Partida Rol por web

Los ojos de Quintos se iluminaron ante la palabra, casi la única que escuchó: arcanotecnología...

Hechó un último vistazo al despojo bajo la ayuda del Orbe, después de todo, solo era un despojo orgánico. Nada importante.

Con paso vivo y casi alegre hizo una pequeña parada en la tienda, para buscar el Auspex, no sin antes buscar al Querubín con la mirada. El pequeño llevaba ciertos implantes sensoriales que seguramente suplirían sus mezquinas dotes para la búsquedas! 

Ofreció el hombro a Lucius.

# No te preocupes compañero, algunos entendemos que creer en Él y servirle, no quiere decir exactamente creerle a... él.  La dirección de su fría mirada no dejaba duda de a quién se refería.

Revn seguía intentado saber algo de como pudo llegar esta cosa ahí cuando oyó jaleo al otro lado, y vió que el clérigo esaba amenazando al psiquico. - ¿¡Nicolás, que cojones estás haciendo!? - Raven tenía claro lo que había pasado, no había sido una ilusión, había sido REAL.

Que yo sepa, ninguna forma de vida humana podía haberse movido así si hubiera sido ARRASTRADO por un animal, caminaba con sus propias piernas, y erguido. Además. SI en la ciudad hemos visto a gente como esta... Decidme. ¿A cuanta distancia estamos de la ciudad? Os digo que esta cosa no es humana... Y no había ningún animal. - Decía nerviosamente el Guardia Imperial.

Nicolás, Lucius estaba durmiendo cuando apareció el ser. Tranquilízate y piensatelo antes de volver a acusar a alguien, si hubiera sido yo, ya estarias en el suelo. ¡Por el dios Emperador!

La tensión del ambiente es mas que palpable... Con tantos gritos, acusaciones y amenazas es obvio que están asustados.

-Bien, señoritas, si han terminado de acusar y amenazarse, empezaremos a planear la expedición al asentamiento, del cual, Nicholas me informo poco antes de empezar el turno. -La asesina se dirige esta vez al vidente. -No os informamos antes, señor Aristarchus, porque os notamos cansado por el viaje y os habíais retirado a vuestra tienda. Pretendíamos hacerlo saber a la mañana siguiente y aprovechar las primeras horas de sol para mayor seguridad. No excuso el comportamiento de Nicholas, al parecer el calor le a derretido la sesera... pero no es un traidor.

La asesina dirige la mirada a Nicholas para dirigirse a él en un tono audible pero no con la intención de que todos la oigan como continuación a su discurso.

-Hermano Nicholas, calmad un poco los ánimos y actuad con la sapiencia y serenidad que el Emperador concede a los de su orden...

El sacerdote asintió agradecido, aferrándose al cable que le tendía Arelix- Así es, si no lo hice público antes es porque consideraba y sigo considerando que explorarlo de noche es una temeridad -dijo con total determinación, como para intentar espantar las dudas que los demás pudieran tener sobre su absoluta lealtad. Pese a eso, se dió prisa en seguir a Aristarchus hacia el cubículo de la guardia, la espada aún desenvainada.

Pronto una furia mal disimulada hizo que su mirada se desviara a la encorvada espalda de Lucius- No pierdas nunca el control, psíquico -le recomendo con un rencoroso susurro cuando pasó a su lado- Pues en cuanto lo hagas estarás en mis manos -preparó el fusil con un sonoro chasquido para recalcar sus palabras. Pasó la vista al tecnosacerdote, seguro de que había oído su comentario mientras prestaba su hombro a Lucius- ¿Es que ahora hasta el manipular los corruptos vientos de la Disformidad es digno de tu adoración, mecartesano Quinos? Te creía más... racional

¿Que acuso con demasiada rapidez? recordó el reproche del vidente, al tiempo que intentaba sin éxito concentrarse en el reconocimiento que tenían por delante La mitad de los Santos Inquisidores del sector estaría de acuerdo conmigo se dijo Algún día me suplicarán que les acoja bajo la luz protectora del Emperador, pero ya será demasiado tarde y sus almas se extinguirán bajo los mismos oscuros poderes que ahora tanto se empeñan en defender

Quintos decidió callar ante el comentario del Sacerdote... cada vez más creía que era simplemente un ignorante fanático. Y a esa calaña la conocía bien, muy bien. Ignorantes fanáticos que rompen lo que no entienden, porque es más fácil hacerlo desaparecer, pretender que nunca existió, que enfrentarse a la verdad de su existencia.

Susurró en voz baja, solo para Lucius, cuando estuvieron a buena distancia de Nicholas.

# La ignorancia mata, compañero, tú y yo lo sabemos. Ya veremos qué tan despreciables le parecemos cuando necesite de cosas que su pequeño cerebro no puede entender.

Ante la mueca de asentimiento de Lucius, remató: # Y yo realmente no esperaba que él se comportara de forma racional, he-he-he. Creo que sacerdote y raciocinio es igual a broma, verdad?

Continuó caminando con el psíquico hacia el lugar tras la colina. Quería ser el primero en encontrar si había algo de valor, antes de que las fuerzas de la ignorancia tuvieran la posibilidad de destruirlo.

Erick, vió como los compañeros caminaban hacia el asentaiento. - ¡Esto es de locos! Es un suicidio ir a investigar estas tierras a estas horas de la noche con tanto "olor" a disformidad, como dicen los cerebritos... ¡Joder! ...

Raven no sabía lo que hacer... Si seguirlos o quedarse allí, no moriría por una locura repentina... Su mirada se posó en Arelix. Como si ella pudiera leer sus pensamientos él desvió la mirada al fuego.

