Partida Rol por web

A quienes jueguen en esta escena existen una serie de normas que debemos recordar. Lejos de lo que suele salir en las películas el espacio suele ser un lugar oscuro y sólo aquellas zonas iluminadas procedentes de alguna nave, la luz que llegue de alguna estrella lejana o el reflejo de la luz sobre alguna superficie reflectante puede percibirse. Es decir quién esté ahí fuera por regla general no verá ni oirá nada salvo los mensajes radiofónicos que le lleguen através del casco y tenderá a pilotar mirando a la pantalla, al detector DRADIS.

La segunda norma es que, dado que virtualmente estáis sólos en el interior de vuestra cabina, aquellos que vayan en un Viper cuando posteen lo harán sólo para el director y sólo postearán para todos los que estén en la escena cuando hablen por el intercomunicador. Los que vayan en un Raptor deben incluir en sus post los que vayan con él en el vehículo y sólo incluir al resto cuando hable por el intercomunicador.

Hace escasamente seis días que vuestras vidas cambiaron a sangre y fuego para no volver a ser nunca iguales. Heridos, conmocionados y humillados, los pocos supervivientes de lo que antes era la orgullosa raza humana os visteis obligados a huir para poder salvaros, dejando atrás todo aquello que hasta entonces había sido vuestro mundo. Hijos, padres, abuelos, sueños, esperanzas y hogares...vidas que ya nunca volverían a existir quedaron en el camino sepultadas por las bombas y vosotros, los elegidos, lo quisierais o no, no tuvisteis otra opción que simplemente continuar adelante. Algunos puede que, después, cuando ya más tranquilos miraseis alrededor, cobraseis conciencia de que os habíais quedado solos en el mundo, otros incluso puede que lamentarais vuestra decisión, y algunos, simplemente, puede que el dolor y la culpa de haber sido tan cobardes como para no quedaros y luchar os corroyese por dentro haciendo que cada segundo que seguíais vivos fuera vuestra propia penitencia. Pero da igual como os sintáis, porque la realidad es que ahora no os queda otra opción que restañaros las heridas y, con lo poco que quede de vuestras maltrechas almas, continuar huyendo para poner a salvo lo que quizás algún día sea la semilla de un nuevo comienzo. Un nuevo hogar...la Tierra, lugar de mito, planeta soñado ¿lograréis algún día llegar a él? Inmersos en una carrera por vuestras vidas corréis y corréis buscándola, vuestra última esperanza de un futuro.

Casi desde el primer momento sabíais que vuestras posibilidades de poneros a salvo eran prácticamente nulas. Aún así, vuestros corazones albergaban un pequeño hálito de esperanza cuando en Ragnar el Comandante Adama tomó la decisión de darse la vuelta y, simplemente, saltar hacia lo desconocido en busca de un nuevo hogar. Al principio pensasteis que lo habías logrado, la mente humana había superado a la máquina y de alguna forma habíais despistado a vuestro perseguidores. Pero os equivocabais. Como si de un gato jugando con un ratón se tratase, os dieron tiempo para que descansarais, para que nuevos sueños anidasen en vuestros corazones, antes de aparecer y dar de nuevo comienzo a la caza. De eso hace cinco días y desde entonces no ha habido horas de descanso ni reposo. Saltando, siempre saltando de un lado de la galaxia a otro, cada vez más lejos de lo que hasta entonces había sido vuestro hogar, habéis intentado huir pero exactamente cada treinta y tres minutos las naves base Cylon aparecen en las pantallas del DRADIS y las alarmas se disparan. Mientras los valientes guerreros de Battlestar Galactica les hacen frente intentando ganar tiempo, el resto de la flota vuelve de nuevo a huir para treinta y tres minutos después volver a hacerlo. Y así, una y otra vez durante cinco días, ciento veinte horas en las que apenas habéis pegado ojo por la constante tensión, por la permanente exigencia de que vuestros sentidos estén alerta. Los pilotos arriesgando vuestras vidas cada media hora para dar una oportunidad a lo que queda de la humanidad, mientras el resto de la flota, en esos últimos segundos antes de que aparezcan los Cylon, se pregunta si ése será el momento en que por fin vengan y acaben con vosotros dándoos así el descanso eterno.

