Partida Rol por web

En un principio quede confusa ante las palabras de Halden, pero cuando las vagas ideas llegadas de Libusa sobre la tela que portaba mi compañero comprendí a lo que se refería.-Eh, Ah, supongo que gracias.- respondí mientras alargaba la mano para que me tendiera lo que fuera que me estaba ofreciendo, cuando mi mano lo toco comprendí que se trataba de lo que parecía una manta. Al escuchar su propuesta de ayuda no dude mucho, me descolge un momento la mochila de los hombros y se la tendí, no podría colocarme bien atada la manta sobre las piernas con aquel bulto en la espalda. Descorrí mi abrigo hacia un lado dejando mis piernas al aire que rápidamente fueron ocultas por la manta que me habían ofrecido, la cual me dispuse a fijar a mi cintura con un nudo, después de un intento con cierta torpeza este se deshizo, y tras apartar más el abrigo y volver a intentarlo de nuevo acabo fija a mi cintura. Era consciente de que el agua estaba más fría de lo que me esperaba y me había quedado helada, pero también era consciente de que por alguna razón la manera de comportarse de mis compañeros había sido bastante rara desde que había entrado en el rio, en ese momento me di cuenta, magia, me había propuesto en un principio no mencionársela pero acababa de usarla de forma inconsciente. Como nadie había decidido mencionar nada no dije nada y me quede callada mientras escuchaba las palabras de Hannes y recogia la mochila de las manos de Halden.

- Que un lado del rio sea territorio de los wargos no quiere decir que no pasen al otro, lo que me extraña es que dejen a la presa en el agua, ningún depredador dejaría su comida después de darle caza.- Comente, los animales cazaban para comer, a diferencia de los humanos.- ¿Dos seres? ¿Específicamente?.- En mi tono se podía identificar algo de sorpresa ¿Como podía estar exactamente y centrarse para saber que había específicamente dos seres?.- ¿Depredador y presa?.- Pregunte en un primer momento. “Si es así no sería necesario subir a averiguarlo, simplemente era el ciclo de vida, se está alimentando” Pense sin duda alguna, no tenia nada en contra de la propia supervivencia de los animales, no podía salvar la vida de uno para condenar la otra. Ya iba a abandonar la idea cuando mi mente reacciono a las ultimas palabras. -¿Cuerpos?- Si podía detectar si el ser estaba muerto no era lo mismo que sentía yo con respecto a el resto de seres. Sin dar tiempo a responder a ninguna de mis preguntas di una respuesta.- Eso no es mucha distancia  podríamos echar un vistazo. Aunque con cuidado, si son los wargos todo nuestro plan se vendrá abajo. Iré unos pasos detrás- comente mientras descolgaba mi arco y colocaba una flecha en él. Según lo hacia Libusa se acercó a mí y se quedó a menos de un palmo de mí. Sabía lo que significaba eso, y no le gustaba.
 

- ¿Eh?

Me quedé con cara de tonto cuando Rhyuka me cambió la manta por su mochila para hacer las cosas por su cuenta. De todas las respuestas posibles, aquella era de las que menos me esperaba.

Al final, se decidió ir a ver que pasaba con los cadáveres. Para mi, el que los wargos estuvieran al otro lado del río no significaba nada, pues viendo lo poco profundo de este, para ellos cruzarlo no debería suponer el más mínimo problema. Así pues, no se descartaba que fueran presas de los wargos, especialmente después de que Hannes confirmara que se trataba de cuerpos y no de criaturas heridos. Estaba claro que aquel hombre sabía hacer más cosas de las que había dicho, lo cual nos convertía a mi y a Rhyuka en vulnerables en cuanto a información revelada.

- Por lo que parece, iremos. Yo iré delante, y por si acaso tendré preparado un conjuro para cegar a los wargos si aparecen. Si oís que grito "luz", apartad... Hannes, aparta la cabeza.

En cuanto Hannes diera el visto bueno, encabezaría la marcha, empezando a acumular el maná en cuanto los cuerpos fueran visibles.

Hannes asintió, desenvainó la espada con cuidado y se colocó a escasos pasos de Halden siguiéndole muy de cerca, lo suficiente como para llegar a él de una zancada y lo suficientemente lejos como para tener algo de margen en para cualquier imprevisto.

