Partida Rol por web

Que buenos son ustedes - dije con cierta ironía- al único que sabía del señor del sombrero y vienen a calcinarlo... Empiezo a pensar que ustedes son tan útiles como un tercer pezon

Las cosas no pintaban bien. No solo era que Aurora se quedaba sorda, no solo era que nos ensuciaban la ropa... Ni siquiera era que había muerto la oruga; es que hasta la baba en el suelo empezaba a atraparnos. Me arrepentía ya de haber ido a ese banquete... Con lo poco que me gustan esos canapes y vine yo a acompañar a Aurora.

Tenia meses sin intentar practicar la necromancia... esa magia era demasiado fuerte como para ser controlada facilmente, sin embargo era lo mejor que podía pensar justo ahora - Yo termino pagando sus errores... - Levanté mi hoz y la puse con la punta hacia el montón de cenizas. Concentré toda mi energía que no era mucho despues del porro, quedándome un poco mareado. Iba a intentar jugar de nuevo con las fuerzas de la vida y la muerte, lo mismo que me trajo a ser lo que era ahora; para poder hablar de nuevo con el gusano... El dholar empezaría a odiarme de nuevo...

Mientras toda aquella corriente corría sobre mi cuerpo. Sentía como las mil y una lineas plateadas de tantos muertos se arremolinaban alrededor de mis manos, como intentando atraparme. Me mantuve fuerte y empecé a cantar en voz baja pero audible por todos

Hoy, que juego de nuevo contigo
Necesito de un poder aún mayor
Si antes buscaba la vida eterna
Ahora necesito eliminar el dolor

Si hoy me volvía tu confidente
Sé que podras ayudarme
Hablale al oido a este infame
Para de estos hilos liberarme...

Los hilos de plata se fueron soltando, liberándome y dándome a entender que tenía permiso para seguir actuando a mi favor...

Hoy puedo decir que seguiré
I know, I'm still alive
Because I don't need power
I WILL SURVIVE!!

Y de pronto una música extraña sonó en el cielo, un sonido llamativo, pegajoso, que invitaba a sobrevivir

Durante largas horas Link no había hablado, esta totalmente decepcionado por no haber tomado el camino amarillo, la adivina bien había dejado claro que debían ir por aquel camino, además tenía hambre y por aquel había un McD... Cabisbajo caminaba empujando a Oz junto a los demás sin prestar atención hasta que algo pegajoso y humedo comenzó a escurrirse por su cuerpo, a penas podía escuchar la voz de Oz que le instaba a que volviera en sí, pero fue la voz de este lo que lo trajo de nuevo a la realidad, sino el pisotón que le otorgo con su rueda izquierda trasera. Totalamente lleno de dolor el cafetero comenzo a saltar en una pata mientras tomaba la otra con las dos manos y palabras incomprensibles eran dichas  entre dientes..siendo solo distinguible las ultimas palabras.

-...Maldito carro del demonio, te devolveré alegando desperfectos técnico a ver si consigo un mejor carro de café...

Poco a poco comenzaba a apoya el pie lastimado en el suelo nuevamente, se sacudio como los canes tras tomar un baño y miro a los demás extrañado al igual que al gusano.

-Ey gusano, deja en paz a estos estupidos magos, porque no te tomás un café..?

Dijo y sirvio el mismo en un vaso y lo coloco sobre Oz.

- Llevaselo carro idiota!!

Y no hizo más que dar dicho calificativo para que el carro tropezará con una piedra y una escena ya vista en otros post volviera a presentarse, si, otra vez, el café sobre la oruga, ahora quedará en manos del master ver que efecto tendría el café sobre la oruga. El negro, tibio y recalentado varias veces café del cafetero Link...

La obra de arte que Romitelli había ejecutado con esos hilos había sido inútil.

Con los ojos enormes y la boca abierta el mago miraba al joven Clotter, que con una impresionante demostración de poder había dejado todo hecho cenizas.

_Asesino... -alcanzó a murmurar-.

