Partida Rol por web

Una flecha pasó silvando hacia la bestia mientras me lanzaba a por ella. La maleza había dificultado mi movimiento, por lo que Hannes pudo adelantarse para hacer una maniobra magistral, la cual fue ligeramente evadida por el wargo, convirtiendo un ataque potencialmente mortal en uno no tan grave. Seguí avanzando mientras el wargo se retiraba cuando otra flecha, aunque menos precisa que la primera, se volvió a clavar.

Finalmente, con mi pies ya en el agua, intenté asestarle un tajo en el hocico, tal como habíamos planeado. Sin embargo, con una agilidad que cada vez me hacía pensar más en que el conjuro no había sido efectivo, limitándome a cortar un par de bigotes. Pisé el suelo mojado clavando el talón para detener mi impulso y levanté el escudo preparado para una embestida de aquel lobo.

El wargo, tras las diversas acometidas, y la última de Halden, que había hecho que se agachara casi por completo, aprovechó para impulsarse con todas sus fuerzas intentando situar a sus objetivos, alcanzándolos con sus mordiscos.

Saltó en dirección a Hannes, abriendo su terrible boca de par en par, echándole un apestoso aliento, y mostrándole lo terrible que debía ser  una mordedura de aquella criatura.
Voló unos tres metros en esa dirección, impulsado por su propia fuerza, pero el resbaladizo suelo no le dejó tomar una buena dirección ni el impulso suficiente como para alcanzar adecuadamente al cazador que había herido su lomo de forma algo grave, permitiendo que Hannes se apartara de la trayectoria, y aprovechara el movimiento para asestarle un contraataque, mientras pasaba por su lado.

En aquel asalto, la criatura había dejado un regéro de espuma que se desprendía de su boca con los ladridos y aullidos que intentaba proferir,

Hannes movió las piernas con soltura, apartándose del salto que iba dirigido a él con el propósito de saltarle encima y probablemente intentar arrancarle alguna parte del cuerpo, sin embargo, la criatura falló, permitiendo al cazador, aprovechara la inercia de toda la acción para levantar la espada en el aire y volver a asestarle un buen golpe en algún lugar de su enorme cuerpo. Sin embargo, la criatura fue capaz de intuir que iba a suceder.
Se recuperó rápidamente del salto, alargando las patas delanteras para tomar contacto con el suelo y así poder volver a tener control sobre su cuerpo, girando su cuerpo por completo y evitando el ataque del cazador que casi llega a impactar en una de sus patas traseras.

El Wargo, giró por completo, dando una pequeña voltereta en el suelo y levantándose rápidamente, quedando de cara a Hannes, ahora habiendo dejado el río a espaldas del cazador.

Poco tardo Libusa en indicarme como llegar al árbol que había localizado y sin mucho meditarlo y colocándome el arco al hombro empecé a trepar como pude para situarme en una de las ramas. Desde allí tendría una posición ventajosa para aquellos tiros que no sabia si quería realizar, además de un momento para centrar mi mente trepando aquel árbol.

Por un momento me sentí transportada a mi hogar, oliendo la corteza fresca del árbol mientras dificultosamente movía mis dedos con rapidez subiendo el árbol. Era algo que había hecho miles de veces.

El wargo se lanzó en un arriesgado movimiento contra Hannes, el cual terminó con este casi hiriendo los cuartos traseros de la bestia. Se movía con soltura, por lo que cada vez estaba más seguro de que el conjuro no había funcionado. Sin embargo, no podía permitir que aquello me desalentara.

Me abalancé contra la bestia, amagando un tajo por la derecha. En cuanto inició el salto para evitarlo, cambié el lado desde el cual movía la espada, marcándole un feo tajo en la pata derecha. Un poco más, y ya lo tendríamos.

Los ataques se sucedían después de que intentara arrollar a Hannes, pero para su suerte, esta vez había un ataque menos del que defenderse, la chica del arco se entretenía intentando llegar a la copa de un árbol y así desde ahí tener una mejor ventaja. De todos modos, el Wargo seguí apurado para conseguir salir de aquel combate.

