Partida Rol por web

La escuela Kunugigaoka es una prestigiosa escuela privada localizada en Tokyo. Es una renombrada escuela siendo de las primeras en todo Tokyo y tiene un gran porcentaje de estudiantes de provecho.

Kunugigaoka es famosa por su sistema “E” que se basa en   una serie de clases, donde se separan a los estudiantes buenos de los malos. Las clases de mejor a peor son:

La Titánica Clase A, donde están los mejores estudiantes de todoTokyo.

La poderosa Clase B, donde están los segundos mejores estudiantes de todo Tokyo

La superior clase C, donde los estudiantes son algo pasables y no destacan en gran cosa.

La suficiente clase D, donde están los estudiantes que aprueban a lo justo…si alguno de ellos falla es enviado a la clase E.

La Mediocre clase E, ahí está la basura, lo restante de la escuela…alumnos con mal comportamiento, que se niegan a estudiar, que no destacan para nada…y que su futuro esta negrísimo.

La clave del sistema es que el 95% de los estudiantes son trabajadores y el 5% restante  son vagos, parásitos, inadaptados…y por lo tanto son llevados a la clase E.

Vuestra clase, la clase E esta creada para el 5% de los estudiantes que tienen las peores notas o que son inadaptados…vosotros. Los demás estudiantes o alumnos de la escuela que no pertenecen a vuestra clase, os tratan como a esclavos, escoria, inútiles…os pueden mangonear tanto como quieran, incluso golpearos si les apetece…pero es mejor no alzar la mano, ya que más de una vez, un alumno de la clase E, ha sido expulsado por “agredir” a un estudiante de alguna clase superior.

Es un sistema tiránico donde todo el mundo intenta evitaros como si tuvierais alguna enfermedad infecciosa.

La enorme escuela donde se encuentran todas las clases excepto la vuestra, consiste en un enorme y ostentoso edificio, con un gimnasio, un campo de beisbol, una pista de atletismo y una piscina.

La clase E...bueno…

 Os encontráis a un kilometro de el edificio principal de la escuela Kunugigaoka. Situados en un pequeño monte, en un edificio bastante básico. Con Mesas, pizarra, sillas…y como no, un extenso terraplén donde jugar. También tiene un pequeño cobertizo para el material de gimnasia y una pequeña sala de profesores.

Desde que estáis en la clase E, no os habéis tenido que preocupar por nada, habíais tenido una existencia bastante calmada…estabais a vuestras anchas por vuestra clase. Nadie os iba a molestar y no teníais que preocuparos…fue hasta hace relativamente poco que la luna fue destruida y dejada en un estado permanente de luna creciente.

A los pocos días apareció un ser con tentáculos. Un ser alto, amarillo…con una gran sonrisa en el rostro, unos pequeños ojos negros y una enorme cabeza. Apareció vestido de profesor, con corbata, sombrero y todo…os decía que el iba a ser vuestro profesor hasta que os graduarais, que iba a destruir la tierra en un año y que lo único que podíais hacer para detenerle es…asesinarle.

 Por lo visto el ministerio de defensa de Japón aceptó que él fuera vuestro profesor (lo propuso ese pulpo amarillo) a cambio de que no pudiera haceros daño y…que sus alumnos intentarían asesinarle.

El gobierno trajo a uno de sus mejores hombres a la clase, Tadaomi Karasuma. Un agente que trabaja para el ministerio de defensa de Japón y que tiene el deber de enseñaros educación física, entrenaros y supervisar a Korosensei.

Durante esta semana que habéis estado compartiendo clase con ese monstruo, habéis aprendido un par de cosas…es débil al material del que están hechas las balas de las pistolas de balines, que tiene súper velocidad…es literalmente el ser más rápido de todo el mundo ( Es capaz de hacerte la manicura en menos de un segundo y seguir dando clase), es muy inteligente, puede regenerarse a gran velocidad, tiene un sentido del olfato bastante desarrollado y por algún motivo…le gustan las mujeres con pechos grandes.

Es una criatura extraña, aunque tiene sus buenos momentos…pero no os dejéis engañar…sigue queriendo destruir la tierra. Y vuestra única oportunidad de detenerle, es trabajar en equipo, asesinarle y reclamar la recompensa de 10 mil billones de yenes.

Hoy ya hace una semana que os está dando clase…relativamente habéis aprendido poco de él, pero…tenéis que seguir intentando encontrar una manera de asesinarle.

