Partida Rol por web

Apenas habíais caminado unos cuantos metros cuando de repente oisteis un gran estruendo y una gran sacudida os hizo tambalearos sobre vuestros pies. Gaius salió despedido golpeándose contra una caja metálica que había cerca mientras que Starbuck, que estaba más acostumbrada a ese tipo de bamboleos, logró permanecer en pie y sólo se desplazó un par de metros. Inmediatamente después una alarma empezó a sonar por toda la nave mientras a vuestro alrededor técnicos y demás personal que estaba en la cubierta se agachaban a ayudar a los que se habían caído, recogían las herramientas desparramadas por el suelo y otros corrían a a enterarse de qué había pasado.

No hubo tiempo para que Sharon contestase. De repente oisteis un gran estruendo y una gran sacudida os hizo tambalearos sobre vuestros pies haciéndoos caer de las sillas. Por fortuna estábais sentados en mitad de la habitación y, aunque algunas herramientas metálicas y demás material salieron despedidas de las estanterías que cubrían las paredes, ninguna os cayó encima hiriéndoos. Inmediatamente después una alarma empezó a sonar en toda la nave y, a pesar de que teníais la puerta cerrada, hasta vosotros llegaron unos cuantos gritos procedentes de la Cubierta de Hangares. 

Baltar escondió la mano con que había saludado a la teniente Starbuck detrás de su espalda, apretando el puño en gesto de dolor mientras intentaba que dicho sentimiento no se reflejara en su rostro.

Una mujer fuerte, sin duda pensó al tiempo que obsequiaba a la rubia piloto con una de sus mejores sonrisas, una que jamás le había fallado con una mujer.

Por supuesto, por supuesto, el CAG  respondió  Es rápida de reflejos, me gusta este bombón. No es como ella...  pero resulta desafiente...

Dígame, ese CAG... ¿no es el hijo del Comandante, ese llamado Apollo? preguntó mientras caminaban hacia el lugar de la reunión. En ese momento, Baltar sufrió la violenta sacudida, su cuerpo fue lanzando contra uno de los maparos, provocándole un doloroso impacto que le hizo correr la sangre en abundancia.

Aaaahhh! Estoy... ¡¡¡ESTOY HERIDO!!! ¿NOS ATACAN?¿SON LOS CYLON? comenzó a gritar mientras se incorporaba. La herida no parecía más que un rasguño del que manaba sangre, pero el doctor no parecía haber reparado en ello. Tiene que... ¡¡¡TIENE QUE LLEVARME A LA ENFERMERIA, TENIENTE!!!

Starbuck ignoró de forma lapidaria los gritos del hombre. Tras la sacudida, se incorporó de su posición amortiguada como un resorte y empezó a buscar frenéticamente con los ojos a su alrededor. La alarma que sonaba hacía que la gente en la cubierta se moviera, pero no con la suficiente rapidez. Trató de darse cuenta por las reacciones si lo que había sucedido era un impacto de misiles, un ataque, un desperfecto, pero no pudo sacar ninguna conclusión. Lo mismo daba que fuera cualquier cosa: desde la cubierta de hangares no se podía estar seguro. Lo único que se podía arriesgar era que un impacto de misil hubiera resultado con un movimiento más destructivo...

Se volvió hacia el doctor, y su rostro estaba lleno de seriedad. Fría y profesional seriedad.

- Quédese allí quieto, y presiónela con fuerza - ordenó secamente y se desplazó corriendo donde podría averiguar qué había pasado.

Luchando todavía contra mí misma para no sincerarme con Galen por completo, empezó a afianzarse en mi mente la idea de hacer llegar la información a la Jefe Sloan sin delatarme a mi misma -"tal vez Galen quisiera ayudarme..."-

Antes de que un plan o siquiera una idea clara de lo que podía hacer se formara en mi cabeza, una fuerte sacudida me hizo caer, y mientras intentaba levantarme el sonido agudo de la alarma comenzó a atronar mis oídos. Me froté el muslo magullado a la par que intentaba librarme de la confusión y la sorpresa casi gritando -Malditos cylon, han vuelto para atacarnos por sorpresa- De pronto una segunda opción fue formándose en mi mente. No había habido aviso de naves enemigas y sin embargo claramente algo había explotado contra la nave, o tal vez en su interior... El estómago se me hizo un nudo y me quede paralizada. Miré a Galen y murmuré - Los detonadores-  Mi mirada expresaba todo el terror y la angustia que me atenazaba las entrañas.