Halden se abalanzó sobre la criatura cuando esta había saltado, haciendo ademán de atacarla, y entretenido como estaba el ser, intentando morder a Hannes y evitando que este consiguiera un contraataque, un espadazo impactó en el costado derecho, justo en su pata derecha rasgando la piel y penetrando la carne de este forzándolo a soltar un pequeño aullido de dolor y un patoso aterrizaje.
El corte había hecho una profunda herida, manchando la tierra, hierbas y hojas del suelo de la sangre negruzca de aquella criatura, tintando también el propio pelaje de esta, y dejando un reguero que recorría su pierna hasta la pata, formando muy lentamente pequeños charquitos.

Su rostro animal tomó un tono más aterrador, agresivo. El último ataque había sido dramático. Se tensó en posición de ataque, demostrando control sobre sus músculos, pero sin parecer poder fijar la vista en ninguno de los individuos, simplemente moviendo las pequeñas orejas y la cabeza nerviosamente hacia los lados como si se guiara por los sonidos, el olfato y su propia intuición.
En menos de un segundo volvió a reaccionar con rapidez, avanzándose a todo el grupo que intentaba darle caza alzando la pata delantera derecha, mientras con el resto del cuerpo intentaba una arriesgado movimiento de torsión, para, con la pata levantada, impactar en el pecho del joven Halden desgarrándole, imposibilitándole que intentara detener su movimiento de huida, girándose por completo e intentar echarse a correr en la dirección contraria a la que estaba encarado.

No se amedrentó. Resistió la fea herida que acababa de provocarle, y ya se estaba preparando para devolvérmela. No preví bien el ataque, y levanté el escudo para cubrir mi costado. Sin embargo, el zarpazo iba a mi pecho, y dándome cuenta demasiado tarde, solo pude dar un paso hacia atrás, evitando por poco que el golpe fuera mortal, pero no por ello dejara de ser una herida grave.

Las uñas de la bestia atravesaron sin dificultad el abrigo que me cubría, rasgando la piel de mi pecho y haciéndome derramar mi sangre igual que lo hiciera ella segundos antes. Por un momento mi respiración se cortó, y no pude reaccionar a la bestia intentando huir.

-¡Mierda!- Hannes vio la reacción del animal, cuando este empezaba a tomar una postura extraña para lo que era un ataque normal del animal. Primero el intento fructífero de imposibilitar una respuesta por parte de Halden y seguidamente aquel movimiento para girar completamente y echarse a correr.
Hannes intentó saltar encima de él, con la espada por delante apuntando la punta hacía el Wargo con el intento de ensartarlo, pero este ya había previsto dicha reacción, agachando la parte trasera para pegar un salto con todo el impulso que pudiera sacar de la fuerza de sus patas, haciendo que esta pasara a escasos centímetros de su cola, clavándose contra el húmedo suelo donde antes se encontraba la criatura.
El cazado trastabillo al fallar, resbalando y cayendo de bruces contra el suelo mientras maldecía el hecho de que aquella criatura escapara.

-Maldita sea…- Apuñaló el suelo con la espalda mientras desde su posición, boca abajo, miraba como el Wargo huía a grandes zancadas río arriba, dejando un pequeño reguero de sangre, hasta que en un momento dado, se internaba en este para cruzar al otro lado y acabar desapareciendo.

Hannes se giró tumbándose bocarriba y se quedó respirando varios segundos, intentando calmarse. Desde el inicio de aquel combate apenas habían pasado quince segundos. -Bueno…- Dejó salir el aire de sus pulmones de forma sonora y pesada. -Creo que ahora ya está muy claro a lo que nos enfrentamos…- Se quedó tendido en el suelo sonriendo.

Había llegado ya a una de las ramas bajas del árbol y empezaba a colocarme cuando retazos de información acerca de la huida llegaron a mi mente. Ya tenia el arco tensado y aun podía identificar la esencia del wargo, lo seguí durante unos metros apuntándolo pero... realmente no quería disparar. Baje el arco y me lo puse al hombro. Ni por asomo dispararía a algo o alguien que estuviese escapando. Sin pensarlo demasiado me senté en la rama y finalmente me deje caer hacia el suelo.

