Partida Rol por web

Tras subir casi a empujones a la nave, mientras la tripulacion carga y descarga las mercancias, un tipo se os acerca y os lleva hasta lo que sera vuestro camarote. Lo cierto es que el camarote en cuestion es grande, pero por desgracia es tan grande como sucio. No tiene ventanas al exterior y solo tiene una unica puerta de salida que da a uno de los pasillos de "El cielo de bronce".

Desde donde estais no parais de oir el ruidoso traqueteo de la nave, engranajes chocando unos con otros, entrechocando forman un ruido que podria indicar que todo funciona correctamente o que estan apunto de desmontarse, cuando cada uno elejis el sitio donde os quedareis el hombre se dirije a vosotros.

En cada una de vuestras camas podeis encontrar un informe completo de la mision, en sendas tablas de datos.

El hombre bajito pero fornido se aclara la voz con la intencion de que le presteis atención.

-Ejem, ejem. Señores, y damas... -Lanza lo que pretende ser una mirada interesante a las dos unicas feminas de la estancia.- Mi nombre es Sebek, sobrecargo de la nave y su vinculo con ella. Pueden ponerse comodos por que el viaje durara unos 3 dias. Pero claro, con la disformidad nunca se sabe jajaja.

Se apolla contra la puerta cruzandose de brazos mientras os observa.

-Mis superiores me han pedido que atienda a todas sus necesidades, a mi no es que me haga especialmente gracia pero... En fin, cualquier cosa que necesiten comuniquenmela... Cualquier cosa.

Esto ultimo lo remarca abriendose un poco la gabardina y dejando a la vista diversos tipos de municion.

-Puedo conseguir casi cualquier cosa de las salas de mercancias.

Arelix descarga el peso de su equipaje sobre la que sera su cama.

¿Vamos a dormir todos en la misma habitación? creía que tras tanto tiempo sirviendo al Emperador me concederían un mejor trato, me han metido en el mismo saco que a estos tipos.

-Voy a explicaros como funciona esto... -Habla al fin la asesina para que el grupo la escuche. -Quien se me acerque mientras duermo que se de por muerto. -Dice clavando sus ojos en el tipo del collar explosivo, pues sabe que por alguna buena razón se lo puesto. -Y si alguien pretende coger algo mio sin mi permiso tendrá que aprender a disparar sin manos. ¿Me he expresado con claridad? -Dice con un tono de voz fría y autoritaria.

Advierte al grupo asta que Sebek irrumpe en el camerino. La asesina lo estudia con ojos fríos de arriba a abajo y se da la vuelta, para seguir desempaquetando sus cosas.

Cita:

-¿Y cuanto nos podrían costar sus servicios, señor Sebek?

El psíquico deja su escaso equipaje a los pies de su camastro y se sienta en él lentamente. Oye a la mujer de pelo blanco soltar cosas por su boca, algo así como "blabla... muerto, blabla... sin manos". <<Si vamos a tener que investigar juntos en ese planeta, más vale que nos empecemos a llevar bien>>, piensa Lucius. En cuanto se hayan terminado los "negocios" con el hombre bajito, carraspea un poco dirigíendose a todos.

-Bueno, señoritas y caballeros... Parece que... vamos a pasar algún... tiempo juntos, así... que será mejor comenzar a... ser formales y... amistosos. Yo... soy Lucius y, como bien... podéis imaginar, soy Psíquico... Imperial Autorizado.

El hombre sonrie ante el interes.

-Pues obviamente segun lo que les interese, podemos hablar de negocios... Pero esta nave transporta muchas cosas asi que ustedes diran.

Cuando el hombre escucha las palabras psiquico parece enmudecer por un momento.

-Asi que no se conocen mucho por lo que veo, pues Iocanthos no es una tierra agradable, sera mejor que sepan moverse bien, arien bien en saber en quien confiar y en quien no, ahi muchos rumores extraños... Por suerte nosotros solo vamos de pasada.

Nicholas escuchó interesado la propuesta de Sebek- Comprar no, pero tengo unos cuantos objetos de los que me gustaría desprenderme -dió unos golpecitos en la cartuchera que llevaba al cinto- Quizá usted podría ofrecerme una justa cantidad por ellos. Me pasaré más tarde por su camarote para que podamos hablar más tranquilamente...