El muchacho había demostrado una sangre fría que Romitelli no estaba. Si antes le caía bien por insultar a Billy, en ese momento estaba obligado a que le cayera bien para que no le chamuscara lo poco que le quedaba de barba.

Como si fuera poco no podía hacer sus sensuales ondulaciones cómodo por la tela que lo tenía sujeto. Él ya había hecho bastante, era hora que alguno de los otros hiciera algo.

Aurora seguía deatiéndose entre la sordera y la picazón, cuando un estruendo que podría haber sido ensordecedor si no fuera porque ya estaba sorda, la sorprendió. De la varita de Larry había surgido un poderoso rayo que había chamuscado al gusano. Guaaaaaaaaauuuuuuuu, nunca había visto a Larry tan... poderoso... voy a tener que prestarle más atención, me parece.

Coqueta, se acercó hasta el joven mago para conversar con él y preguntarle como había logrado aquel rayo, cuando Billy comenzó a hacer un extraño baile y, de la nada, volvió a juntar las cenizas y restituyó a la oruga nuevamente en su sitio. Guaaaaaaaauuuuuuuuu, otro que de pronto luce... poderoso... muy interesante, si señores, muy interesante!

También iba a acercarse a Billy para averiguar sus secretos, cuando el carro de Link se cruzó por su camino, casi chocándola en su desenfrenado andar. -HEY CARRO, FÍJATE POR DONDE TRANSITAS- Bueh, me jor me quedo donde estoy... no vaya a ser que termine en medio de un fuego cruzado de magia y el Dholar decida cobrárselas todas juntas conmigo.

Agarrado a los brazos de dos de los entes amarillentos recién aparecidos, Ramirus bailaba y cantaba bajo la lluvia, hasta que ésta cesó y los entes se desvanecieron. Poco a poco se fue dando cuenta de que ya no podía bailar claqué con la facilidad de unos segundos antes y no era por cansancio. Los restos viscosos de la tormenta de la que había estado protegido se pegaban entre sus pies cada vez más sólidamente hasta que, por fin, la función tuvo que terminar.

Contrariado, miró hacia donde la oruga y se encontró un sombrero. Uhm... qué extraño..., pensó. Decidido a disolver la sustancia que le retenía al suelo, buscó entre su libro de sabiduría. En eso estaba cuando los rituales de resurrección de Billy y el carro veloz del cafetero le distrajeron de su cometido.

La cúpula del bosque quedo cubierta por oscuros nubarrones convocados por los canticos de Billy y sus exóticos bailes. Los centellantes refucilos mágicos dibujaron en el horizonte la silueta de un jinete encapuchado, quien les traía recuerdos de un encuentro anterior. Recuerdos como un caballo blanco, una túnica negra y una guadaña de por demás afilada. Sin dudas que aquella figura que se acercaba a gran velocidad mientras Billy culminaba la entonación de su hechizo, era… era la Señora.

Oz, se movía inquieto. Aún seguía sintiendo los gritos de su jefe. Ordenándole, ordenándole… ¿Qué debía hacer?¿Qué era lo que le ordenaba el cafetero?… una vez más había comenzado a moverse antes de terminar de escuchar las órdenes de su jefecito, ahora no recordaba lo que debía hacer. Hecho un vistazo a los clientes del lugar y decidió que aquel, el pálido y desnutrido debía de ser quien quería el café. Sin embargo al acercarse este aún sacudía sus manos para todos lados. Con su brazo derecho dio un empujón al carro de café y lo corriéndolo hacia un costado. Oz trastabillo, y dejo que su preciado brebaje cayera sobre la oruga recién resucitada.

Café, brebaje mágico espeso, caliente y por sobre todo fuerte y amargo. Ese era la bebida que Oz había dejado caer. Su poder era muchas veces desconocido, aunque algunos de los sabios de la universidad decían que su potencial era proporcional al tiempo que permanecía el mismo en los conservadores y cuantas veces el señor cafetero (algunos usaban granuja, en esta definición) agregaba agua a la solución. En este caso en particular, el recipiente estaba recién se encontraba en un estado de pureza elevado. Cualquier cosa podía pasar.