Quedan exactamente tres minutos para que el tiempo se cumpla y, como cada media hora desde hace cinco días, vuestro vipers y raptors han sido lanzados al espacio para interponerse entre la flota y las naves base Cylon. Apenas habéis logrados dormir unas cuantas horas desde entonces, y difícilmente lográis manteneros alerta mientras las alas de vuestras naves surcan el frío vacío exterior. Pero sois la única esperanza que le queda a la humanidad, así que ahí estáis otra vez, enfrentándoos al fuego enemigo en la soledad de vuestras cabinas, mientras intentáis dejar a un lado el miedo de lo que el ser alcanzados podría significar. A vuestro alrededor, las sesenta y cuatro naves que constituyen la flota van saltando poco a poco dejando tras de sí una breve destello antes de esfumarse y reaparecer en otro punto de la galaxia. El silencio os envuelve mientras esperáis....dos minutos....un minuto...El latido acelerado de vuestros corazones ensordece vuestros oídos, vuestras nerviosas respiraciones empañan ligeramente los cristales de los cascos....cincuenta segundos....treinta....veinte...diez...cinco...Un bip suena desde el panel de control sobresaltándoos y, cuando bajáis la mirada, podéis ver que en la pantalla del DRADIS nuevos puntos que antes no estaban ahí han aparecido. La pequeña esperanza que albergabais en vuestro interior se esfumó cual niebla mientras la cansada voz metálica del Oficial Táctico Félix Gaeta informaba con un tono no demasiado entusiasmado:

-Múltiples contactos DRADIS.

Ahí estaban otra vez. Era hora de luchar. Como si de una bandada se tratase numerosos puntos luminosos surgieron de las naves base y surcaron el espacio que les separaba de vosotros mientras comenzaban a disparar misiles de largo alcance. Los raider se dispusieron en formación de combate y aceleraron sus motores al máximo lanzándose directos hacia vosotros. A vuestras espaldas, las baterías de Galactica respondieron creando un cerco protector a su alrededor. El plan era sencillo: dar tiempo al resto de la flota a que saltase, contenerles en caso de que alguna nave tuviese problemas y, una vez dada la orden de regreso, poner pies en polvorosa y volver al hangar. Así había sido las doscientas setenta y tres veces anteriores y así sería otra vez.

En algún momento, la multiplicidad de pequeños puntos en el tablero hubiera significado otro de los juegos de la fortuna. Ahora, no.

En algún lugar de su mente, que no podía identificar bien, batallaban dos sentimientos encontrados que se habían repetido de forma circular, una y otra vez, cada treinta y tres minutos y en cada una de las ciento veinte horas. Uno, que se dignaba a recordarle de lo que significaba la cobardía: aquella palabra perdida en su vocabulario, que no fuera para reprochársela a otro, ahora volvía hacia ella con la misma fuerza con la que antaño la escupía a los demás. Cobardía se llamaba al abandono de la lucha, aún cuando los enemigos fueran demasiados, aún cuando se viera tan notorio que llevaban las de ganar... Cobardía se llamaba al abandono del hogar sin mirar atrás, al dejarlo todo sin doble pensamiento, todo porque cabía la posibilidad de perder la vida en vano.

Otro, cada vez más fuerte, le recordaba que la retirada con la cola entre las piernas no era más que un intento desesperado por sobrevivir un día más para vencer luego. Saltar de un lugar a otro en el espacio no era más que un medio para conseguir un fin, que no era exactamente salvarse, si no preservar las únicas fuerzas de choque que quedaban para, una vez organizada la resistencia, poder igualar las condiciones del juego. No importaba cómo se hubieran visto aquellas actitudes en una batalla normal, en un entrenamiento, o incluso en los manuales militares: la estrategia del Comandante Adama, quien no tenía absolutamente nada de cobarde, era ganar tiempo para ganar después. Alejarse del hogar y de todo era una decisión difícil, pero entendible. Alguien tenía que hacerlo: alguien tenía que dejarlo todo, arriesgarlo todo, para ganar todo.

Ninguna de las dos sensaciones lograba vencer y tomar el control de ella, pero Kara anuló a las dos al empezar a tocar sus controles.