Corrí hacia donde estaban mis compañeros y el caballo herido, me acerque hacia este ultimo que aun relinchaba quejumbroso. Empecé a intentar calmarlo mientras le acariciaba el lomo, so pelaje terso era suavemente mecido por mi mano hasta que este acabo en lo que parecía un amasijo de carne. Reprimir las nauseas que llegaban a mi garganta. No necesitaba las ideas de libusa para hacerme a la idea del pobre animal. No tenia suficiente magia para poder siquiera curarlo decentemente, ni si quiera para poder ahorrar parte del sufrimiento del animal, que estaba agonizando. Tantee en mi cintura el pomo de la espada con cierta duda, acabar con su sufrimiento era lo primero que venia a mi mente pero los sonidos que hacia el animal indicaban que aun quería luchar por su vida o al menos a si me lo parecía. Mis ojos empezaron a ponerse húmedos ante mi incapacidad de decidirme. No podía curarlo y en el caso de conseguir llevarlo a alguien que pudiese no sabría si podría hacer algo por el pobre animal. Eso por no mencionar el veneno del que habían estado hablando que seguramente ya estaba recorriendo su sistema.

-¿No... no podemos hacer nada por el?.- Pregunte lastimosamente a mis compañeros mientras le acariciaba al pobre animal el cuello.

El wargo escapaba, y ya no había posibilidad de atraparlo. Clavé la espada en el suelo para apoyarme durante unos instantes, manteniendo la cabeza gacha. Solté entonces el mango de la espada y me la llevé al pecho. Dolía. Miré entonces mi mano, y al igual que el blanco abrigo que me cubría, estaba teñida de rojo carmesí. De nuevo a mi pecho. Aunque hubiera herido a la bestia, de no haber sido cubierto por Hannes y Rhyuka todo habría terminado de nuevo, exactamente como sucedió con los meragrifos. Esto me hacía comprender porque Hult se había unido a una compañía en lugar de dedicarse a la caza por si sola, pero principalmente me traía escalofríos.

Experimentar mi mortalidad tan de cerca me ponía de los nervios, hasta tal punto de que no me percaté de que Rhyuka estaba con el caballo. Inspiré profundamente, y sentí el cansancio de aquel ejercicio tan intenso que acababa de realizar. Expiré y lo dejé salir. Intenté analizar la situación, del mismo modo que parecía haberlo hecho Hannes, pero probablemente se me escapaban bastantes detalles. Sin embargo, lo más importante, es que definitivamente el modus operandi de esta criatura estaba muy alterado, por suerte para mi.

- Debería haber seguido atacando. Debe... Debe haber algo que los esté asustando. Quizás... Es posible que el otro ya esté muerto... - eso explicaría porque no había otro para atacarnos por la espalda en cuanto saltáramos -. Quizás no seamos los únicos que van tras los wargos.

Me limpié la mano en el agua helada del río y la sacudí para luego secarla en mi pantalón. No quería seguir viendo mi propia sangre. Fue en ese momento, cuando Rhyuka pronunció su súplica, que radiqué en su presencia de nuevo entre nosotros. Me acerqué para recoger mi espada y me acerqué a paso calmado al caballo y Rhyuka. La herida de este era demasiado grave, y aunque pudiera ser tratada, al caballo solo le esperaba el sacrificio.

- Tan solo aliviar su sufrimiento, y aprovechar lo que podamos de él.

Entonces titubeé. Estaba dispuesto a hacerlo yo mismo, pero la imagen del meragrifo reventando el caballo me hizo detenerme. Tragué saliva. No podía permitirme aquello, pero no podía evitarlo. Esperaba que alguno de los dos lo hiciera por mi. Al fin y al cabo, no era mi responsabilidad hacerlo.