La silueta que momentos antes se había presentado en el horizonte, la Muerte, se acercó al grupo en todo su esplendor. Por supuesto, sosteniendo una brocheta de langostinos en su mano. Con una mirada reprobó a Billy y al mismo tiempo examino a la oruga. Todo aquello estaba mal. Tomo entre sus manos la pequeña criatura y se sentó en una pequeña silla plegable que saco de un bolsillo interno de la túnica.

SABEN, EN ESTOS MOMENTOS ES MEJOR UNO ESTE CÓMODO.

Examino al bicho que se movía en la huesuda palma de su mano.

ESTO NO ESTÁ NADA BIEN, NO, NO. BILLY, NO TE HE DICHO QUE NO DEBÍAS SEGUIR INSISTIENDO CON ESTOS HECHIZOS. PUEDE HABER CONSECUENCIAS… ADEMÁS – su ojos azules se clavaron en aquel baboso insecto – ¿PARA QUÉ QUIERES DARLE VIDA A UN GUSANO DE CARAMELO?

El semblante de la señora cambio de pronto. Poniéndose de pie de un salto. Furiosa agitó sus brazos y dejo el gusano de caramelo sobre el sombrero (galera) negro y blanco.

USTEDES NO PENSABAN HACER ALGO AL RESPECTO? ESTA BOLSA DE HUESOS QUE PRETENDE IMITARME HA CAMBIADO LA LÓGICA ALGORÍTMICA DEL UNIVERSO… BIEN, TENDRÁN QUE SOLUCIONARLO USTEDES MISMOS.

Al retirarse, o más bien, tras buscar un sitio donde terminar su refrigerio bajo uno de esos árboles cercanos. Una sensación preocupación inundo sus mortales mentes. Y si, porque la muerte se quedaba tan cerca de ustedes…

La respuesta no tardaría en presentarse, la oruga, aquel bonito y pequeño bichito… ¿Dije pequeño? Mejor dicho ese inmenso bicho que añora aplastaba el sombrero de algún desconocido. Los observaba perpleja mientras continuaba aumentando de tamaño. Al parecer el café que aún se derrababa sobre su cuerpo de caramelo le estaba dando energía extra a aquella gigantesca oruga.

Vuestro Turno!!

Llegó el primo de Billy, montado en su caballo blanco y aquello siguió desconcentrando al viejo Ramirus de su búsqueda del hechizo que le despegase del suelo. Celebró que el huesudo familiar se hubiese decidido a unirse a ellos en su misión, pero acto seguido volvió a sumergirse en la lectura.

Tras revisar una docena de conjuros sin que se adecuasen a lo que buscaba, algo encontró que podría funcionar. Recitó unos extraños versos, añadiendo algo de su cosecha, mientras volteaba su varita que comenzaba a chispear. Invocaba a un ente azulado, a una figura oronda y descomunal del mismo tipo que el genio de la lámpara de Aladino, pero más adecuado para lo que se traía entre manos. Un hilo de humo azul salió de la punta de la rama, tomando forma y condensándose en algo así como esto:

La brutal mole empuñaría su brutal fregona y dejaría el campo como los chorros del oro, sin rastro de aquella mucosidad  tan asquerosa.

Miró hacia donde el sombrero y se encontró con la oruga de nuevo. Ya empezaba a estar harto de sus idas y venidas, pero de eso, ya se encargaría luego. 

La muerte solo había regresado para poner en evidencia algo que era un secreto a voces: que el buenoparanada de Billy era un buenoparanada.

Romitelli se había quedado quieto esperando que alguno los librara de la sustancia esa que los tenía inmovilizados, sin embargo, para variar, nadie había hecho nada útil.