Dicho esto, se volvió con una ligera sonrisa hacia la mujer de pelo blanco y feroces amenazas- Si vuestra fe en el Emperador es fuerte nada os pasará, solo aquellos que se han desviado del sendero de la virtud han de temer en las largas noches que se avecinan -elevó su voz- "¡Pues la espada del Señor atravesará la oscuridad y descargará su justa venganza sobre los impuros y advenedizos, desterrándolos de esta tierra y condenándolos a vagar eternamente por las entrañas del Infierno!" -recitó el pasaje con ferocidad, como retando a que alguien se atreviese a cuestionar las santas palabras- San Mateo tres dieciséis

Satisfecho por haber recordado las escrituras sagradas sin titubeos, apoyó la mano en el pomo de su espada. Su mirada recorrió rápidamente la sala para posarse en Lucius- Con el paso del tiempo he llegado a comprender que la mente humana no está preparada para los constantes peligros de la disformidad. Ni siquiera los supuestos psíquicos autorizados son capaces de controlar sus poderes, y en el mejor de los casos se acaban convirtiendo en una puerta abierta a la corrupción del caos, algo que no estoy dispuesto a permitir -mostró su escepticismo- Aunque quizás tú seas distinto y me hagas cambiar de idea. El último de los tuyos con el que estuve también prometía mucho -se quedó ensimismado durante unos instantes- Una pena la verdad, a la tercera semana tuve que volarle la cabeza cuando perdió el control contra unos piratas orkos

Cita:

Preferiría no hacer nuevos amigos, pues nunca se sabe cuando los altos cargos pueden pedir la cabeza de un "camarada"... Y dudar es algo que no me puedo permitir. Sin embargo esta bien conocer los nombres para saber que poner en la lápida. -Se dice para si mismo.

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La asesina sigue desempaquetando las ultimas cosas asta que esta todo en orden y se sienta en el camastro para responder a Nicholas.

-Coincido con usted, padre, y justamente es de ellos de quienes me guardo. Pues el Caos también recluta de los nuestros...

Quintos se sienta en un rincón, acomodando sus cosas. Tonteó por un segundo con la tablilla de datos, para simplemente conectarla a su tecno-implante y descargar el contenido directamente a su memoria. Cerró los ojos y se puso a revisarla, analizarla y archivarla, como era su costumbre.

Al entrar este hombre, Sebek, hediendo a sudor, a risa... en fin, a humanidad, levantó los ojos tímidamente. Estimado señor, me encantaría revisar su inventario... aunque pocas cosas mundanas me interesan. Nunca se sabe cuando algún obtuso dejar pasar como chatarra algún rastro de tecnología antigua y sagrada. 

Erick se acercó a una de las camas que sobraban y miró a Arelix, luego sonrío al escuchar el comentario. Su risa se frenó al ver lo que tenía el sobrecargo. Dejó caer la mochila, que alcanzó el suelo y se acercó al hombre de negocios. - Hola, Sebek, mi nombre es Erick. - Saludo militarmente y prosiguió. - Estoy interesado. ¿Te quedan algunas armas? - Esto último lo dijo sonriendo y emocionado.

Devi, espero a que todas los camastros estubieran ocupados menos el suyo, espero en el marco de la puerta hasta que solo quedo un para tumbarse, esa era una manera de ver quienes sin conocerse se llevaban mejor o peor, aunque todo podia cambiar, ella no tenia ningun problema con nadie, pero parece que no asi otros, simplemente obio los comentarios amenazantes con una ligera sonrisa cuando los escuchaba y respondio al psiquico, yo soy Devi, de las "aguilas de acero" espero que nos vaya bien. despues se sento y epezo a desacer el equipaje y a colocaro todo. cuando tenrmino, llego el sobre cargo, y dijo algo sobre obtener mas material, Devi no tenia mucho dinero, asi que paso de pensar, en lo que podia venderle.

Se tumbo en el camastro e intento recordar que sabia de Iocanthos, pero no consiguio recordar el nombre.

Al veros interesados el hombre se pone mas comodo apollandose contra la pared.

-¿Que si tengo armas? Tenemos la bodega hasta arriba de armas laser y de municion, y cualquier tipo de granada que necesiteis podeis contar con el. Y si necesitais proteccion tengo cueros y pieles muy resistentes, puede que no paren el impacto de una bala pero mejor eso que nada. Municion tenemos casi para cualquier arma... Si no llevais nada demasiado raro.

Como si de pronto el hombre recordara con quien esta hablando se pone tieso como un palo.

-Todo esto son excedentes de la nave, por supuesto, no es nada robado ni nada por el estilo... Por cierto, aunque no me gusta ser yo el que suelte el bolsillo, si os sobra algo os lo puedo comprar o cambiar por otra cosa.

