Partida Rol por web

Turno 206

Zhorab miró el mechón de pelo que sujetaba el elfo. Intentaba recordar si el pelo del troll era parecido. Después miró en el suelo las pisadas. Era evidente lo que decía el elfo, algo pesado había estado allí. Y si las pisadas eran parecidas a las de un troll y el pelo también, daba más credibilidad a lo que vieron en la supuesta cama de la en la torre. Lurco no estaba solo.

Por suerte es de día, la posibilidad de encontrarnos con el compañero de Lurco será muy baja. Pero hay que saber donde está. Pensó el enano mientras intentaba rastrear las pisadas que había en el suelo e intentar seguirlas para dar con el supuesto habitante de la torre. El naugrim siempre prefería atacar a ser atacado y aprovechar todas las ventajas posibles.

No dijo nada, se había concentrado totalmente en las huellas del suelo. Incluso se agachaba a oler la hierba aparentando un sabueso en busca de una presa. Tanto se concentró que no vio al marino en problemas ni a Dugandar y Hamson desaparecer. Incluso había olvidado a los gorcrows que revoloteaban demasiado cerca.

Turno 206

Había caído sin remedio y ahora estaba enredado en aquella mata de plantas maldita fuese. Intenté desasirme, pero me había quedado atontado por el golpe y ni siquiera sabía en que dirección se suponía que tenía que moverme.

Era como si de repente solo existieramos el rosal; una planta malnacida y rencorosa contra todo ser vivo que quedase a su alcance, y yo; una simple mosca atrapada en sus redes intentando defenderme inútilmente. Aquello era lo que sentía en aquél momento con mi mente embotada y confusa, pero desde fuera solo se veía a un tipo gordo y fofo palmoteando como una foca herida entre un embrollo de ramas y flores.

No llegaba a articular palabras completas, pero dejaba escapar cortos farfullos como si me estuvieran pegando una buena tunda un grupo de borrachos en un callejón - "Ugh", "Ah", "Cogh" ... -

Turno 206

Saerwen se dispuso a rebuscar entre los muros de la torre, esta vez en la parte externa. Al fin encontró un símbolo en una de las piedras. Aquella marca se hallaba incrustada en la roca y tenia una tosca forma de T.

Después del hallazgo, el mago se dirigió hasta la posición del marino para intentar brindarle su ayuda. Cuando llegó pudo constatar que Kormun se econtraba mareado, incapaz de moverse de su posición para poder escapar de las rosas. 

El elfo del bosque negro, por su parte, mostró el hallazgo del mechón en alto y el naugrim se fijó detenidamente en el mismo. Para el eldar aquello podria pertenecer a un gran animal peludo, debido también a las huellas encontradas dentro del zarzal. Pero Zhorab, no tardó en caer en la cuenta de que le sonaba el pelaje que conformaba el mechón. Y es que los hados del destino quisieron que el miembro de la compañia con menos afinidad por las monturas fuese el primero en reconocer que aquel mechón era un trozo de la crin del caballo de Cuidoron.

Los silbidos del elfo resonaron en el cerro pero no tuvieron ningún efecto. Entonces siguió buscando más huellas hasta econtrar un rastro que parecia salir de la zarza en dirección sur. El naugrim, como no se habia adentrado en la espinosa planta, no pudo constatar el tipo de huellas que habia visto su compañero.

La mañana seguia transcurriendo, siendo a veces impregnada de los lamentos cincundantes de algunos lobos y otros quejidos producidos por las criaturas del bosque.  El hambre del grupo iva en aumento pues no habian comido nada desde la noche anterior.

Elmericiel se econtraba cerca de Cuidoron y Zhorab, pues habia demostrado gran agilidad para esquivar las plantas. A veces la muchacha mostraba un coraje inusitado para salir airosa de ciertas situaciones. La joven camarera no quitaba ojo de las pequeñas bestias aladas que volaban sobre sus cabezas y percibió una cadencia de vuelo entre ellas. 

Al parecer los gorcrow volaban hacia el sur, después sobrevalaban la torre y volvian a alejarse en esa dirección.

Turno 206

Dugandar siguió al rápido mediano en su dalida del cerro de la torre. Llegó hasta el camino desde donde el dia anterior tuvieron que luchar con Lurco y se metió en la primera hilera de pinos junto a él. Y es que lo último que vio de Hamson fue su pequeño cuerpo deslizándose entre los árboles, algo que estrañó al norteño pues las acciones del hobbit parecian demasiado temerarias.