El viejo mago ya se disponía a lanzar un conjuro cuando el otro anciano se le adelantó. Viendo innecesario que los dos hicieran lo mismo, y al notar que la oruga comenzaba nuevamente a crecer de tamaño, Romitelli decidió que sus fuerzas podrían ser más útiles en otra empresa.

Se frotó con fuerza la poca barba que le quedaba con la mano izquierda, y luego levantó dicha mano. El poder de su barba la habia vuelto una especie de imán para la galera, que sin dudas iría volando a ella. Con algo de suerte en la galera habría algo que los ayudara a salir de esa situación (antes de que la oruga la aplaste de nuevo).

Hola oruga de Caramelo - dije, viendo la enorme masa dulce que se cernía sobre nosotros - Ya que te mataron y vuelves a estar vivo por mi manos... ¿Será que podemos hablar tranquilos? Digo, es que eso de que nos lances masa pegostosa no es agradable; ahora tengo que ir a la tintorería y no tengo casi dinero.

Di unos pasos hacia ella de manera muy tranquila - Necesito saber de quien hablabas; ese alguien con un sombrero que pasó antes por aquí. ¿Por donde se fue? ¿Por que este camino termina aquí?

Estaba ella callada, como perpleja por haber pasado de caramelo a polvo de gelatina y de vuelta a caramelo - Que no te asombre... algunos, mas que otros, aprendimos hechizos interesantes de jovenes. Asi que... que dices... me puedes contar?

El cafetero parecia cansado de estar liando con tintoreros, travestis, orugas y huesudos con problemas familiares, por lo que en estos momentos ni siquiera tenia ganas de ofrecer cafe. Se hizo a un costado esperando ver como resolvian este problema y se apoyo junto a Oz para observar la situación con detalle, se preparo un cafe y sirvio algunas galletas ya que tenía hambre, llevaban muchas horas andadas y no habían comido bocado alguno.

- Así se habla huesos!! doma a esa oruga de bizcocho!!

Aurora vio aparecer a la Muerte nuevamente y se sobresaltó. Parecía que Billy había vuelto a meter la pata con sus hechizos o algo así. Primero el mago violeta, y ahora su amigo... ¿acaso realmente querían tentar a la suerte?

Hastiada y pegoteada, agradeció a Ramirus por ser el único que aún parecía pensar. La fregona convocada parecía salida de un sindicato, pero la chica confiaba que el anciano mago la tuviera bien controlada y la mujer acabara con los pegotes de caramelo que inundaban el lugar.

Mientras la mujer de la limpieza dejaba el sitio reluciente como salido de una propaganda de detergente con oxi-power, la chica caminó trabajosamente hasta quedar cerca de donde se encontraba la parca y se sentó a su lado a disfrutar del espectáculo.

-Uhmmm, tienes algún snack para acompañar tu refrigerio? todo este jaleo me abrió el apetito... y me parece que vamos a estar acá un buen rato hasta que resuelvan la situación-

La potente fregona azul se movió como un tornado por la viscosa superficie que inmovilizaba a nuestros héroes. El aroma a caramelo quedo sustituido por un bonito perfume a desinfectante, briza de montaña. El gusto a jabón apareció en sus bocas y por supuesto en las barbas, túnicas y sombreros. La oruga pareció quejarse, pero al ver lo bonita que había quedado sin su pegote habitual una sonrisa de caramelos mentolados apareció en su rostro.

El jabón de Doña Clotta, la mole azul invocada por Ramirus, permitió que las articulaciones del viejo Romitelli se movieran como nunca antes. El hechizo se materializo en el aire rodeado de burbujas de jabón trazando un lazo imaginario en torno a la galera para atraerla volando hacía él. El sombrero levito en el aire avanzando tambaleantemente, haciendo sentir al mago que era mucho más pesado de lo que esperaba. La vista de la  Oruga seguía asombrada al sombrero, como si todo aquello fuera nuevo para el mostro de caramelo. Sin embargo aún le preocupaba más el interrogatorio del huesudo. Por lo que desviando la atención de objeto volador se concentro en las preguntas.

