Partida Rol por web

Cuando llegó la noche recibieron una invitación por parte de la sheriff para acudir a su oficina y comentar los detalles del caso con ella antes de ir a dormir y dar por finalizado el día. Joanne quería ponerse al día de las líneas de investigación que llevaban los agentes y los progresos que habían conseguido en el caso.

Afuera estaba cayendo una tromba de agua. Al parecer la tormenta finalmente había decidido descargar en el pueblo, y lo estaba haciendo con una tremenda fuerza. El viento agitaba las copas de los árboles y sacudía los tejados mientras el agua caía como si una cascada repentina se hubiera instalado sobre Ashville. Todo ello mientras el cielo se desgarraba con increíbles fogonazos de luz y truenos ensordecedores provocaban que los cristales retumbaran de un modo preocupante.

Durante aquel día que amenazaba tormenta, Peter había estado consolando a Terence Benson, el hijo del párroco el bar del restaurante de Simpson. Mientras tanto, Jules había ido a hablar con el médico sobre la causa de la muerte de Arthur Benson y asegurarse que lo del infarto era correcto.

La sheriff tenía sobre su mesa una taza humeante de café y a través de la ventana miraba con preocupación el estado de la tormenta desde la seguridad que le proporcionaba su oficina.

-Está cayendo una como no se recordaba en años. -Comentó cuando los agentes entraron calados hasta los huesos. - Siento haberles hecho venir con este tiempo pero quería comentar con ustedes como marcha el caso. Puedo ofrecerles unas toallas y el calor de este café.

Mostró una sonrisa y enseguida ofreció a cada agente una toalla y una taza de café para que se calentaran el cuerpo, además les recomendó que se acercaran al radiador hasta que estuvieran secos. Habían traído los paraguas que su casera, la señora Glenda Norm, les había dejado, pero el viento hacía que resultara imposible no terminar empapado con la tormenta.

-Bien. ¿Cómo ha ido el día?. ¿Han averiguado alguna cosa?. - Preguntó tomando su taza de nuevo entre las manos y soplando el contenido antes de dar un pequeño sorbo.

Peter llega a la comisaria chorreando entero, la lluvia le había pillado en pleno camino de vuelta desde el restaurante Simpson.

-Uff menuda manera de caer!- entra de golpe chapoteando y salpicando todo a su alrededor. Se pasa la mano por el pelo totalmente mojado y se lo peina hacia atrás, aprovechando la situación. Sonríe a la sheriff encantadoramente y recoge la toalla que le ofrece. Se seca la cara y las manos en primera lugar. Se echa la toalla semimojada alrededor del cuello para poder beberse el café caliente.

-Así da gusto que le reciban a uno- bromea levemente. Mira al resto de los presentes para ver si saben algo más del caso mientras él estaba ausente hablando con el hijo del párroco.

Jules llegó un par de minutos antes que Peter a la comisaría, con cara de pocos amigos ya que el agua había arruinado su traje. Suspiró negando con la cabeza mientras se secaba con la toalla, dejando la chaqueta sobre una de las sillas, mientras se tomó la libertad de servirse un café.

Ya todos reunidos, y el ambiente distendido, paso a explicar su charla con el médico.

- Bueno... Mi charla con el Doctor Stevenson confirmó mis sospechas.- Mencionó, mientras tomaba asiento.- Efectivamente, el párroco murió de un fuerte impacto emocional, según las palabras del médico... Miedo. La expresión del hombre era de miedo puro.- Dio un sorbo, mientras desviaba la mirada hacía un lado, deseando poder haber visto el cadáver.- Lo qué me hace creer dos cosas. La primera: que el hombre conocía al asesino, y el hecho de verle y saber su destino le causó tal impacto que originó el deceso.- Comentó, simplemente, no muy convencido de esta parte, sin embargo, la entonación que daría para su segunda opción podría dar a entender que se inclinaba más por la segunda, a pesar de que no fuera tan lógica como la primera.- O la segunda... que el párroco no tenía idea de quién era la persona que le visitó el día de su deceso, sin embargo, su presencia, como ya sabrán, le causó un susto... de muerte.- Comentó esta ultima palabra, perfilando una sonrisa un tanto macabra marcando su humor negro.- Lógicamente, la primera sería una suposición más lógica... Pero la segunda es, sin duda, más interesante.- Se mostró pensativo, dejando la taza de café a medio beber a un lado. 