Así el grupo, siguiendo una democrática actuación de dos contra uno, se alejó del camino para seguir aquel rastro sangriento rio arriba adentrándose en la profundidad del bosque en el orden de Halden, Hannes y Rhyuka con su fiel compañera. Avanzaban con cuidado, atentos a sus alrededores por si la situación se complicaba debido al lugar en el que se encontraban y el conocimiento de que en aquel sitió debían rondar los dos seres que habían venido a cazar.

A medida que subían, el caudal del río se agitaba y tomaba algo más de fuerza.

Llevaban alrededor de unos dos minutos avanzando a aquel ritmo cuando pudieron escuchar claramente los quejidos de un animal, al parecer un caballo, mezclado con la agitación del agua, de algo o alguien que se movía en ella, chapoteando. Los sonidos que soltaba el animal sonaban a terror.
El olor a sangre impregnaba el lugar y el río estaba completamente manchado de esta, habiéndose tornado casi completamente rojizo el agua diluyéndose a medida que la corriente se la llevaba corriente abajo.
Quien fuera que estuviera perdiendo aquella sangre, aún se encontraba oculto varios metros más adelante tras la espesura que ocultaba el último giro del río.

Empecé a ralentizar mi paso y respiración, únicamente prestaba atención a mi oido, cualquier sonido era importante, los alaridos de terror un caballo sonaban mas adelante, terror? No, también se juntaba con una sensación de dolor, mi frente se arrugo en parte enfadada un caballo no era una criatura que se dejara por el bosque a solas y por encima de todo... aquello había sido el sonido de una dentellada? Mi confirmación se dio cuando escuche el desgarro de carne y un relincho de dolor. Mi voz no pudo disimular un rastro de miedo y temor.- Se lo esta comiendo...- En cierta manera me parecía algo cruel, había visto animales a cazar, habitualmente solían matar a la presa antes de devorarla, pero lo que acababa de escuchar no me daba indicios de ello. Fuera lo que fuese que estuviese atacando al caballo confiaba en su superioridad para no tener siquiera que matarlo antes, quizá aquello era lo que mas me preocupaba. La manera en la que actuáramos en los siguientes momentos determinaría la supervivencia de aquel pobre caballo.

Termine de poner en tensión la cuerda del arco con la flecha preparada. Intente ajustar mi respiración y cambie mi ritmo de pasos, como me habían enseñado empecé a colocar el talón antes de la parte delantera de la planta del pie para amortiguar las pisadas. No era algo que se me diera muy bien pero creía poder hacer algo decente... Si no fuera porque a lo que nos enfrentaba podría ser una bestia con los sentidos muy agudizados. Mi pensamiento se acelero en ese momento, no serviría para nada intentar pasar desapercibida. Levante el arco y lo dirigí hacia donde sentía la energía de aquellas dos criaturas. Seguramente hubiese maleza por delante pero no me importaba. Si me concentraba aquello no seria un problema para mi disparo. - Creo... que lo tengo localizado, pero...- ¿Me atrevería a disparar? Si no era un wargo y simplemente era un animal alimentándose estaría cometiendo un pecado contra mi propia manera de pensar. Trague saliva antes de terminar la frase.- Os cubro, si ocurre algo disparare...- O eso intentaría.

La caminata duró dos minutos antes de que al color del río se le uniera un ya claro olor a sangre y el inconfusible alarido de un caballo. Sin embargo, los sentidos de Rhyuka volvían a demostrar estar más agudizados que los míos, pues fue capaz de reconocer que el caballo estaba siendo devorado en aquellos mismos momentos. Algo bastante cruel, a decir verdad.

Mis nervios se dispararon. Los alaridos del caballo me recordaron al caballo que el meragrifo destrozó al caer. Me embargaba la sensación de que, de nuevo, el flash fallaría. Tenía la sensación de que, de nuevo, me volvería a encontrar entre la vida y la muerte, sin control alguno sobre la situación. Sujeté el escudo con el brazo izquierdo, mientras mi mano izquierda se dirigió inconscientemente hacia la empuñadura de la daga. Titubeé. El wargo era una criatura sobrenatural, y desaparecería fácilmente si lo atacaba con la daga, pero no había diferencia a hacerlo con un exorcismo. Redirigí mi mano hacia la empuñadura de mi espada y la desenvainé lentamente para no hacer ruido.

- Me acercaré tras los arbustos y lo cegaré antes de atacar. Estad alerta, si es un wargo se supone que hay otro y no creo que ande lejos.

Las energías místicas se empezaron a concentrarse a mi alrededor, a un ritmo que cualquier hechicero habría calificado de pésimo, y empecé a acercarme a través de los arbustos hasta la zona. Si no me mantenía bien oculto, me atacaría rápidamente.