Hannes siguió tendido el en suelo, observando la situación. No parecía tan preocupado como sus compañeros. Ni por el animal, ni por lo que acababa de suceder, más bien parecía que estaba satisfecho con el resultado, aunque no óptimo, al menos había confirmado lo que habían venido a hacer en aquel lugar. La sonrisa no desapareció de su rostro hasta que Halden pronunció unas palabras que llamaron su atención, alterándolo ligeramente.

Se recuperó de su posición y se quedó sentado. -Podría ser…- Parecía que hablaba solo. -Podría ser que algo le hubiera alterado, pero...- Se quedó meditabundo. -Sin duda es raro, aunque, la última herida que le has producido parecía más profunda que cualquier otra de las que nosotros hemos logrado… Quizás simplemente se ha asustado.- Por su rostro y su forma de decirlo no parecía del todo convencido. -Cualquier animal, con una herida mortal, no dudaría en huir, sobretodo en una situación de inferioridad numérica como era en la que estaba… Y por sus movimientos...- Calló y no dijo nada más referente al tema, se quedó con sus propios pensamientos, transformando su risueño rostro de hacía apenas unos minutos en una máscara de preocupaciones.

Tras escuchar las inquietudes de Rhyuka, siguiendo los pasos de Halden, se acercó al animal y le hecho una rápida mirada por encima comprobando cual era el estado de este. Al animal le habían arrancado medio trasero derecho y el muslo, desgarrando piel y músculo. A simple vista tenía la apariencia de una herida mortal, de la cual, a parte de toda la sangre que se derramaba y que sin duda ya debía resultar fatal a causa de la que había perdido, supuraba una especie de líquido oscuro que no parecía originario del propio animal.

-Como bien dice Halden… Lo único que se puede hacer es aliviar su sufrimiento… Esa herida es… mortal... Dudo que siquiera con magia se pudiera sanar.- Mientras Hannes rondaba alrededor del animal observando, este parecía haberse calmado, aun así, su respiración sonaba agitada, observando con los ojos de par en par a los tres individuos que allí se encontraban, incapaz de moverse, a la espera de que su sufrimiento acabara de alguna forma. -Además… Parece que ya es presa del veneno del Wargo.- Señaló el líquido negro que salía de su pata.

Hannes, viendo que Halden no estaba dispuesto a cumplir lo que acababa de decir, se alejó para recuperar su espada, y proceder a silenciar el sufrimiento del animal.

-No soy muy partidario de estas cosas, pero no hay otra alternativa. Si alguien quiere hacer los honores.- El comentario sonó ligeramente ofensivo, pero su tono acompañaba con la situación, mostrando que entendía y respetaba la situación del animal. -Si no, lo haré yo.-

Miró a sus dos compañeros esperando que alguien aceptara tener que cargar con la muerte de aquel moribundo animal.

Nadie se interpuso en el camino de Hannen, ya fuera simplemente para para su acción en un arrebato de compasión hacia el animal que solo le produciría unos minutos más de sufrimiento, como para cambiarse con el cazador y tomar la responsabilidad de lo que iba a hacer, y apiadarse de la criatura, pero nadie lo hizo, así que Hannes se dispuso a cesar con el dolor del animal y apaciguar aquel sufrimiento.

Se acercó al animal, agachándose justo al lado del cuello intentando calmarlo con un suave tono de voz casi imperceptible, acariciándole el costado del cuello con tranquilidad. Posó su arma sobre el suelo y durante casi un minuto dedicó toda su atención al animal y a recitar una plegaria dirigida a Eihwaz.
Cuando terminó, bajo la nerviosa mirada del animal, aunque aparentemente algo más tranquilo, empuñó la espada intentando mantenerla alejada de la vista de este y tras un rápido movimiento, que no pasó desapercibido por ninguno del grupo, incluyendo el animal, el cual intentó reaccionar, Hannes, con todo su cuerpo, mantuvo la cabeza del caballo en su lugar, e instantáneamente, antes de que pudiera lanzarlo con las pocas fuerzas que le quedaban le atravesó el cuello cortando varios puntos vitales, quitándole la vida de golpe tras unos rápidos espasmos y un gran derramamiento de sangre mientras el cazador acariciaba y susurraba al animal.