En ese momento no importaba la teoría. No importaba por qué estaban allí: simplemente, lo estaban. La única verdad era esa realidad.

Dioses, necesitamos su ayuda en este momento. Tenemos que resistir un poco más. Por favor, les ruego... No nos abandonen.

Sin dudar ni un momento, con los ojos bien abiertos y los sentidos desplegados por la adrenalina, Kara abrió el canal de comunicación mientras se aprestaba a devolver los disparos, realizando una maniobra activa para esquivar los misiles. Trató de centrarse en la idea que lo único que necesitaban era dar tiempo al Galáctica, que no podía agotar recursos que necesitarían en otros escasos treinta y tres minutos, que tenía que mantenerse fría ante la avanzada para no romper la red entre los enemigos y la nave... Pero la adrenalina y el cansancio siempre habían sido un cóctel explosivo. Daría tanto de ella como fuera necesario, y más. Mucho más.

- Aquí Starbuck. Apolo, ¿algo extra para decir de esto?

Con una chasquido el canal de comunicación de onda corta se abre y la voz de Starbuck suena en el interior de vuestros cascos.

- Aquí Starbuck. Apolo, ¿algo extra para decir de esto?

Cinco días llevaban manteniendo la misma rutina imposible, más de cien horas sin descanso, ni el mejor de los pilotos podía soportar aquello sin verse afectado, notaba como los ojos pugnaban por mantenerse abiertos y la descarga de adrenalina de la cuenta atrás resultaba ya insuficiente. Nada cambió en esta ocasión, puntuales como en cada uno de los restantes encuentros, llegaron los contactos, aparecieron las grandes naves de los Cylon, poniéndonos a prueba una vez más.

Habían realizado aquellas maniobras más de doscientas veces, en cada una de ellas había repetido las mismas palabras como si de un mantra se tratase, como si aquella frase pudiera mantenerlos con vida. Tantas veces la había repetido que por un instante sentí que ya había pronunciado las palabras y únicamente la voz lejana de Starbuck llegando por el transmisor me hizo reaccionar.

- Formación dispersa, no les dejen seleccionar objetivos y manténganse alejados de la linea de fuego del Galáctica.- Confiaba en aquellos pilotos habían superado con creces los límites de su resistencia, y aun así allí estaban, se mantenían firmes evitando que las naves civiles fueran atacadas, eran la esperanza de miles de personas, de los últimos resquicios de la humanidad. - Nada de alejarse, dejad que sean ellos quienes se acerquen y sobretodo manténganse con vida.

Cinco días llevaban manteniendo la misma rutina imposible, la misma huida desesperada.

La contestación de Apolo no se hizo esperar, el tono de su voz era cansado cuando ordenó:

- Formación dispersa, no les dejen seleccionar objetivos y manténganse alejados de la linea de fuego del Galáctica...Nada de alejarse, dejad que sean ellos quienes se acerquen y sobretodo manténganse con vida.

La voz de Starbuck es metálica. De oficio.

- Entendido. Boomer, Crashdown, estamos con ustedes.

Defender. Esa es la palabra, Kara: defender. Esta vez no toca salir a la ofensiva: hay que quedarse. No es cobardía: es un medio. Nuestro fin no es destruirlos, nuestro objetivo es darle tiempo la Galáctica. Hay que reservar municiones. Cada treinta y tres minutos volverán a aparecer, y parece que no importa cuántos se hayan destruido antes. Hay que disparar sólo si se acercan demasiado. Repítelo, Kara: sólo si se acercan demasiado. El Comandante Adama está dando todo de sí para salvar al Galáctica y la oportunidad de ganar, cuando la tengamos. No desperdicies su trabajo. No desperdicies el esfuerzo de los demás. Repítelo, Kara: sólo si se acercan demasiado.

Ahora, prepárate para defender. Sabes que puedes hacerlo. Concéntrate, tu cansancio se irá pronto. Vamos por el salto.

Vamos, ¡adelante!