Una vez dentro de arboleda, no tardó en econtrar un pequeño rastro de ramas rotas que le llevaron junto a su compañero. Al llegar observó como su rostro estaba pálido además de lo nervioso que parecia estar. Allá en la comarca, hogar de Hamson, cualquiera le hubiese preguntado si es que ha visto un fantasma, juzgando su aspecto actual...

Por lo visto, el señor Cornejo se disponia a continuar la marcha en una dirección concreta, algo que también extrañó al guerrero de Forochel.

Turno 207

- Hamson, compañero, espera!!, le susurro, acelerando, para tratar de alcanzar al mediano, así solo conseguirás que te maten!! Este bosque ya ha dejado mas que claro que nos es hostil... Además, de cara a consegir algo de alimento, debemos estudiar bien el terreno, para saber lo que buscar, y donde, y tu estás corriendo saben los Valar hacia donde... En ese momento, veo que tiene la cara mas pálida que la nieve recien caida en una noche de luna llena, sin nubes. De modo automático agarro la lanza, y me pongo en posición defensiva, mirando en derredor:

- Que has visto, Hamson?? Cualquiera diría que un fantasma!!, digo, aunque enseguida me arrepiento, sabiendo lo susceptible que es a estos espiritus el, por otro lado, bravo mediano. Para, por los colmillos de una morsa!!, le digo, colocando una mano sobre su hombro, mientras no dejo de estudiar los alrededores...

Turno 207

Cuando sentí la mano de Dugandar casi me muero del miedo, no pude ni gritar. Pero cuando escuche su voz y vi su rostro lo agradecí, lanzando un gran suspiro. No sabía como explicar lo que había visto, sabía lo que había visto, pero claro que me creyeran era otra cosa, pero tome aliento y ahora ya recuperado el aliento podía hablar.

Gracias que eres tu. Expuse con alívio. No te lo vas a creer, pero vi algo parecido a un fantasma que se fue por allí. Le indique el lugar por el que vi marchar al ser. Pero el me vio y no me ataco, eso es lo extraño, quería seguir para ver donde llevaba ese camino, a lo mejor tiene que ver con lo que ocurre por aquí, por eso deje un rastro claro de mi paso, por si alguno me buscaba. Comente algo trabado por los nervios y la tensión.

Debemos movernos intuyo que pueda ser importante. Sentencie, mientras me encaraba hacia el lugar que siguió el ser.

Turno 207 / 2

Con gesto grave, asiento a la explicación del hobbit: - En efecto, puede tener que ver con lo que hemos venido a hacer aquí. Vayamos a ver que nos quiere decir ese espíritu: si no te atacó, es que no es de los "violentos por no poder descansar". Guianos, Hamson!!, le digo, siguiéndole, lanza en mano, sin dejar de vigilar el entorno.

Con todo cuidado llegué hasta donde se había caído el sureño e intenté ayudarle a levantarse. No sabía cómo iba a conseguirlo ya que el terreno era difícil y él pesaba mucho pero lo intentaría.

- ¿Te has hecho daño, Kormun? - pregunté una vez que hube llegado a su lado. - Espera que te ayudo.

Turno 207

Cuidoron pone cara de circunstancia. El enano le ha ganado y él ha quedado en evidencia, no ha sido capar de reconocer el pelo de una montura, seguramente de su propio caballo. Nota como sus mejillas enrojecen por la vergüenza.

Siguió buscando por el suelo hasta encontrar más huellas

-Por aquí siguen, voy a ver hasta dónde llegan.

Con cuidado intenta salir de la zarza para seguir las huellas

-No te metas, al menos hasta que nos alejemos de la zarza. Ya basta con que se caiga uno -comento sonriente

-Espero que mi caballo se encuentre bien. Con un troll cerca de aquí, y con lo que hay en este bosque, puede haberle pasado de todo.

Turno 207

Saerwen soltó su mochila en el suelo y empezó a tirar de los pies del gordo ballenero de Umbar. Era un tipo pesado y cargante, en todos los sentidos. El esfuerzo resultaba molesto, pero a fin de cuentas era un compañero de grupo aunque fuese un tipo hosco y hóstil. Tiraba intentando arrastrarle de los pies para ver si conseguía sacarlo, parecía que Kormûn estaba en otro mundo y no iba a poner mucho de su parte.