Luego, volvió a prestar atención a sus compañeros, para preguntar.- ¿Alguien ya ha establecido el patrón entre los ataques? ¿John?.- Aunque se dirigía a todos, obviamente buscaba las palabras del detective Dwight, encargado de haber encerrado antes al psicópata quién, aparentemente, estaba siendo imitado en Ashville.

Salina aceptó una taza de café con una sonrisa de agradecimiento antes de ponerse "al trabajo". Su pelo estaba hecho una masa de rizos chorreantes de agua, así que ni siquiera intentó secárselo. 

-Nosotros simplemente hemos hecho un resumen de lo que conocemos de momento. - Salina repitió lo que había dicho anteriormente, en este caso para Peter y la sheriff - El asesino tiene algún tipo de relación con el trigo (había paja en ambos escenarios del crimen, de ahí la suposición). - Consciente de que Baker seguramente le indicaría que en Ashville eso daba poca información, se apresuró a añadir - Sé que no delimita demasiado a los sospechosos, pero bueno, es mejor tenerlo todo en mente. Como el hecho de que creo que el asesino es del pueblo, porque Elmore le abrió la puerta, y no creo que dejara entrar en su casa a cualquiera - Se abstuvo de comentar lo desconfiados que solían ser en los pueblos ante desconocidos - Aparte de que como bien ha indicado Sullivan, una posibilidad es que el párroco reconociera al asesino. Yo por eso sigo pensando que el asesino es de Ashville. Dicho esto...sabemos que Lewis está enterado de todo lo que está sucediendo, y como les he dicho anteriormente, para ello debe mantener un contacto regular con el asesino. ¡Si hasta sabía lo del párroco! Así que tenemos que esperar a que nos den la información en la cárcel. Creo que precisamente Lewis es quien podría darnos una pista muy importante, lo quiera él o no. Y dicho esto..

Sin dejar de lado a Peter, se dirigió a Baker, ya que ella era la que podía contestarle.

-¿Sabe qué personas son las que viajan continuamente, estando lejos de Ashville varias horas, o incluso días? No creo que en un pueblo que se dedica principalmente a traajar el campo puedan dejar olvidadas las tierras, ¿verdad? Seguro que no hay tantas personas viajeras. 

Al menos eso esperaba, para poder tener algo con lo que seguir reuniendo "piezas del puzzle". 

Joanne escuchó con atención todo lo que los agentes del FBI iban diciendo uno tras otros en perfecto orden. Se notaba que eran unos grandes profesionales y que habían hecho su trabajo hasta entonces bastante bien: habían sacado todas las pistas posibles que se podían sacar y habían logrado relacionar con el caso una muerte que a todo el mundo se le había pasado por alto. Joanne se sentía muy inferior y sabía que de no ser por ellos estaría más que desbordada. Agradecía mucho su presencia allí.

-Pues... -Dijo pensando detenidamente la pregunta de Salina. -Así de primeras se me ocurren varios: Tom Simpson, que suele viajar a Joshua Tree para comprar la carne de su restaurante; Doble F, el cartero; Nuestro alcalde, el señor Stevenson... aunque en realidad toda su familia viaja muy a menudo; algunos granjeros también suelen ir a Joshua Tree a vender o comprar lo que necesitan... -Pensó un momento y finalmente se le ocurrió una idea mejor. -La verdad es que la lista es bastante extensa. Puedo investigarlo un poco y hacerles una lista detallada de todos los nombres. Mandaré a Fred ponerse con ello.

A pesar de que había más nombres de los que le gustaría, Salina agradecía la información. Sobre todo porque si muchos de ellos iban a comprar materiales (como el señor Simpson que iba a por carne), podrían comprobarlo. Apuntó todos los nombres en su libreta con cuidado.

-Gracias sheriff, tener una lista así sería estupendo. Si puede ser fíjese sobre todo en las personas que antes no viajaran demasiado, y que de hace un tiempo a ahora están alejándose del pueblo más de lo normal. 

Escuchó las reflexiones de sus compañeros y habló cuando creyó que debía de hacerlo.

-Pues sí, es eso básicamente lo que tenemos... los sospechosos parecen tener algún tipo de relación, aún desconocida, con su atacante. Y éste, aún no sabemos como, parece tener cierta relación con el bastardo de Lewis. He hablado con el FBI para que nos de una lista de las personas que le hayan podido visitar o si ha podido contactar con el exterior de alguna forma. He incluso han estado de acuerdo en interrogarle para ver si sabía algo... pero hasta que no nos digan nada tenemos que esperar.