Erick habló sin pensar, como solía hacer. - Bueno, pues yo quiero que me pagues una escopeta de combate, la ultima vez me quedé con las ganas, asi que venga... Tráela para aquí. - Se quedó sonriendo y con una mano extendida. Cuando vió la cara que tenía el sobrecargo se dió cuenta de que no había empleado las palabras bien.

Viendo que los demás empezaban a comerciar con el sobrecargo, Nicholas decidió que no valía la pena esperar más y se dirigió a él directamente a la primera oportunidad

A mi me gustaría vender este chaleco -dijo sacando el equipo de la mochila antes de que Sebek le contestase mal al soldado con el águila tatuada en la cabeza, cosa que por su expresión estaba a punto de suceder- y también la espada -añadió poniéndola ante sus ojos

Ambos son tesoros familiares de innegable calidad -comenzó a lamentarse- Me duele mucho separarme de ellos, pero la necesidad me ha obligado a ello -en parte era verdad, pero un toque de exageración siempre venía bien con aquel tipo de rufianes- Espero que usted sepa valorar con justicia su gran valor...

Mira con cierto desconcierto el entusiasmo del Guardia Imperial.

-En fin, habia dicho armas laser, pero vere lo que tengo por ahi... De todas formas suponiendo que pueda encontrar una, no esperes que sea barata, alrededor de unos 150 tronos estariamos hablando. Si te interesa una escopeta de corredera, creo que tengo una en mi camarote, y esa seria mas asequible... Unos 70 tronos.

Luego su atencion pasa rapidamente a los objetos que le presenta, el clerigo.

-Veamos.... No quisiera ofenderle con mi oferta, el Emperador me libre, pero no puedo ofrecer mas de 20 tronos por las dos, no dudo que su valor sentimental sea enorme pero... Digamos que la gente con la que comercio el valor sentimental le importa mas bien poco.

Erick vuelve a su bolsa y la abre, busca su cartera, la abrey empieza a contar. Luego su cara pasa a una expresión de pena absoluta. - Lo siento no tengo tanto dinero... -

Pensaba que tenía para una de esas, pero no... Piensa el guardia imperial, tendráq ue conformarse con lo que tiene. Pero entocnes se acuerda de algo.

¿Tienes baterias para rifles laser a buen precio?

-Señor Sebek, nos esta vendiendo un material de dudosa legalidad... Si es así y las pagamos nos expondremos a una posible investigación que quedaría muy mal en nuestro expediente. Sea mas razonable con los precios y nuestros superiores no tendrán porque enterarse de su "negocio". -Dice sonriendo de medio lado.

Quintos observó como los demás se acercaban al sobrecargo, el burdo pero necesario ritual del comercio... incluso el importante sacerdote del Emperador se ensuciaba con cosas tan mundanas.

#Psté, su vocalizador reverberó una octava demasiado fuerte, tal vez. Pero sonó como un chasquido de estática. Se volvió hacia el psíquico y la inquietante mujer.

#Estimado psíquico, señorita Devi, mi nombre es Quintos, Mecartesano de Belatane. Extiendo una mano sobrenaturalmente fría para saludar a ambos.

 Con un rápido movimiento de muñeca quito el conector craneano que me une a la tablilla de datos. La desconección me duele momentáneamente, como un pinchazo profundo, como siempre. Sonrio con un una mueca en la comisura de los labios, no estoy acostumbrado a demostrar tantos sentimientos en tan poco tiempo.

#Espero ser de utilidad en esta... empresa.

Viendo que ni suplicas ni amenazas hacían mella en el sobrecargo, el clérigo guardo sus tesoros con frialdad- Esta bién, le llamaremos si le necesitamos para algo -le despidió con un gesto, y se mentalizó a pasar el largo viaje hasta Iocanthos con aquellos desconocidos

Como si quisiera responder a sus desconfiandos pensamientos, el tecnosacerdote se presentó con voz metálica Si ese adorador de máquinas nos ha confiado su nombre, yo no puedo quedarme atrás Se dijo- Yo soy Nicholas, fiel sirviente de nuestro amado Emperador -proclamó irguiéndose en toda su estatura- Cuando vuestra alma agonice y sintáis que habéis perdido el rumbo, acudid a mi -abrió los brazos con con una serena sonrisa- Estaré encantado de reconduciros de nuevo a la gracia del Señor

Devi fue saludando educadamente, tan educadamente, como puede saberlo una pandillera de Infernis, a todos los que se presentaban, los demas supuso que no tendian nombre o que simplemente no les interesaba decirlo, asi que no se preocupo.

despues de saludarles, cogio su medalla y acercandola a los labios la beso deseando que el viaje fuera sin incidentes y la mision fuera una simple rutina.