- Buen día señor. Sus preguntas son extrañas para mí – dijo con una vos de por demás empalagosa – Pero voy a tratar de ayudarle en agradecimiento a su bondadoso acto de darme vida, aunque… hubiese preferido un cuerpo más real, como el que tenía antes, sabe. Era un buen cuerpo, lo suficientemente pegajoso, pero sin tanta azúcar. Era una vida simple, asustaba a los viajeros, mi me regalaba frutas y flores de primera calidad. Pero ahora… ¿Qué debe comer una bicho viscoso con sabor a tutifruti? – una expresión pensativa inundo los rasgos del bicho – Pues no lo sé… Sin embargo ese no es su problema, ya me las arreglare…

- El tipo del sombrero, si. Últimamente hay muchos hombres con sombreros raros como ustedes por este bosque, antes era mucho más tranquilo. Nuestro camino llegaba hasta un sitio hermoso, pero ya no más. Ese hombre lo destruyo, dejo solo este tramo y nadie más puede pasar por aquí. Ha desaparecido…

La galera (sombrero) se agito al llegar a las manos de Romitelli interrumpiendo al bicho. Dejando en libertad a un pequeño personaje. Un hombrecillo de graciosos rasgos que observo al grupo con una sonrisa y gesto despreocupado, para luego arrebatar su sombrero de manos de Romitelli de un solo tirón.

- Disculpe señor, pero esto me pertenece – con movimientos exagerados dejo que la galera se amoldara a su cabeza – Bien, como ya les ha dicho mi mascota. Será mejor que se vayan antes de que vuelva el señor del picudo sombrero negro. Tenía cara de malo, sí señor, muy malo. Amenazo con destruirnos y con nosotros al bosque morado entero. Vayan, vayann… No diré nada de que estuvieron aquí. ¡Eso se los puedo asegurar!

Aquello era el colmo. Ahora ya no sólo estaba la oruga, más grande que nunca, si no que el sombrero había aparecido de nuevo y se había puesto un hombrecillo debajo.

Aliviado por poder volver a mover los pies de nuevo (aunque ya se le habían pasado las ganas de continuar bailando claqué), con un volteo de varita hizo desaparecer el genio femenino responsable de aquel olor a limpio y desinfectado.

Se echó el sombrero un poco hacia atrás y se rascó la cabeza. ¿Qué era lo que estábamos haciendo aquí? -trató de recordar. Permaneció atento a la conversación de los demás y algo en ella le dio la solución: ¡Ah, sí! ¡los lavanderos!

- Ya está visto que por aquí no llegaremos a la lavandería central. Deberíamos volver atrás cuanto antes y coger otro camino, visto que éste está cortado. Yo propongo que cojamos el morado...

_Brrriang bbrrhecbroro.

Luego de unas cuantas escupidas, Romitelli volvió a intentar.

_Bien hecho.

De su boca no salieron ya burbujitas y sonidos extraños sino las correspondientes palabras de agradecimiento a la señora curvilínea que los había liberado, aunque aún sentía un poco de gusto a jabón en el paladar y lengua. A Ramirus le hizo un gesto de aprobación con la cabeza para hacerle entender que estaba conforme por el resultado de su hechizo. Felicitarlo oralmente no tenía razón de ser, entendería cualquier cosa, sobre todo si le había entrado jabón en las orejas.

Romitelli miró a la oruga que ya no parecía tan amenazante y luego al sujeto que había salido de la galera (¿?).

_Ohhh nonono, no señor. Su mascota nos amenazó y quería matarnos. ¿Piensa usted que todo se arreglará así? ¿Qué usted prometerá cosas y nosotros nos iremos tranquilamente y como si nada? Para que sepan nosotros estamos precisamente tras ese señor de galera. Indíquennos por dónde y hacia dónde se fue para que podamos perseguirlo.

