hojas. -Tengo planes para vosotros dos, y creo... creo que a ti te gustarán ¡vas a poder volver al trabajo!- Añadió alegre -Pero te pido que ella forme parte de todo ello. Será bueno para los dos, además a ella no le iría nada mal... Creo que ya se lo ha estado planteando, eso... de ser cazadora.- Hizo comillas con los dedos -Así que podrías hacer las tareas juntos... ¿si?- Dijo sonriente.

Estaba muy claro que tenía alguna cosa entre manos y que no estaba siendo sincera del todo, ya en su simple modo de actuar lo dejaba patente, aunque si se hubiera puesto sería como a veces sucedía, muy probablemente no se hubiera notado. De todos modos, estaba ofreciendo, aunque sin saber a ciencia cierta, la posibilidad de volver a aquello que Halden había deseado ser.

Heileen, recogía los papeles que había esparcido por todos lados y que alguno se le habían caído por la mesa, con la mala suerte de que tropezó cayendo encima de la mesa mostrando todo el escote y a punto de algo más.

Notas de juego

*Zona de los ataques: Lo que vendría a ser el norte delas Llanuras de Thome han habido desapariciones. Y dos pueblos completamente arrasados. El primero de ellos no hubieron supervivientes, ni siquiera noticias. Del segudno pueblo, al parecer se consiguió salvar bastante gente, pero el pueblo quedó arrasado.
Es una noticia que ya ha llegado hasta aquí, poco después de que lo hiciera Rhyuka, y al parecer la criatura que ha provocado esos daños aún se desconoce.

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18/09/2016, 11:35
Halden Weisser

- Eh... Si, estoy bien, gracias por preguntar.

Durante unos segundos parecía que iba a quedarme exactamente igual que toda la semana. Estuve a punto de despedirme hasta que pareció que recordó algo que podía ayudarla a recordar. Empezó a desordenar la mesa caóticamente, con lo que algunos papeles terminaron cayendo por el suelo. Debió resultarle molesto cuanto menos cuando se dio cuenta de que lo que buscaba estaba en un cajón y no sobre la mesa.

Me sorprendió bastante ver que se trataba de un Manual de Monstruos. Me pregunté por qué tenía uno. ¿Quizá fuera una cazadora? No me lo parecía. Había demostrado ser una hechicera hábil con variados conocimientos mágicos, pero en ningún caso para algo ofensivo. ¿Tal vez era por su relación con el IECF? ¿Sería su representante en el lugar?

Aquellos pensamientos se vieron desplazados en cuanto empezó a hablar. Durante unos segundos mi ceño se frunció ante la mención de aquella muchacha tan desagradable, y su petición primero para vigilarla y luego para cuidar de ella me dejó confuso. Sin embargo, mi actitud hacia aquella mujer cambió por completo al saber que venía de la zona de los ataques.

- Si, claro, por supuesto.

Lo de volver a la caza era un buen aliciente, pero en realidad aceptaba principalmente porque era ella quien me lo pedía, y ya le debía demasiado como para negarme a nada que me pidiera, y poco me importó que intentara ocultarme algo, sus motivos tendría. Por eso mismo la ayudé a recoger los papeles del suelo, y por ello tuve una visión directa de todo su escote cuando tropezó, subiéndome de nuevo los ánimos. Me quedé mirando unos segundos, sonrojándome otra vez, pero en esta ocasión pude mantener la compostura mejor que con Gala. Despistada como era ella, no se daría cuenta del bulto salvo que hiciera algo para evidenciarlo, así que la ayudé a levantarse, fingiendo calma y evitando mirarla directamente para que se diera cuenta de lo sucedido con su pecho. Si no se daba cuenta, haría alusión a ello para que lo hiciera.

- B-bueno, ¿dónde puedo encontrar a Rhyuka?

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18/09/2016, 21:44

Notas de juego

[CORTE PROVISIONAL: PROSIGUE EN EL CAPÍTULO 2]