Todos os encontrabais en clase, preparándoos para vuestra lección de matemáticas con Korosensei. Pero por algún motivo aun no había llegado…¿Qué estaría haciendo?

Sin duda alguna esta semana había sido de las más raras de mi vida por no decir la que más, estábamos en clases con Korosensei que sin duda era un ser terrible ya que había destruido la luna aunque esta semana que hemos estado con el personalmente no me parecía tan malvado. Se esforzaba como profesor pero éramos la clase E al fin y al cabo así que no tenía demasiadas esperanzas.

Tenía mi muleta apoyada en la silla de mi asiento y tenía un libro entre mis manos, en mi mesa una de las pistolas de balines para disparar a Kososensei, no tenía ningún cuchillo dado que realmente dudaba que yo pudiese darle algún uso que no fuese de marca-páginas. Cuando quise darme cuenta la clase debía de haber empezado pero Korosensei no estaba allí, -dudo que llegue tarde con esa absurda velocidad suya ¿estará ocupado?- hice una pequeña marca en la hoja donde me había quedado, me levanté con cuidado, tomé mi muleta y camine un poco para dirigirme a la ventana, entonces pregunté en voz alta -oye ¿alguien sabe donde esta Korosensei? es extraño verlo llegar tarde- pregunté amenamente ya que éramos compañeros de clase

Ginzo llegó cinco minutos antes del comienzo de las clases, como era habitual en él dada su sobria puntualidad. Con un escueto saludo a sus compañeros de clase circundantes se sentó en su asiento tras dejar su chaqueta colgada en uno de los percheros de las paredes de la clase. Su rostro es tan serio como de costumbre, y aunque no muestra hostilidad tampoco parece inclinado a entablar conversación con sus compañeros.

Con su katana apoyada en su pupitre el chico espera pacientemente la aparición de su más que extraño profesor. Al ver que se retrasa el chico saca pincel, tinta y papel de su maletín y extendiéndolo sobre la mesa comienza a practicar caligrafía. 

Los que estén a su alrededor pueden ver que son los kanjis de Muerte y Dragón respectivamente, muy adecuados para esta clase en concreto y un chico que quiere ser un samurai de la era moderna.

En esta semana había empezado a pensar que el ir a clase podía empezar a ser divertido y todo. Un pulpo que destruyo la luna y se mueve a mayor velocidad que el sonido había aparecido, sin duda algo que me divertía, por no hablar del extra de que teníamos que intentar matarlo para conseguir una recompensa de 10 millones de Yens.

Lo raro es que Korosensei llegaba tarde y parece ser que no era el único que se había dado cuenta ya que escuche a Masamune preguntar el donde estaba. No me molesté en contestar nada, ya que no tenía ni idea, pero el que no apareciese me dio una idea.

Me levante de mi pupitre y asomé la cabeza por la puerta para ver si venía alguien. Si no venía nadie podría preparar alguna trampa...

Angela llegó vestida de persona normal. Su abrigo holgado, bufanda, cascos que sonaban con la música de su padre... Se esforzaba en dar la imagen de chica corriente, de estudiante aplicada e introvertida pero, en su interior, estaba deseando que surgiera la oportunidad de medirse contra el Korosensei. 

La criatura se había mostrado enigmática, misteriosa y casi bromista. Demonios, a una podía hasta caerle bien hasta que recordaba que qería destruir el mundo como destruyó la luna hace solo unos días.

La mirada de Angie se deslizó de sus manos, simétricamente colocadas en su pupitre, a su katana, que descansaba cruzada en la mesa, dispuesta a ser desenvainada. Aquella era la llave hacia la verdadera Angela. El desencadenante del torbellino de pasiones y carácter que se encerraban en su interior.

Un popurrí de sonidos la rodeaban, el de sus comañeros, por los que Angela no mostraba ninguna señal de preocupación o empatía.

Excepto los chicos. Había al menos uno con el carácter adecuadao para domarla.

Me había costado mucho levantarme aquella mañana, bueno... esta y todas. Casi como siempre llegaba a tiempo y con cara de sueño. Observé a algunos de mis compañeros los cuales ya se encontraban en sus asientos por lo que no fui más y me senté al final del aula.

Un lugar perfecto para matar, tus compañeros pueden ocultarte, además de poder dormir... Sin embargo esta semana había sido casi imposible. Korosensei era demasiado rápido, lo suficiente para que a la mínima de cerrar los ojos ya se encontrara delante mía para despertarme.