Vamos Ballenero, había oido decir que los lobos de mar son torpes en tierra dijo entre gruñidos mientras hacía el esfuerzo de tirar del rechoncho compañero. Pero no creí que tanto

En cuanto consiguiese sacar al ballenero quería ir a revisar esa T, quizás fuese una señal de algo...A lo mejor alguien marco TROLL para que todos supiesen que había uno cerca...Mientras pensaba seguía arrastrando como podía a su tosco colega.

Turno 207

Bueno, parece que la suerte nos sonrie. Pensó el enano al ver que el pelo que había conseguido el elfo no era de un troll. Parecía que era del equino que transportaba los víveres y el equipo. Al recordar la comida, un rugido profundo salió de su tripa. El hambre era mucha y volvió a maldecirse por haber dejado sus raciones a lomos del caballo.

Volvía a quedarse separado del grupo. Elmericiel se volvió para ayudar al marino que parecía una tortuga patas arriba y también vio como el mago ayudaba en el rescate. Así que viendo como el elfo luchaba entre las zarzas para seguir las huellas, decidió intentar seguir al elfo, rodeando aquellas malditas plantas.

En su andar miró a su alrededor. No vio ni a Dugandar ni a Hamson y torció el morro. No le gustó nada que el grupo se dividiese, pero también era cierto que su cometido era necesario. Si no recuperaban el caballo, necesitarían comida.

Miró al aire mientras avanzaba intentando seguir al elfo. Los oscuros pajarracos seguían volando por encima de sus cabezas. Se dirigían hacia el sur y volvían a la torre, para volver de nuevo al sur. Supuso que estarían dándose un banquete con el cadáver de Ludo y que los cuerpos putrefactos de los puercos también les llamaría la atención. Entonces recordó la cabeza de Ludo, que esperaba en el centro de la torre y volvió a maldecirse por no haberla tapado o escondido. Solo esperaba que esos malditos pájaros no entrasen en la torre. Sacarlos de allí seguramente sería difícil.

Turno 207

Cuando recuperé el dominio de mi mismo conseguí encontrar donde estaba el suelo, apoyé los pies sobre él, y, agarrándome a lo más cercano que encontré, me impulsé para alejarme de aquellas horribles plantas. En pocos segundos me encontré fuera de su alcance, resollando y casi derribado de nuevo por los suelos. Tardé un momento en darme cuenta de que había sido Elmericiel quien me había tendido su brazo para salir de allí, y que aún estaba agarrado a ella.

- Suéltame - dije de súbito alejando el brazo. Ya tenía que sufrir bastante vergüenza por lo ocurrido, y lo último que necesitaba era ser juzgado por recibir la ayuda de una mujer. Vi por el rabillo del ojo que Saerwen también estaba cerca; esperaba que no hiciera ningún comentario.

- ¡Maldito sea este bosque y cada brizna de hierba que crece en él! Deberíamos quemarlo y terminar con todo. Al menos yo no pienso atravesar otra vez esa trampa mortal si no la hacemos desaparecer primero. -

Estaba agotado y dolorido, pero hice un esfuerzo por levantarme. Con suerte el caballo no estaría muy lejos, o el hobbit y el norteño encontrarían algo comestible y volverían con ello. En cualquier caso, esperaba por algo de comida.

Turno 207

No es que esperase un regalo por mi acción pero no me esperaba para nada la respuesta de Kormun.

Solté inmediatamente su brazo, como si me hubiera dado una descarga eléctrica mientras daba unos cortos pasos hacia atrás, buscando alejarme de él.

- Yo... no... - babluceé, sin que las palabras acudieran a mi boca. Quise decir muchas cosas pero la lengua se trababa como si fuera de trapo y no me salían más que incoherencias.

Así que para evitar mayor vergüenza me di la vuelta y volví hacia el interior de la torre a paso rápido, obviando la presencia de Saerwen. Una vez allí, lejos de todos, intenté recuperar el control de mi cuerpo, que respiraba aceleradamente y temblaba sin parar.

