Partida Rol por web

¡¿Gigantes?!...

Aquel era un calificativo que descorazonaba sobremanera a Vlado. Gigantes podía significar muchas cosas, desde unos pocos palmos, hasta varios pies de longitud. Ahí estaba el riesgo del trabajo, y seguramente, aunque ninguno había preguntado, aquellos bichitos serían carnívoros...

Las cosas se iban a poner feas.

Bueno. Yo estoy listo. Dice el guerrero de Pharasma tras buscar en su mochila un estuche, del cual extrae un portapergamino de cuero.
Creo que no será muy difícil enfrentar a esos bichejos verdad? Cuando yo era pequeño, me llamaban "Oso Hormiguero"! Jaja...Me gustaba quemarlas bajo el sol con un trozo de vidrio que tenían en mi casa....

A pesar de que no era muy dado a hablar, Mensifo consideró que debía compartir sus conocimientos sobre estos seres con el resto del grupo.

- Me parece que esto no será tan fácil Khyron. Si esas hormigas son como creo deberíamos tener mucho cuidado.

El brujo se tomó su tiempo para buscar las palabras apropiadas.

- Para empezar son unos seres con una sociedad muy compleja y organizada bajo una firme jerarquía.

No como estos beodos humanos que se matarían los unos a los otros solo por un poco de oro.

- Trabajadoras, soldado, zángano y por supuesto, la reina, se reparten responsabilidades y esa jerarquía también se corresponde con su peligrosidad. La mayor parte de ellas tienen el tamaño de un caballo pequeño o un poni. Son muy veloces en carrera, aunque no ágiles (es decir no esquivan pero si se mueven mucho) y son duras y resistentes, muy buenas escaladoras. No suelen verse afectadas por conjuros que afecten a la mente pues forman parte de una colonia. Las trabajadoras sólo muerden, pero las soldado también tienen un aguijón con veneno de potencia media que debilita el músculo de sus blancos, y apresan a sus enemigos tras morderles con sus pinzas de la boca. Los zángano son parecidos pero pueden volar y también tienen aguijón con veneno y apresan a sus enemigos. Pero las más terribles son las reinas, son enemigos formidables, muy duros, muy potentes y también veneno, lentas debido a su descomunal tamaño, estas sí merecen el apelativo de gigantes de verdad.

No habrá alguna forma de comunicarse con...esa reina?
A lo mejor, si les presionamos y luego proponemos que se muden, accedan.

Mientras mis compañeros discuten y pierden el tiempo, te..ejem... le importaría acompañarnos al lugar? Sólo acompañarnos, a partir de ahí nos encargaríamos nosotros, no querría ponerle en peligro. Intento ser amable, aunque con esos dos discutiendo se nota cierta sequedad en mi voz.

La portavoz se gira a la guerrera enfundada en su brillante armadura, poco común en estas latitudes, se la mira de arriba a abajo y le dice con una preciosa sonrisa:

- ¡Claro, que si!, no habrá ningún problema pensaba hacerlo cuando todos estén "preparados".

 La joven mira la reacción de sus compañeros, en especial a Khyrom, mientras escucha las palabras del brujo.

- Un momento Lirianne, tal vez, antes de meternos a ciegas en algo sin estar del todo preparados, estaría bien prepararnos. Con un pergamino como el que ha usado Khyrom... o algún contraveneno.- Dice con los labios levemente fruncidos en un rictus reflexivo. Entonces mira a la portavoz y pregunta.- ¿Podéis subministrarlo o conocéis algún alquimista del lugar al que podamos recurrir? Para "prepararnos", mejor.

La ultima vez que vine a intentar ese fiasco de mision...o intento de mision, hacia las malditas ruinas del sur, un tal Senzer...un semielfo, me vendio unas pociones. Le responde a Ailush. Quizas podriamos hacerle una visita para comprar algun anti-veneno.

Te mira, arquea una ceja y luego dice:

- Mmmm, pues no me suena ese nombre la verdad, pero muchos son los establecimientos de ese tipo en esta ciudad. Algunos simples charlatanes, otros auténticos maestros en arte de refinar y combinar potingues.

 La joven pelirroja se encogió de hombros ante el comentario de la otra mujer en respuesta a Khyrom.

- Con que nos indique uno en el que no nos pretendan estafar estará bien. Gracias. ¿Por quien tenemos que preguntar?- Contestó Ailush esperando unas indicaciones para ponerse manos a la obra cuanto antes.

Vlado observó como Ailush y Khyrom intercambiaban palabras en pos de averiguar algo sobre el alquimista, pero al parecer Novaria, la Portavoz de la Casa Cartahegn juraba no saber nada del tal Senzer. Durante unos segundos, intentó descifrar el lenguaje corporal de la muchacha, aunque era algo que le resultaba difícil, pues durante su corta vida, las relaciones sociales nunca había sido su fuerte. Aun así, prosiguió en sus trece intentando descubrir algún detalle que le hiciera pensar en la posibilidad de que la moza estuviera mintiendo vilmente...

El brujo espera con curiosidad la respuesta de Novaria sobre un lugar donde comprar suministros. Sabe que su poder está muy limitado ante enemigos cómo las hormigas por lo que no estará de más comprar algún material adicional contra ellas.

Novaria os mira con su sonrisa y dice:

- Podéis encontrarlos en el barrio de los mezcladores de substancias, justo en la parte opuesta a la que estamos ahora, en la parte noroeste de la ciudad. Pero no perdamos más tiempo. Aquí tenéis la loción que ha preparado mi ama de llaves, acompañadme por favor al interior de la factoría. 

Vlado miró con cierta inseguridad hacia Ailush y Khyrom. Novaria insistía en no perder ni un solo segundo más en preparativos, pero las palabras de Mensifo habían sido poco alentadoras para el joven bufón, aquellas hormigas eran temibles y formidables adversarios para subestimarlas de una forma tan descarada...

- Perdone señorita... - se apresuró a decir mientras salía de detrás del explorador de tez morena - ... Mis compañeros decían de ir primero a comprar remedios contra el veneno de las hormigas...- añadió con voz entrecortada y algo vergonzosa, mientras escondía su rostro al amparo de la sombra que proyectaba el burlesco sombrero que portaba.

No pongas palabras en mi boca...si queríais hacer eso, no tendríais que haberos ofrecido, ahora vamos a cumplir lo acordado, así que ya podemos empezar a caminar. Otra vez se me escapa el mal genio...a ver si lo arreglo. Ejém, después de usted, señorita Novaria.

Las palabras de la aspera guerrera fueron suficientemente contundentes, como para que Vlado volviera al cobijo que le proporcionaban las anchas espaldas de Khyrom. El mal carácter de aquella chica comenzaba a hastiar al pícaro. Tal vez tuviera un aspecto frágil, desgarbado y poco agraciado, pero pronto demostraría que era mejor tenerlo de aliado...

- Yo no pongo palabras en su boca señorita... Quizás el calor de este lugar y la pesada armadura que sus carnes sostienen, le comienzan a nublar el juicio, pero hay más personas en este grupo de aventureros...- espetó a una distancia prudencial de la caballero de la cocatriz, mientras con sus ojos -que curiosamente se hallaban centrados- indicaban a la bella Ailush, Hija del Sol. - Creo que nadie está diciendo que no se cumpla el encargo de la Casa Cartaherg... simplemente que a lo mejor vale la pena que nos preparemos mejor- finaliza el pícaro con voz tranquilizadora 

¡¡Aunque a mí me da igual porque no tengo dinero para antídotos!!... JAJAJAJAJAJA...