Mientras Starbuck se alejaba del recién conocido doctor Baltar e intentaba averiguar qué había pasado, la especialista Henderson salió a su encuentro. A la joven se la veía bastante recuperada después de varios días de sueño seguido, pero en aquel momento su rostro estaba descompuesto por la preocupación. Un leve rasguño en la mejilla izquierda del que no parecía percatarse indicaba que ella también se había caído al suelo.

-¡Teniente...-a pesar de la agitación visible que la embargaba no se olvidó de hacer el saludo formal. Elevando la voz para hacerse oir por encima de la alarma que seguía sonando añadió como si te hubiese adivinado el pensamiento-¡si está buscando a Jefe, éste estaba hace un momento en su despacho, de hecho me dirigía hacia allí ahora mismo, para ver si sabía qué había pasado...!

Sin esperar a que terminase ni pararse a dar las gracias, Kara continuó su avance como si de un misil se tratase y en rápidas zancadas salvó la distancia que la separaba del container que hacía las veces de despacho para el suboficial Tyrol. Como si de rémoras se tratase, tanto la especialista como el científico le siguieron, éste último visiblemente nervioso y sin dejar de exclamar que alguien le tenía que llevar a la enfermería. Sin pararse a llamar a la puerta, la abrió bruscamente hacia dentro y sorprendida se detuvo en el dintel. Varios de los aparatos, piezas metálicas y herramientas que tapizaban las estanterías de metal se habían caído a consecuencia del movimiento brusco que habíais sufrido y yacían desparramadas sobre el suelo entorno a dos sillas volcadas y en el medio de aquel desastre, sorprendemente intactos, estaban Galen y la teniente Valerii aparentemente ayudándose el uno al otro a incorporarse.

Mientras Boomer clavaba en Galen su mirada angustiada, por encima del ruido estridente que provocaba la alarma oisteis que la puerta del se abría haciendo que el sonido de los gritos y voces provenientes de la Cubierta pententrasen en el interior escuchándose con mayor nitidez. Sorprendidos, os volvisteis al unísono y descubristeis a Starbuck parada en el dintel, respirando agitadamente por la carrera dada. Medio ocultos por su figura pudisteis ver también a Cally que parecía tener una mejilla magullada y a un hombre elegantemente trajeado que se tapaba visiblemente y con ostentación una herida en la frente. Ya no había tiempo para más disertación y suposiciones, finalmente la cruda realidad había interrumpido en vuestra tormentosa reunión.

Era increíble. Aquell a piloto se había atrevido a ignorarle, ¡y cuando estaba evidentemente herido! baltar siguió a Starbuck y a la especialista Henderson a través del hangar, en dirección, según había escuchado, al despacho del Jefe.

El Jefe! pensó Baltar Debía tratarse del despacho del propio Comandante Adama, para llamarle así. Gaius tomó nota del incorecto trato que había sufrido y se dispuso a hacérselo saber al "Jefe".

Sin embargo, para su decepción, lo que encontró en aquel despacho, que más parecía un taller, fue a otro de aquellos técnicos de mantenimiento espacial que desconocían lo importante de la ciencia para con sus trabaajos.

Gaius resopló y continuó presionándose la herida de la cabeza, mientras podía escuchársele rezongar en voz baja.

Maldita sea... mira que dejarme así, no tienen consideración ninguna con alguien de mi talento, ya verán cuándo se enteren los altos cargos, es inadmisible...

Cuando Starbuck, Cally y aquel desconocido irrumpieron en el despacho Jefe estaba terminando de ponerse en pie mientras se frotaba el brazo. Parecía apunto de decirle algo a Boomer, pero cerró la boca e ignorando los rezongos del trajeado individuo preguntó a su superior: - ¿Qué ha señora?¿Un ataque?¿Un accidente? -

- ¡Deja de llorar, joder! - dijo Starbuck secamente cuando Baltar se puso con su perorata de la importancia que tenía en aquella nave. Sería un genio, sería el hombre que posiblemente pudiera volverles a dar una ventaja seria sobre los Cylon, pero para ser alguien tan importante se portaba como un imbécil. Y Starbuck medía la importancia de las personas según sus actitudes, más que sus capacidades - ¿No tienes idea tú, Jefe? Joder. No tengo idea qué ha sido. ¿No les han dado la orden de preparar los Viper?