Los momentos estresantes del combate, las incesantes advertencias parpadeantes en la pantalla y las comunicaciones frenéticas de los pilotos de combate no cesaban de repetirse en bucle en su imaginación. ¿O acaso no era su imaginación? Durante los últimos días el ritmo había sido frenético, insoportable, cada pocos minutos, 33 exactamente, la alarma se disparaba en la nave impidiendo que cerrases los ojos ante el ataque, que los últimos especímenes de la raza humana, estábamos soportando.

33 minutos exactos, ni uno mas ni uno menos, así de precisas eran las chatarras andantes que querían barrer nuestra existencia de la historia. Nosotros que hacia ya tanto tiempo las habíamos creado dotándoles de todas sus habilidades, parece incluso que la de odiar y matar. Los nervios de la tripulación no solo estaban a flor de piel, sino que habían escapado de su confinamiento para envolvernos como un escudo irritable e inestable a cada momento. Las luces parpadeantes de mi imaginación volvieron a fijarse ante mis ojos, las voces de mis compañeros comunicándose entre ellos de una nave a otra resonaban en mi cabeza. ¿Cuando se habían dicho esto exactamente? ¿Ayer, hoy, hace 33 minutos? todo era demasiado repetitivo demasiado igual. Mis manos se apartaron de los mandos de control unos segundos hasta que de nuevo la voz de Starbuck resonó en mi mente, pero no era mi mente, sino mi casco. Estaba de nuevo en la nave, mi raptor. Sacudiéndome el flequillo de la frente me despeje con un resoplido corto y centré la mirada en la pantalla.

De momento todo tranquilo.

La voz de Boomer, vuestro Raptor táctico, se coló en los comunicadores de toda la escuadra

De momento todo tranquilo

Galactica, la vieja nave de combate que considerabais vuestra propia casa, viró seis grados a babor para posicionarse tangencialmente a la trayectoria de las naves base Cylon. Desde aquella posición, os veíais obligados a soportar toda la potencia de fuego de aquellos colosos, pero era la única fórmula viable para cubrir la retirada de la flota. Desde la línea que conformaba el enemigo un enjambre de pequeños Raider comenzó a aproximarse hacia vosotros. Estabais acostumbrados a recorrer grandes distancias en poco tiempo con vuestros rápidos Vyper, pero no dejaba de sorprenderos la capacidad de aceleración que tenían vuestros enemigos.

-¡Beeep, beeep, beeep, beeep!- vuestras consolas sonaron casi al unísono avisándoos de que os encontrabais a distancia de fuego. Todos habíais realizado perfectamente coordinados las órdenes de vuestro CAG, algunos incluso habíais iniciado maniobras evasivas para evitar ser un blanco fácil. Uno, dos, tres... los objetivos al alcance eran muy numerosos.

Tras vosotros, Galactica apuntó de nuevo sus enormes baterías y descargó una andanada completa. Los proyectiles, dejando una estela característica tras su paso, atravesaron la línea de cazas enemigos e impactaron de lleno sobre una de las naves nodriza. Los pocos Raider que no estaban posicionados correctamente estallaron ante la cortina de fuego y en el horizonte galáctico una pequeñas columnas de fuego iluminaron el carenado de la nave base.

Frente a vosotros los Viper se desplegaron en abanico dispuestos para el combate. Algo debía de estar pasando porque la flota estaba tardando más de lo normal en saltar y parecía que, después de todo, al final esta vez sí tendríais que luchar. Las órdenes que Galactica había distribuido entre todos los capitanes de flota les obligaba a calentar los motores FTL unos minutos antes de la próxima aparición Cylon, tratando así de evitar el tiempo de espera que solía suponer un salto. ¿Qué demonos estaría retrasando a los civiles?

Con un chasquido,  tu nuevo ECO, Crashdown, comentó en tono animado a través del circuito de comunicaciones interno.

-Parece que esos Raider se acercan demasiado...¿por qué no avanzas y vemos si tienen nucs? No nos podemos permitir que acierten con una de esas en la estrella de combate- los misiles con carga nuclear, o nuc en la jerga de los pilotos, suponían una de las mayores amenazas a las que se podía enfrentar el escudo de cualquier navío de combate. Normalmente el apoyo táctico era el encargado de detectarlas en los cazas y bombarderos que se aproximaban e informar al jefe de su ala para que lo derribaran antes de que efectuasen el ataque. Por ello, la sugerencia del teniente tenía todo el sentido del mundo y era lo que solía hacer en aquellos casos. Sin embargo, el que la hubiese hecho te hacía rechinar los dientes.