Hizo una pausa para ordenar sus ideas antes de volver a hablar.

-En cuanto a los ataques- dijo mirando a Sullivan- el único patrón en común parece ser la paja encontrada y que son habitantes del pueblo, nada más. Cuando nos llamen con las conclusiones de los análisis de la hoz y el aceite de Hill quizá sepamos algo más. Por desgracia, hasta entonces, como antes, solo nos queda esperar.

Y finalmente miró a Peter.

-Agente Johnson, ¿has averiguado algo sobre el hijo del párroco? ¿pudiste hablar con él?

-Hablé con él- afirma el joven agente -Es un buen chico, está devastado por todo lo pasado. Su familia tenía los ahorros en el mismo banco en el que trabajaba Bale, pero eso es normal en un pueblo pequeño, no hay mucho donde elegir. Tanto Bale como Elmore eran feligreses de su iglesia, como el resto de los habitantes. Su padre tenía antecedentes de anteriores ataques al corazón, por lo visto era un tipo con una mente bastante cerrada y no le gustaba mucho la gente de fuera- mira de reojo hacia la sheriff, acordándose de la historia contada por el hijo del párroco -Tuvo un affair que no acabó demasiado bien- zanja el tema. Peter se queda pensando si es momento de ser discreto o no con ese detalle de la vida del muchacho o no, y decide dejar abierta la opción de ser la otra parte la que lo contase.

-Más allá de eso, sólo tuvimos una charla de buenas y malas decisiones, no creo que sepa realmente nada más. Pero puedo hacerle una segunda visita si quiere, jefe.

En un primer momento parece sorprendida de que hayan investigado a Terence Benson, el hijo del párroco, pero luego la sheriff cae en la cuenta de que su deber es investigar todas las líneas posibles y el hijo de una de las víctimas es una pieza importante en la investigación.

-No fue un affaire. -Interviene Joanne cuando Peter lo comenta. -Estuvimos saliendo juntos durante mucho tiempo pero... al final la cosa no funcionó. Él se tomó muy mal que le dejará y la muerte de su padre no ha hecho más que agravar la situación. -Joanne suspira sabedora de que tiene que hablar con él y actuar antes de que a Terence se le vaya de las manos y terminé haciéndose demasiado daño a si mismo.

Tras las palabras de Joanne se creó un pequeño silencio en el despacho de la sheriff que fue interrumpido por el rugir de un trueno que había caído bastante cerca a juzgar por el fogonazo de luz blanca que había iluminado toda la habitación, lo había casi a la par de que los cristales retumbaran por el sonido y por el agua que los ametrallaba con violenta fuerza.

Entonces el teléfono sonó. La sheriff Baker salió de un pequeño letargo y extendió la mano hacía el auricular para contestar. Lo que debió escuchar al descolgar hizo que sus ojos se abrieran como platos y que algo actuara en ella como un resorte devolviendo a la persona dinámica que habían conocido hasta entonces. Sin embargo, su rostro había palidecido de pronto y parecía muy preocupada. Habló escuetamente con su interlocutor, hizo un par de preguntas y asintió varias veces.

-¿¡Qué!?... ¿Cuándo?... ¿Dónde ha sido?.... Sí.... Sí, están conmigo.... Sí. Vamos de inmediato. Fred, que nadie se mueva de allí.

Inmediatamente colgó y fue a por su chaqueta, sacó el revolver de su funda y comprobó las balas. Miró a los agentes del FBI que ya se temían lo peor y como si las miradas bastaran para comprender asintió con la cabeza.

-Tenemos que ir a la granja Stevenson. -Les dijo mientras recogía las llaves del coche y les invitaba con un gesto a acompañarla a adentrarse a la carrera hacía el diluvio que caía afuera.

Peter se queda mirando muy tendo a la sheriff mientras habla por teléfono. Una mala sensación le recorre el espinazo. Se queda callado, esperando la mala notícia. Una nueva víctima.