Al cafetero pareció darle de repente un ataque de epilepsia, se contorsionaba, guiñaba un ojo y se movía de forma extraña, miraba al sujeto recién llegado y a su carro entre gesto y gesto, señalaba la taza que este sostenía y miraba hacia el cielo y luego el carro, hasta que exploto.

- ES ESO UN TEEEEEEE!!!!!!! Oz, este hombrecillo esta tomando un TEEEEE!!!!

comenzó a caminar de un lado a otro, acercandose al pequeñín y luego a Oz, cada vez que se acercaba al pequeño de galera miraba el contenido en la taza y luego a la cara del individuo pero con carta de pocos de amigo.

- Si si!! ES UN TEEEEE!!!! UN TEEEEE!!!!! Como se atreve a tomar un TEEE!!!

Sin duda alguna  el hecho de que el hombrecillo este tomando un brebaje como aquel había resultado de alguna manera como un insulto para el audaz cafetero,  quien en un arrebato de pasión extrajo la taza de las manos del hombrecillo tiro su contenido a un costado, lavo la taza con agua de un termo y sirvió un cafe en cuestión de segundos, con un "cara de pes" de la fiesta en el platito.

- Ahora si!

Orgulloso de su trabajo camino hasta situarse nuevamente junto a carro.

- Y como aperitivo un cara de pes traído directamente desde la universidad.

El cafetero se tranquilizo y dejo que continuaran con la charla.

las palabras de la oruga y del sombrerero me habian llegado hondo al alma me la sudaban eran de una irrelevancia absoluta sabiduría abstracta (Vamos, que no sabían un demonio pero que igual las ibamos a pensar un rato). Por lo menos la oruga estaba viva y feliz, aunque no sé por que demonios era mas chiclosa que antes; tal vez la habían masticado en el inframundo.

Me disponía a responder (sí, lo iba a hacer ¬_____¬) Cuando Ramirus desapareció su hechizo. Debo decir que para ser del grupo B (porque nosotros eramos el Team A), había mostrado una gran utilidad. Ni a mí se me hubiese ocurrido llamar a Freg Ona para que limpiara el desastre de jugo de bubbaloo y yogurt de arándano (demonios, peor que tener hambre es tenerla y no tener sistema digestivo...). Lo miré y levanté mi pulgar, porque se lo merecía, e iba a hablar con la oruga cuando todo ese grupo b quiso hablar al mismo tiempo.

Los escuché, por lo menos mientras no ignoraba el sitio. Cuando Romitelli dijo lo del sombrero lo corregí - no vamos tras un tipo de galera, vamos tras un tipo de sombrero picudo, el sombrero del mago de la universidad*. Y bueno, sí, sería bueno que nos dijeras por donde se fueron - dirigiéndome al enano debajo de la galera - Es que lo estamos cazando - sonreí

Me quedé algo sorprendido, no lo negaré, cuando en un arranque de... ¿Patriotismo líquido? el chiflado de las cafeteras pasó corriendo, arrancando una taza de te y llenándola con café...

La señora de la limpieza se deshizo de todo lo pegajoso. Incluso dejó relucientes los huesos de la Muerte y aseó los oídos de Aurora, que por fin volvía a escuchar como era debido.

Mientras los hombres cotilleaban como vecinas chismosas en la puerta de casa un sábado a las 8 de la mañana, la chica seguía disfrutando del espectáculo junto a la señora que decidía cuando era hora de dejar este mundo y pasar a mejor vida.

-Mmmm, qué tal estaba la fiesta antes de que te interrumpieran? Hace mucho que no voy a una. Desde que los profesores suspendieron las juergas tras el llamado Incidente Panecillo, la universidad invisible se ha vuelto muy aburrida.- Justo cuando pensaba recordarle a la huesuda que no le había contestado lo de los snacks, Link sacó a relucir uno de los deliciosos canapés de pepinillos y su boca se hizo agua.

-Tienes que probar esto. Es una delicia! Oye Link!- Aurora levantó la voz y le hizo señas, como llamando a un mozo desde una mesa. -Trae dos cortados y un plato de esas delicias. La señora aquí presente quiere probar los famosos bocadillos de la universidad.