Poco después de regresar de Cáprica Apolo había decidido asignarte como sustituto de Helo al Teniente Cuartararo, único superviviente de la nave Battlestar Triton. Y aquello no te había hecho ninguna gracia. Vale, te habías visto obligada a dejar a tu compañero de confianza en el planeta que estaba siendo desolado y todo raptor debía de tener un oficial de contramedidas electrónicas, pero tu sentías que sólo había una persona que pudiese ser ECO de tu raptor, y ese era Helo. El que le hubiesen sustituido tan fácilmente te había sentado peor que una patada en el estómago. Aunque Crashdown no resultaba desagradable y no hacía mal su trabajo, para ser sincera contigo misma simplemente no le aguantabas y, tenerle sentado detrás tuya se te hacía insoportable. Hubieras preferido mil veces volar sola y eso que estaba totalmente contraindicado en los manuales de vuelo.

"No dudes, únicamente actúa"

Aquella frase que uno de los instructores de vuelo de la academia solía repetir quedó grabada en mi mente a fuego, aquella simples cuatro palabras escondían el secreto para mantenerse con vida en un combate, si uno dudaba perdía la vida y aquella situación no sólo él, sino las naves de civiles que dependían y confiaban en ellos.

Sin dudarlo disparó una ráfaga con sus dos cañones automáticos a modo de distracción antes de fintar hacia la derecha, su intención era sencilla pero difícil de realizar, amagar que iniciaría un giro a la derecha para luego bruscamente virar hacia la izquierda. Si funcionaba tendría a tiro todo el lateral del Raider.

El Viper comenzó el movimiento, el impulso inicial me hizo hundirme en el asiento y el viraje brusco primero a la derecha y luego a la izquierda tensó los músculos de mi cuello que notaba las fuerzas que pugnaban por arrastrar mi cabeza contra el cristal. Aquellas aeronaves eran mucho más impetuosas que las Mark VII, pero gracias a sus obsoletos controles resultaron vitales para la lucha contra los Cylon.

Saludos Malkav. Como nos vamos a enfrentar a un combate por primera vez vamos a tratar de ir paso a paso para que podais probar las posibilidades que tiene. En este caso en concreto acumulais 10 puntos de daño por aturdimiento y una penalizción de -1 a vuestros atributos/Habilidades debido al cansancio.

Esto significa que los atributos de tu personaje son un dado inferior a lo que tienes de base y que estas a 10 puntos de aturdimiento de efectuar tiradas para ver si caes inconsciente o no. Por lo que cualquier impacto puede ser letal.

Por lo tanto, debes tira Agilidad + Pilotaje + Méritos para ver como de bien has realizado tu Finta, que es una de las maniobras defensivas. Por lo tanto la tirada es:

Agilidad de viper Mark II (1d10)+ Pilotaje de Viper (1d8)

PD: Como ves solo queda modificado la habilidad de pilotaje. Como los dados coinciden con los que has puesto si quieres te dejo la tirada (que veas que me porto en esta, jejeje).Por cierto pilotais de momento un Mark II que los VII resultaron ser vulnerables al arma Cilon que "desconectaba" las naves.

Como es el inicio de combate, el enemigo venía hacia vosotros y has decidido tomar la iniciativa se considera que en este turno actúas antes de que los Cilon puedan hacer nada. A continuación, como en cualquier combate que hagamos, hay que realizar una tirada de iniciativa (agilidad+alerta). En esta tirada, si vuestros atributos personales son inferiores a los de la nave (tened en cuenta que ahora mismo a la nave no le afecta el cansancio) utilizad los de la nave porque se considera que los sistemas electrónicos os ayudan. En caso de que sean superiores, nunca se puede tirar un dado de atributo que este por encima del de la nave que pilotas (Salvo casos muy especiales que el GM os indicaría).

Por lo tanto tira: agilidad+alerta

Luego te describo lo que ha sucedido con tu aniobra y con el resto de tus compañeros. La tirada anterior esta bien hecha, peor te pasa con los dados como a mi, que afean los post, xd.