 El psíquico aún estaba un poco mareado por el vapuleo que le había dado la Disformidad. Trató de ignorar al Hermano Nicholás a pesar de sus sentimientos mitad temor mitad odio hacia los sacerdotes... <<Fánatico...>> Pensó para sí mismo <<Podría haber sido mucho peor, sacerdote. Debería estar agradecido de que yo haya sido el único afectado>>.

 Miró a los jóvenes ojos de Quintos con agradecimiento y sus labios formaron una mueca (¿una sonrisa, quizás?) y continuó apoyado en el hombro del tecnosacerdote.

Devi y su caracter alegre quisieron limar asperezas, vamos señores comportense, que hay damas delante, venga, no seais niños y seguir al jefe, vamos, que no se retrase ninguno eh?, dijo con una sonrisa de despreocupacion, para disimular lo nerviosa que se habia puesto a ver el muerto y los comentarios de los compañeros que lo habian visto.cuando se hacerca a Litilus, le dice, pasa de ese, y cuando pasa al lado de Nicolas le dice, ya te vale, conten esos nervios un poco que eres un servidor de nuetro emperador, parece mentira que pierdas los nervios mas rapidamente que los demas, con lo que tu habras tenido que ver.

El vidente se detiene al escuchar las palabras de Arelix, girando la cabeza lo justo para mirar a la asesina a los ojos.

-Pues la proxima molestad maldita sea, soy yo el que esta a cargo de esta mision y quiero la informacion al momento. Yo sere el que decida si es buen momento de inspeccionar algo o no.

Tras eso, seguis el paso del vidente hasta lo alto de la colina, el querubin, como obedeciendo una orden no hablada de su señor se adelanta a la comitiva y se pierde de vista al llegar al otro lado de la misma. A pesar de la oscuridad de la noche al llegar a la cima de la misma lo podeis observar con claridad.

Justo al otro lado de la colina, al final de la pendiente, ahi un pequeño habitaculo preconstruido, no tendra mas de unos metros cuadrados pero ahi esta.

Parece ser terriblemente antiguo pues las paredes estan completamente desgastadas y el color pardo de la pintura esta mas que degradado. Quizas por eso se ha confundido con el entorno arido y a pasado desapercibida para muchos. Pero lo que mas llama la atencion es un grabado en uno de los laterales, esta terriblemente degradado pero jurariais que es... ¡El aguila imperial!

El vidente se apresura en bajar la colina por el otro lado, y es el primero en entrar en el habitaculo. Una vez en el interior acerca su mano a una de las paredes.

-Esto aun esta caliente, por el Trono...

Rapidamente se lleva las manos al pecho formando la señal del aguila imperial, tras lo que grita con nada contenida alegria.

-Quintos, Lucius, hermano Nicholas. Entren aqui inmediatamente, ahi que descifrar todo lo posible.

El interior aparte de extremadamente pequeño esta completamente cubierto de polvo, sobre una diminuta mesa descansan un par de placas de datos y en un estante se encuentra un libro que aparte de por el tiempo esta desgastado por el humo. Toda la parte izquierda del cubiculo la ocupa un enorme ordenador que con un rapido vistazo el tecnosacerdote puede calcular que debe ser antiquisimo.

Pero lo que llamo la atencion del vidente fue un rudimentario grabado en la pared. Este representa lo que parece ser un pajaro agarrando un craneo con sus zarpas.

Cita:

¡¡Pues comportaros como tal y no salgáis corriendo a esconderos en vuestra tienda, joder!! ¡Dad ejemplo! -Penso, estallando en su fuero interno la ira.

Me pregunto cuantas veces se abra bajado los pantalones para trepar posiciones... Porque por dotes de liderazgo y estatagema no sera...

Eran algunos de los insultos e improperios que pasaban como un relámpago por su cabeza, mas, por el rango que ostentaba, sabia que sus pensamientos debían quedarse en eso. Por lo que solo respondió intentando no reflejar su enfado:

-Como gustéis, señor...

Mientras decía esto la asesina envaino otra vez su espada, para contener las ganas de hacerlo en una nueva vaina de entrañas de vidente.

 # Sagrado Omnissiah... se le escapó a Quintos. No sabía por donde empezar, si por el ordenador, si por las extrañas escrituras...

Finalmente hizo caso al Vidente, aunque sin perder de vista al Ordenador. Como ese clérigo se acercara... 

Tomó las placas de datos, echando un rápido vistazo para reconocer la escritura... lo mismo con el libro.

Erick no tuvo mas remedio que seguir a los eruditos, para que nada pudiera tocarlos. Al llegar allí se sorprendió al ver el águila en la pared. Nunca había estado en un emplazamiento del imperio fuera de las ciudades. Cuando le daban el trabajo siempre se tenían que buscar la vida, y un camping era lo ideal. - Bueeno, primero creo que habría que asegurar un perímetro.

Raven miró a su alrededor, buscando algo que pudiese indicar algun rastro sobre alguna trmapa, pero no contó con que estaba medio oscuro y no veía a tres palmos. - Joder, debí haber cogido una linterna... Como la otra vez... ¡Ah, no! La otra vez si que la cogí. - Raven ya se había olvidado de buscar trampas, volvía a acordarse levemente de otro trabajo bastante divertido.

 El psíquico se camina por el lugar con precaución y se detiene en mitad de la sala, justo cuando Quintos ya no le presta su hombro, pues su atención está en el vetusto ordenador. No puede culparlo por ello; al fin y al cabo, es un tecnosacerdote. Cierra los ojos y se concentra, tratando de sentir las fluctuaciones de la disformidad a su alrededor (tirada de Psinisciencia). Luego se acerca al libro que está hojeando Quintos y le pide amablemente que le deje echar un vistazo.