Halden se acercó con precaución a los arbustos que tapaban la visión, ocultando aquello que tenían que ver. Se movió lentamente dejando a sus dos compañeros atrás, preparados por si sucedía cualquier improvisto. Hannes se posicionaba agarrando el mango de su espada. Rhyuka se encontraba preparada con su arco dispuesta a enviar una flecha al otro lado. De momento se mantenía en posición.

El joven cazador se adentró unos metros en la espesura, buscando un buen lugar para mantenerse oculto y poder observar con detenimiento aquello que estaba sucediendo al otro lado.
No le fue muy difícil encontrar dicho sitio. La maleza era lo suficientemente espesa como para poder observar sin dificultades al mismo tiempo que mantenerse oculto, sin embargo, en el transcurso de aquello, los macabros sonidos que según Rhyuka podían ser de un animal alimentándose fueron sustituidos por unos gruñidos constantes y de un tono elevado, acompañados aún de los relinchos de terror del caballo. Los sonidos de chapoteos también se habían detenido.

Se acercó más y observó, quizás con algo de miedo, pero, ante todo, con el interés de saber que estaba sucediendo al otro lado.

Justo en la orilla del río, ya metido dentro de este, aunque la cabeza fuera del agua justo en la orilla, se encontraba un caballo derribado, quien intentaba levantarse por todos los medios posibles, pero por alguna razón le era imposible. El caballo quedaba de espaldas a Halden. Desde lo que debía ser su parte trasera, justo en la nalga del caballo, que se encontraba bastante hundida en el agua, era el origen primario de toda la sangre que tintaba el río, el resto del cuerpo estaba cubierto de mordidas y desgarros provocados por garras. Si se fijaba bien, podía llegar a ver en alguno de los intentos de levantarse o saltar, le habían arrancado de un mordico esa zona hasta el inicio de la pierna.
Justo al lado contrario de él, en dirección a los arbustos se encontraba un enorme animal del tamaño del caballo, quizás algo más pequeño, con una apariencia lobuna, aunque más terrorífica y amenazadora, completamente mojado y cubierto por sangre. Tenía unas largas patas, algo delgadas, pero espectacularmente musculadas mostrando una fuerza abrumadora. Su cuerpo era grande, completamente peludo por la parte delantera. Su cara era como la de un lobo, pero más fea. El morro más chato, los ojos más pequeños, las orejas salían de al lado de la cara y eran minúsculas, pero su boca era más grande y sus dientes, sin duda alguna, más grandes y afilados. Sus zarpas estaban ocultas por el agua y el caballo que quedaban en mitad de la visión de Halden.  El animal se encontraba totalmente inmóvil con el pelo erizado, en posición de amenaza, mostrando los dientes, gruñendo. Tenía los dientes rojizos, con trozos de carne. Su mirada era de un animal salvaje. Parecía como si hubiera visto al cazador, pero no estaba dispuesto a asaltarlo.

La sensación era inquietante, el animal miraba en su dirección, esperando algún movimiento, como un juego de caza, en el que en algún momento, uno de los dos tendrá un error, y acabará muerto.

Halden se acercó con precaución a los arbustos que tapaban la visión, ocultando aquello que tenían que ver. Se movió lentamente dejando a sus dos compañeros atrás, preparados por si sucedía cualquier improvisto. Hannes se posicionaba agarrando el mango de su espada. Rhyuka se encontraba preparada con su arco dispuesta a enviar una flecha al otro lado. De momento se mantenía en posición.

El joven cazador se adentró unos metros en la espesura, buscando un buen lugar para mantenerse oculto y poder observar con detenimiento aquello que estaba sucediendo al otro lado. Al final tras adentrarse desapareció parcialmente, pudiéndose observar desde ese lado, intentándose ocultar.
Sin embargo, los ruidos que provenían del otro lado cambiaron súbitamente. Los relinchos de terror del caballo seguían inundando el lugar, pero el chapoteo de agua, y los sonidos que sugerían a otro animal alimentándose se esfumaron para ser sustituidos por un constante gruñido suficientemente potente como para ser oído desde ese lado.

Aquello agitó a los dos individuos, el silenció solo hacía que aumentar la tensión de la situación, esperando que Halden volviera con noticias o que algo sucediera, pero aquel repentino ruido había hecho que se agitaran.
Hannes sujetó con fuerza la espada y empezó a desenvainarla, preocupado, previendo algún ataque, avanzando unos escasos pasos. No pronunciaba ninguna palabra, y apenas se le escuchaba respirar.