La primera impresión fue un tanto extraña, parecía un pulpo hapalochlaena solo que sin anillas. No me gustaba matar animales y el tener a un profesor con aspecto de animal... Aunque fuese un extraterrestre era muy extraño pero tenía que conseguir el dinero.

Una vez sentada en mi mesa me coloqué unos auriculares y me apoyé para quedarme parcialmente dormida.

Llegaba relativamente tarde, normalmente esta era la hora a la que las clases empezaban y ya me esperaba ver la cara del simpático nuevo profesor que teníamos este año.-Ese pulpo es muy gracioso.-Por primera vez en mi vida, había encontrado algo que parecía realmente interesante. Abrí la puerta de la clase con una amplia sonrisa.

-¡Buenos días!-

Sin embargo, el profesor no estaba allí.

-¿Eh? ¿Aún no ha llegado?-Mi sonrisa desapareció al instante. Despertarse temprano, aunque hubiese llegado tarde, no merecía la pena si no había diversión.

Caminé lentamente hacia la última fila, con las manos en la espalda y mirando curiosa a cada uno de mis compañeros de clase. Finalmente, antes de llegar a mi asiento, me detuve frente a Izumi y me agaché frente a ella, colocando mi barbilla sobre su escritorio.

-¿Qué escuchas?-Pregunté con interés. Si al menos llegaba tarde el pulpo con super velocidad, debía entretenerme con algo.

Mientras miraba por la ventana Hiragi-san llegó saludando -Buenos días- sin duda una de las pocas personas animadas de la clase, éramos la clase E así que supongo que el ambiente general no era el mejor pero habíamos acabado aquí por nuestras notas, faltas o lo que quiera que sea que nos convertía en malos alumnos. Suspiré ligeramente mientras miraba por la ventana esperando que algo ocurriese ya que si no íbamos a tener clase al menos tener algo que disfrutar, por suerte para mí mi paciencia era enorme así que no tenía ninguna prisa en que algo ocurriese apoyado en mi muleta.

De vez en cuando echaba una mirada a la clase de reojo, no tenía demasiado barullo así que en cierto modo me agradaba por que podía leer cuando quisiese uno de mis libros sin problemas, inconscientemente sonreí con aquellos pensamientos

Con su aspecto indiferente y pasota, vestida con una camisa y unos vaqueros que estaban rotos y no era porque los vendieran así. Oh, no.

Los que conociais a Hikari sabiáis que la joven Hikari Kuroyami era lo más cercano a un chico con pechos que podía haber.

Para variar la muchacha llegaba tarde pero... ¿Qué importaba eso? Su profesor era una especie de pulpo de maíz que había destruído la luna; acaso eso era menos importante que su asistencia?

Pasando sobre los pupitres, la muchacha llegó a su sitio, junto a Kiyou, dejándose caer.

-Buenos días, compañero. ¿Y el calamar?

Cada vez iban llegando más y más alumnos, pero a mi eso me daba un poco igual, yo lo que quería era empezar la caza de hoy. Como cuando me asomé por la puerta no vi a nadie viniendo decidí empezar a moler un poco de material anti profesor para hacer una pequeña trampa.

Cuando ya tenía una pequeña cantidad de material molido fui a por el borrador de pizarras y lo unte en el para que se impregnase bien. Luego solo tenía que hacer la típica broma de el borrador encima de la puerta. Me acerque a mi sitio y cogí la silla para llegar mejor y poner mi trampa. Finalmente volví a dejar la silla en su sitio y esperé a ver que pasaba mientras me reía por lo bajo - Shi _{shi shi...}

Angela miró a Hikari. Una chica vistiendo como un chico. Lo que debían hacer algunas para llamar la atención. Angela, aburrida, miró alrededor en busca de alguien interesante. Su mirada gravitó hacia Yajirushi, que parece el único con aspecto marcial o la pinta de saber coger un arma por el lado correcto. Quizás cuando matara a Korosensei Angela le permitiría llevarla a cenar por ahí y, si se portaba bien, llegar a conocerla.

De las chicas, se fijó en la que iba vestida como un chico, Hikari. Ella también tenía un aspecto masculino pero lo hacía para no llamar la atención. Su atuendo decía lo contrario de Hikari,

A lo que tienen que recurrir algunas para llamar la atención! -pensó.