-Voy a por el coche, así no nos mojaremos todos de nuevo- Peter ni lo piensa, solía ser el conductor y responsable del vehiculo que usa el equipo, así que es mera lógica que vaya él. Es su pequeña bebé. Mira a su jefe, esperando confirmación y tras eso, se prepara para recibir el nuevo aguacero al salir de la oficina. Sigue a la sheriff a afuera. La lluvia vuelve a azotar su rostro, localiza el vehiculo, saca las llaves de su bolsillo y lo pone en marcha para acercarlo a la puerta. Un nuevo asesinato siempre es algo horrible pero también abre nuevas opciones, un nuevo escenario del crimen con nuevas posibles pistas que les lleven al verdadero asesino.

La sheriff atajó a Peter antes de que fuera a salir por la puerta.

-No hace falta, agente Johnson. Iremos en mi Jeep, será mejor.

Estaban repasando datos cuando la llamada y la posterior reacción de la sheriff lo sacaron de su concentración. ¿Qué diablos había pasado? No sonaba a que fuera nada bueno.

-¿Qué ha ocurrido sheriff?- dijo, poniéndose en lo peor- Es... ¿otra víctima?

Se metió con prisa en el coche de la agente policial, cuanto más frescas fueran las pruebas mejor, y se sabía que la lluvia solía acabar con ellas de un plumazo. Era la pesadilla de todo investigador forense.

La sheriff miró a Dwight y este supo que la respuesta era afirmativa antes de que la sheriff se lo confirmara con sus propias palabras.

-Ha sido en casa del alcalde. -Dijo apesadumbrada y con mucha preocupación en el tono de voz. Aunque todavía no sabía si esa preocupación era por el hecho de que el asesino hubiera vuelto a actuar o porque lo hubiera hecho en casa del alcalde de Ashville.

Joanne conducía el jeep por las calles del pueblo mientras los limpiaparabrisas funcionaban frenéticamente de un lado a otro del cristal. Pronto comprendieron porque había dicho que sería mejor ir en el jeep en lugar del coche de los agentes. El vehículo siguió en dirección sur hasta el final del pueblo, entonces Joanne salió de la carretera y se internó en un camino de tierra que con la que estaba cayendo más bien era un camino de barro. Seguramente su coche se hubiera quedado allí atascado en mitad del diluvio pero el todoterreno de la sheriff cruzaba el barro a toda velocidad como si nada. El camino discurría durante largo trecho en línea recta, con el bosque a la derecha y una basta extensión de maizales a la izquierda. Mientras conducía, Joanne fue contándoles lo ocurrido.

-La victima es Lucile Stevenson, la ex-mujer del Doctor Stevenson. Lucile se divorció de Richard hace ya algún tiempo cuando descubrieron que el Doctor se extralimitaba con sus pacientes y todo aquel lio con Peter Gregg y su mujer. Desde aquel incidente su hermano George, que es nuestro alcalde, y él ya no se hablan. El alcalde echó a su hermano y dejó que Lucile se quedara en la mansión familiar por los niños y todo eso. - Cerró los ojos medio segundo y suspiró profundamente. -Joder, los niños... Era madre de dos criaturas.

El camino era bastante largo y finalmente llegaron a un cruce. Joanne giró hacía el norte y un par de millas después llegaron a la granja Stevenson. Aquella era una de las pocas granjas que podían remontar su historia a los primeros tiempos de Ashville. El lugar se componía de una mansión familiar, donde el alcalde vivía con su mujer y su cuñada y los niños, en detrimento de su ex-marido; y varias hectáreas de cultivos en su perímetro. La mansión estaba bien conservada, ya que la fortuna familiar era de las que menos habían sufrido a lo largo del tiempo en el pueblo. Era una casa de estilo colonial y mostraba un aspecto muy saludable.

Cerca del edificio señorial se encontraban dos graneros donde se almacenaba el maíz de los campos en espera de su venta. La finca también disponía de unos establos con caballos y unos corrales con cerdos, gallinas y vacas para consumo propio y para participar en las ferias de ganado. Y rodeando todo aquello estaban las hectáreas de maizales. Los campos se extendían hasta donde alcanzaba la vista, de hecho los caballos se usaban para poder moverse de un lado a otro cómodamente. En esos momentos se trataba de la granja más grande de todo Ashville, y únicamente la granja del viejo Hill se le podía comparar en extensión, aunque como habían visto en su visita el viejo no la cuidaba lo más mínimo, al contrario que los Stevenson.