Link ante el llamdo y el pedido se acerco a la pequeña hechicera tomandose se tiempo, muy lentamente hasta llegar a ella, luego sonrie mostrando todos sus dientes.

- Pequeña Aurora, antes de servirte, dadas las experiencias pasadas, voy a tener que solicitarte que vayas cancelando la deuda.

Tras lo cual, comienza a rebuscar en el bolsillo de su camisa sacando papelito tras papelito, todos arrugados y sucios, hasta que sin saber si es por azar o por alguna seña particular que se escapara a cualquier otro, Link tomo uno lo estiro y lo miro fijamente.

- Si! aquí esta. Esta es tu deuda...25 pesó...y si le tengo que sumar tu pedido actual...dos cafés...con dos bocadillos y DE LOS QUE TENGO DE LA FIESTA!!! son.....125 pesó. Sep.

Extiende la mano esperando recibir su dinero antes de comenzar a armar las  bebidas con los peces de cara larga...

-Ehhhhh! eso es inmoral, todo un atropello a la razón! ¿¡¿¡¿¡¿¡¿125 PESÓ?!?!?!?!? Ehhhm digo, 125 pesos??? Link, me parece que se te fue la mano con la inflación, "amigo"... tu no estás usando los índices de Moreno, no, no... tu estás con el grupo Clarin y las consultoras privadas... pero sabes que??? Clarin... Clarín MIENTE!!!- Toda exaltada, la joven maga miró a su alrededor. No tenía idea de lo que había dicho ni por qué, pero sonaba a discurso indignado así que frunció el ceño y cruzó sus brazos en actitud desafiante. Ella no iba a solventar todos los gastos del cafetero... ¿qué se creía? ¿que su pensión como maga podía absorber todos los aumentos de los comerciantes inescrupulosos? No señor! ella resistiría al capitalismo y su dedo opresor. -Y viva el Che!-

La frente del hombrecito de la galera se arrugo en muestra de preocupación mientras, su mano temblaba agitando el negro contenido que había depositado el cafetero. En un primer momento las palabras de los magos le habían causado cierta sensación de miedo, solían ser bastante impredecibles, como el huesudo que había convertido a su oruga en un bicho de caramelo, ¿a quién se le podía ocurrir algo así?. A una mente enferma, seguramente. A pesar de ello, el frenético ataque del cafetero contra su taza de té… eso sí que era aterrador, horripilante, perturbador, y por sobre todo un desperdició de su brebaje de finas hierbas de la montaña.

-Oye hombre, ¿qué has hecho? ¿Qué es esta porquería negra? – En un acto de furia el hombrecillo arrojo estrello el pocillo contra los adoquines, dejando un enorme charco de la bebida caliente en medio del bosque morado. Sin embargo el cara de pez llamo su atención. Lo mastico lentamente degustando el contraste de sabores. Sus rasgos fueron suavizándose lentamente gracias a aquella sensación deliciosa que inundaba su boca.

Luego de engullir el bocadillo se enfrente a los magos, tratando de quitarse de las muelas los restos de canapé  con el dedo meñique.

- Señor, no levante la voz que tampoco los he tratado tan mal. Solo intentaba inmovilizarlos para que el hombre malo no destruya el bosque. Y ustedes, ustedes… ese enano maldito – el brazo le temblaba, pero así y todo lo mantenía extendido en dirección a Larry – ese enano con bonete pulverizo a mi pobre oruga. No les estaba haciendo nada malo después de todo.

Con varios pasos cortos y rápidos se acerco a su mascota. Acariciando su lomo fijo la vista en el extremo cerrado del bosque.

-Señores magos, el hombre que ustedes buscan ha partido en esa dirección, sin embargo. Tras sus pasos ha bloqueado el camino. Ya no existe paso más allá del tercer árbol morado. Imposible, imposible seguirlo. – Se quedo meditando un momento – deberían intentar volver por otro camino.