Ahí se diluía parcialmente una de las opciones, la que en su fuero interno más esperaba. Pero se abría la otra, menos común pero incluso más peligrosa. La idea de un accidente o de una falla en el Galáctica era algo que preocupaba a Starbuck de forma muy profunda, pues era algo contra lo que no podía luchar. Era algo contra lo que no podían defenderse, excepto a nivel técnico, a un nivel que Starbuck no manejaba en absoluto y en lo cual no podía hacer nada excepto esperar. Trató de pensar en otra opción, dedicó segundos enteros a buscarla, pero de pronto todo se hacía muy obvio. No podía ser un ataque.

- Entonces debe haber sido un accidente - dijo Starbuck antes de dar la vuelta, y salir corriendo en dirección al CIC.

Apresurándose a dejar paso a la impetuosa Starbuck, Cally se echó a un lado y siguió a la teniente durante unos segundos con la mirada. Luego volvió su atención al interior del despacho y adelantándose ocupó el sitio que había quedado libre, junto al trajeado hombre el cual ignoró por completo.

-Jefe...no sabemos qué es. Pero si hubiese sido un ataque sin duda ya habrían mandado salir a los Viper como dice la teniente...-la frente de la joven se arrugó levemente mientras pensaba- ¿quiere que vaya a ver si hay algo registrado en el Punto de Control de Daños?-sugirió con expresión ansiosa, la mirada clavada en Galen aunque de vez en cuando sus pupilas se desviaban hacia Boomer.

Galen no demoró ni un segundo más lo que ya debería estar haciendo desde hace rato:

- Voy yo. Acompáñame Cally. - dijo Jefe mientras pasaba junto al tipo estirado no haciéndole más caso que a la silla que acababa de esquivar justo antes que a él. Sin embargo sí que se detuvo un segundo para dirigir una intensa mirada a Boomer justo antes de abandonar el despacho a todo correr con destino al punto de control de daños.

Todo el mundo ignoraba al doctor, haciendo caso omiso de sus quejas.

Bueno, ¡esto es inadmisible! exclamó completamente fuera de sí, probablemente más dolido por el hecho de no ser atendido que por la herida sufrida en la cabeza Yo... yo... presentaré una queja formal al Comandante, ¡ya lo creo! gruñó mientras uno a uno los asistentes a laa conversación se iban marchando.

Indignado, Baltar se dio media vuelta y comenzó a deambular por los pasillos de la nave en busca del puente de mand, con la esperanza de encontrar allí al Comandante y la Presidenta, o al menos, alguien que se dignase a atender al mayor genio científico de la humanidad...

Seguido de cerca por Cally atravesaste a todo correr el hangar que parecía estar sumido en auténtico caos. Aunque el hecho de que todavía no hubiesen llamado a los Vipers daba a entender que no se trataba de un ataque, la indeterminación tenía sumidos en la confusión a la mayoría del personal que deambulaba de aqui para alla ayudándose los unos a los otros a incorporarse, gritándose para hacerse oir por encima de la alarma o agachándose para recoger lo que se había caído. A pesar de que no te detuviste en ningún momento a simple vista pudiste percibir que nadie parecía haber resultado herido de gravedad aunque aquí y allá había algún especialista con un corte o un piloto frotándose el costado. La afirmación de la teniente Thrace se confirmaron cuando al acercarte al panel de daños pudiste percibir numerosas luces rojas parpadeando. A su lado contemplándolo con expresión estupefacta se hallaba Socinus el cual se volvió hacia ti al ver que te acercabas.

-¡Jefe! ¡Son los tanques de agua! ¡Varios de ellos están rotos y hay alarma de descompresión!-exclamó en tono agitado. Cuando te situaste a su lado pudiste ver que efectivamente varios de los tanques del puerto parpadeaban indicando que gran parte del agua se estaba vertiendo al espacio.