Respiré profundamente. El conjuro ya iba por la mitad, y entonces sentí el gruñido de la bestia. Tragué saliva. Me atenazó el miedo. Aun tenía la sensación de que iba a suceder lo mismo que con los meragrifos. Al fin y al cabo la situación era la misma. Yo escondido, un caballo moribundo y un solo enemigo aunque sepa que en realidad son dos. Y aquello hizo que el flujo de maná se cortara. Tenía poco tiempo para decidir, y Hannes no podría ver bien mis señales. Era posible que el otro wargo no estuviera ahí, pues no veía señal alguna de la actividad de más de un wargo. No tenía más remedio que actuar.

- ¡Aparta la mirada!

Con Hannes avisado, forcé la energía para poder completar el conjuro. Un par de alas blancas surgieron momentáneamente en mi espalda, y un fuerte resplandor se formó justo frente a la bestia para cegarla antes de que me lanzara espada en mano contra ella 

Notaba como la tensión del arco no duraría mucho mas, mis manos empezaban a temblar sosteniendo la flecha, escuchaba como Halden empezaba a avanzar hacia delante y empecé a escuchar los gruñidos de la bestia. Una gota de sudor frio empezó a recorrerme la espalda. Escuchaba el pequeño gruñido ahogado provocado por Libusa a mi lado, que había tomado una posición agresiva con sus pequeñas patas hacia delante y las traseras flexionadas. Lentamente empecé a agacharme hasta tener la rodilla apoyada en la tierra fresca. Aquella posición me quitaría cualquier oportunidad si aquella bestia intentaba atacarme, pero confiaba en mis compañeros y la cobertura. Me quede sorprendida ante aquel hecho, estaba confiando en Hannes para que me protegiera en caso de aquel algo saliera mal.

Sin tener mucho mas tiempo escuche el grito de Halden y sus pasos avanzando hacia el animal. Significaba aquello que era el wargo tras el que habíamos venido. Mi mente dudo un segundo, acerca del disparo, peor mi instinto de supervivencia dejo congelada mi mente, probablemente si dudaba alguno de nosotros muriera, había escuchado ese gruñido, no era bueno dudar. La flecha salió disparada cortando aire y la vegetación que se interponía entre nosotros.

Mis manos se movieron automáticamente cogiendo otra flecha y colocándola cuidadosamente en el arco. Temblaban levemente, no tenían consciencia de aquello que estaba ocurriendo y estaban dejando mi mente apartada en un rincón que lamentaba profundamente lo que estaba realizando en aquel lugar, sin poder hacer nada. La segunda flecha ya estaba colocada cuando una lagrima empezó a deslizarse por mi rostro.

No había conseguido nada, ni somnífero, ni plan... todo había ocurrido tan rápido que no había podido si quiera intentar salvar a alguna de aquellas criaturas.

Todo sucedió repentinamente. Halden dio una orden e instantáneamente, una explosión de luz se sucedió al otro lado de los arbustos, llegando también al otro lado, justo donde se encontraban sus dos compañeros debido a la intensidad.

Hubiera conseguido o no su propósito, cegar a la criatura que estuviera viendo Halden, este se había delatado, no solo por el hechizo que había usado, si no por el grito que acababa de pegar, alertando a todos los que estaban en el lugar.

La criatura produjo un quejido tras recibir el fogonazo de luz, agitándose ligeramente en mitad del agua, intentándose recuperar para saltar adelante mostrando los dientes ensangrentados, dispuesto a arrancarle un pedazo de carne al individuo que había interrumpido de aquella forma su festín. Sin embargo, antes de que pudiera hacer nada, una flecha surgió de los arbustos. Pasó silbando justo por al lado de Halden y con precisión, se clavó en la pechera de la criatura, justo por encima de donde empezaba el músculo de su pata derecha.
El ser, con un vago intento había intentado esquivar aquel proyectil, pero parecía confuso, y dificultado por encontrarse en el agua, así que, en el momento del impacto, el golpe le hizo parar en lo que parecía un intento de abalanzarse hacia alenté en busca del joven cazador.

Sin duda, el proyectil había herido al animal, se había clavado, y se mantenía en el lugar, pero la piel parecía bastante gruesa, así que era difícil calcular el daño que se le había producido.