Turno 207

Tanto el mago como la muchacha habian ido a socorrer al marino pero cuando llegaron Kormun no quiso la ayuda de ninguno. Aún quedaba una gota de orgullo en su reputación y no estaba dispuesto a pederla; o al menos para él se mantendria si rechazaba la ayuda. El marino tuvo suerte y consiguió salir de la zona de las plantas por sus propios medios.

Después de eso tanto Saerwen como Elmericiel salieron también del pequeño y agradable huerto. El mago casi estuvo a punto de ser alcanzado por los ataques de los tallos pero consiguió escapar. La joven volvió a hacer gala de su gracilidad, tal vez adquirida en sus continuas idas y venidas entre las mesas del Airt Mellairt. Salió del huerto sin problemas para volver al interior de la torre.

Cuidoron se esforzó para salir del zarzal sin ningún arañazo para después intentar seguir el rastro de las pisadas. Aunque le pareció que las huellas continuaban más allá de la mata, no consiguió ubicar una dirección concreta hacia la que pudiesen dirigirse.

Ahora que Kormun estaba a salvo de las plantas, Saerwen se preocupó del símbolo que habia econtrado antes en forma de T. Después de un tiempo mirándolo cada vez de más y más cerca, lanzó una madición al aire. -¡Por las barbas de Ulmo! Creo que sólo es un corte en la piedra causado por la erosión.  El mago hablaba como si tuviese alguien cerca que le escuchase pero no era así.

Turno 208

Y así, hobbit y lossoth avanzaron a través del bosque, esquivando troncos ramas y arbustos, hasta salir a un gran claro. Mientras lo hacian no hubo rastro de ningún fantasma ni nada parecido, así que se tuvieron que conformar con seguir la dirección que el supuesto ente seguia cuando desapareció.

Al llegar al claro, no tardaron en reconocer que se econtraban en la gran mata de grosellas, primer lugar que visitaron cuando llegaron a la zona el dia anterior. El olor a grosella impregnada de rocio llegaba hasta los olfatos del lossadan y el mediano. Hamson no pudo evitar oir sus tripas rugir cuando le llegó aquél olor que logró sacarle por un instante de su estado de espanto. 

Pero enseguida el señor Cornejo recordó lo que les habia traido de vuelta a este lugar. Echó un vistazo alrededor, mientras sujetaba su arco cargado y listo para disparar, pero no habia rastro de la aparición. 

Turno 208

Malditas zarzas -pienso mientras intento salir de ahí sin ningún arañazo. Nada más hacerlo me acuclillo y observo las huellas. Sea lo que fuese que había estado allí, su rastro se confundía, no conseguía ubicar hacia dónde se dirigía y que podría ser.

Si era el troll su rastro se pierde, no consigo seguirlo

-Zhorab, me vendría bien tu ayuda. ¿Podrías ser tan amable y acercarte?, el rastro se pierde y no consigo ubicar hacia dónde se dirige. Me vendría bien saber que ven tus ojos de enano -sonrío- Aprovecha, así podrás decir que un elfo ha necesitado de tu ayuda. -Tras lo cual suelto una risita riéndome de mi ocurrencia, aunque pronto callo.

Si tiene éxito me lo recordará toda la vida

Mientras espero a que el enano se pronuncie vuelvo a silbar varias veces, intentando llamar la atención de mi caballo.

Como no encontremos a mi caballo pronto, los ánimos se caldearán. Hace horas que no comemos y allí estaban nuestras provisiones. Si veo algún animal que pueda ser intentaré cazarlo.

Turno 208

Mientras recorríamos el camino no me di cuenta, pero al parar vi que habíamos llegado a un claro, el cual reconocí como el sitio donde estaban las grosellas, por donde pasamos el día anterior. Aunque no se apreciaba rastro del fantasma, que en parte agradecía, no era una imagen gratificante la de esa aparición. Pero también lo lamentaba ya que tenía la esperanza que nos mostrara algo importante.

Suspire mirando alrededor, pero nada la aparición había desaparecido y sin dejar marca alguna al menos a simple vista “¿Pero entonces que era y porque se apareció?” No me creía que fuera por casualidad, tras tantas cosas no me lo quería creer.

No veo nada, podríamos inspeccionar la zona por si ayer se nos escapó algo. Comente a Dugandar. Mientras me frotaba el mentón. A últimas igual podemos conseguir algo para comer o alguna planta útil.