Peter muerto antes de reconocer que efectivamente era mejor idea llevar el vehiculo de la sheriff que el propio del equipo, así que se dedica a mirar como cae la lluvia contra la ventana, algo malhumorado. Escucha las explicaciones de Joanne acerca de la siguiente víctima, esta vez tocando más de cerca al "famoso" doctor Stevenson. Si las otras dos víctimas eran díficiles de encajar en un patrón, la ex-esposa del médico se queda totalmente fuera de rango, ni siquiera es una pre-jubilada. Y encima con niños. Nada parecía tener sentido, más allá de aquellos malditos graneros llenos de paja que parecían estar presentes por todos lados.

-Sheriff, hubo juicio o algo similar, respecto a lo pasado con Peter Gregg? Me da la sensación de que quedó todo barrido bajo la alfombra...- pregunta de repente el joven. Ya había oído demasiadas veces referencias aleatorias y superficiales sobre lo pasado con el doctor, ya iba siendo hora de enterarse mejor del tema.

-No hubo nada. -Respondió la Sheriff. -El alcalde medió y habló con Peter Gregg para calmar las cosas y que las aguas volvieran a su cauce. Aunque finalmente Lucile se enteró y terminó divorciándose del Doctor Stevenson. Y bueno... ahora los hermanos ya no se hablan.

Bajaron del coche y corrieron hacía el porche a toda prisa para evitar mojarse. Alrededor de la casa había mucha actividad. En los exteriores se podían ver haces de luces en el maizal que iban de un lado a otro y de arriba a abajo. Eran las linternas de los trabajadores de la granja, movilizados por el alcalde para que buscaran al asesino. Se escuchaban las voces de unos y otros bajo la lluvia, llamándose y haciéndose indicaciones de por donde iban o lo que veían.

En la puerta, bajo el porche, se había reunido un grupo de sirvientes de la mansión, atemorizados y que hablaban en susurros. Estaban muy asustados, y la tormenta no ayudaba a calmar los ánimos. Les indicaron que todo había ocurrido en el piso superior, e incluso uno de ellos les acompañó hasta una habitación para que se reunieran con el alcalde.

La casa poseía tres pisos y buhardilla, y ya desde lejos su aspecto era imponente. El interior de la casa no era menos imponente que el grandioso exterior: pese a que se adivinaba que tiempos pasados fueron mejores, todo estaba decorado antigua pero lujosamente. Una vez más, al entrar en las habitaciones de la casa, uno parecía ser transportado años atrás, como parecía ocurrir con la mayoría de sitios en Ashville.

El sirviente se despidió en la puerta de la habitación y regresó con el atemorizado grupo de la entrada. En el interior de la habitación encontraron al alcalde junto a su esposa, que lloraba desconsolada. Los dos hijos menores del alcalde estaban en una esquina consolando a otro muchacho de unos once años de edad.

-Sheriff. -Dijo el alcalde acercándose a Joanne. -Estamos todos muy sobresaltados... esto es una pesadilla. Mark y Linda Jr. están consolando al pequeño Lucius... Amanda sigue acostada en su cuarto, de momento no sabe nada de lo ocurrido y no me gustaría que viera a su madre en el estado en el que ese hijo de puta la ha dejado...

El alcalde era un hombre grueso de unos cincuenta años de edad, con el pelo tintado de castaño y un grueso bigote que acentúa su autoridad. Parecía igual de asustado que su desconsolada mujer aunque trataba de sobreponerse. No era un hombre que se quedara a cubierto si los problemas aparecían.

-Muy bien, señor Alcalde. Creo que de momento será mejor no despertarla. -Se giró hacía los agentes en un pequeño inciso para darles la información. -Lucius y Amanda son los hijos de Lucile.

-Señor Alcalde, estos son los agentes que el FBI ha mandado para investigar el caso. El agente Dwight, el agente Sullivan, el agente Johnson y la agente Sparks. Creo que será mejor que ellos se ocupen de lo ocurrido aquí mientras yo voy con Fred y organizo los grupos de búsqueda en los alrededores. Luego me pondrán al corriente de todo.

La sheriff sabía que era primordial organizarse como era debido y que cada segundo era importante. Los agentes tenían muchísima más experiencia en escenas de crímenes como la que había ocurrido en aquella casa y ella sólo haría que estorbar si se quedaba allí. Mientras que por el contrario, ella conocía a la perfección la zona y podía organizar mejor que nadie a los trabajadores de la granja en busca de sospechosos y pistas que pudiera haber en torno a la casa. Así pues se despidió de ellos dejándolos al cargo en compañía del alcalde.