El caballo, se agitó en el agua por la conmoción, empezando a relinchar frenéticamente pese al lamentable estado en el que se encontraba, chapoteando en el agua haciendo que esta mojara a la criatura que momentos antes estaba intentando devorarla.

Hannes avanzaba lentamente hasta el preciso instante que Halden pronunció aquellas palabras.

-¡Mirda!- Gritó y salió disparado hacia adelante.

Desenvainó con rapidez, tapándose con una de las manos los ojos, mientras corría todo lo que podía hacia adelante, llegando a la altura donde se encontraba su compañero, con ciertas dificultades debido a su intento de correr a través de los arbustos y otros que separaban los dos lados y donde el otro cazador se mantenía oculto.
Se ayudó con la espada para intentar cortar algo de la maleza mientras cruzaba tan rápido como podía, aunque de forma patosa.

-Ya estoy aquí, Hal.- Le dijo a su compañero en el momento que casi lo alcanzaba y una flecha muy precisa cruzaba a través de la maleza dando de lleno a la criatura.

Una vez había alcanzado la posición de Halden, el cazador no hizo ademán de parar y siguió adelante en el intento de llegar al ser, intentando no tropezar ni quedar atrapado entre las ramas y otros arbustos, consiguiéndolo con duros esfuerzos.
Una vez a la distancia adecuada, aprovechó para rodear el caballo moribundo por la orilla y asestarle un tajo al wargo intentando no adentrarse demasiado en el agua para evitar la incomodidad de luchar en esta y el fondo resbaladizo.

Levantó la espada sobre su cabeza, y la abalanzó acompañada de la fuerza de su brazo, dejándola caer sobre su presa. Paró justo cuando empezaba adentrarse dentro del agua, con ágiles pasos poniéndose en posición de combate después de aquel ataque a la desesperada.

La criatura aún demostraba unos buenos reflejos, sin embargo, se pudo notar como algo en ella fallaba. Parecía algo perdida sin saber muy bien cómo moverse o donde situar dentro del agua, perdiendo con ello agilidad, dando traspiés intentando encontrar el origen del ataque e intentando adaptarse a los ruidos que le rodeaban, haciéndose una idea de cómo poder actuar en aquel entrono.
Sus ojos se mantenían abiertos de par en par, pero por su forma algo errática de actuar, parecía que el flash cegador de Halden había surtido efecto.

Hannes corrió hacia la criatura, asestándole aquel ataque. El ser no parecía saber muy bien donde situarlo, así que se colocó ligeramente ladeado al cazador que se abalanzaba sobre el con la espada en alto.
El joven movía la espada con destreza, divisando un buen punto donde cortar, sin embargo, pese al gran dominio que estaba demostrando en aquel momento, el wargo captó los movimientos, agachándose ligeramente e intentándose apartar de la trayectoria del arma esquivando ligeramente dirección al caballo, dirección desde donde había venido la flecha, desde donde se había producido aquel flash lumínico. El animal demostró una buena reacción apartándose con agilidad, son embargo no fue lo suficientemente hábil como para esquivar la totalidad del ataque, aterrizando justo en su lomo, algo más arriba de la cabeza, cortando la dura piel del anima, y al parecer, haciendo menos herida que la flecha de Rhyuka.

El animal no aulló ni hizo ningún sonido de dolor más que el gruñido de amenaza, empezando a sacar espuma por la boca.

Estire por segunda vez la cuerda del arco, no tenia seguro si lo que estaba haciendo era correcto, pero si no hacía nada ahora mismo era probable que la vida de Halden y Hannes corriera peligro. Maldita sea, un chasquido sonó cuando dispare la flecha, esta vez con bastante menos fuerza y seguridad que la anterior.

Mi inseguridad seguía allí, ni estaba en una buena posición para combatir aquella bestia, ni sabia si quería seguir combatiéndola. Me mordí el labio inferior dudando aquella bestia estaba comiéndose vivo a un caballo, realmente podría quedarme parada y huir escuchando aquellos relinchos de dolor? Sabia que realmente estaba alimentándose pero... de esa manera? Me seguía pareciendo cruel, si hubiese matado al animal antes de empezar a devorarlo. Mis pensamientos volaban de un lugar a otro con aquella inquietud no serviría para nada tenia que tranquilizarme y si era posible optar por una posición para ayudar a mis compañeros. Estábamos en un bosque, me había criado en uno. Antes de que formulara mis pensamientos Libusa ya había empezado a buscar aquello que había pasado por mi mente.