Aquello terminó ahí. Hannes completamente empapado en el líquido rojizo que salía a borbotones por la herida que este le había provocado, se levantó tranquilamente mostrando una cara de consternación, limpió lo que pudo de su equipamiento y se alejó unos metros para acabar sentándose algo alejado de la escena. -Bueno, aprovechad lo que queráis aprovechar. Deberíamos partir hacia aquel edificio que hemos visto antes de desviarnos. Quizás sería buen idea, si no arrastrar el cadáver, informar de lo sucedido y mostrárselo a quienes fueran los dueños…- Se quedó mirando unos segundos esperando alguna respuesta antes de acabar de aclarar y calmar sus pensamientos.

No fui capaz de hacerlo. Simplemente apreté el mango de la espada y aparté la mirada mientras Hannes hacía el trabajo sucio. El cazador nos dejó para limpiarse, así que solo quedábamos nosotros dos para intentar aprovechar lo que pudiéramos del caballo.

- Necesitaré tu ayuda - dije con aparente frialdad, aunque en realidad la situación me estaba afectando.

Con o sin la ayuda de Rhyuka, arrastré el cadáver del caballo hasta que estuvo completamente fuera del agua, elevé una plegaria a Eihwaz por el caballo y empecé a despellejarlo para poder aprovechar la piel que aun era útil. Un cuchillo quizás hubiera sido más adecuado, pero solo disponía de la espada ahora mismo. Después de eso, corté varios trozos de carne, y limpié la sangre en el río de todo. También aproveché para lavarme la herida, no fuera que pudiera llegar a peor.

Tras limpiar un poco la grasa de la piel, pues empezaba a correr prisa, me guardé la carne en la bolsa y me puse la piel sobre el abrigo, con la parte del pelaje hacia adentro. Había llevado bastante tiempo, pero ya podíamos volver

Mis lagrimas se derramaban, una parte de mi quería golpear a Hannes, pero la otra sabia que era lo correcto. no dejar que acabara con la criatura solo significaría prolongar su dolor. Sin hacer ningún comentario seguí junto al caballo mientras el se proponía hacer lo que yo no podría realizar. Escuche como murmuraba unas palabras, me sentí turbada, aunque no supiera el porque de ellas el sentimiento de estas expresaba que el también lamentaba la muerte del animal.

Sin mas escuche el sonido del filo cortando la carne y desee que el fin del animal fuera lo mas corto posible, seguí acariciando el lomo del noble animal hasta que escuche la voz de Halden, en un principio no lo comprendí y no pensé que fuera dirigido a mi pero al escucharle caminar hacia mi comprendí a que se refería. Le ayude a arrastrar el cuerpo fuera del rio, era lo correcto, dejaría de contaminar las aguas, poco después empezó a trabajar para aprovechar del animal lo posible, sobreponiéndome al suceso y recordando las enseñanzas de mi madre empecé a ayudarle en la tarea. La vida ya había sido arrebatada, no habia podido ser alimento del wargo porque le habíamos negado el bocado, que al menos su cuerpo fuera aprovechado era lo mínimo.

Había pasado ya un rato y habíamos aprovechado lo posible el animal, dentro de lo que el tiempo nos había permitido. Halden empezó a guardar los pedazos de carne y dio uso a la piel del animal. Yo no necesitaba en aquel momento nada de ello así que simplemente me limpie las manos en el rio. una vez acabe me dirigí hacia Hannes.- Espero que al menos tengas una explicación.- Solté en cuento estuve lo suficiente cerca de el.- Se supone que era un animal agresivo que se mantiene en su propio territorio y que nunca abandonaba la caza de una presa... Y nos encontramos un animal alimentándose en un lugar que teóricamente no era su territorio y que sale huyendo asustado dejando su presa atrás.- Gracias a la metódica tarea de despiece del animal había conseguido poner mis pensamientos en orden